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Resistencia, martes 21 de febrero de 2012

- OPINION

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Opinión Ellos pudieron hacerlo Ricardo Bustos (*) Con sus cabellos rubios y ojazos celestes, mi querido abuelo Antonio llegó a la Argentina en plena Primera Guerra Mundial desde Italia. Era un granjero de regio Calabria, en el sur de la península, que solo sabía realizar las tareas en el pequeño campo que poseía la familia. En el mismo barco venían hermanos y primos que al pisar el puerto de Buenos Aires tuvieron que pasar momentos denigrantes en Migraciones ya que los revisaban de la cabeza a los pies y los tenían en cuarentena hasta que les llegaba el día de emprender el viaje para su nuevo destino en una tierra desconocida para ellos. (Igualito que ahora con todos los inmigrantes, vio). Fue tan cruel esa partida desde su querida tierra que jamás lo pudo olvidar mientras vivió. A la abuela Isabel, española de Lugo que aquí en nuestro país se casó con Antonio, le sucedió otro tanto (un tano y una gallega). El desarraigo no solo les dejó ese gusto amargo, sino que pasaron los años y mis dos abuelos, ya marido y mujer se fueron de este mundo sin poder volver a abrazar nunca más a sus hermanos que estaban afincados en distintos países de nuestra América. En aquellos tiempos comenzaba la construcción de grandes obras en Argentina y la mano de obra extranjera era muy requerida por varias razones, una de ellas por la necesidad de contar con alguna moneda ya que habían venido con una mano adelante y la otra… ambién. Fue así que la abuela Isabel comenzó a trabajar en el Hospital San Juan de Dios de La Plata (el mismo en donde el Dr. Arturo Illia hizo su residencia como médico) como mucama, atendiendo y limpiando a los enfermos, algunos con enfermedades infectocontagiosas y con el tiempo de tanto observar a los médicos fue aprendiendo a aplicar inyecciones, medicar a los enfermos de acuerdo a las indicaciones y con tanta capacidad y necesidad, se convirtió en enfermera. Al abuelo lo contrató por una semana el dueño de un corralón de materiales de construcción y trabajó durante 40 años en el mismo lugar sin faltar un solo día. Compraron un terreno cerca del hospital y el corralón y mientras el abuelo (granjero) aprendió como se levantaba una pared el peón de albañil era la abuela cuando volvía cansada del hospital.

Así fue que construyeron su casa ladrillo a ladrillo y allí pudieron criar y educar a sus cuatro hijos. Recuerdo el primer baño (la famosa letrina) estaba al fondo camino al gallinero y la quintita. Plantaron higos, granadas, limones, naranjas, ciruelas, duraznos, peras y no podía faltar la tradicional parra en donde nos sentábamos los nietos a jugar en la siesta y… sin hacer bochinche porque el abuelo duerme. A veces cuando leo que los historiadores se preocupan por saber cómo vivían las mujeres y hombres de antaño y que formaron parte de las distintas sociedades, me vienen ganas de decirles lo fácil que resulta enterarse mejor de aquella realidad hablando con Don Pedro, Doña Gregoria o cuantos Doña y Don todavía gracias a Dios caminan por nuestras vidas. Esta reflexión que he volcado al papel está directamente relacionada con la actitud de nuestros conciudadanos acostumbrados a la TV, el dvd, lavarropas automático, aire acondicionado, el auto, la moto o las dos cosas y tantas otras comodidades que hoy podemos disfrutar y está muy bien que así sea, pero qué hicimos además, para progresar y desarrollarnos plenamente. Muchas veces cuando salgo a hacer algún mandado o trámite, observo los rostros de mis conciudadanos y veo que a pesar de tener tantas cosas a favor para disfrutar de la vida andan como decía Palito Ortega “con la cara de mate lavado”. Los abuelos nos enseñaron a leer el diario desde el título hasta los chistes y después comentar las noticias para saber que sucedía en un país que no era precisamente el de ellos y nosotros muchas son las veces que no valoramos lo que tenemos. A los que pasaron los 60 como yo, y a muchos jóvenes, les recuerdo que todos hemos sido pasajeros del milenio anterior y no nos hemos dado cuenta de su importancia pues somos parte de generaciones privilegiadas habitantes de dos milenios y pasarán mil años mas para que se repita la historia, motivo suficiente para tratar en los años que nos queden de vida intentar ser felices. Mientras tanto desde mi lugarcito seguiré con aquel hermoso recuerdo de Antonio e Isabel, un italiano y una española que aquí reiniciaron sus vidas.

(*) DNI 7.788.556 Resistencia – Chaco

Estado ausente Señor Director: El juicio por el secuestro, el sometimiento y la desaparición de Marita Verón muestra la ineficacia del Estado para combatir la prostitución coercitiva. ¿Cómo pudo Susana Trimarco investigar, reunir pruebas e impulsar la causa judicial, y el Estado no? Muy sencillo: el Estado es cómplice en la trata. Miembros de las fuerzas de seguridad, del Poder Judicial y funcionarios políticos son parte del problema y no de la solución. Las más altas autoridades se

comprometen con los derechos humanos, pero sólo del pasado. En tanto, no se defienden los derechos humanos del presente: la pobreza y la marginalidad, las víctimas de actos delictivos, la miseria de las jubilaciones. Por no hablar de la represión a manifestaciones de aborígenes, trabajadores o pueblos antimineros, o el espionaje a militantes sociales y políticos. Así, el Estado no resguarda los mínimos derechos de la población. Ricardo Fuentes DNI 17.030.430

El modelo del país sin trenes, sin gas y con pocas autopistas Fernando González (*) Quien haya viajado en automóvil desde Buenos Aires a Chile habrá comprobado que la ruta nacional 7 (hoy Autopista de Los Andes) tiene la mayor parte de su recorrido con dos peligrosos carriles, a excepción de los 400 kilómetros a través de las provincias de Mendoza y San Luis con sus cuatro carriles mucho más seguros.Y es parecida la situación de otras rutas clave para el transporte en la Argentina como la 14 (la todavía siniestra ruta del Mercosur) o la 3, que va a la Patagonia entre baches y banquinas imprevisibles. Apenas la turística Autovía 2, a la costa atlántica, y las rutas 8 y 9, que van a Córdoba y a Rosario, pueden computar la extensión a cuatro carriles de algunos tramos en los últimos años. La de las autopistas inconclusas es una buena fotografía de esta Argentina que ha crecido en nueve de los últimos diez años pero que está muy lejos de contar con una infraestructura que le permita el salto económico acorde para una industria que funciona al 87% de su capacidad instalada. Lo mismo sucede con los trenes. El alentador discurso ferroviario de Néstor Kirchner en el 2003 no tuvo concreción en los hechos. Las vías que podrían llevar y

traer la producción a los rincones extremos del país siguen muertas en su mayoría. No hay trenes rápidos ni modernos y el proyecto del Tren Bala que iba a construir la empresa francesa Alstom para viajar a Rosario, Córdoba y Mar del Plata quedó detenido y envuelto en la polémica salida del Gobierno del funcionario que lo impulsaba, Ricardo Jaime, quien hoy enfrenta decenas de causas por corrupción. La reactivación de trenes como el Gran Capitán, que tarda más de 20 horas para ir de Buenos Aires a Misiones, (los talleres ferroviarios de Tafi Viejo en Tucumán, el paralizado servicio férreo entre Corrientes y Paso de los Libres, o el de Guemes y la capital salteña) o el Tren de los Pueblos, que une Pilar con Paso de los Toros, en Uruguay, y que recorre 813 kilómetros en 18 horas, son postales de una política de Estado errática. El escenario energético es la tercera pata de las carencias estructurales que hoy enfrenta el modelo económico. Desde 2003, las reservas de petróleo cayeron un 6% y su producción descendió un 18%, mientras que las reservas de gas se desplomaron un 41% y la producción un 7%. La Argentina pasó de ser un país autosuficiente en materia de energía a importar gas oil, fuel oil y gas natural, drenaje que insume 10 mil mi-

llones de dólares al año y que explica el enorme esfuerzo fiscal que afrontará este año la sociedad argentina a partir de la quita de subsidios que ha puesto en marcha la Presidenta. Es evidente que hubiera sido mucho más productivo para el país subsidiar la ampliación de las vías de transporte automotor, modernizar las vías ferroviarias o incentivar la exploración y producción de combustibles que subsidiar las deudas de los equipos de fútbol o la financiación de una costosa red de medios de comunicación para difundir sin descanso el discurso oficial. Pero, al igual que los gobiernos anteriores, el kirchnerismo también prefirió el rédito fácil de las inversiones propagandísticas a la apuesta riesgosa de la inversión en infraestructura. El buen resultado económico que la Argentina disfrutó en estos últimos años, mezcla de algunas decisiones acertadas y términos muy favorables del intercambio comercial, sólo será el retrato de una nueva oportunidad perdida si no encontramos rápido el modo de torcer la historia. * El Cronista

¡No aguante, Morocha! Por Alfredo Grande (*) León Rozitchner enseñó que el sujeto es núcleo de verdad histórica. Por lo tanto el texto de Schulman es la verdad de un sujeto, pero es también la historia de una verdad. Difícil determinar qué cantidad de la sangre ha sido negociada, pero no parece poca. Tanto poder para lo bueno y tan poco poder para impedir lo malo. Desde la elección de Menem, de quien se dice que en noches de luna llena se convierte en persona, hasta la represión brutal de un pueblo que lucha por tierra, agua y aire. O sea: la más básica de todas las necesidades y, siguiendo el pensamiento de Eva Perón, deberían tener por detrás los más elementales derechos. Si la reforma constitucional de 1994 habilitó la impotencia para el Estado Nacional en meterse en cuestiones provinciales, y por lo tanto el tema de la megaminería a cielo abierto y a tierra cerrada queda por fuera de la competencia nacional, no creo que eso le impida ejercer protección efectiva a todas y todos los habitantes de este país. La patota paraempresarial que remeda algunas triples vocales que no queremos recordar, pero que estamos repitiendo, son terroristas porque usan la fuerza armada para incidir en el funcionamiento de las instituciones. ¿Es necesario señalar que a esta altura del desarrollo de las fuerzas productivas la Naturaleza es una institución en riesgo? Los paraempresariales, los desconocidos de siempre, los cobardes a sueldo emplean nada la pluma, más la espada y mucho la metralla. Mientras tanto los jefes de las cámaras de senadores y diputados se auto aumentan los sueldos. Los justificativos son para procesarlos por traición a la patria. “Si no ganamos bien, nos corrompemos, nos corrompemos”. El Poder Ejecutivo, ejerciendo el ejecutivo poder debería pedirle la renuncia a toda su bancada, porque no hace falta el relevo de ninguna prueba, ante tamaña confesión de parte. Yo no creo que el pueblo nunca se equivoque, Tampoco creo que su voz siempre sea la voz de dios. Y menos que al estar unido, no pueda ser vencido. Pero siempre elegiré cual-

quier error del pueblo que algún acierto de la casta parasitaria y predadora. Que aciertos tienen, ya que nadie les corta el agua que llevan para sus incontables molinos. Los otros molinos, los del pensamiento, parecen estar ausentes. En la Argentina del prejuicio y de la calumnia, a cualquier opositor se le cuelga el sanbenito de ser de derecha, reaccionario o cipayo contumaz. El derecho humano a pensar críticamente no existe. Eduardo Gruner lo definió con belleza y precisión en una nota de la revista digital La Tecl@ Ñ. En nuestra reina del plata, el Jefe del Operativo “Deshaciendo Buenos Aires” sigue acumulando vetos y lamentablemente, todavía votos. Vetar los fondos del Teatro Para la Identidad parece demasiado, aún para un fascista de consorcio. Pero más allá de la habitual crítica K a Macri, que lo ha convertido en un remedo del “chico de los azotes”, la ciudadanía porteña todavía mira todo por TV. O hace las filas para que, previa entrega de información personal, se le adjudique una tarjeta para poder viajar a precios de subsidio, ahora “personalizado”. Si pensamos que Susana Trimarco, pudo rescatar a mas de 90 mujeres secuestradas, y por esas bromas macabras de la vida no pudo llegar hasta Marita, imaginemos cómo podría aniquilarse la mafia de la llamada trata con un megaoperativo político, jurídico y de gendarmería. Excluyo a todas las policías, porque al tener poder territorial y nula capacidad de suicidio, son parte de lo que se quiere derrotar. Desde la imposibilidad política de aplicar la “ley Rozanski”, de tal modo que la edad no sea considerada en crímenes de lesa humanidad como elemento para la prisión en spa de lujo; legislar el delito de genocidio, impedir el juicio abreviado en casos de abuso sexual a niñas y niños, eliminar la figura siniestra del avenimiento que ocasionó una muerte cruel y anunciada, discutir una megaminería sustentable con los que saben cómo hacerla, previa expulsión de todas las transnacionales. Porque lo que es válido para las Malvinas lo es para todo nuestro territorio porque también Aldalgalá, por ejemplo, es Argentina. Y algunas otras

cuestiones relacionadas con la anulación del impuesto a las ganancias para los salarios, lo que constituye una de las paradojas absurdas de la cultura represora, más allá del orden democrático que lo sostiene, la reforma financiera, y etc, todas ellas exigen una firme actitud de no aguantarlas más. Fetichizar el 54% de mayoría como si fuera el talismán de la buena suerte es peligroso. El 5 de Julio de 2009 escribí para Miradas al Sur, posterior al triunfo de De Narvaez: “el gobierno tiene que ver con un acuerdo muy profundo entre el gobernante y el gobernado y esos acuerdos la derecha no los puede lograr nunca. Hay que estar mas cerca de las construcciones de base y la militancia popular. Las clases populares quieren políticas más activas que les resuelvan sus problemas cotidianos. Considero que el voto a la derecha no fue por el amor, sino por el espanto a cuestiones que han empeorado en la cotidianeidad de la gente. Es suicida creer que el electorado se corrió a la derecha” La asignación universal y otros planes resolvieron esa cotidianeidad. El tema es cuál es el costo residual que dejan. Si el Poder Ejecutivo no toma nuevamente contacto por ejemplo, con la marcha que ayer se hizo contra la terrorista ley antiterrorista, que ya se está aplicando, entonces habrá cada vez más olvido y también cada vez más penas.Ya sabemos que el Legislativo está contando billetes y el Judicial, después de incontables gestiones, resolvió que Karina Germano tenga salidas transitorias. No prisión domiciliara, que todavía es joven y luchadora. No importa nada todo lo bueno, si ante todo lo malo no hay respuesta. Y cuando lo malo es tan evidente como intento mostrarlo en este escrito, sólo me queda decir…porque no se trata de avivadas…sino de ataques a todo intento de liberación nacional y social, incluso la más modesta…Ante los verdaderos monopolios destituyentes..que no están a la izquierda, sino como siempre al fondo a la derecha…¡no aguante morocha! •

Agencia Pelota de Trapo.


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