Noches sin luna interior, de Juan Telmo Zárate

Page 41

Ve sombras agitarse sobre las paredes y el techo. Le muestran —como cuando contempla las nubes— montañas, rostros, árboles y animales. No pertenecerá al Renacimiento, ni a los impresionistas, tampoco al surrealismo. Posiblemente, habría tomado partido por los creadores del action painting de carácter gestual. Nada de eso; ella es realista, pisa la tierra, la luna y sus fases la han hecho carnal. Súbitamente, es poseída con violencia. En pleno éxtasis intenta tallas a falta de la perspectiva, y bosqueja en las paredes y en el techo. Dibuja trazos que reproducen la vida de los venados salvajes. Descansa, y en su soñera la atormenta la falta de color. Posee sólo el rojo y el negro, el muro es ocre, tres pigmentos minerales que machaca, pulveriza, mezcla y dispersa en líquidos espesos, orgánicos. Ya posee varios grises, cierta gama de rojos, los marrones y las tierras. Prepara la pared, y se da a su enajenada tarea. Comienza a crear un mundo de libertad que pertenece a la vida que fluye allí fuera. Ve moverse a sus figuras entre las sombras danzantes. Continúa. Intenta otros trazos, palpa, amasa y empasta la pintura contra los muros, da un paso atrás, se da a esa enajenación. Agotada, se acuesta. Siempre junto al fuego, ve moverse los animales en el techo, menearse al ritmo de los claroscuros que produce la fogata. Con el mentón sobre sus rodillas, con sus manos ardien41


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.