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Marzo - Abril 2018 | Edición 26
Aunque hay reglas generales para los productos de cada etapa, las marcas de abonos y bioestimulantes desarrollan sus líneas de productos para que funcionen en conjunto y se complementen entre sí, más que seguir una fórmula única. Por esta razón no es recomendable mezclar productos de líneas o marcas distintas, puede ser que la combinación produzca reacciones o niveles inadecuados y obtengas resultados negativos.
Los que contienen quelatantes como ácidos húmicos y fúlvicos o zeolita mejoran la absorción de nutrientes en general, por lo que son buenos para todas las etapas del desarrollo. También son buenos para el crecimiento los bioestimulantes que contienen proteinas, aminoácidos u otros compuestos nitrogenados, ya que es el momento en que la planta los puede utilizar para construir más tejidos y crecer grande y fuerte. En cuanto a las hormonas, prefiere en un comienzo los que contengan auxinas, para estimular la producción de raíces y el estiramiento de ápices. Cuando te estés acercando a la floración, cambia a productos ricos en citoquininas y giberelinas, que facilitan la transición y la madurez biológica para empezar a producir flores.
Floración
Abonos o Fertilizantes para floración: Las marcas que diferencian sus abonos de crecimiento y de floración marcan sus etiquetas con el color rojo o naranja y la palabra “BLOOM”. A medida que dejan de crecer y comienzan a formar flores, las plantas dejan de necesitar tanto nitrógeno, y demandan más fósforo y potasio. Como regla general, si te fijas en los niveles de NPK, deberías buscar proporciones en que la N sea alrededor de la mitad de la P, y la K de la mitad a dos tercios de la P. ALGUNAS PROPORCIONES RECOMENDADAS PUEDEN SER:
· Floración temprana: 5-10-7 · Mitad de floración: 6-15-10 · Floración tardía: 4-10-7 Muchas marcas y jardineros recomiendan aumentar el potasio y el fósforo en la
mitad de la floración, para darle el último gran impulso al engorde de las flores.
Bioestimulantes para Floración En esta etapa puedes mantener los bioestimulantes que contienen quelatantes, para facilitar la absorción de nutrientes, y los que tienen citoquininas y giberelinas, ya que la elongación y división celular que estos estimulan, favorecen el engorde de los cogollos. Los extractos de algas también resultan benéficos, y sobre todo, la melaza negra presente en muchos bioestimulantes, ayuda a la acumulación de azúcares que mejorarán el sabor y aroma de tus flores, además de ayudar a la planta a engordar.
Boosters La palabra “booster” quiere decir “potenciador”. No es un nombre muy específico y se podría usar para cualquier producto o ingrediente de los que mencionamos, porque todos potencian alguna función en la planta, pero en la práctica la mayoría de los productos que se publicitan como boosters para el cannabis están enfocados en la producción de flores. Generalmente se trata de combinaciones de nutrientes suplementarios a los fertilizantes básicos que ya estás aplicando, con elementos bioestimulantes como quelatantes y hormonas. De esta forma, pretenden dar un golpe de energía en los momentos críticos de la floración (alrededor de la 4ta y 5ta semana), para optimizar la producción de flores y su tamaño. Si bien no son necesarios, muchos jardineros golosos no cultivan sin ellos, porque es cierto que bien usados pueden mejorar bastante la producción. Sin embargo, al ser tan concentrados, es fácil excederse con las dosis y provocar el efecto contrario, por lo
que son aconsejables sólo en los momentos y cantidades que recomienda el fabricante, si es que no menos. Algunos cultivadores avanzados se ahorran estos productos y logran el mismo efecto subiendo las dosis de fertilizante de floración y de bioestimulantes, pero esto no es recomendable para principiantes. Si no tienes dinero para comprar un booster, es mejor no usarlo que experimentar con cantidades y arriesgarse a provocar un desastre.
Últimos Consejos: Aunque hay reglas generales para los productos de cada etapa, las marcas de abonos y bioestimulantes desarrollan sus líneas de productos para que funcionen en conjunto y se complementen entre sí, más que seguir una fórmula única. Por esta razón no es recomendable mezclar productos de líneas o marcas distintas, puede ser que la combinación produzca reacciones o niveles inadecuados y obtengas resultados negativos. Trata de escoger una línea o una marca completa y usar todos los productos recomendados, o al menos los que contienen nutrientes, de la misma forma que recomiendan en sus tablas de aplicación. Estas tablas están pensadas para contemplar los cambios de la planta y sus necesidades, y por eso es muy común que indiquen dosis distintas para cada semana del desarrollo. Si tienes dudas, usa la mitad de la dosis recomendada y aumenta sólo un poco cada vez. Es más fácil arruinar un cultivo por exceso de fertilizantes que por falta de ellos. Pon atención a la forma en cómo se expresan las dosis. La mayoría de los fertilizantes para cannabis las ponen en ml por litro, pero hay algunos que la expresan en ml por 10 litros, u otro número.
Lo importante es la proporción y no la cantidad; la cantidad a usar será la misma en un abono que recomienda una dosis de 1 ml por litro, que en uno que aconseja 10 ml por cada 10 litros. En ningún caso quiere decir que hay que aplicar 1 o 10 litros a cada planta. Lo que quiere decir es que debes regar cada planta con la cantidad de agua necesaria para mojar toda la tierra, y a la cantidad total de agua debes agregarle la cantidad de ml indicados, multiplicados por la cantidad de litros. Es aconsejable usar una pipeta, vaso graduado o jeringa para medir las dosis, en especial en fertilizantes inorgánicos muy concentrados, que requieren dosis muy pequeñas, y donde nos podemos exceder con facilidad. No cometas el error de pensar que más cantidad de abonos significa una mayor cosecha; hay un límite a la cantidad de nutrientes que las plantas pueden procesar, y si nos excedemos de ese límite, se acumularán en la planta y la intoxicarán, pudiendo llegar a matarla. Esta acumulación también afectará el sabor de tus flores, y puede llegar a ser perjudicial para tu salud. Cualquiera sea la línea de productos escogida, recuerda dejar de aplicarlos al menos una semana (o a lo más 2) antes de la fecha de corte. No lograrás mejores cosechas por seguir fertilizando hasta el final, ya que en esa última semana las flores casi no engordan, sino que sólo maduran, y lo único que conseguirás será que se acumulen en la planta y empeore su sabor. Este último mejora bastante si hacemos un lavado de raíces unos 7 a 10 días antes de la cosecha. Al regar con mucha agua y dejar que se escape por debajo del macetero, estaremos ayudando a la planta a deshacerse de los minerales que absorbió y no alcanzará a utilizar, y así evitaremos que esos residuos enturbien sus aromas. W
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