que vimos en el tema 4. A lo largo del siglo XIX fue configurándose el patrón oro como norma fundamental en las relaciones monetarias internacionales. Los países constituyeron sus reservas fundamentalmente en oro y sus monedas tenían un valor fijo determinado en ese metal precioso. Gran Bretaña, potencia hegemónica de la época, fue la que garantizó el funcionamiento del sistema. La moneda británica (libra esterlina) era la que ejercía de moneda internacional y el oro era el activo de reserva. Es decir, los países utilizaban como medio de pago internacional o bien libras esterlinas o bien oro equivalente, y sus monedas nacionales tenían también un valor fijo en términos de oro. El problema estribaba en que como decía el economista David Ricardo en 1821 en Principios de Economía Política y Tributación “La experiencia muestra que ni un Estado ni Banco alguno han tenido el poder irrestricto de emitir papel moneda sin abusar de ese poder. Por ello en todos los Estados la emisión de papel moneda debería estar bajo una cierta vigilancia y control y ninguno parece tan adecuado para este propósito que el de sujetar las emisiones de billetes a la obligación de pagar sus billetes en metal noble u oro acuñado”. De hecho la Primera Guerra Mundial (19141918) interrumpe el funcionamiento práctico del Patrón Oro Clásico y el esfuerzo bélico obliga a una expansión monetaria de los estados sin relación alguna con las reservas de oro disponibles. En la Conferencia Monetaria Internacional de Génova (1922) se vuelve al Patrón Oro Clásico. Aún así, las consecuencias de la llamada crisis del 29 llevaron a muchos países a intentar su recuperación económica a través de medidas políticas que conducían al empobrecimiento de los países vecinos. La política monetaria al uso en los años 30, consistía en devaluar la moneda nacional para convertir los productos propios en más competitivos en los mercados internacionales e incrementar las exportaciones. Las devaluaciones competitivas en cascada causaron fuertes desequilibrios en el ámbito internacional. Hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial existe inestabilidad de los tipos de cambio, restricciones a los pagos internacionales y, en general, del comercio internacional. 2.2
El Sistema de Bretton Woods: Tipos de cambio fijos pero ajustables y dólar como moneda internacional de referencia
En el año 1944, cuando ya se vislumbraba el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, los delegados de 44 países se reunieron en una Conferencia celebrada en Bretton Woods (New Hampshire) con el objetivo de reformar el sistema monetario internacional. Se trataba de establecer un nuevo patrón monetario que regulase las relaciones entre países y evitase la negativa experiencia del período de entreguerras (1919-1939). Era preciso que los países con desequilibrios comerciales importantes tuvieran acceso a créditos en divisas, en la cuantía suficiente para poder hacer frente a esos desajustes coyunturales sin tener que utilizar como herramienta el tipo de cambio. El sistema creado tenía como eje la existencia de tipos de cambio fijos pero ajustables ante desequilibrios fundamentales. El sistema se basaba en la fijación por cada país de una paridad en términos de oro, que no tenía más que una significación nominal. A diferencia del sistema Patrón Oro Clásico, solamente Estados Unidos mantenía la convertibilidad oro, es decir, una onza de oro se podía intercambiar por 35 dólares estadounidenses. Cada moneda fijaba a su vez una paridad con el dólar. Eran todas las monedas excepto el dólar las responsables de mantener la paridad ya que todos los países debían mantener dicha convertibilidad vendiendo o comprando dólares. Los tipos de cambio podían fluctuar dentro de una banda del 1% por encima y por debajo del valor de paridad.
APUNTES DE ECONOMÍA
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