Postales de la Habana | Javier Castillo (Bs. As.) La Habana, ciudad de contrastes. En ella conviven armónicamente pasado, presente y futuro. En algunos momentos nos parece que el tiempo se hubiera detenido y entráramos a protagonizar una obra de teatro, una película, o una novela de Carpentier. Estar en La Habana es regresar a épocas pasadas, sentirse niño de nuevo, regresar a nuestras calles donde crecimos con poco y no nos preocupábamos por tener más, éramos felices así. Es sentirnos todos “compañeros”, sabernos cuidados y crecer saludables y educados. Un ambiente mágico, con mucha luz, calles arboladas, plazas donde juegan niños alegres y bulliciosos, envejecidas mansiones donde habitan comunitariamente grupos familiares. Un mar intenso que besa bruscamente la ciudad a todo lo largo del Malecón. Un mar azul infinito y tropical. Unos atardeceres extraordinarios con un inmenso Sol rojo que se esconde entre las aguas del horizonte. Personajes intensos, profundos, espontáneos, que nos hace sentir inmediatamente en familia. Simpáticos, joviales, sencillos, amistosos, alegres, muy alegres. Estas son las postales de La Habana, tal como las percibió el sensible ojo de Javier Castillo. José F. Vivas