EDITORIAL
La prensa y el poder A lo largo de la historia del periodismo en México, la relación prensa-poder nunca como hoy se encuentra en debate. Era, para muchos y por muchos años, una relación vergonzosa entre ambos poderes. En lo oscurito se arreglaban los convenios de publicidad, los montos y muchas instrucciones del presidente, gobernador o alcalde en turno para hablar en determinado sentido o a favor de determinado político o gobernante. El más ilustrativo caso lo vemos con el diario Excélsior en la época de Julio Sherer García y el surgimiento del semanario Proceso; o en el periódico Vanguardia en Chihuahua. “No pago para que me peguen”, fue la lapidaria frase del entonces presidente José López Portillo en torno al conflicto de Excelsior y la llegada del semanario bajo la esfera de Sherer. En Chihuahua el tema incipientemente empieza a ser debatido, analizado, estudiado. Ya no podemos seguir viviendo dentro de una relación vergonzosa, clandestina y hasta ilegal. En muchos países el Estado subvenciona a la prensa para que realice su labor social de informar a la ciudadanía, pero hacerlo de una manera objetiva y veraz. En otros países hay intereses ocultos los que hacen viable muchos proyectos periodísticos o informativos, pero esos espejos distorsionan un desempeño vital como es el informar a la opinión pública de lo que hace, bien o mal, el gobierno.
Pero ello ha impedido ir más allá con investigaciones que denuncien, exhiban o den a conocer actos que puedan caer en las esferas de la corrupción, los malos manejos o acciones moral o legalmente incorrectas. El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado conoce del tema y lo ha estudiado por muchos años. Pudiera con ello iniciarse un urgente debate en torno a los medios de comunicación. Medirlos con un mismo rasero no es, ni será la opción viable. No es un producto o un objeto común que se pueda adquirir en el mercado. Ni tampoco una obra pública que habrá de construirla con determinadas características o materiales. En este nuestro décimo cuarto aniversario de fundado Exprés lanzamos el reclamo para que inicie este debate. Que fluyan las opiniones y con ello una urgente y justa reglamentación en donde no opere, como lo dijo el propio gobernador Corral, lo del garrote o la zanahoria. Me tratas bien, te pago una fuerte cantidad por “publicidad”. Pero tampoco el que si te pago quiero que me trates bien y hables de mí maravillas. No nos perdamos. Los medios de comunicación, la prensa, le deben explicaciones, y se deben solo a la ciudadanía. Y ese debiera ser el justo rasero que nos dimensione, existamos y nos califique. Una prensa libre siempre será la mejor medicina para la democracia.
Jaime Mariscal/Exprés Abril 2018 Año XIV, No. 168
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