2trimestre 2009

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Edita: Fundación Concha Espina Apartado de Corre os, 89 39200 Reinosa Teléfo no 942 774189 canonreinosa@gmail.com siguió coloca r e l ramo , que era el último en reco ger l a ‘ embar nía’ y beber de ella . L a r onda de mo zos canta ba de nuev o: «Qué buena es taba la leche/ qué buena estaba la nata/ que San Antonio le guar de/ por muchos años la s v acas . L a des pedida te damos/e n e l c anto de la puer ta/ quiera Dios que los tus hi jos/llame n a m i madre abuela». La par tida de lo s c ompañeros dejarí a a s olas a l a ‘ flo r y n ata’ , expresión para referirs e a l a juv en tud plena del lu gar, a l a l uz de la luna, iniciando entr e ellos una conve rsació n s obre la posibilidad de un emparejamiento entre ambos . Esto dependería de la respuesta de la mo za . M ientras el mo zo, toma ba la nata y d evolví a l a ‘ embar nía’, par tiendo con a le grí a o desilusión, dependiendo de la respuesta reci bida, a r eunirs e con lo s c ompañero s q ue estaba n r ondand o en otr a morada.

Desaparició n

‘Enramá ’ y ‘ Flo r y nata’, dos fotografías de Julio G. de la Puente que ilustran esta costumbr e t radicional .

La enramá, orígenes del ligue Entr e San Juan y San Pedro el mozo colocaba un ramo en la ventana de la moza pretendida e iniciaba un largo cortejo si lograba su aprobación MUSEO E TNOGRÁFICO PROAÑO

EL PAJA R

La enramá es un a d e l as costum bres tradicionales que sirvió para el emparejamiento de la s m ozas y mo zos s olteros del lu gar, con l a f inalidad de facilitar futuros noviaz gos. Sus orígenes guardan relación con e l c ulto de carácter re genera tivo , propi o de comunidades sociocéntricas y endo gámicas opuestas a que cualquiera de sus miembros busque vínculos maritales fuera de su ámbito comunitario . La enramá se realizaba inicia do el solsticio de verano , s olía se r

entre San J ua n y San P edr o. Lo s mo zos fijaban el dí a y andaban presto s a cort ar la rama más boni ta, preferentemente de fresno , para coloca rl a en u n l ug ar visibl e de l a casa de la mo za a l a que preten dían. Intenta ban coloca rl a l o más próxim a a l a v entana de la habita ción donde dor mía la mo za, para que esta al desper tar la vies e, y a ntes de que otr o m ozo pudiera ade lantars e a c olocar su ramo . Al desper tar la mo za y v er el ramo , y a pasab a a s aber que es a noche vendrían lo s m ozos, por lo cual pre paraba la ‘embar nía’ de leche que tenía ‘natando’ para obse-

Al pie del cañón

quiar le s, con l a intrig a d e cuál de ello s s ería quien colocó el ramo . La ‘ embar nía’ es un recipiente grande para pone r a ‘ natar’ la le ch e a l s ereno de la noch e en una ventana. Se diferencia de la bar re ña o c azuela, porque esta tiene un pito rr o abier to en la boca por donde se puede saca r l a l eche si n d er ramars e y c onservando la cort eza de nata. Al anochecer , l a r onda de mo zos salí a a p r etende r a l as mo za s a la s que habían colocado el ramo . A l entrar al cor ral, donde se encon traban la s v acas cer radas , c anta ban unas tonadas , c omo las que de-

cían: «Esta casa sí que es casa / e stas sí que son paredes/ aquí está el or o y l a plata/ y l a s al de la s m ujeres . P or tú puer ta vo y entrando/ y e l s ueño te quitaré/ perdona si te he ofendido/ ya dor mirás otra ve z» . Llamand o a l a puer ta, lo s m ozos pedían la presencia de la mo za . Esta les obsequiaba con l as natas . En caso de no haber lech e en l a casa , c osa que podía suceder , l es bajaría una jar ra de vino . L os mo zos en c or ro se iban pasando la embar nía por ‘rudiá’ , d e l a c ual iban bebiendo la lech e fresca, dejando la nata reservada para el que con-

Si la respuesta fu e a fi rm at iv a, se declararía el emparejamiento tem poral dándos e a v er la pareja en el próximo baile del lu gar, o conve rsando en los encuentros de la s t ar eas cotidiana s. El mo zo acudiría igualment e a l as hilas noctur nas que se celebra n e n c asas de ve ci nos a fin de poders e conocer me jor él y l a m oza para decidir si continuaban como no vios o dejaban la relación qu e l es dio esa opor tu nidad. Esta tradición es una más de las desaparecidas en la Edad M oder na, cuando la movilidad geográfica dio lu gar a una m ayo r c ir culación de personas y d e r elación entre núcleos r urales y urbanos que posibilitó reno va r l a c onsan guinidad con n uevas ramas genea lógicas dando pas o a l derecho a pretender personas ajenas al lu gar bajo el pag o a l a mocedad de la ‘cuar tilla de vino’ y l a ‘ patente’ si lle gaba n a c asars e. Algunos mo zo s r ondadores v eían como lo s f orasteros les lle vaban la s m oz as de su s s ueños , dando lu gar a riñas desag radables que lle ga ro n a p ro vo car que se prohibiese en v arios lu gare s e st a tradición, la cual desapareció por completo en los año s s esenta del siglo XX. En es a a l tura, la ofrenda de la ‘embar nía’ no se hacía ya con e l fin de emparenta r a l a mocedad, sino como tradición de obsequio de la s m ozas a l os mo zos por su s ramos y c anciones de ronda.


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