ERRR Book #05

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Lo vi una sola vez, en persona, caminando por las calles de Guadalajara, urgido de llegar a tiempo a la inauguración de la cátedra Julio Cortázar. Le pedí una entrevista para el canal de televisión en el que trabajaba en aquella época. Me dijo que no, apenas podía sostenerse en pie, caminaba asistido por una muchacha que podría haber sido su hija y todo el cuerpo le temblaba. Era Juan José Arreola, una de las figuras laterales de la literatura de la segunda mitad del siglo XX mexicano, que había ejercido una influencia decisiva en tres generaciones consecutivas de escritores.

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Pudo haber sido más famoso que cualquiera de los miembros de la generación beat; incluso pudo haber sido Borges, si Borges no hubiera nacido diecinueve años antes para desmentir, con su existencia, esa invención estrafalaria que fue Juan José Arreola en vida; pudo haber sido… pero tenía un destino distinto que cumplir. En sus memorias contadas a Fernando del Paso (Memoria y olvido, 1994; segunda edición corregida y aumentada, 1996), Arreola recuerda haber asistido con Octavio Paz a una recepción en el palacio de la duquesa de la Rochefoucauld. Allí conoció a Tristán Tzara y éste conversó con él como si lo conociera de toda la vida y lo invitó al día siguiente para que vieran juntos, “en la Vieux Colombier, Asesinato en la catedral de Eliot”. Vislumbró a Camus a


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