Archivo General de Indias. En Sevilla van y consiguen toda la informaci6n. Saben d6nde esttin 10s 8,500 pecios que pueden estar dispersos por todo el mundo". Los efectos de la violaci6n de la pactada Convenci6n de la UNESCO alin estan por ver, asi como de qu6 manera la encajardn las potencias maritimas que fletaron 10s barcos. Esas potencias, entre las que sobresale Espaiia, no plantean en la convenci6n de la UNESCO sus derechos de propiedad a cambio de la eliminaci6n de 10s cazatesoros y de la consagraci6n del principio de cooperaci6n bilateral. "El espiritu bhico de la Convencih es la cooperaci6n -explica Escoto-. Sin cooperaci6n entre paises que tengan un vfnculo comprobable, no es posible hacer trabajos de esta magnitud". Segdn la pieza, cuando Repdblica Dorninicana detkte en sus aguas un gale6n hun-
dido tendrti que notificarlo a1 Estado originalmente propietario.. Ese pais tendrii pleno derecho de participar en cualquier i n t e ~ e n ci6n sobre 10s restos. El patrimonio, siempre y cuando su rescate responda a criterios cientificos y alejados de 10s cazatesoros, es de la Humanidad y se14 conservado por la naci6n en cuyas aguas se haya encontrado. A cambio, el propietario originario del gale6n puede recibir las piezas en pr6stamo para organizar exposiciones temporales. Sin embargo, las potencias maritimas no renuncian a sus derechos de propiedad, que podrian hacer valer en caso de incumplimiento de la Convencibn. Espaiia ha ganado recientemente importanks batallas juridicas contra cazatesoros, incluso en Estados Unidos, dnico pais que hacia valer por encima del derecho internacional una vieja ley anglosajona llarnada "Finder Keepers", que puede traducirse como "el
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que lo encuentra se lo queda". Recientemer te, el Tribunal Supremo estadounidense ser t6 un precedente hist6ric0, a1 certificar qu siguen perteneciendo a Espaiia 10s galeone Juno y La Galga, hundidos en 1802 y 175( respectivamente, en aguas de Virginia, e$ tad0 que se enfrentaba a Espaiia asociado un cazatesoros. En cualquier caso, no todo estd perd do y el naufragio de Repliblica Domin cana en la UNESCO puede que no sea tc tal. A1 menos, el director de la Oficina N: cional de Patrimonio Cultural Subacuit co tiene claro que el mBtodo de las cor cesiones a buscadores de tesoros no es c id6neo: "Eso no es una gesti6n correcta dc patrimonio. Estamos convencidos de qu es asi. En nuestra llegada hicimos el con promiso de hacer lo posible para que es patrimonio sea bien gestionado y es nue! tro inter&".