Fatalidad y Destino

Page 1

LA FATALIDAD Y EL DESTINO Por: Mariano Aladrén Desde siempre, hemos recibido muy poca claridad respecto al contenido y significado de estas palabras, que tanto se emplean, y nadie habitualmente es capaz de definir con exactitud. Parece pues, que como astrólogos, deberíamos de tener claro, a través de nuestra experiencia, el marco en el que estas expresiones se mueven. Voy a intentar aclarar lo mejor posible estos conceptos, ya que son claves importantes, tanto para explicar la técnica astrológica, como para la relación ética entre el astrólogo y el mundo. Dentro de un análisis de la concepción de la realidad, percibimos por los sentidos, una parte interior llamada hoy en el lenguaje psicológico "la consciencia", y otra parte exterior que compone el escenario de la vida, en la cual, cada ente viviente transcurre durante un tiempo.

La Fatalidad, según es definida por los diccionarios es lo desgraciado o malo que nos ocurre, quedando enmarcada dentro de una percepción de una determinada realidad ocurrida exteriormente,

1


pasando a ser una vivencia de esa parte que comentamos anteriormente, "la consciencia". (La Fortuna es su contrapolo.) El Destino es aquel conjunto de acontecimientos externos, que confluyen en la vida de un ente viviente, y le permiten experimentar en el tiempo, de una forma implacable. Situados ya, después de estas aproximaciones, vemos que esta dialéctica tiene dos polos: 1) la consciencia del “ser” (mundo interior), 2)

la vida, la realidad (mundo exterior).

La Astrología, desde sus orígenes, ha tratado de dar respuesta por igual a estos dos principios, y para ello, primero los ha definido, y después ha aplicado la técnica necesaria para controlarlos. Para el conocimiento astrológico que tiene su origen en la experiencia real, el planteamiento en el orden de estos principios, le es indiferente puesto que sería lo mismo que preguntar: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? (¿el mundo interior o el mundo exterior?) cuestión incontestable hasta la fecha. El conocimiento astrológico prescinde de este planteamiento, aceptándolo como realidad evidente, y lo define en base a la experiencia. El destino quedaría enmarcado en dos partes: 1) Destino propio 3) Destino asociado Pondremos un ejmplo de la realidad cotidiana: Imaginemos que vamos de excursión e inevitablemente tenemos que pasar un río; este hecho nos lleva a dos soluciones: 

Construir una balsa con nuestras manos y conocimientos, ponerla a flote y cruzar (destino propio).

Buscar al barquero y por una módica cantidad nos pasará sin esfuerzo al otro lado (destino asociado).

Analizando, veremos que la Astrología en su técnica, delimita claramente estos dos tipos de destino, uno es la carta natal del individuo (destino propio), y otro como influye en él, la carta natal del gobernante del territorio donde habita, a través de la política y leyes del lugar (destino asociado). Es éste, el destino asociado, el que más se ha desarrollado en la actualidad, puesto que, sólo con el hecho de subir a un autobús público nuestra carta natal (destino propio) queda sometida, en parte, a la del conductor(destino asociado). Dejando claro el concepto pasemos a delimitar la fatalidad o fortuna, siendo las dos una misma moneda que nos muestra sus distintas caras. 1) La fatalidad es una experiencia de la consciencia que nos aporta la sensación de lo contrario a la vida. 2) La fortuna es una experiencia de la consciencia que nos aporta la sensación de lo favorable a la vida. Queda claramente reflejado que la "Fatalidad o Fortuna" queda a un nivel de sensación o vivencia para el mundo interior, y el "Destino" son hechos o acontecimientos que confluyen en el tiempo, en la realidad del mundo exterior. Los antiguos, que en esto eran más sutiles que nosotros, encontraron una forma de unir las dos partes y la representaron en sus manifestaciones artísticas con el nombre de La Ocasión (ver figura l), de esta representación surgió ese dicho en castellano "La ocasión la pintan calva".

2


(Dialogo sacado de la explicación iconográfica de Alciato) «Esta es obra de Lisipo de Sición (1) Curioso: Tu ¿quién eres? Ocasión: El instante de tiempo capturado que domina todas las cosas. Curioso: ¿Por qué tienes alas en los pies? Ocasión: Por doquier me arrastra la brisa más leve. Curioso: Dime por qué tienes en la diestra una navaja afilada. Ocasión: Este signo enseña que soy más aguda que toda agudeza. Curioso: ¿Por qué el mechón de cabellos en la frente? Ocasión: Para ser cogida cuando rne presento. Curioso: Pero, hay, de mi, ¿por qué tienes calva la parte posterior de la cabeza?

3


Ocasión: Para que si alguna vez alguien me deja escapar con mis pies alados, no pueda atraparme de nuevo por el pelo. Con tal artificio me hizo el artista para ti forastero, y me puso en una pérgola abierta para que sirva a todos de advertencias” (2). Como dato histórico diremos que Lisipo fue al único escultor que le fue permitido tallar en bronce el busto de Alejandro Magno, del cual sabemos (3), que usaba muy bién la Astrología, sobre todo la que controla el destino, según recomendaciones de su maestro Aristoteles. Pero a la vista de lo anteriormente expuesto analicemos, ¿qué significa la ocasión? Su representación gráfica nos lo deja claro cuando incluye una rueda, sinónimo del tiempo, del que la ocasión, es una forma de acceder a este. Resumiendo: Fatalidad = Sensación = Mundo interior Tiempo

(consciencia)

Destino = Acontecimientos, hechos -= Mundo exterior (acontecimientos)

Parece ser que ya antiguamente comprendieron, como el pensamiento astrológico recoge, que, por un lado, la vivencia de los hechos, y por otro, el particular momento en el que la constelación de los acontecimientos produce un hecho, están relacionados por el Tiempo. El tiempo, desde siempre, para la Astrología ha sido la forma de dominar el destino, y como consecuencia, mejorar la vivencia, y este es el concepto que nos diferencia o nos desmarca de la religión tal como es entendida hoy en día. La religión también trata de la misma forma esta percepción del destino y la consciencia, pero con una diferencia, que sólo carga su esfuerzo en la consciencia con la doctrina y sus vivencias (mundo interior) y el destino lo deja sujeto al ritual diario y anual con formulas "inmóviles" (para todos igual) como son por ejemplo en la cristiana: Novenas, rosarios, escenificación de la pasión a lo largo del año (Fiestas de celebrar en el calendario), misa de domingo etc. Así tenemos que Tertuliano afirma que Dios toleró la astrología hasta el nacimiento de Cristo (mediados del siglo II).

4


La ciencia, por el contrario, prescinde de la consciencia (mundo interior) y busca la forma de controlar el tiempo definiéndolo y buscándolo sólo en el mundo exterior, puesto que la ciencia es predictiva en su propio fundamento, y como vemos actualmente en los científicos más avanzados el problema está en definir el tiempo (Einstein, etc).

Carteri nos muestra la Fortuna en la figura anterior, como la Ocasión detenida, en el preciso instante (dominio del tiempo preciso) que permite mediante el conocimiento (caduceo) obetener la abundacia (cuernos de) de la fortuna. Queda claro, que el método de fondo más acertado es el astrológico, puesto que contempla las dos partes por igual y sin pretender hegemonías, que como ahora, nos han derivado a la división o especialización (Religión más mundo interior. Ciencia más mundo exterior) con los resultados tan nefastos para la vida humana y el planeta. Pero esto, nos tiene que llevar a revisar determinadas formas de hacer Astrología, que más parecen a una oferta religiosa en la medida que sólo desarrollan las técnicas de consciencia y reniegan de las del destino, tal vez por el exagerado intrusismo de la psicología y derivados, 5


sucedáneos claros en la sociedad occidental, a una religión que no ha sabido dar respuestas claras y actuales a la percepción de la consciencia en cada época. Siendo el fondo de la cuestión acertado, la técnica no está hoy en día suficientemente actualizada por cuestiones claramente históricas y no de fundamento prueba de ello es que la Astrología siempre ha sido considerada por sus detractores como una superstición (lo que está por encima)' y nunca herejía. Puesto que ha sobrevivido en nuestra civilización a la hegemonía en el mundo, de la religión; y ahora nos tenemos que preparar para pasar a la hegemonía en el mundo de la ciencia. Esto nos exige mantener equilibrados y al día las dos partes con sus técnicas respectivas que hacen de la Astrología una concepción superior de la existencia. La Astrología está por encima de estas dos concepciones (Religión y Ciencia) puesto que las engloba, y puede cohabitar perfectamente en cualquier época, predomine la que predomine, pero hay que estar alerta para que no quede desvirtuada por la presión ejercida de la tendencia dominante ya que sólo debe ser aprovechada o modificada la forma pero no el fondo, corriendo el riesgo de ser absorbidos, por los cambios inevitables que el tiempo ejerce en las culturas. Los astrólogos antiguos ya reflejan en la técnica astrológica estos dos mecanismos de acción en los planetas: 1) elementario, 2) influencias (Morin) y recientemente en el VI Congreso de Astrología (4) Demetrio Santos redefinió: 1) cromatismo, 2) ciclo planetario. Esto nos permite afirmar que la "Astrología real" será aquella que permita, no sólo preparar el terreno para la buena o mala vivencia del hecho, sino que, adelantándose al hecho, lo pronostique y trate de alterarlo para mejorar la vivencia. Desgraciadamente la proliferación de la Astrología que sólo se dedica al mundo interior es dominante y puesto que la vivencia es poco contrastable sin la parte del destino, proliferan más que nunca los novicios (estudiantes) que con una buena dialéctica sacada de manuales de tendencia psicológica se autoproclaman astrólogos, sin haber pasado por la práctica del dominio del tiempo que es más propia de la experiencia, y no es reproducible en los manuales al uso. También hay profesionales de la psicología que utilizan el nombre de astrólogos exclusivamente, por el hecho de incorporar algunos elementos de la dialéctica astrológica a su terapéutica, cosa que por otro lado no es malo siempre que sepa realmente los límites y así se exprese al definirse y no se oculte bajo el paraguas del "no determinismo". Otro error frecuente es el que cometen los videntes (antiguos profetas) que tratan de obtener más reconocimiento social utilizando el apellido de astrólogos, cuando su práctica de la Astrología no deja de ser en muchos casos un estímulo nemotécnico para agudizar su especial sensibilidad, método por otro lado positivo pero falta de rigor al explicarlo por parte del vidente. El determinismo ha sido siempre una mala interpretación del destino, por aquellos, que lo han teorizado y no lo han experimentado; quisiera para esto poner un ejemplo sacado de mi experiencia personal: «A dos mujeres que trabajaban juntas les dieron la orden de sustituir por unos meses de forma alternativa a una tercera que había caído enferma; la cuestión se planteó cuando se dieron cuenta que la que iniciara la sustitución sería la que llevaría la peor parte en el trabajo. Fueron a consultarme, “¿cuál de las dos sería la primera en sustituir?”, y yo ejerciendo el conocimiento de la Astrología, le pronostique a una de ellas que sería la primera. Pero pasó por allí un "incrédulo en estas cosas" e hizo de abogado del diablo, proponiendo lo siguiente: “como ya nos has dicho quién empezará la primera, ahora para probar si es cierto lo echaremos a suertes entre las dos” Y salió la contraria a lo que la ciencia astrológica marcaba. Alegróse mucho el “incrédulo”, pues aparentemente el azar le daba la razón, pero yo les apunté: “que antes de hacerse una idea del acontecimiento, esperaran al día exacto que se producía el hecho”. Cuál fue su sorpresa que cuando llegó el día una de las dos mujeres se lesionó levemente la muñeca y se tuvo que alterar de forma obligada el turno que el azar marcó, y así dar la razón a la Astrología en su pronóstico..

6


Para poder entender perfectamente el hecho tendríamos que saber que Saturno planeta lento intervino directamente en la medida del tiempo de la persona designada por la Astrología y por eso permitió una alto nivel de seguridad en el manejo de este tiempo; no queriendo con esto querer explicar el destino de una forma equivocada, lo definiré como lo hizo otro astrólogo, José Luis Carrión en el Congreso Nacional (5) donde dijo: «El futuro, en la carta natal de una persona, nunca puede ser predicho con completa certidumbre, porque es imposible estar completamente seguro de su presente, porque trabajamos sobre elementos, que ya en el momento, son su pasado. Por lo tanto, el futuro se hace intrínsecamente incierto, aunque pueda seguir siendo abrumadoramente probable». Con esta óptica, el tiempo en Astrología es medido en razón al particular elemento o ente que queramos estudiar, sin una predefinición, pues ya de antiguo, se intuye que el tiempo es variable dependiendo del espacio en que lo observamos; así podríamos acercarnos a la matemática cuántica que contempla la no existencia del tiempo como tal. El determinismo como se entiende hoy no existe, vista la anterior exposición, el astrólogo que practique la Astrología real, no debe de tener miedo al determinismo, ya que la Astrología en su fundamento, rompe con el concepto determinista, puesto que da respuesta, poniendo el medio eficaz para orientar nuestro destino (mundo exterior). Puesto que lo normal, es que la Astrología no ha pasado de ser una más, de tantas variables, que el ser humano ha utilizado para tomar decisiones, (y si en algún caso es la única a tener en cuenta, previamente se le ha exigido demostrar reiteradamente su eficacia) ya que, si en el momento que se necesita tomar una decisión, la Astrología no existiese, se tomaría de todas las maneras. Pero como existe, nos da la posibilidad de mejorar en mucho la decisión y claro está, sus consecuencias. De forma corriente en los congresos de Astrología y en mis relaciones con otros astrólogos escucho la siguiente frase: "No, es que yo no soy determinista y por eso no predigo lo que le va ha pasar a la persona". Como reflexión ante lo que he expuesto, cabe pensar, que realmente falta un conocimiento profundo de las técnicas aplicadas al destino que hoy desgraciadamente no se potencian, y por eso desencantan al practicante de Astrología que prefiere seguir en la oferta fácil de las técnicas dirigidas al subconsciente exclusivamente y rechazar con un falso epitafio moralista "no soy determinista", que comprometerse en el pronóstico de los acontecimientos que son realmente los que garantizan el control del propio destino del individuo. Claramente la Historia nos demuestra que aquellos astrólogos que han dominado perfectamente las dos técnicas, y sobre todo, han experimentado el control del tiempo han llegado a la verdadera maestría en esta ciencia. Tal vez esto se produjo porque entonces a diferencia de ahora, la vida dependía del pronóstico en muchas ocasiones. Resumiendo para terminar, la Astrología que hoy se practica mayoritariamente arrastra un complejo determinista inoculado a través de la historia por la influencia del pensamiento religioso en Occidente, (que sí es determinista, usando formulas como "que sea lo que Dios quiera", etc para justificarlo) que se sigue manteniendo a través de los sucedáneos en las sociedades modernas (psicología y derivados) y que ya astrólogos antiguos importantes como Vito Valente (6) (160 d.C.) nos advierten de su mala influencia. Prueba de ello, es que en épocas de persecución astrológica, siglo XVI en adelante, se distingue entre dos astrologías: una tolerada que sólo se le permite en medicina, navegación, agricultura, y tendencias del recién nacido; y otra la que se dedica al control del tiempo o del destino (Judiciaria), la cual, hay que extirpar por no coincidir con las explicaciones teológicas (de la fatalidad y el destino) que da la religión imperante.

7


Después de todo lo expuesto pienso que si hoy existiese la inquisición, cosa nada deseable, habría pocos astrólogos que condenar por practicar astrología autentica. Y esto sólo se puede corregir desarrollando la cultura astrológica en su totalidad, empezando por la historia, los textos fuentes y su técnica de forma completa, sin dejar de lado por supuesto la actualización de las analogías a nuestra cultura y para esto sí que es válido el lenguaje psicológico. NOTAS 1) Horacio. Epístolas, II 2. 2) Alciato. Emblemas, Edita Akal, 3) Diódoro Siculo, II.31. 4) Santos, Demetrio. 'Cromatismo, periodo y años planetarios'. Edita: vi Congreso Nacional de Astrología. Buitrago, 1989. 5) Carrión Bolumar, José Luis. 'Introducción a un resumen histórico de la importancia de¡ Sol y de su influencia sobre el planeta Tierra y por consiguiente el interés de¡ estudio de su vuelta anual al lugar de nacimiento'. Ponencia presentada en el vi¡ Congreso Nacional de Astrología. Málaga 1991. 6) Franz Cumon. Astrología y religión en el mundo grecorromano. Edita: Edicomunicación S.A.

8