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Martes 21/04/2020

OPINIÓN TIEMPOS DE PANDEMIA

EDITORIAL

Los médicos tienen en sus manos vencer la pandemia EL PERSONAL MÉDICO Y DE SALUD YA ESTÁ DEMOSTRANDO SU CAPACIDAD Y SU ABNEGACIÓN ANTE LA PANDEMIA.

L

a noticia de que una paciente de 42 años internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Rafael de Santa Tecla por Covid-19, fue dada de alta, luego de superar la enfermedad gracias al tratamiento y atenciones del personal médico, es esperanzadora y reconfortante para los salvadoreños. Sin duda, vencer la pandemia, curar a nuestra gente está en manos de los médicos, enfermeras y todo el personal de Salud que con su entrenamiento, sus capacidades y su dedicación, están cuidando a los pacientes pese a todas las dificultades y limitaciones que como país tenemos. Todos los países donde la pandemia empieza a ceder han tenido como característica común que han puesto en manos de sus mejores científicos y profesionales de la salud la dirección del combate a la enfermedad. Hay que dotar a nuestro personal de Salud de todas las herramientas médicas y de protección para que sigan haciendo su labor. El hecho que un 70 % de los contagios no muestren síntomas es algo que nos debe preocupar porque significa que se puede ser foco de contagio sin saberlo, de ahí la necesidad de la aplicación masiva de pruebas y su correspondiente mayor detección de casos. Los médicos salvadoreños tienen la capacidad y la preparación y sobre todo la disposición y abnegación para atender esta emergencia sin precedentes en la historia del país y del mundo.

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Superhéroes en primera fila POR JAIME ULISES MARINERO Periodista

Q

uedarnos en casa con nuestra familia y solo salir por extrema necesidad es una forma fácil de convertirnos en héroes para evitar la propagación de la pandemia del coronavirus (COVID-19), pero estar en primera línea tratando de contener su propagación es cosa de superhéroes. Sirvan estas líneas para, en nombre de la ciudadanía, agradecer profundamente la labor que realizan desde el inicio de la emergencia por la pandemia los médicos, enfermeras, paramédicos y todo el personal de Salud. Para ellos nuestras muestras de consideración y respeto. Debe ser difícil y a la vez un acto de fe, vocación y humanismo estar expuestos a contraer la enfermedad por estar en constante relación con personas que probablemente están contagiadas. Se exponen ellos y sus seres queridos. A estas alturas de la emergencia ya hay personal de Salud contagiado por el virus quienes han sido llevados a cuarentena. Dios quiera que se recuperen pronto y que vuelvan con los suyos. Muchos de esos contagios se han dado porque cuando inició la cuarentena y se crearon los centros de retención o albergues no contaban con los insumos suficientes y adecuados para protegerse. Hasta la semana pasada los médicos, enfermeras, paramédicos y otros empleados de Salud comenzaron a recibir el equipo adecuado. Desde luego la pandemia sorprendió al mundo y en El Salvador no fuimos la excepción. Como Estado y como ciudadanos no estábamos preparados y poco a poco hemos ido adquiriendo conciencia de la mortal enfermedad para enfrentar de mejor forma la pandemia. Otros países con mejores sistemas de salud lo están pasando peor. Ha habido hospitales y albergues en los cuales, por falta de pruebas a tiempo, se ha tenido a gente contagiada y sana, lo cual es un riesgo demasiado alto. En algunos albergues muchos ya cumplieron sus 30 días de cuarentena sin conocer el resultado de sus pruebas o lo que es peor, sin que siquiera se les haya hecho pruebas para confirmar o descartar un posible contagio. Igual ocurre con

las personas que son retenidas por andar en las calles sin autorización o sin motivo justificable. Los llevan a centros de retención y los mantienen juntos sin que se les haga pruebas para detectar si están contagiados y por ende sin saber si son potenciales transmisores del virus. En estos casos se exponen a los retenidos, al personal que les da seguridad y al personal de Salud. Son los errores que hay que ir subsanando lo más pronto posible. Pese a todos los inconvenientes es el personal de Salud el que está en primera línea. Los médicos cumpliendo el juramento hipocrático que conlleva priorizar la salud y la vida del enfermo ejerciendo con conciencia y dignidad (y humanismo, tratando de hacer menos doloroso el dolor de los enfermos) y las enfermeras y paramédicos poniendo toda su vocación y su esmero en la atención a los enfermos. Todos cumpliendo jornadas maratónicas, en ocasiones trabajando sin los insumos suficientes y para colmo en ocasiones incomprendidos. Precisamente desde hace varios días se conoció que al personal de Salud que por necesidad abordan las unidades de transporte para trasladarse hacia sus lugares de trabajo o sus residencias, no los dejaban subir por miedo a que contaminaran a los pasajeros. También se conoció la discriminación que sufrieron varios empleados de Salud que fueron obligados, por un grupo de ciudadanos inconscientes, a abandonar una casa que alquilaban. Todos fueron llevados a un hotel para convivir mientras se mantiene la pandemia. No hay razón para discriminar al personal de salud. Al contrario, hay que darles las gracias por su valiente rol. Sin ellos esto fuera una crisis pandémica de niveles insospechados. Tal vez una mortandad sin antecedentes. Igual reconocimiento se merecen los soldados y policías que también están en primera línea de la contención. Ellos, al igual que el personal médico, alejados de sus parientes, corren el grave riesgo de contagiarse al estar expuestos de manera rutinaria en los retenes. Es grato observar cómo algunas personas e instituciones altruistas apoyan a soldados y policías al regalarles alimentos y otros productos. El reconocimiento es también para los empleados bancarios, los cajeros de supermercados, los vendedores de pan, los periodistas, los repartidores de alimentos y todos aquellos que por la naturaleza de su trabajo tienen que laborar. Todos son héroes al igual que quienes se quedan en casa para salvar vidas, mientras nuestros superhéroes (personal de Salud) están en primera línea como escudos protectores.


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