El Sol de San Telmo

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El Sol de San Telmo

acopiar libros donados o cedidos por editoriales que envían los que no vendieron o no les piden. Y si alguien dona, quizás son buenos pero nadie los solicita. Por eso sugiero, en primera instancia, ir a la biblioteca popular que ya existe, ser parte de ella colaborando de alguna manera o sea, sumándose a la acción. Hay que tener en cuenta que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares -CONABIP- todos los años les brinda una excelentísima colección y da muchos descuentos para la Feria del Libro y eso debe llegarle a los socios. ES: Si decimos biblioteca, en general, imaginamos un lugar donde casi ni se puede respirar para no molestar al otro ¿Es así? CLS: La respuesta se la voy a robar a un colega chileno que no hablaba de usuarios, porque la gente no va a usar la biblioteca sino a experimentarla. Tiene que ser un lugar donde uno esté cómodo y tenga buenas experiencias, para que siga yendo. Poder sentarse en un agradable sillón, escuchar música si quiere, enchufar el teléfono, tomar mate. Con salas silenciosas y parlantes para compartir con amigos los libros o charlas. Esto sucede en la biblioteca de UNCuyo -Universidad Nacional de Cuyo-, Mendoza. Allí todo es circular, abierto, prestan las pizarras, las calculadoras… Hay chicos que están doce horas dentro de la universidad, si quieren dejan los bolsos, tienen servicio de audiolibro; cómodos. ES: Pero si las antiguas perduraron en nuestros recuerdos, no debieron ser tan “malas” CLS: Las bibliotecas se mueren si no se adecuan. La

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del Congreso (H. Yrigoyen 1748, CABA) tiene sala para chicos, salas parlante y silenciosa, con computadoras donde te asesoran cómo usarlas, tiene cinemateca y otra parte más clásica. ES: ¿Qué debe hacer un bibliotecario para que eso suceda? CLS: Primero un estudio de su comunidad y de los usuarios. Por ejemplo, consultando sobre qué tipo de información suelen buscar, dónde y cómo lo hacen; a partir de eso, un diagnóstico de lo que necesitan, luego enseñarles cómo buscar las páginas más importantes para cada tema que plantean. En San Martín de los Andes tienen una colección muy significativa sobre temas referidos a los Mapuches, porque a sus usuarios les interesa mucho y, en Traslasierra sobre comida orgánica y veganismo, ya que responde a lo que necesita esa comunidad. ES: ¿Cuál es su función en la escuela? CLS: Por currícula escolar, es ayudar a la maestra de Lengua y para la UNESCO es enseñarle al alumno a utilizar archivos. Por eso es importante llevarlo a alguna otra, con visitas guiadas, para experimentar. Es la herramienta que se le da para que, informativamente, sea independiente. Eso es fundamental y lo ayudará a ser más libre en su vida cotidiana. El Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la biblioteca escolar, dice: “La biblioteca escolar… Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables”.

ES: Sería una aliada y no una institución “lejana” CLS: La biblioteca no es un aula con libros, es un espacio donde el alumno tiene libertad para decidir qué leer, qué escuchar, qué buscar. Además es el único lugar cooperativo en la escuela: el libro no es de uno, es de todos y hay que cuidarlo para que le sirva al otro; tengo que hacer silencio, porque otro está estudiando o pueden ayudarse para buscar una información. Tiene que ver con los valores y las actitudes, promoviendo conductas comunitarias. Lo más interesante de la docencia, es cuando todos compartimos la información de todos. ES: Eso nos impulsaría a una comunidad responsable CLS: Es un objetivo mundial, porque a través de las bibliotecas -como agentes de información- se puede promover el desarrollo social comunitario. La biblioteca del barrio tendría que estar en contacto con la gente, poniendo a disposición su sistema informativo para resolver sus problemas. Por ejemplo: dónde tramitar un documento, cómo anotar a los chicos en la escuela o sea, dando un servicio de orientación comunitaria. ES: ¿Cómo explicarías para qué sirve la lectura? CLS: Hay un texto que dice: Lee y espabílate. Lee para saber en qué calle estás, para tomar un remedio, para hacer una compra… vivimos leyendo. La función fundamental en los chicos es que desarrolla la imaginación, ya que permite idear algo que no existe porque es un cuento. Esa capacidad, luego la aplicarán para resolver una situación cotidiana o compleja. Por ejemplo: Se

rompió la pata de la mesa: la tiro y compro otra o imagino y busco soluciones. ES: ¿De qué forma la podemos incentivar? CLS: Que nos vean leyendo o la lectura en voz alta. En el colegio, por ejemplo, les llevaba El Sol y les preguntaba ¿Se enteraron de tal noticia del barrio? Eso provocaba la lectura de la información. Cuando me pedían un libro, les decía que lo buscaran o lo hacíamos juntos en la computadora o en el teléfono. La idea es incentivar la información, para llegar al material que necesitan. A la lectura hay que naturalizarla leyendo un cartel o haciendo que me lean la receta mientras cocino, porque el libro es un producto hecho plenamente de cultura no es algo natural. El hombre no necesita un libro para vivir, necesita comida. Es lo más antinatural del mundo. ES: ¿Cómo naturalizarlo? CLS: En vez de regalar un celular, regalar un libro; en vez de poner los dibujitos, leer un cuento. Recomiendo ir a la biblioteca de sus hijos porque no son solo para los chicos, también los padres pueden sacar libros. Ir de paseo y pasar por la biblioteca, como algo cotidiano. López Scondras es una entusiasta de su profesión, porque como ella bien dice: “La lectura es un acto de amor, los chicos se duermen cuando les leemos porque están tranquilos, se sienten protegidos y cuando son adultos recuerdan esas sensaciones y las repiten, para volver a sentirlas”. Texto y foto: Isabel Bláser


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