El sacrilegio de Tamar Él es mejor que todos nuestros sueños inconclusos. Él es la llave de la puerta que conduce a nada. La existencia sin infatuación. El magnánimo hacedor de las palabras. Las cosas, luego. Una habitación sin puertas ni ventanas abierta al cielo de las vicisitudes. El per se que continúa como ráfaga del mundo. El mundo. La brisa fría en los días infernales. El extremo de la llama en la punta de los dedos los días invernales. El día en que lloviste maná sobre los hombres yo estaba muerta. 33