AÑO XVII
NÚMERO 167
DEPORTES Presentación de un libro de Aurelio Álvarez con motivo del 50 Aniversario de este club
“Club Alameda. Una historia de tenis” distrito21 Recientemente tuvo lugar, en el Club Alameda, el acto de presentación del libro “Club Alameda. Una historia de tenis”, cuyo autor, Aurelio Álvarez Gómez, bajo los auspicios de la Junta Directiva, ha querido celebrar el 50 aniversario del nacimiento de la entidad, y de paso dejar constancia escrita de los avatares históricos de uno de los clubs de tenis mas antiguos de Madrid. A través de sus páginas, el autor nos adentra en las mentes y costumbres de unos extranjeros, en su mayoría alemanes, que eligieron una finca, dedicada a explotación agropecuaria, situada en la Alameda de Osuna, para convertirla en un lugar bucólico y encantador en donde practicar un deporte, escasamente conocido en la época, denominado tenis. Aurelio Álvarez describe como unos personajes emprendedores y dinámicos, amantes de la naturaleza, o más bien de «actividades sociales al aire libre», integrantes de la clase alta de la España franquista de finales de la década de los cincuenta, residentes en su mayoría en el elitista barrio de Salamanca, comandados por un infatigable y carismático teutón, don Ernesto Pfeiffer Rotteinstein, compran un terreno privilegiado de mas de 22.000 metros cuadrados, por la exorbitante cifra de 3.300.000 pesetas.
No parece que estén muy claras las verdaderas intenciones de esa compra, según la interpretación expuesta en el libro, pues la motivación de la actividad tenística va pareja con la de una posible inversión urbanística para su posterior venta a los americanos, que tras su llegada a la base de
Fuese una razón u otra, la llegada de este grupo de personas supuso la llegada de un mundo extraño y moderno a la depauperada y solitaria zona de la Alameda. La profusión de coches, la celebración de fiestas en las que la cerveza tenía un papel protagonista, los baños en la enorme pis-
Aurelio Álvarez, a la izquierda, en la presentación del libro. Torrejón de Ardoz, andaban en la búsqueda de un lugar en donde construir las residencias de los oficiales de alta graduación.
cina, los partidos de tenis en las pistas de tierra primorosamente preparadas y regadas por los jovencitos recogepelotas, se compaginaba armonio-
samente con un exquisito y elitista comportamiento hacia los empleados y demás habitantes de la zona. La compañía de las ardillas, cruzando por las pistas, o la leve brisa silbando entre los cedros y álamos que enseguida plantaron en el recinto, convirtió a la antigua vaquería de la Concepción, en uno de los lugares deportivos de moda y de más caché de Madrid. En el Capítulo dedicado a los eventos deportivos ,descubrimos con satisfacción, el que en sus pistas se llegase a jugar una eliminatoria de Copa Davis, concretamente contra Suiza, en 1959.En el equipo español estaban tenistas como Andrés Gimeno, Couder, Arilla, y como reserva, un tal... Manuel Santana. De la eliminatoria, en la pista central del Club Alameda, se observa en el libro abundante recuerdo gráfico. Entre los tenistas actuales, cabe mencionar a Carlos Moyá, Jacobo Díaz, “Tati” Rascón, Virginia Ruano, Carla Suárez, etc. Otros personajes, que de alguna forma participaron de la historia del Club Alameda, de entre los alemanes por ejemplo, destaca sobremanera, Otto Skorzeny, el militar admirado por Hitler, perteneciente al partido nazi, que protagonizó una arriesgada acción militar al rescatar a Mussolini. Este corpulento personaje, al decir de los antiguos
empleados, resulta que no solo fue socio sino que incluso como miembro de la Junta Directiva tuvo algunas intervenciones, que con un tono humorístico se nos describe por el autor. También engrosaron la relación de socios, personalidades como, Pío Cabanillas, Agustín Rodríguez Sahagún, Cruz Martínez Esteruelas, Jesús de Polanco y otros. El formato elaborado por Aurelio Álvarez, no pretende ser una recopilación de efemérides, con fechas y cifras, que produciría un agobio aburrido al lector, sino que con un fino humor galaico, no exento de ironía, nos acerca a las gentes de la entidad a través de relatos, situados en dos épocas distintas con problemáticas diferentes, junto con una breve recopilación de anécdotas simpáticas que hacen ameno y divertido la lectura del texto. La evolución y cambio en la composición del Club Alameda, pareja a los cambios sociológicos y políticos de España también tienen su sitio, porque se da un cierto paralelismo, lógico por otra parte, entre lo que ocurre a un lado y al otro de la valla perimetral de la entidad, cuya construcción original habría que buscarla en los comienzos del siglo pasado. Así pues, gracias a la labor de investigación y al atractivo formato que se nos presenta, podemos afirmar que estamos ante un libro que descubre y nos introduce, con rigor y amenidad, en los entresijos históricos de una entidad profundamente ligada a la propia historia de la Alameda de Osuna.
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