el debido proceso, no se dan cuenta de que ése es un atentado más grande contra la sociedad a la que quieren representar. E: ¿Las leyes mexicanas han quedado rebasadas? AMO: Yo creo que son las leyes
del mundo, no hemos encontrado todavía cómo normar nuestras relaciones en este medio. Va a llegar el momento en el que el desbordamiento que estamos viviendo sea tan grande que tendremos que llegar a ello. Vamos a tener que hablarlo y vamos a tener que ponernos de acuerdo y firmar un nuevo contrato social. E: ¿Qué papel debe tener la autoridad ante los linchamientos digitales? AMO: No tienen tanta injerencia.
De hecho, los gobiernos en el mundo están bastante desacreditados, precisamente, por las redes sociales; entonces, tampoco es que vayamos a respetar en redes lo que digan los gobiernos. Lo que sí tienen que hacer es tratar de que se respete la ley hasta donde sea posible, pero lo que sucede es que, muchas veces, son las instituciones, como algunas empresas o algunos partidos, que si sienten que la turba digital los está forzando, van a despedir a esa persona y se van a saltar cualquier tipo de derecho que tenga, con tal de que la turba se tranquilice. E: ¿Qué repercusiones tienen los linchamientos digitales en la vida real del país? AMO: Tienen consecuencias
legales, psicológicas, sociales, antropológicas. Ya hasta estoy pensando que va a llegar el momento en que tengamos que refundar la antropología porque estamos teniendo una nueva forma de relación. Por ejemplo, no hay espacio para la compasión, no tenemos tiempo de compadecernos del otro porque tenemos que
dar retuits rápido, porque el time line nos está comiendo. Con esa rapidez para acusar, para condenar, para manifestarnos a favor o en contra de algo… no dan los tiempos para que se construya compasión, para construirla necesitas un instante, 10 segundos para tratar de empatizar, y hay mucho menos de eso. E: El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que las redes esencialmente informan. ¿Tú qué piensas, informan o deforman? AMO: Informan y desinforman
brutalmente, las dos cosas al mismo tiempo. Son terribles y fantásticas, son benditas y malditas, al mismo tiempo y en todos lados del mundo. E: ¿Qué tan benditas son? AMO: Benditas, en el sentido de
que le dieron voz a causas que estaban en la oscuridad, benditas porque visibilizaron proyectos y problemas; en ese sentido, benditas porque han dado voz a todo lo que necesitaba tener voz y malditas en todo lo otro que ya sabemos. E: En todo esto, ¿qué papel deben tener los medios? AMO: Los medios tienen que
salvar esa situación que las redes han deformado. Creo que vamos en el camino correcto, creo que estamos regresando y eso me da bastante aliento. Me da mucha tristeza ver a periódicos como The Guardian, u otro periódico de tanto abolengo, pedir donativos para poder seguir haciendo periodismo de investigación. Me parece tremendo, dramático. Los medios tienen que hacer eso, tienen que hacerla de watch dogs, tienen la responsabilidad de hacer periodismo de investigación con menos recursos que nunca, lo cual es terrible, pero sí tienen que ser los perros guardianes de la democracia y de la verdad.
E: ¿Es viable pensar en un cambio a partir del activismo que se hace en las redes sociales? AMO: A mí me parece que hay
movimientos en las redes muy poderosos y muy loables, y creo que sí se puede pensar en ello. Hay sociólogos hablando de ello, esperando que suceda. Manuel Castells es lo que viene esperando desde hace tiempo, que se llegue a un activismo a través de las redes sociales. E: ¿Se puede medir el compromiso de una sociedad con su democracia a través de lo que ocurre en las redes sociales? AMO: Sí, pero tiene muchos
obstáculos. Todo el hecho de las fake news sí es un atentado brutal a la democracia, ése creo que es el mayor peligro. Pero los algoritmos también tienen una parte antidemocrática tremenda, que es el hecho de que sólo favorecen lo que a mí me gusta y eso es antidemocrático. No visibilizan el resto de las opiniones, sino solamente favorecen con las que yo estoy de acuerdo, eso es muy antidemocrático. Sí creo que tenemos que hacer algo para evitar que la tecnología nos deforme. E: ¿Qué no hemos aprendido a la hora de usar estas herramientas? AMO: A verificar lo que vamos a
decir y a verificar lo que estamos leyendo. Volver a leer lo que vas a postear. Si hiciéramos eso, habría un cambio muy importante. E: ¿Hasta dónde está el límite de la libertad de expresión en las redes sociales? AMO: Yo creo que, por el mo-
mento, hasta donde dicta la ley, hasta que no atentes contra los derechos del otro, hasta ahí llega la libertad de expresión. ¿Lo estamos entendiendo así? No. ¿Lo estamos ejerciendo de esa manera? No.
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