Número 7
Huérfanos de Agatha (1890‐1976) Salvador Esteve Como un bodegón de muerte...
LA ANCIANA Y SOLITARIA SRA. BRIDGES, rica e influyente, abrazaba la mesa de su escritorio; estaba muerta. El joven policía local insistía en que se trataba de un suicidio, pero el comisionado, que tenía un apego inusitado a su cargo y viendo que este peligraba, mandó llamar a los más famosos detectives de la época.
Hércules Poirot se acercaba a la mansión con andar lento y ceremonioso, como si su cuerpo fuera una peana que portara el más preciado de los tesoros, su cerebro. Entró en el edificio con la parsimonia de un cirujano dispuesto a extirpar la verdad. Se despojó de su abrigo y, con mimo, lo colocó en el perchero. Un policía lo acompañó a la esce125