Resumen:
El puerto de Buenos Aires fue, ya desde los tiempos coloniales, la llave de acceso a las vías internacionales de comercio, cultura, ciencia, arte y sociabilidad. Eso explica la preocupación de las autoridades locales por el cuidado y mejoramiento del puerto, incluyendo la sanidad portuaria. Su aplicación práctica siempre estuvo signada por la tensión entre los intereses médico-políticos por salvaguardar la salud de la población y los intereses económicos de no perjudicar al mercado. Durante el siglo XIX, la sanidad portuaria estuvo signada por la precariedad de los medios científicos, técnicos, de infraestructura y de personal especializado. Sólo a fines de siglo el avance de la medicina y el mejoramiento de las instalaciones permitió arribar a otras prácticas alternativas.