CLÍNICA MAYO
SALUD DIGESTIVA Cómo prevenir y tratar los problemas estomacales e intestinales más comunes
SAHIL KHANNA
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CLÍNICA MAYO. SALUD DIGESTIVA Cómo prevenir y tratar los problemas estomacales e intestinales más comunes Título original: DIGESTIVE HEALTH. HOW TO PREVENT AND TREAT COMMON STOMACH AND GUT PROBLEMS © 2020, Mayo Foundation for Medical Education and Research (mfmer) Editor médico | Sahil Khanna, licenciado en Medicina y Cirugía Directora editorial | Paula M. Marlow Limbeck Editora sénior | Karen R. Wallevand Gerente de Producto sénior | Daniel J. Harke Director de Arte | Stewart (Jay) J. Koski Ilustración, fotografía y producción | David A. Factor, Joanna R. King, Michael A. King, Kent McDaniel, Matthew C. Meyer, James D. Postier II, James E. Rownd, Gunnar T. Soroos Bibliotecarios de investigación editorial | Abbie Y. Brown, Eddy S. Morrow Jr., Erika A. Riggin, Katie J. Warner Corrección de estilo | Miranda M. Attlesey, Alison K. Baker, Donna L. Hanson, Nancy J. Jacoby, Julie M. Mass Indexador | Steve Rath Asistente administrativa | Terri L. Zanto Strausbauch Colaboradores | Andrés J. Acosta, doctor en Medicina y Filosofía; Adil E. Bharucha, licenciado en Medicina y Cirugía, doctor en Medicina; Suresh T. Chari, doctor en Medicina; Purna C. Kashyap, licenciado en Medicina y Cirugía; John B. Kisiel, doctor en Medicina; Heather L. LaBruna; Joseph A. Murray, doctor en Medicina; Karthik Ravi, doctor en Medicina; William Sánchez, doctor en Medicina; Jacalyn A. See, maestra en Ciencias y nutricionista clínica certificada; William J. Tremaine, doctor en Medicina; Laura Hamilton Waxman.
Los logotipos de MAYO, la CLÍNICA MAYO y el triple escudo de MAYO son marcas registradas de la Fundación para la Educación e Investigación Médica. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o almacenada en cualquier tipo de sistema de recuperación, o transmitido en cualquier formato o por cualquier medio, ya sea electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabado u otros, sin el consentimiento previo por escrito del editor. La información contenida en este libro es verdadera y completa hasta donde se sabe. Este libro sólo busca servir como una guía informativa para quienes desean aprender más sobre temas relacionados con la salud. En ningún momento pretende reemplazar, contramandar o entrar en conflicto con cualquier recomendación hecha por tu propio médico. La decisión final respecto al cuidado de tu salud recae en ti y en tu médico. La información presentada en este libro se ofrece sin garantías de ningún tipo. El autor y la editorial se eximen de toda responsabilidad relacionada con el uso de este libro.
Traducción: Natalia Herrero y Ariadna Molinari, de la cuarta edición en inglés Diseño de portada: Sergi Rucabado D.R. © 2023, Editorial Océano de México, S.A. de C.V. Guillermo Barroso 17-5, Col. Industrial Las Armas Tlalnepantla de Baz, 54080, Estado de México info@oceano.com.mx www.oceano.mx Primera edición en Océano: 2023 ISBN: 978-607-557-754-8 Todos los derechos reservados. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita del editor, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. ¿Necesitas reproducir una parte de esta obra? Solicita el permiso en info@cempro.org.mx Impreso en México / Printed in Mexico
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Contenido PARTE 1
CUESTIONES BÁSICAS DE SALUD DIGESTIVA
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Capítulo 1
¿Por qué es importante tu intestino? Señales de advertencia · ¿Cómo funciona la digestión? · Problemas digestivos
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Capítulo 2
El microbioma intestinal El microbioma explicado · El intestino cambiante · Cuando un intestino sano enferma · ¿Cómo nutrir un intestino sano?
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Capítulo 3
Receta para una digestión saludable Lo que debes comer · Alimentos que debes limitar · Tus hábitos alimenticios · Actividad física · Estrés · Medicamentos · Entender las enfermedades digestivas
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Capítulo 4
En las entrañas Dificultades para tragar · Dolor de pecho y acidez · Indigestión · Náuseas y vómito · Eructos, hinchazón y gases intestinales · Dolor abdominal · Diarrea y estreñimiento · Sangrado · Pérdida de peso involuntaria
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Capítulo 5
Pruebas de diagnóstico Análisis de sangre · Pruebas de orina y heces · Radiografías · Tomografía computarizada · Ultrasonido · Endoscopia · Prueba de sonda de ácido ambulatorio (pH) · Prueba de la función muscular esofágica · Estudios de tránsito intestinal · Manometría · Proctograma de defecación (defecografía) · Pruebas de aliento
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PARTE 2
ENFERMEDADES DIGESTIVAS
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Capítulo 6
Obesidad ¿Por qué tengo sobrepeso? · Tratamientos para bajar de peso · Alimentación · Actividad física y ejercicio · Cambios de conducta · Medicamentos con receta · Cirugía y procedimientos endoscópicos · El futuro de la pérdida de peso
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Capítulo 7
Estreñimiento e incontinencia fecal Estreñimiento · ¿Cómo diagnosticar el estreñimiento? · Tratamiento y manejo del estreñimiento · Complicaciones del estreñimiento · Incontinencia fecal · ¿Cómo diagnosticar la incontinencia fecal? · Tratamiento y manejo de la incontinencia fecal
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Capítulo 8
Síndrome del colon irritable e intolerancias alimenticias Un trastorno funcional · Descartar otras condiciones · Tratamiento · Medicamentos sin receta · Medicamentos con receta · Terapia psicológica · Intolerancia a la lactosa· Otras intolerancias · Dieta baja en fodmap
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Capítulo 9
Enfermedad celiaca ¿Por qué hace daño el gluten? · Signos y síntomas · ¿Cómo diagnosticar la enfermedad celiaca? · Complicaciones de la enfermedad celiaca · Una nueva forma de comer · Cuando la alimentación no basta
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Capítulo 10
erge y otras enfermedades esofágicas ¿Qué es la erge? · Signos y síntomas variados · ¿Qué te pone en riesgo? · Condiciones relacionadas · Complicaciones de la erge · Consulta con tu médico · El tratamiento empieza por el autocuidado · Medicamentos para tratar la erge · Cirugía para tratar la erge · Funduplicatura · Cáncer de esófago
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Capítulo 11
Úlceras y dolor estomacal Una herida abierta · Bacterias: las sospechosas comunes · ¿Cómo se diagnostican las úlceras? · Tratamiento con medicamentos · Formas de autocuidado que favorecen la curación · Dispepsia funcional · Primer paso: cambios al estilo de vida · Cáncer de estómago · Diagnóstico y tratamiento
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Capítulo 12
Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa Similares, pero distintas · En busca de una causa · Signos y síntomas · ¿Cómo se diagnostica la enfermedad intestinal inflamatoria? · Medicamentos · Vivir con enfermedad intestinal inflamatoria · Cirugía · ¿Cómo prevenir las complicaciones?
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Capítulo 13
Enfermedad diverticular Diverticulosis · Diverticulitis · ¿Cómo se diagnostica la enfermedad diverticular? · ¿Cómo se trata la diverticulitis?
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Capítulo 14
Enfermedad de la vesícula biliar Piedras en la vesícula · Ataque de piedras en la vesícula · ¿Cuál es tu nivel de riesgo? · ¿Cómo se diagnostica la enfermedad de la vesícula biliar? · Opciones de tratamiento · La vida sin vesícula biliar · Cánceres de la vesícula biliar y de los conductos biliares
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Capítulo 15
Enfermedad pancreática Pancreatitis aguda · ¿Cómo se diagnostica la pancreatitis aguda? · ¿Cómo se trata la pancreatitis aguda? · Pancreatitis crónica · ¿Cómo se diagnostica
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la pancreatitis crónica? · ¿Cómo se trata la pancreatitis crónica? · Vivir con pancreatitis crónica · Cáncer de páncreas · ¿Cómo tratar el cáncer de páncreas? Capítulo 16
Enfermedad hepática ¿Qué hace el hígado? · Enfermedad hepática · Hepatitis infecciosa · Hepatitis inducida por consumo de alcohol o medicamentos · Hígado graso no alcohólico · Enfermedades autoinmunes · Enfermedad hepática congénita · Cirrosis · Trasplante de hígado · Cáncer de hígado
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Capítulo 17
Cáncer colorrectal Indicios y síntomas · ¿Cuál es tu nivel de riesgo? · Estudios de detección · Fases del cáncer · Tratamiento
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Apéndice: plan de alimentación fodmap Índice analítico
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Prefacio
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primera vista, tu sistema digestivo puede parecer fácil de entender. La secuencia es la siguiente: la comida entra en tu boca, los órganos digestivos descomponen esa comida, después tus intestinos absorben los nutrientes de esa misma comida, y, al final, lo que resta se elimina como desecho. Suena fácil, ¿no? Contrario a lo que muchos piensan, el sistema digestivo de los seres humanos es increíblemente complejo. Actúa a la vez como transportador y procesador de alimentos, para lo cual requiere que múltiples órganos funcionen de forma eficiente y transformen lo que comes y bebes en una mezcla que fomente la buena salud. Sin embargo, algunas veces las cosas salen mal, o el proceso no se desarrolla tan bien como debería. La cuarta edición del libro Salud digestiva de la Clínica Mayo cubre signos y síntomas, causas, procedimientos de diagnóstico y opciones de tratamiento para las condiciones digestivas más comunes, así como acciones preventivas a considerar. Tal vez has experimentado molestias temporales derivadas de la acidez, diarrea, estreñimiento, náuseas y exceso de gases, y quieres determinar qué está provocando tus síntomas. Quizás estás lidiando con una condición común como la enfermedad del reflujo gastroesofágico, úlceras pépticas o cálculos biliares y quieres información sobre los tratamientos disponibles. Si padeces una condición crónica,
como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celiaca, tal vez estás buscando herramientas para enfrentarla. En la última década, ha habido grandes avances en la comprensión, la detección temprana y el tratamiento de muchas condiciones digestivas. Un ejemplo de ello es que, hoy en día, existe un mayor entendimiento sobre la función crucial que tiene el intestino —en específico, de las bacterias que residen en él— en la conservación de la salud de una persona a nivel general. También se está observando una conexión entre la salud del intestino y la de otros sistemas dentro del cuerpo. Todo lo anterior ha derivado en múltiples especulaciones y desinformación en torno a los alimentos que debemos o no comer para tener una buena salud intestinal. Este libro aborda una gran variedad de temas, poniendo en contexto qué se requiere para mantener un sistema digestivo sano y cómo responder cuando surge alguna enfermedad. Con mucha frecuencia, las personas dejan pasar demasiado tiempo antes de consultar al médico. Por lo general, cuanto antes enfrentes un problema, será más fácil prevenir que se vuelva grave. Espero que los consejos de este libro te permitan tener una mejor calidad de vida con menos problemas digestivos. ¡Que tengas una excelente digestión! Dr. Sahil Khanna
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Sahil Khanna, licenciado en Medicina y Cirugía, es profesor asociado de Medicina en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Clínica Mayo y encabeza el Grupo de Interés Gastrointestinal Integral dentro de la División de Gastroenterología y Hepatología de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota. El doctor Khanna es egresado del Instituto de Ciencias Médicas All India de Nueva Delhi. Realizó investigaciones posdoctorales en la Universidad de California en San Diego, antes de completar su residencia en Medicina Interna y un programa de beca en Gastroenterología y Hepatología en la Clínica Mayo de Rochester. Las investigaciones e intereses clínicos del doctor Khanna incluyen: epidemiología, resultados en
pacientes y terapias emergentes para la infección por Clostridium difficile (C. diff.), un tema sobre el cual ha escrito diversos artículos y realizado numerosas presentaciones. El doctor Khanna forma parte del consejo editorial de varias revistas académicas y ha sido reconocido con el premio Miles and Shirley Fiterman, el premio al becario distinguido de los Hermanos Mayo, el premio Donald C. Balfour a la investigación de la Sociedad de Alumnos de la Clínica Mayo, la beca de investigadores jóvenes de la Fundación Hartz y el premio al médico residente más distinguido por la Asociación Americana de Médicos de Origen Indio.
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PARTE 1
Cuestiones básicas de salud digestiva
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CAPÍTULO 1
¿Por qué es importante tu intestino?
T
ener buena salud y un intestino saludable van de la mano. La digestión es una de las principales funciones que debe desempeñar el cuerpo para sobrevivir y prosperar. Los alimentos que comes proporcionan los nutrientes necesarios para darles sustento y energía a tus células para que tu cuerpo pueda desarrollarse, repararse y mantenerse por sí mismo. Al ingerir cualquier alimento, lo que entra por tu boca debe ser transformado antes de que pueda nutrir tu cuerpo. Ésta es la principal función de la digestión; descomponer los alimentos en componentes más pequeños y modificarlos de forma química para que tu cuerpo logre extraer los nutrientes necesarios y absorberlos en el torrente sanguíneo (mientras, el resto de los nutrientes se elimina como desecho). Los responsables de descomponer los alimentos son los jugos gástricos en tu boca, estómago e intestinos, en tanto que los dientes ayudan a triturar y masticar la comida. Cuando las cosas salen de acuerdo con lo planeado, los órganos del tracto digestivo desempeñan una variedad de funciones especializadas de forma eficiente y oportuna. Sin embargo, como ocurre con cualquier sistema complejo que involucra partes integradas, a veces el proceso se ve alterado, y hasta la falla más pequeña puede causar problemas. Cuando esto sucede, comienzas a experimentar indicios y síntomas. Ésta es la manera en que tu cuerpo te avisa que algo no anda del todo bien. Con frecuencia, los problemas son menores y poco frecuentes, pero a veces pueden ser complejos y crónicos.
SEÑALES DE ADVERTENCIA Experimentar acidez, dolor, cólicos, hinchazón, náuseas, vómito, diarrea, estreñimiento o sangrado son las distintas formas en que tu sistema digestivo te alerta sobre la existencia de un problema. Y por más que intentes ignorar lo que está sucediendo (o lo que no está sucediendo) en tu estómago o intestinos, hacerlo es prácticamente imposible. Para algunas personas, la sensación de dolor, hinchazón o náuseas es intermitente. Puede aparecer de forma esporádica, y a veces repentina, para disminuir gradualmente luego de unas cuantas horas. Para otros, las molestias digestivas persisten y se vuelven una compañía constante e indeseada. Los problemas digestivos tienen múltiples causas, incluyendo infección, inflamación, oclusiones del tracto digestivo y problemas relacionados con el estilo de vida como la alimentación y el estrés. Para muchos individuos, no importa cuántas alternativas prueben para aliviar sus signos y síntomas: ninguna funciona y el problema persiste. Se estima que entre 60 y 70 millones de estadunidenses —aunque podrían ser más— experimentan algún tipo de problema digestivo. Prueba de esto son los pasillos de las farmacias y supermercados que están repletos de un sinfín de medicamentos y suplementos digestivos, incluyendo antiácidos, bloqueadores de ácidos, laxantes y suplementos de fibra. A menudo los medicamentos sin receta (de venta libre) ayudan a aliviar las molestias de estos indicios y síntomas, pero no siempre funcionan. Si de modo constante sufres
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episodios de indigestión, dolor, náuseas o cólicos, es importante consultar al médico. Conocer el origen de tu padecimiento puede ayudarte a reducir la ansiedad, relajarte en situaciones sociales y permitirles a ti y a tu médico trabajar juntos en un plan para manejar la condición y tal vez curarla. Actuar de forma temprana también podría ayudarte a prevenir que una condición digestiva grave ponga en riesgo tu vida. ¿CÓMO FUNCIONA LA DIGESTIÓN? El tracto digestivo está compuesto por una serie de órganos huecos interconectados que incluyen el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. Juntos forman un pasillo largo y complejo que se extiende desde la boca hasta el ano, donde los desechos sólidos son expulsados del cuerpo. Órganos como las glándulas salivales, el páncreas, el hígado y la vesícula biliar también desempeñan funciones esenciales en el proceso digestivo. A lo largo de este tracto, una serie de contracciones musculares mueve los alimentos a través de las distintas etapas del proceso digestivo. Existen válvulas en puntos estratégicos
del tracto que controlan la cantidad de alimento que puede avanzar y evitan que la comida retroceda. Una red de nervios y células glandulares regula gran parte de esta actividad, incluyendo la liberación de enzimas y jugos gástricos. Cuando la comida se descompone en el cuerpo, la sangre absorbe los nutrientes a través de pequeños poros en la pared intestinal. Estos nutrientes se transportan en el torrente sanguíneo para nutrir las células del cuerpo. Cuando ocurren problemas, ciertos signos y síntomas pueden ser señal de múltiples causas, lo cual complica el diagnóstico (y tu vida). Por eso es que, durante una consulta médica, tú y tu médico deben identificar todas las posibilidades —a menudo mediante un proceso de eliminación— y concentrarse en la causa más factible. En las secciones siguientes, se describen los distintos órganos digestivos y cómo se relacionan entre sí. Esta información puede ayudarte a entender mejor las complejidades del proceso digestivo y por qué surgen problemas dentro del mismo. Glándulas salivales La digestión inicia incluso antes de dar el primer bocado. El aroma de los alimentos que estás a punto de comer —o que
PROBLEMAS NUMEROSOS ¿Hoy son más comunes los problemas digestivos que hace algunos años? La respuesta parece ser “sí”. ¿Por qué están aumentando los problemas digestivos? Pueden existir múltiples razones, y es difícil señalar uno o dos factores en específico. Sin embargo, parece haber un vínculo indiscutible entre la digestión y el estilo de vida. Parte del aumento en la incidencia de problemas digestivos puede relacionarse con un estilo de vida más acelerado, una alimentación poco saludable y una disminución de la actividad física. La prevalencia de problemas digestivos se refleja en estas estadísticas generales:
• Más de 60 millones de estadunidenses experimentan acidez al menos una vez al mes, y más de 15 millones podrían experimentarla diario.
• Cerca de 36 por ciento de los estadunidenses tiene problemas para digerir productos lácteos, una condición conocida como intolerancia a la lactosa.
• Casi 15 millones de estadunidenses experimentan dolor abdominal, gases y diarrea o estreñimiento • • • •
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relacionados con el síndrome del colon irritable. Más de 3 millones de las visitas a clínicas y hospitales cada año son a causa del estreñimiento. Poco menos de 6 por ciento de los adultos en Estados Unidos tiene úlceras. Cerca de 3.5 millones de estadunidenses viven con hepatitis C, una infección viral del hígado. Alrededor de 135 000 estadunidenses son diagnosticados con cáncer colorrectal cada año.
capítulo 1
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Faringe Glándulas salivales
Esófago
Diafragma
Estómago Hígado Vesícula biliar
Intestino grueso (colon)
Páncreas
Intestino delgado Apéndice
Recto
El tracto digestivo comienza en la boca y termina en el recto e incluye varios órganos internos. Los alimentos que comes viajan por tu cuerpo a lo largo del tracto digestivo.
¿por qué es importante tu intestino?
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estás pensando en comer— es suficiente para hacer que tu boca se llene de saliva. Cada persona tiene tres pares de glándulas salivales grandes, además de unas glándulas más pequeñas en el recubrimiento de la boca. Cuando pruebas un bocado de comida, tus glándulas secretan saliva que contiene una enzima llamada amilasa, la cual comienza a descomponer los alimentos químicamente. Tus dientes trituran y muelen la comida, al tiempo que tu lengua mezcla esta comida con la saliva. Estas acciones transforman un bocado de comida en una mezcla suave, húmeda y redonda, ideal para ser tragada, llamada bolo. En un principio, tú controlas muchos aspectos del proceso digestivo; el alimento que introduces en tu boca, cuánto tiempo tardas en masticarlo y cuándo decides tragarlo. Sin embargo, una vez que tragas el alimento, es tu sistema nervioso el que controla el resto del proceso digestivo. Esófago Cuando tragas, una serie de músculos en tu boca y garganta impulsan los alimentos a través de un aro muscular relajado (esfínter esofágico superior) que conecta la parte posterior de tu garganta (faringe) con la parte superior de tu esófago. El esófago, también conocido como el tubo de alimentación, es un tubo de poco más de 25 centímetros de largo que conecta tu garganta y estómago. Como la gravedad por sí sola es incapaz de mover la comida a través del esófago, son los músculos en la pared del
Glándulas salivales
Esófago
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esófago, que se mueven en olas sincronizadas —una detrás de la otra— los que impulsan la comida hacia el estómago. Los músculos que están arriba de la comida deglutida se contraen, con lo cual la aprietan y empujan hacia abajo, mientras que los músculos que están debajo de la comida se relajan para dejarla pasar sin resistencia. Este patrón progresivo de contracción y relajación se conoce como peristalsis, la cual es una acción muscular coordinada que continúa a lo largo de todo el tracto digestivo. A medida que la comida llega a la parte inferior de tu esófago se acerca al esfínter esofágico inferior. Cuando no estás comiendo, esta válvula muscular permanece cerrada para evitar que el ácido del estómago se regrese (regurgite) hacia tu esófago y te provoque acidez. La acción de tragar le indica a la válvula que se relaje y abra para dejar pasar los alimentos en su camino hacia el estómago. En algunas personas, la comida no desciende por el tracto digestivo como debería o el esfínter esofágico inferior no se relaja, lo cual produce dificultades para tragar (disfagia). La disfagia suele ocurrir por un estrechamiento del esófago, denominado estenosis, casi siempre ocasionado por una exposición excesiva al ácido estomacal. Estómago El estómago es un saco hueco y muscular, ubicado en la parte superior del abdomen y debajo de la caja torácica, que puede expandirse hasta contener cerca de 4 litros de comida y líquidos. Cuando el estómago está vacío, sus tejidos se pliegan sobre sí mismos, como un acordeón cerrado. Conforme se va llenando, desaparecen estos pliegues. El estómago realiza dos funciones en el proceso digestivo: continúa descomponiendo la comida en pedazos más pequeños y actúa como depósito al liberar comida de forma gradual hacia el intestino delgado, donde ocurre la mayor parte de la digestión y absorción química. Por lo general, el estómago tarda casi cuatro horas en vaciarse después de una comida nutritiva. Si la comida contiene mucha grasa, puede tardar hasta seis horas o más. Incluso antes de recibir la comida, los jugos gástricos en el estómago comienzan a fluir. Cuando ves, hueles y pruebas la comida por primera vez, tu cerebro envía señales a lo largo del nervio vago que indican que la comida llegará pronto. Los mensajes provocan que se libere una sustancia química, llamada acetilcolina, a lo largo de los nervios y músculos que recubren el estómago. Esta sustancia química genera una reacción en cadena que hace que los músculos de tu estómago empiecen a contraerse y envía una señal a tus glándulas gástricas para que produzcan jugos gástricos.
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Estómago Hígado Vesícula biliar
Páncreas
Duodeno Yeyuno
Intestino delgado
Íleon
En cuanto la comida llega al esófago, las condiciones están listas para la siguiente etapa de la digestión. Los músculos en la parte superior de tu estómago se relajan para permitir la entrada de comida y líquidos. Entonces, las paredes del estómago, que están revestidas con tres capas de músculos poderosos, comienzan a revolver la comida, mezclándola en pedazos cada vez más pequeños. Los jugos gástricos secretados por las glándulas que revisten las paredes de tu estómago ayudan a descomponer la comida en un líquido espeso y cremoso llamado quimo. En un día normal, tu estómago produce entre 2 y 3 litros de jugos gástricos. El ácido clorhídrico es uno de los múltiples tipos de jugos gástricos y, si no fuera por una capa de mucosidad pegajosa que actúa como una fuerza protectora que se aferra a las paredes de tu estómago, sería muy corrosivo. El ácido clorhídrico mata las bacterias y los microorganismos dañinos que se ingieren con la comida. Los jugos gástricos también contienen pepsina, una enzima que digiere las proteínas. Cuando existe un desequilibrio en las fuerzas protectoras y dañinas en el recubrimiento del estómago, esto puede dañar ese recubrimiento, dando lugar a condiciones como erosiones o úlceras. Dos productos que se absorben de forma directa en tu torrente sanguíneo desde el estómago son la aspirina y el
alcohol, pues atraviesan el recubrimiento del estómago con rapidez y sin problemas. Una vez que los alimentos están bien mezclados, una serie de olas musculares en las paredes de tu estómago empujan su contenido hacia abajo, hacia la válvula pilórica, que desem boca en el intestino delgado. La válvula pilórica, otro esfínter muscular en forma de aro, se abre lo suficiente como para permitir que tu estómago libere menos de la octava parte de 30 mililitros de comida a la vez hacia el intestino delgado. El resto del contenido se retiene para seguirlo mezclando. Intestino delgado, páncreas, hígado y vesícula biliar El intestino delgado es un tubo serpenteante de poco más de 6 metros de largo que ocupa la mayor parte de tu abdomen. Es ahí en donde se completa la descomposición química de los alimentos que ingieres, y en donde se absorben casi todos los nutrientes en tu torrente sanguíneo. El intestino delgado se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon (véase la ilustración superior). Duodeno. Los alimentos que libera tu estómago pasan al duodeno, donde la descomposición química de estos alimentos es más intensiva. Aquí, los jugos gástricos convergen desde el páncreas, hígado y vesícula biliar, y se mezclan con los jugos ¿por qué es importante tu intestino?
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APETITO, HAMBRE Y SACIEDAD El apetito es esa sensación agradable que te avisa que es hora de comer. El hambre aparece más tarde, tal vez cuando no has comido a la hora que sueles hacerlo, y entonces tu cuerpo te lo hace saber a través de molestos retortijones. El apetito y el hambre trabajan en conjunto para garantizar que comas con regularidad. El hipotálamo es la parte del cerebro encargada de controlar tus sensaciones de apetito y hambre. Una parte de lo que comes se convierte en azúcar en la sangre (glucosa). Cuando cae tu concentración de azúcar en la sangre, el hipotálamo se percata de ello y envía impulsos nerviosos a lo largo del nervio vago hacia tu estómago. Estos impulsos desencadenan la liberación de jugos gástricos y ponen en marcha las contracciones musculares que producen retortijones. Podrías escuchar que tu estómago “ruge” cuando los jugos gástricos y el aire pasan por tus intestinos. Este sonido de rugido es normal. Si no puedes comer de inmediato, estas sensaciones desaparecen de manera gradual y quizá no vuelvas a sentir hambre durante varias horas. No obstante, más tarde en el día, cuando llega la hora de tu siguiente comida, lo más probable es que te mueras de hambre. Luego de comer, tu cerebro reconoce el momento en que te sientes lleno o llena. Conforme tu estómago se llena y distiende hasta alcanzar su capacidad normal, da la señal de que tu hambre ha sido satisfecha (saciedad).
secretados por las paredes del intestino delgado para realizar la descomposición. El recubrimiento del duodeno contiene enzimas —por ejemplo, la lactasa— que pueden descomponer los azúcares dobles, como la lactosa, en azúcares simples como la glucosa y la galactosa. Sin embargo, el duodeno sólo absorbe pequeñas cantidades de nutrientes a través de sus paredes intestinales. Las contracciones musculares continúan moviendo los desechos alimenticios a través del tracto digestivo. Páncreas. Es una glándula suave de color rosa que se ubica detrás del estómago. Su figura es parecida a la de un pescado, con cabeza ancha, cuerpo en forma de cono y cola angosta. Además de otras secreciones, el páncreas produce dos tipos de sustancias digestivas importantes: • Enzimas digestivas que se secretan en la parte superior del duodeno y que ayudan a descomponer las proteínas, los carbohidratos y las grasas, es decir, tus principales fuentes de energía. • Hormonas como la insulina y el glucagón, que se secretan al torrente sanguíneo y ayudan a regular tu metabolismo, incluyendo los valores de azúcar en la sangre (glucosa). 18
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Hígado. Es un órgano largo que se ubica justo debajo de la caja torácica del lado derecho del abdomen. Es una fábrica química que desempeña cientos de funciones, las cuales incluyen almacenar los nutrientes de los alimentos digeridos, así como filtrar y procesar las sustancias potencialmente tóxicas que consumes, como alcohol, sustancias químicas y gran parte de los medicamentos. El hígado también produce bilis, una solución de color amarillento verduzco que ayuda a descomponer la grasa para que ésta pueda absorberse en tu torrente sanguíneo. La bilis es la sustancia que le da el color marrón, verde o amarillo a tus heces. Esta variación de color es normal. Sin embargo, las heces de color rojo o negro pueden indicar un sangrado dentro del tracto digestivo. Vesícula biliar. Es un saco pequeño y traslúcido adyacente al hígado. Este órgano es una parte crucial del tracto biliar, que es un sistema que transporta bilis al intestino delgado. La vesícula biliar funciona como un almacén para la bilis producida en el hígado antes de que el líquido se drene hacia el duodeno. El hígado produce bilis de manera continua, incluso cuando tu cuerpo no está ocupado digiriendo algún alimento. El exceso de bilis se transforma en una solución más concentrada y potente en la vesícula cuando se absorbe parte
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del agua que compone esta bilis. Cuando los alimentos pasan por el duodeno, una hormona le indica a la vesícula que libere la bilis almacenada. Yeyuno e íleon. La parte media del intestino delgado se conoce como yeyuno, donde se absorben muchos nutrientes de los alimentos y entran en tu torrente sanguíneo. La última sección del intestino delgado se conoce como íleon, cuya principal función es absorber los nutrientes que restan de los desechos alimenticios. La absorción de la vitamina B12, una vitamina esencial, ocurre en los últimos metros del íleon, una zona que se conoce como íleon terminal. Los ácidos biliares también se absorben en el íleon terminal. Cuando estos ácidos permanecen, pasan al intestino grueso y suelen causar diarrea. El yeyuno y el íleon contienen una variedad de bacterias que contribuyen a la digestión de los alimentos y a la absorción de nutrientes. Los investigadores han descubierto que mantener un equilibrio saludable de bacterias no sólo es bueno para la digestión, sino además para la salud en general (véase capítulo 2). El viaje de la comida por el intestino delgado suele tomar desde 30 minutos hasta tres horas, dependiendo de lo que hayas comido. Colon El colon, también conocido como intestino grueso, se encarga de almacenar y retirar todos los desechos alimenticios que tu cuerpo es incapaz de digerir. El colon es más corto que el intestino delgado; sin embargo, su diámetro es mucho mayor y prácticamente enmarca el intestino delgado. El colon tiene cuatro secciones: ascendente, transversal, descendente y sigmoide. Los alimentos entran al colon a través de la llamada válvula ileocecal, que se ubica al final del intestino delgado. Esta válvula muscular evita que los desechos alimenticios regresen al íleon. Para cuando éstos llegan al colon, tu cuerpo ha absorbido la mayor cantidad de nutrientes posible. Lo único que resta es agua, electrólitos como sodio y cloro, y productos de desecho como fibra vegetal, bacterias y células muertas que se desprenden del recubrimiento de tu tracto digestivo. En cuanto los desechos alimenticios pasan por tu colon, tu cuerpo absorbe casi toda el agua de esos desechos. Los residuos restantes (heces) suelen ser suaves pero firmes. También están repletos de bacterias, que le sirven a tu cuerpo siempre y cuando la pared del colon permanezca intacta.
Transversal
Descendente
Ascendente Sigmoide
Colon
Estas bacterias provocan que ciertos productos alimenticios se fermenten, lo cual produce gases. Estos gases (flatos) son en su mayor parte una mezcla inolora. Los olores provienen de ciertos alimentos, sobre todo aquellos ricos en sulfuro como el ajo y la col, o aquellos con conservadores de base sulfúrica como el pan, la cerveza y las papas fritas. A medida que los residuos alimenticios se mueven por el colon, una serie de contracciones musculares separan y condensan los desechos en segmentos más pequeños. Después de cada comida, hay mucho movimiento en el colon descendente, que empuja los segmentos a través de la parte inferior del colon hacia el recto. Conforme el recto empieza a llenarse y expandirse con los desechos, envía una señal a tu cerebro de que es momento de evacuar las heces. Los músculos del esfínter en el ano, junto con los músculos que conforman tu piso pélvico, funcionan como una última válvula. Los músculos del esfínter se relajan a medida que los músculos de tu piso pélvico y recto se contraen para incrementar la presión y expulsar las heces de tu cuerpo. En ocasiones, es necesario ejercer una presión adicional sobre el colon y el recto usando tus músculos abdominales. Si no existe una buena sincronización entre los grupos musculares, puede dificultar la liberación de las heces, una condición que resulta en estreñimiento. En el capítulo 7 puedes aprender más sobre el estreñimiento y cómo manejarlo. ¿por qué es importante tu intestino?
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PROBLEMAS DIGESTIVOS Como leíste al principio del capítulo, los problemas digestivos son una de las causas más comunes por las que la gente va al médico. También son una de las principales razones por las que las personas toman medicamentos. La próxima vez que visites una farmacia o supermercado, observa la gran cantidad de medicamentos a la venta para tratar algún tipo de malestar digestivo. Los problemas gastrointestinales —ya sea acidez, diarrea, estreñimiento o gases— pueden alterar significativamente tu rutina diaria y alejarte de las cosas que disfrutas hacer. En los capítulos siguientes aprenderás más acerca de las funciones de tu estómago, intestinos y otros órganos digestivos, incluyendo la vesícula biliar, el páncreas y el hígado. Además, conocerás la variedad de factores que pueden interferir con una digestión normal. Para cada una de las condiciones abordadas, se listan indicios y síntomas comunes vinculados a la misma, así como indicaciones sobre cuándo es momento de consultar a un médico. Asimismo, proporcionamos información útil en relación con el diagnóstico y el tratamiento. El sistema digestivo humano es increíblemente complejo. Sin embargo, los médicos e investigadores continúan haciendo nuevos descubrimientos relacionados con problemas gastrointestinales comunes: por qué ocurren, quién tiene mayor riesgo de desarrollarlos y cuáles son las mejores formas de tratarlos. Es muy frecuente que las personas vivan con sus problemas demasiado tiempo antes de buscar ayuda médica porque piensan que lo que están experimentando es parte normal de la digestión. Por ejemplo, si tomas antiácidos con regularidad, tal vez diario, y lo has hecho durante varios meses, o incluso años, consulta con tu médico. Tener acidez todos los días no es normal y, cuanto antes enfrentes un problema, será más fácil tratarlo e impedir que se convierta en algo grave. Además de discutir enfermedades específicas y sus tratamientos, este libro aborda la prevención. Aprenderás sobre las diversas medidas que puedes tomar para mantener sano tu sistema digestivo, con lo cual reducirás tu riesgo de padecer alguna enfermedad. Para muchas personas, realizar algunos cambios sencillos en su estilo de vida puede ser de gran utilidad para mantener una digestión saludable.
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