no abras nunca esa puerta

Page 55

–Cuando le pregunté por qué quería ir al castillo, se calló la boca. Y punto. También Manfred se calló la boca. Por lo visto, todos los tíos, de aquí, de allá y de todo el mundo, eran la misma cosa. Un poco gritones y otro poco locos. Aunque éste al menos sonreía y andaba en pijama. Y además, no le mentía. Porque tío Herrmann le había mentido. ¿O...? No tuvo tiempo de pensar en el asunto, porque sonó el teléfono. Su tío atendió. Durante varios minutos, no dijo otra cosa que "sí, sí" y “bueno, bueno“. Después, colgó y lo miró fijo, como tratando de adivinar sus pensamientos. –Veo que te gusta leer. –Sí. –¿Y qué leés? ¿Novelas? –Sí. –¿De aventuras? –Sí. –Bueno, escuchá lo que te digo. Leé menos. Demasiada imaginación. Lo mismo que tu...


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.