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DE VIAJE POR EL MUNDO
ituada en un lugar rocoso desde el que se puede ver el río Vístula, Cracovia estaba protegida por una gran muralla desaparecida hoy y en cuyo lugar en día en lugar sólo encontramos una gran franja de zona verde que circunda la ciudad. De la antigua fortificación se conserva la Barbacana del siglo XV, que se reconoce por su estructura circular y su enladrillado rojo. Esta edificación defensiva protegía la Puerta Florianska, que era una de las ocho puertas que daban acceso a la ciudad y es la única que hoy en día sigue en pie. Si pasamos por el arco de la Puerta, entramos en la concurrida “calle Florianska”, paseo donde encontrar un gran número de tiendas, bares y restaurantes. Desde este lugar, todo el recorrido que cruza el centro histórico pasando por la Plaza del Mercado, la calle Kanonicza hasta el Castillo de Wawel, es lo que se conoce como la “Ruta Real de Cracovia”.
Otro lugar destacable de la ciudad es el Barrio de Kazimierz, un laberinto de callejuelas al Sur de “Stare Miasto” en el cual se desarrollaba gran parte de la actividad que, durante más de 500 años, se venía dando por parte de la comunidad judía de la ciudad hasta la II Guerra Mundial. En Marzo de 1941 las SS nazis vaciaron el distrito y deportaron a más de 60.000 judíos a diferentes campos de concentración, entre ellos el de Auschwitz, que se encuentra muy cerca de Cracovia.
Es en este barrio donde encontramos también la Stara Synagoga (vieja sinagoga) construida en el año 1500 junto con la Sinagoga Tempel levantada en 1869 por la asociación de judíos progresistas. Cerca de las mismas se halla el cementerio Remuh, lugar de descanso de los miembros más ilustres de la comunidad judía.
Icono de la ciudad de Cracovia es el Castillo de Wawel, construido encima de una colina bajo la cual, habitaba un terrorífico dragón que según la leyenda consiguió beberse la mitad del río Vístula antes de explotar. Este castillo es una fortificación de estilo renacentista con casi mil años de antigüedad que fue la sede de los
reyes de Polonia desde la Edad Media hasta el siglo XVII, momento en que la capital de Polonia fue trasladada a Varsovia. En el interior del recinto se encuentra la Catedral de San Wenceslao y la Capilla de Segismundo que alberga las tumbas de los reyes Jagelones de Cracovia. Por la parte oeste del castillo se encuentra un pasadizo que desciende por el interior de la muralla hasta la salida, a orillas del Vístula en donde encontraremos la estatua del antiguo dragón escupiendo fuego. Hay que hacer también una breve referencia al barrio comunista de Cracovia conocido como Nowa Huta, construido a las afueras durante los años 50 para funcionar como una ciudad independiente.
Algo ya más alejado del centro de Cracovia y también a orillas del Vístula se encuentra la abadía Benedictina de Tyniec. El complejo fue construido en el siglo XI y es un recinto fortificado y levantado estratégicamente en lo alto de una colina, ofreciendo del mismo una visión impresionante. Es recomendable, antes de visitar el templo, hacer una ruta agradable en bicicleta hasta el lugar por la orilla del río.
Imprescindible en Cracovia escuchar al menos una vez el sonido de trompeta que se da desde la torre de la iglesia de Santa María, situada esta en la plaza del mercado, y desde la cual tiene lugar un toque de hora en recuerdo de un antiguo trompetista asesinado que trató de alertar a los ciudadanos de la invasión de la ciudad. Esta misma Iglesia de Santa María es un imponente templo de estilo gótico que constituye uno de los monumentos más importantes de la ciudad; en el interior de la basílica destaca especialmente un retablo de madera del siglo XV con más de 200 figuras talladas que, con 12 metros de longitud, es el más grande de toda Europa.
Como punto final, y para deleitar el paladar, es obligatorio visitar el restaurante Wierzynek; aquí podremos comer en salones decorados con antiguos candelabros, viejas armaduras de guerra y bellos relojes que se remontan hasta 1364.■
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