Cuentos y Leyendas del fútbol ecijano. Cap. 4

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CARTA ABIERTA A UN VIEJO AMIGO

El cuento que voy a relatar a continuación va dedicado a un gran amigo, que hace poco pregunté por él en el San Pablo a sus familiares y allegados y me sorprendió la respuesta: Ha dejado de venir. Ya llevaba varios domingos buscándolo con la mirada y no encontrándolo en la zona del estadio donde siempre ha visto el fútbol, incluso siendo directivo y pudiendo disfrutar del privilegio del palco presidencial. Lo llamé, encontrándome como respuesta un suspiro y una voz rota que me quebró el alma y ante lo cual no podía quedarme silenciado y para él va dedicado esta bonita historia de la que él y sus compañeros son grandes protagonistas, pese a quien le pese. El mes de julio de 2010 discurría con los éxitos de nuestro combinado nacional en el Mundial de Sudáfrica que tan brillantemente culminó alzándose con la ansiada copa del mundo. Ese ambiente triunfalista que rodeaba el fútbol nacional camuflaba una cuenta atrás en el fútbol local, ya que nuestro Écija Balompié deambulaba moribundo hacia la desaparición. Circunstancia que hoy en día muchos advenedizos han tenido a bien olvidar. Ese era el contexto futbolístico que nos rodeaba cuando una calurosa tarde de julio recibí tu llamada, querido amigo: -¿Dígame? -Oye, soy yo. -¿Qué tal? –le contesté. - Me he encontrando a Pepe saliendo del San Pablo. Me ha dicho que la directiva le ha dicho que cierre el club y eche las llaves por debajo de la puerta. -¿Cómo? –pregunté atónito. -Lo que escuchas, que el Écija se ha acabao –me contestó mi interlocutor-. La verdad es que eso es muy fácil decirlo cuando no tienes ningún sentimiento hacia el club y sólo estás aquí por negocios, como esta gente. -Llevas razón y ahora qué.


-Yo me he enterado de una gente que se está reuniendo para formar un grupo. -¿Y tú como lo sabes? –pregunté con cierta luz de esperanza. -Por que han venido a buscarme, por si quiero participar. En ese instante y conociendo a mi amigo desde pequeño ya que he compartido con él interminables tardes en el San Pablo y lo he visto animar, cantar y viajar, sabía que iba a dar el paso para ayudar a que el Écija no desapareciera. -Adelante, amigo –me salió del amigo-. Tú eres uno de los que siente el Écija desde la cuna. Si hay gente que puede evitar la desaparición del club, sois gente como tú, nadie va a tener ni los sentimientos ni el arrojo de afrontar esta delicada situación. Pero recuerda lo que siempre te digo. -Sí, temple, amigo, temple –contestó mi interlocutor con una gran sonrisa. -Anda, tenme al día. Pasaron los días y los rumores se multiplicaban. Mi amigo no llamaba y me temía lo peor. Así que descolgué el teléfono: -¿Qué te cuentes? –le pregunté a mi interlocutor. -Jodido, sabes. -¿Y eso? –pregunté. -Juegan con tus sentimientos. Es difícil negociar con gente que no tiene ningún sentimiento hacia el club y tú estás en el polo opuesto. -Joder y tanto. No sé, si yo podría hacer lo que tú estás haciendo. -Temple, amigo, temple –me contestaste entre risas. Pasados unos días, llegaron buenas noticias y sobre todo una que hoy muchos han olvidado: Salvasteis al Écija de su desaparición. De inmediato, cogí el teléfono, pero no conseguí hablar contigo ya que tu terminal comunicaba constantemente. Al cabo de los días, recibí tu llamada:


-¿Qué tal, amigo? –me preguntaste. -No, qué tal estás tú. -Cansado, esto ha sido un parto –me contestaste entre risas. -¿Y ahora qué? -Organizar el club y sanearlo, no veas cómo está esto: Luz cortada; agua cortada; césped abandonado; estadio sucio; sala de prensa que se cae a trozos; oficina sin equipamientos, etc…... -Un desastre, vamos –le contesté. -No veas, pero lo importante es que vamos a salir otra vez a competir. Esta vez tampoco han podido con nuestro club. Y efectivamente el club no desapareció. Y de vuestra mano empezó a notarse en el club: Pagos puntuales a trabajadores; Pagos a proveedores; Trato directo con la afición; Oficinas equipadas; Césped ejemplar; Mascota; Una efeméride; y un trato muy humano con todo el mundo. Y así creasteis un estilo. Más bien implantasteis una filosofía. Aún guardo esa anécdota que presencié cuando vino el Sevilla FC a jugar un amistoso y que ahora es el momento de revelar. Ya parece que a algunos se les ha olvidado que trajisteis a un club de primera después de muchos años para disfrute de quienes ahora os critican. También conviene recordarle a esa gente que recuperasteis un trofeo para el verano. Ah, y se me olvidaba que también creasteis un memorial a Pepe Herrainz, gran presidente que cayó en el olvido de las últimas directivas que os precedieron. En fin, viene bien recordar todo esto. Pero volviendo a la anécdota anunciada que ocurrió la noche que nuestro club se enfrentó al Sevilla F.C en el I Memorial Pepe Herrainz, la voy a relatar: -Cuánta gente –le dijo a mi querido amigo y a su acompañante. -Qué rasca –me contestó. -Oye, ¿Qué habéis montado una recogida de alimentos y juguetes para Cáritas? –pregunté mirando con asombro los dos montañas de objetos y alimentos que tenía enfrente.


-Si es algo que decidimos en el consejo y la verdad que hoy es el día indicado para hacerlo, porque es cuando más gente va a venir. Hay que ayudar a muchos ecijanos que lo están pasando muy mal –me dijiste. Ahí estábamos hablando cuando llegó una señora con su hijo pequeño. -¿Dígame señora? –dijo el compañero de consejo de mi amigo. -Mire usted, puede pasar mi hijo para ver el campo. Lo ve y me lo llevo para la casa. -¿Y eso señora? -Es que mi niño es del Sevilla, pero mi marido está parado y yo no trabajo, por lo que no podemos pagarle la entrada para que entre al estadio. En ese instante mi amigo y su compañero del consejo se miraron de forma cómplice y el mayor de ellos no tardó ni un segundo en dirigirse a la señora y decirle: -Vaya usted por un abrigo para su hijo, que se queda con nosotros para ver el partido. La cara de felicidad y los ojos llorosos de la señora cuando os abrazó aún la tengo grabada en mi memoria. Y personalmente creo que es la anécdota que mejor os define y que quizás deberían de conocer los que tan alegremente se permiten el lujo de criticaros y sobre todo de insultaros gratuitamente y de forma anónima. Pero al igual que recuerdo la anécdota que acabo de relatar, también recuerdo lo que escuché cuando llegasteis: HEMOS VENIDO A SALVAR AL ÉCIJA, PERO SOMOS GENTE DE PASO. Y eso me duele que no lo haya entendido la gente y que nadie os haya reconocido el trabajo realizado: “De un club desaparecido a un club saneado en tres años y medio”. Ese es vuestro titular y como os merecéis iros. Pero el fútbol es así y la memoria corta también de muchos críticos y aún más de los que se definen como hombres o profesionales del fútbol. Estos últimos se catalogan muy bien como tales ya que sacan alguna contrapartida directa o indirectamente de nuestro club, pero sobre todo porque velan más por sus intereses personales que por los del Écija Balompié. Dudo que ninguno de ellos quiera más al Écija que vosotros, sé el dinero que


habéis puesto de vuestro bolsillo; también sé quiénes sois los que tenéis préstamos personales que estaréis pagando durante años con el solo fin de pagar a los que eran vuestros empleados en el club. Aparte de todo el tiempo y trabajo que habéis dedicado al club en detrimento de vuestras familias y de vuestros amigos. A esos críticos y “profesionales del fútbol” una sola pregunta: ¿Cuánto dinero habéis puesto para salvar al Écija de la desaparición?. Está claro que nada. Pues bien, a los que tanto vociferáis y criticáis deciros que mi amigo a diferencia de ustedes SÍ SALVÓ AL ÉCIJA. Es más, con la edad que tiene cuenta con un número de carnet de dos dígitos. Aparte de que se culeó conmigo todos los asientos de hormigón en los campos de tierra donde jugaba el Écija, cuando alguno de vosotros seguramente ni os interesaba el fútbol. Sólo espero que mi amigo lea este cuento porque sé que devora todo lo que tenga que ver con nuestro club. Cuando lo lea, porque sé que lo va hacer, quiero dirigirme a los “críticos” y “profesionales del fútbol” para hacerles una pregunta: ¿Comprasteis alguna vez en el puesto de la candy?. Esta pregunta la leerá mi amigo y habré conseguido dibujarle una sonrisa, la respuesta la sabe él al igual que yo y la habrá recitado de memoria: Nadie puede llamarse aficionado del Écija, si no ha comprao en el puesto de la Candy. Querido amigo, los que tanto os critican e incluso insultan y han conseguido que dejes de ir al San Pablo no saben ni quién era la candy. Pero ellos no han salvado al Écija, ni por supuesto nunca lo harán, porque no tienen ni el sentimiento hacia nuestros colores ni los arrestos que vosotros tuvisteis para hacerlo. Ustedes habéis sido grandes para nuestro club, hasta tal punto sois grandes que muchos “profesionales del fútbol” que os critican siguen sacando tajada del club que salvasteis. Paradojas de la vida. Pero yo lo que quiero es que ya que salvasteis al club vuelvas al San Pablo, allí con tu gente, con tu familia, los que os juntáis siempre. Tú más que nadie y más que esos que os insultan o se definen como “profesionales del fútbol”, tienes que volver a ver nuestro equipo jugar, ya que si lo hace es gracia a aficionados como tú y no gracias a gente que no es ni socio. Estos últimos domingos he mirado tu sitio y lo veo huérfano, pero me gustaría que para el próximo domingo estuviera ocupado cuando mire hacia esa zona del estadio. Así que el domingo te espero donde llevamos más de treinta años viendo a nuestro Écija Balompié y donde espero verte otros treinta años cuanto menos. A nosotros nos da igual la categoría en la que


juegue nuestro Écija, sea en Segunda, en Tercera o en la antigua preferente. Allí te esperaré amigo…………………

PD: Dedicada a la última directiva ecijana que salvó a nuestro club de la desaparición y que se marchó dejando un club saneado y ejemplar. Por supuesto, este cuento no es recomendable para esos críticos y profesionales del fútbol que suelen aparecer en épocas de crisis deportiva, para ellos una sola palabra que me dijo una vez un gran aficionado al Écija, hoy fallecido, y que los define a la perfección: Mamandurria.

FDO: EL ARGONAUTA




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