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DiarioLibre.
Lunes 6 de agosto de 2012
Noticias de Economía Los empresarios europeos. Europa no solo tiene una crisis del euro, tiene también una crisis de crecimiento. Esto se debe a su fracaso crónico en promover empresarios ambiciosos Incluye contenido de The Economist
LOS MISERABLES (I DE IV) l café St Oberholz en Berlín oriental es tan atractivo como cualquier otro del área: puertas cubiertas con grafiti, arte en su cara, moda rebelde y los Beastie Boys en el fondo. A primera vista no es la clase de lugar donde uno espera encontrar magnates en potencia. Pero su presencia tiene mucho sentido. La cultura europea es profundamente inhospitalaria para los empresarios; el desear hacer crecer una empresa de nueva creación en un monstruo mítico es tan contracultura como los “piercings” y el arte del performance. El Oberholz se ha convertido en un centro para los jóvenes berlineses con empresas de nueva creación, que atrae personas emprendedoras de todas partes del mundo. La clientela empieza en el primer piso, donde programadores de computadoras interactúan con jefes potenciales mientras toman café en el área “kowork-ing”. Una vez que atraen capital, se mueven al segundo piso, donde el café alquila espacio barato de oficina. Un negocio que empieza puede mudarse a uno de los apartamentos del café, con frecuencia utilizando la cama como escritorio. Sound-Cloud, un sitio en la web para compartir sonidos que tiene cinco años, pasó sus primeros días en el Oberholz, al igual que lo hizo Brands4friends, un club de compras en línea privado. Txtr, una plataforma en rápido crecimiento de e-libros, todavía tiene programadores en uno de sus apartamentos.
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Es un lugar atractivo para empezar un negocio. Lo cual es muy bueno, ya que los jóvenes emprendedores en Berlín encontrarán poco estímulo e incentivo en otro lugar. Lucharán para contratar administradores profesionales para ayudar sus empresas a crecer, debido a que los ejecutivos europeos tienen una extremada aversión al riesgo. Sus jóvenes empresas muy pronto descubrirán que las compañías europeas establecidas tienden a no gustarle tratar con las muy pequeñas. La mayoría de las fuentes de capital los esquivarán. Las regulaciones les pondrán trabas. Y cuando fracasen, como le ocurrirá a la mayoría, no se les permitirá sencillamente sacudirse y empezar de nuevo. En Europa un negocio que fracasa deja una huella perdurable semejante a un fracaso moral. Los gigantes están envejeciendo Los datos muestran que Europa continental tiene problemas con la creación de nuevos negocios destinados a crecer. Según el Monitor Mundial de Iniciativa Empresarial, que recopila datos en diferentes países, en el 2010 empresarios en “etapas tempranas” sumaban solo 2.3% de la población adulta en Italia, 4.2% en Alemania y 5.8% en Francia. Los países europeos están por debajo - y
en algunos casos muy por debajo - de los Estados Unidos con 7.6%, y mucho más de China con 14% y Brasil con 17%. Siendo pocos, los empresarios europeos tienen pocas esperanzas de un futuro prometedor. Un estudio realizado por Ernst & Young, una firma de auditores, mostró que el año pasado los empresarios alemanes, italianos y franceses tenían mucho menos confianza en su país como un lugar para las empresas de nueva creación que los de los Estados Unidos, Canadá o Brasil. Muy pocos emprendedores franceses dijeron que su país ofrecía el mejor entorno; 60% de los brasileños, 42% de los japoneses y 70% de los canadienses pensaban que ningún país es tan bueno como el suyo. Cuándo se les preguntó cuáles ciudades tenían las mejores oportunidades de producir los próximos Microsoft o Google, las personas de ne-
gocios de Ernst & Young dijeron Shanghai, San Francisco y Mumbai (aunque para ser justos, Londres también fue mencionada). A pesar de todo esto, Europa produce muchas tiendas de esquina, peluquerías, etc. Lo que no produce suficiente son compañías innovadores de rápido crecimiento que se conviertan en grandes. En el 2003, al analizar la brecha empresarial en Europa, la Comisión Europea citó un estudio que mostraba que durante los años de 1990, 19% de las empresas medianas en los Estados Unidos fueron clasificadas de rápido crecimiento, comparado con un promedio de solo 4% en seis países de la Unión Europea. La Fundación Kauffman, que promueve la iniciativa empresarial alrededor del mundo, argumenta convincentemente que una de las razones por la que los Estados Unidos han superado a Europa en proveer nuevos empleos es su habilidad para producir compañías nuevas de rápido crecimiento tales como Amazon, un detallista en línea, o eBay, un subastador en línea. Y en términos de empleos, las empresas nuevas pequeñas tienen otra ventaja. Es menos probable que subcontraten sus trabajadores como lo hacen las empresas gigantes a proveedores baratos en Asia. Europa no siempre fue tan perezosa. Cuando la revolución industrial de Gran Bretaña se propagó en el continente después de 1848, la ambición y el acceso a capital podían hacer llegar lejos a un joven. August Thyssen
fundó ThyssenKrupp, un grupo metalúrgico alemán, Eugène Schueller fundó L’Oréal, un emporio francés de belleza, y A. P. Møller inició el grupo A.P. MøllerMaersk, una gigantesca naviera danesa. La gran mayoría de las grandes compañías europeas nacieron a la vuelta del siglo. Al igual que lo fueron muchas de las Mittelstand alemanas y grupos de fabricantes desde Lombardía a los tierras bajas escocesas. Después de las guerras mundiales, Europa nunca recuperó su fecundidad. La devastación hizo que los europeos tuvieran aún mayor aversión al riesgo de la que tenían previamente. Mercados que habían estado estrechamente vinculados antes de 1914 se desmembraron, dice Leslie Hannah, una historiadora de negocios de la Escuela de Economía de Londres. Eso limitó la habilidad de las nuevas empresas para construir en gran escala y convertirse en gigantes, especialmente en las décadas previas al mercado único de la Unión Europea. Según un análisis de las 500 empresas más grandes del mundo que cotizan en la bolsa hecho por Nicolas Véron y Thomas Philippon de Bruegel, un centro de investigación, Europa solo produjo 12 nuevas compañías grandes entre 1950 y el 2007. En los Estados Unidos se fundaron 52 en el mismo período (ver gráfico 1).
© 2012 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com