Memorias de una beatnik Diane di Prima Traducción de Luis Rubio Paredes Publicación: 24.01.22 ISBN: 978-84-124081-6-4
Escrita como una novela pulp pornográfica para pagar las facturas, Memorias de una beatnik cuenta, en realidad, una historia olvidada de bohemios solitarios que se encontraron en Nueva York antes que se inventara la palabra «beatnik». Di Prima y sus amigos viven provisionalmente en pisos sin calefacción sin más planes que sus próximas pinturas, poemas o ensayos. La autora captura de forma brillante el ritmo y la textura de esas vidas, sus valores y sus ambiciones. — Chris Kraus
Una reivindicación del placer, la libertad y la experimentación que brilla de forma singular dentro de la obra de Di Prima Memorias de una beatnik fue publicado en 1969 por Olympia Press, la mítica editorial de narrativa experimental y literatura erótica en lengua inglesa que operaba desde París –fue el sello en donde se publicaron Lolita de Vladimir Nabokov o algunas de las últimas obras de Henry Miller–. Por entonces Di Prima ya era una figura reconocida por su escritura, su papel como editora y su activismo político, tres actividades que en más de una ocasión la llevaron a ser censurada, acusada de obscenidad, e incluso ser investigada por el FBI.
Su editor, Maurice Girodias –con quien Di Prima ya había colaborado anteriormente– le propuso escribir un libro erótico basado en sus años en Nueva York a mediados de los cincuenta. Ella accedió y el resultado fue este texto, hoy considerado un clásico del underground, donde se mezclan la memoria y la ficción con las fantasías de un público al que necesitaba satisfacer. De hecho, la escritora recordaba como Girodias le devolvió el original en un primer momento reclamándole que incluyera más escenas de sexo. «Para mí fue como añadir orégano a una salsa de tomate», se reía la autora que, con la ayuda de algunos amigos y amigas, se inventó unas cuantas escenas lujuriosas de relleno.
las afueras
las afueras Pero más allá de la ficción que pueda haber en Memorias de una beatnik, como comenta Sophie Lewis en la introducción a la nueva edición inglesa de Revolutionary Letters (Silver Press, 2021): «los textos explícitos de Di Prima sobre la promiscuidad sexual polimorfa y el goce, constituían, por derecho propio, acciones valientes y políticas».
Os proponemos releer el libro por su propia entidad literaria, ni como una novela pornográfica ni tampoco como un texto donde buscar información sobre la generación Beat –en realidad apenas toca el tema de forma oblicua–. Toca releerlo como una invitación a pensar la vida y el arte en común y en comunidad; como una provocación para fijarse en otros modos de ser familia; como reafirmación de intenciones de una autora que, a pesar de haber sido acusada de obscenidad en varias ocasiones, no dejó de escribir como quería y lo que quería; también, claro, como un juego de escritura. En 2022 se conmemora el centenario del nacimiento de Jack Kerouac. Ante el inminente –y merecido– aluvión de noticias, notas y celebraciones entorno a él y la generación Beat, proponemos no olvidar a autoras como Diane di Prima. Autoras que fueron más que satélites alrededor de las que se han establecido como figuras principales. Autoras que fueron parte activa de aquel grupo de escritores y artistas, que fueron amigas y amantes, que se formaron en conjunto, compartiendo y discutiendo ideas, y crearon obras que merecen ser recordadas.
Diane di Prima, c. 1953-1960 Copyright: James Oliver Mitchell
Diane di Prima escribe con la prosa fría de una poeta en llamas. Memorias de una beatnik es un relato clásico de la vida en la bohemia: obsceno, enérgico, absurdo y totalmente adictivo. — Anne Boyer Diane di Prima (Nueva York, 1934 – San Francisco, 2020) fue una poeta, teórica, profesora y activista desbordante. Escribió más de una treintena de libros de poesía y prosa, entre ellos Revolutionary Letters (1971) y Loba (1978). Nieta de un inmigrante italiano anarquista cercano a Emma Goldman, Di Prima abandonó pronto la universidad, en la que había trabado amistad con la poeta Audre Lorde, para instalarse en Manhattan, epicentro de la contracultura y el movimiento Beat en los años cincuenta, decidida a convertirse en poeta. Allí entró en contacto con Frank O’Hara, Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti o Merce Cunningham y su escritura se consolidó como una voz fundamental de la generación Beat.
Di Prima decidió, además, ser madre soltera, rompiendo con muchos tabús en la época. Editó la revista The Floating Bear, junto a Amiri Baraka y fundó la editorial The Poets Press. A finales de los sesenta se instaló en San Francisco, donde se implicó en el movimiento hippie, la psicodelia de Timothy Leary y la comunidad contracultural de los Diggers. Tuvo cinco hijos de distintas parejas y su vida fue una constante búsqueda espiritual. Vivió en California hasta su muerte en 2020.