Presura 21 | nº3 | Noviembre 2018

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PRESURA SERIE EL PUEBLO

“Teníamos cierto miedo de tan estrecha convivencia, de no poder desconectar después del trabajo, pero nos ha unido más, se ha formado un equipo muy bueno”. quien ha cerrado el complejo para celebrar su boda en él. Hay que recordar el esfuerzo de aquellos mas de 120 socios, liderados por Javier Aguado y Adolfo Martinez, hasta 2010. Desde 2010, Caja Rural de Soria es la propietaria única del enclave, que conoce bien ya que participó en la anterior sociedad y ‘empuñó el machete’ como parte de ella para poder llegar a él y rehabilitarlo. La entidad cajera mantiene una estrecha relación con el medio rural de la provincia de Soria, por el que apuesta,y su lucha por recuperar el territorio tiene hoy a Valdelavilla como embajadora, si bien algunos hubieran preferido que el despoblado, recuperado y convertido en complejo turístico, fuera explotado por la Mancomunidad de Tierras Altas, los ayuntamientos de la comarca y por sus gentes “para que le diera a la comarca economía y vida”. Lo dice el mismísimo presidente de Caja Rural de Soria, Carlos Martínez Izquierdo, para quien “generar recursos” para su comarca natal es uno de sus objetivos vitales. “Hemos hecho en Valdelavilla casi de todo”, recuerdael alto cargo, también empresario, “aprovechando las desventajas, desde la más absoluta ruina a la que entramos con hachas, especializamos el despoblado en cursos de in-

mersión lingüística, en cursos para empresas… Luego le dimos un giro y ya en tiempos de la Caja invertimos en una carpa para eventos al considerar que era una actividad complementaria”. Hasta llegar a encontrarle al pequeño pueblo la función de set televisivo. El proyecto, reconoce Martínez Izquierdo, les pareció en Caja Rural de Soria algo así como “un punto y aparte”. Aprovechando su propio aislamiento, imaginaron su potencial. “Nos gusta más el turismo rural, pero si sale bien, esto nos dará visualización”, recuerda que pensaron los miembros del Consejo de Administración. Y ha salido bien. Lo confirma Leo, la madre de los hermanos Caballero, Laura y Alberto, propietarios de Contubernio. Ella es el ‘espíritu’ del equipo de rodaje y la que certifica que, pese a que todo el equipo “tenía ganas de terminar y decían que querían volver -piensa que estar aquí es como estar en una burbuja- hoy, de repente, todos tienen nostalgia y nos quedan aún dos días”. Leo narra a ‘Presura’ la “intensa” experiencia de rodar en un aislado despoblado dos días antes de recoger los bártulos para regresar a Madrid, el pasado 11 de octubre. Ella se incorporó al equipo porque no encontró una empresa de hostelería que quisiera apoyarlo en su periplo rural y ha sido, además de una “inspiración” en palabras de muchos de los que la conocen, la intendenta y la que ha dado de comer “hasta a 80 personas”. p. 41


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