San Luis, Martes 31 de Diciembre de 2013
INFORME ESPECIAL
N A C I O N A L(5ta E SParte) MEMORIAS DE 30 AÑOS DE IMPUNIDAD SAAISTA
EL POPULAR de San Luis |
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IINTRODUCIDAS EN LOS ‘90 POR EL GOBIERNO DE ADOLFO RODRÍGUEZ SAÁ
Escuelas charter: el comienzo de la decadencia educativa en San Luis El estado saaísta implementó este tipo de instituciones -también llamadas “experimentales” o “digitales”con el ϔin de transferir la responsabilidad de educar a manos privadas. El resultado fue la precarización laboral de los docentes y un nivel educativo deϔiciente
Contrariamente al discurso “peronista” adoptado durante más de tres décadas por los hermanos Rodríguez Saá a modo de estrategia discursiva, la implementación de las escuelas “charter” o experimentales en San Luis, allá por 1999, demuestra a las claras una tendencia de neoliberaliberalizar la educación y eximir al Estado de una de sus principales responsabilidades. Este tipo de escuelas –llamadas charter, experimentales, de autogestión o, lo que en la actualidad se denominan “digitales”implican el traspaso de la responsabilidad indelegable del Estado de educar, a asociaciones civiles, cuya función es explotar y administrar la escuela que reciben en concesión –proyecto mediante- por cinco años, a través de un contrato de comodato. Así, el Estado Provincial entrega a manos privadas el edificio, el mobiliario, la infraestructura escolar, pero también el régimen laboral docente y el sistema de calificación y asistencia del alumnado, exámenes y diseños curriculares, entre otras cuestiones. Pero lo más relevante es que, mientras los gobiernos de Perón dieron valor y protagonismo a los trabajadores en general y a los educadores en particular, la política “charter” de Rodríguez Saá privilegió los beneficios económicos en detrimento del bienestar de los maestros, quienes dejaron de depender del Estado para ingresar a un régimen laboral precario que ignora de cajón el Estatuto Docente, donde los contratos anuales pueden ser renovados o no en virtud de la “funcionalidad” del docente; un régimen que no exige titulación alguna y donde cualquiera puede estar al frente del aula porque la evaluación del educador no recae en manos de una Junta de Clasificación sino que descansa
EQUIPADAS. Las charter están bien provistas pero no garantizan que quien enseña sea un docente / Gentileza
en el buen criterio y voluntad de los directivos de la escuela experimental, quienes, de paso, pueden o no ser docentes de carrera. Naturalmente, la inestabilidad laboral alcanza asimismo al salario del educador, que puede pagarse hasta un 50% menos en relación con el salario estatal, aunque el docente deba trabajar igual o más. Yendo un poco más lejos, las jubilaciones tampoco se rigen según el sistema previsional público sino que los maestros y profesores se jubilan como empleados de comercio, pues justamente eso es lo que son las escuelas charter: empresas capitalistas que funcionan bajo una lógica economicista de minimizar los costos en pro de maximizar las ganancias. Esto implica ahorro en personal, jornadas laborales extenuantes, aulas superpobladas y un esfuerzo denodado por retener a los alumnos, por los que el Estado desembolsa cierto monto per cápita. La lógica es: a más estudiantes, más dinero, lo que deja bien en claro el propósito fundamental de
San Luis fue la única provincia donde las escuelas experimentales prosperaron gracias al apoyo del Estado Provincial
las escuelas experimentales y la política económica que respalda su implementación. Las escuelas “charter” nacieron en Estados Unidos en un esfuerzo por integrar a personas de etnias y culturas diferentes o a gente con riesgo social. En muchos lugares del mundo y en varias provincias de la Argentina, la implementación de este tipo de educación fue un rotundo fracaso, producto de la resistencia de los gremios docentes que entendieron su trasfondo
económico. En San Luis, en cambio, fue el único sitio donde prosperó gracias al respaldo de un estado “peronista” con profundas convicciones neoliberales y del aplastamiento y menosprecio sistemático de los docentes, cuyo sindicato más representativo –ASDE - comenzaba por entonces a tomar fuerza. No obstante la fuerte oposición, las escuelas experimentales aún siguen prosperando en la Provincia, disfrazadas bajo diferentes nombres pero cuyo funcionamiento se rige por los mismos principios. Los resultados también saltan a la vista: chicos atiborrados de tecnología que no cuentan con legítimos docentes frente al aula; alumnos con serias dificultades para aprobar los niveles y continuar con sus estudios, que asisten al colegio sólo dos veces a la semana y se comunican de manera digital, más violentos y excluidos y que fracasan rotundamente dentro del sistema de enseñanza tradicional. Verdaderos semi- analfabetos digitales.