El Puro Cuento 7

Page 37

35

gustaba. Probablemente hasta se querían. «Yo soy a la que ellos no quieren», pensó Mary. Sólo soy una vieja inconveniente con una conveniente cuenta en el banco. Empezó a llorar, después se dejó llevar de nuevo por la belleza del cielo nocturno sobre ella y, finalmente, a pesar de las sacudidas debajo de ella, se quedó dormida. Despertó cuando el carro frenó. Luchando para levantar la cabeza, vio que se habían detenido ante un pequeño puesto polvoriento que estaba sólo en la orilla del bosque, iluminado con focos rojos y verdes como en Navidad. Oyó a los niños salir del carro y correr hacia el puesto. Esperaría hasta que regresaran, les confesaría la verdad, y luego podrían todos volar a casa de nuevo y olvidar esa pesadilla. Pero los minutos pasaron. Y más minutos. Y más. Finalmente, Mary desató las cuerdas de la hamaca y se sentó. El frente de la tienda estaba lleno de los mismos tapetes de lana brillantes que Stefani había estado buscando. ¡Está de compras!, pensó Mary. Maldita. Está comprando y Seth está regateando, y estarán ahí por horas. Se deslizó por el carro hacia el asiento del conductor.

el puro cuento

—Estaba pensando —tartamudeó Seth— podemos amarrarla a la parte de arriba del carro. —¿Hacer qué? —Envolverla en el tapete y atarla arriba del carro. Hasta que lleguemos a un teléfono. Silencio. —Es la única manera en la que podré manejar, cariño. Mary abrió la boca para protestar, pero nada salió. Aturdida, no se movió, se puso rígida como el cadáver que se supone que era mientras que, molestos y con náuseas, las dos personas que más había amado en el mundo la envolvían en el tapete, la izaban y la amarraban al techo del carro con una cuerda de una de las hamacas. Cuando se metieron al carro y empezaron a manejar, abrió los ojos y miró las estrellas. Ahora podía oler el humo, el aroma profundo de los pinos y sentir el viento fresco. Nunca se había sentido tan libre, tan sola, tan invisible, tan enojada. Sabía que abajo su hija y su yerno estarían todavía peleando. Habían peleado por la casa que ella les había comprado, el trabajo dental por el cual ella había pagado, las deudas que ella había liquidado. No les importaba pelear. Les


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.