{ARENAS } Reinaldo
CELESTINO ANTES DEL ALBA
A cinco décadas de la publicación en Cuba de esta novela, La Razón ofrece a sus lectores este suplemento dedicado a su autor, Reinaldo Arenas, para rememorar una fábula concluyente dentro del panorama de la narrativa hispanoamericana del siglo XX.
“-Ya no queda casi ningún árbol en pie. ¿Qué vamos a hacer ahora? El sol nos achicharra y ya tú no puedes seguir escribiendo la poesía. -No te preocupes, que ya he sembrado muchísimos y dentro de un rato estarán así de grandes. -¿Apago la luz? -Sí, pero enciéndela primero.
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Celestino Antes del Alba, 1967, la única obra que pudo ser publicada en Cuba por ser la ganadora del Premio Nacional de Novela en 1965, con un jurado encabezado por Alejo Carpentier.
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Su vida
1940
1941
1942
1943
En Cuba
Cronología
1943
1956
16 de julio Reinaldo Arenas nace en Aguas Claras, en la región oriental de Cuba.
Su familia se traslada a Holguín. Compra una máquina de escribir y empieza a redactar sus primeras novelas.
1944
1945
1946
1947
1948
1952
Fulgencio Batista se hace del poder mediante un golpe de Estado.
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1953
Fidel Castro y un grupo de opositores a Fulgencio Batista asaltan el cuartel Moncada y el Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y en Bayamo.
1955
1956
1955
Batista ofrece amnistía a los presos políticos.
1958
Arenas se une a la guerrilla en la Sierra de Gibara.
1957
1958
1956
2 de diciembre Fidel llega en el Granma a Cuba.
1961
Arenas se gradúa como contador agrícola.
1959
1960
1961
1958
31 de diciembre Fulgencio Batista huye del país.
1963
Participa en un concurso de cuento de la Biblioteca Nacional y gana el primer lugar de manos de Eliseo Diego.
1962
1963
1964
1959
Fidel Castro y su ejército toman La Habana.
CELESTINO Y YO POR REINALDO ARENAS
P
Publicado en la Revista Unión en septiembre de 1967, Reinaldo Arenas trata de explicar en este texto cómo fue el proceso creativo para escribir su primera novela que se publicó apenas unos meses antes. De acuerdo con especialistas, la novela es técnicamente revolucionaria, pues su discurso anula toda relación convencional con el tiempo y los planos espaciales.
el dato
Una vegetación exuberante es el marco de Celestino. Estas ilustraciones se inspiran en el Arte Naif del Grupo Bayate, pintores cubanos que eligieron esta técnica para reflejar la intensidad de los paisajes de la isla.
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ara un autor debe resultar siempre muy difícil hablar de su obra; yo, que hablar de por sí me resulta ya difícil, hablar de mi novela lo considero casi imposible. Para hacerlo tendría que escribir otra novela, lo cual, desde luego, sería imperdonable, o dar una visión deformada, lo que me parece más lógico, pues así cualquier puede formarse de la novela una opinión diferente, y yo me sentiría muy alegre. En realidad me aterra analizar una obra literaria, y más si se quiere analizar en la misma forma que se analizaría un insecto, colocado bajo un potente microscopio que no puede admitir, desde luego, el misterio que todo lo quiere explicar. Una obra literaria no tiene porqué explicarse; no surge, como un tratado político económico, con el fin de señalar tal problema, ni, como un tratado científico, con el fin de mostrar una nueva hipótesis acerca de cualquier fenómeno. La obra literaria, como toda creación del espíritu más que de la inteligencia, no tiene explicación directa; además no hay porque explicarla. Sería, en fin, como si cogiéramos una flor y quisiéramos justificar científicamente, el porqué de sus números de pétalos, el porqué de la existencia de tantos filamentos, hasta que descubrimos, horrorizados, que nos encontramos simplemente ante un
Creería conveniente empezar por describirles un árbol que va creciendo a la vez que va transcurriendo mi infancia, un árbol cualquiera”
órgano sexual que cumple su misión reproductiva. Pero en el caso de esta novela mía, que no sé si es novela, que no sé si es mía, y que no sé, en definitiva, qué cosa es, sería más difícil dar una explicación, porque es cierto que la misma conserva algunos rasgos autobiográficos, y explicarla sería explicarme yo mismo, ponerme al descubierto, ofrecerme, como se ofrece un libro, colocado ya en su estante, con el justificado temor de no saber qué manos lo tomarán y qué interpretación harán del mismo. Yo, para darles una explicación de porqué escribí esta novela creería conveniente empezar por describirles un árbol; un árbol que crece a la vez que va transcurriendo mi infancia, un árbol cualquiera situado en el patio de la casa. He visto ese árbol florecer año por año. lo he visto batirse en el viento, y también he escuchado en él el escándalo de todas las criaturas del campo; he jugado a la sombra de ese árbol o me he encaramado a sus más altos gajos y me he quedado dormido. Y he visto cómo un día uno de mis familiares, con esas justificaciones terriblemente lógicas que tanto abundan en el mundo de los adultos, ha cortado ese árbol de dos o tres hachazos y lo ha hecho carbón en una de las esquinas del patio. Y de pronto descubro que ese árbol no era un
árbol, sino yo mismo; porque, ¿qué somos en la infancia sino el escándalo de la arboleda, el chirrido de los grillos, el escarcho de los pájaros que construyen su nido sobre el techo de la casa, el estallido imprevisto del aguacero que viene a veces cargado de granizos, o la voz lejana de la madre, sacándonos de nuestro mundo mágico, para que vayamos a tomarnos el café con leche? Entonces, si somos todo eso, al caer el árbol, algo también de nosotros se ha ceñido y ha quedado carbonizado; algo, en ese mismo momento en que el árbol del patio ha sido destrozado, nos pone en comunicación, nos coloca de repente, ante el mismo umbral del horror cotidiano en el cual estaremos condenados a habitar, y del cual participaremos, aún cuando nos rebelemos y no queramos aceptarlo. Pero el niño, que descubre de pronto que se encuentra colocado sin explicaciones en medio del infierno, ¿con qué cuenta para defenderse, con qué cuenta para hacerle frente al horror? ¿Acaso puede el niño elaborar teorías filosóficas en las cuales profetice el advenimiento de un porvenir luminoso?; ¿acaso puede tomar un arma y empezar a destruir lo que muchas veces merece ser destruido?; ¿acaso puede rebelarse ante los razonamientos monumentales, objetivos
“Fue entonces, por primera vez, cuando vimos a Celestino, allá, bajo las grandísimas almendras de la arboleda, escribiendo y escribiendo en los troncos y en los gajos de las matas, la más larga de todas las poesías”
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Termina Celestino antes del alba; la inscribe en un concurso.
1965
1966
1967
Sale a la venta Celestino..., su único libro publicado en Cuba.
1967
1961
Cuba declara que su revolución tiene un carácter socialista.
1968
1969
Sin autorización publica El mundo alucinante en Francia.
1969
1970
1971
1962
Fortalece relaciones con la URSS y accede a instalar misiles en la isla.
Va a Pinar del Río a la zafra de los 10 millones.
1972
1973
1971
Contrae matrimonio para ser resignado a La Habana, sin éxito.
1974
1968
El régimen castrista crea el Departamento de Seguridad del Estado para vigilar a cubanos.
y lógicos de los mayores?; razonamientos que generalmente van amparados por la trompada o por la mirada fulminante… Digámoslo de una vez: el niño no cuenta para defenderse más que con la imaginación; y esto le es suficiente para que no perezca, para que su mundo no sea destruido, porque, no podemos olvidarlo, la imaginación es maravillosa, es un formidable don, que en último caso sería el esencial y definitivo que diferenciaría al hombre del resto de las bestias. Y con esa prodigiosa arma que nadie le podrá nunca arrebatar, el niño cruza por encima del horror; se refugia, digamos, en una de las esquinas del corredor, donde la enredadera ofrece la frescura propicia la creación, y empieza, magistralmente, con su inocencia terrible, a crear un mundo. La imaginación lo ha rescatado de la realidad inmediata y lo ha llevado a salvo a la otra realidad, a la gran realidad, a la verdadera realidad, aquella que tiene su lugar en el subconsciente del individuo. Dueño, pues, de esa arma prodigiosa que es la imaginación, el niño se va formando su universo a la medida de sus anhelos y necesidades. pero está solo. Solo en medio de ese mundo que ha creado. Y se pasea por los grandes castillos que su imaginación ha perfeccionado, y se encarama sobre las blanquísimas nubes que ha creado, en número y forma, de acuerdo con sus deseos; y se zambulle en el río bullen que ha creado también a la medida de sus necesidades. Pero sigue solo. Entonces acude de nuevo a la imaginación, y ella, como una diosa protectora, mata la soledad, inventándole el amigo. El gran amigo. El que nunca, desde luego, existirá; el amigo que protegeremos y nos protegerá, el amigo que rescataremos del inminente peligro y que también nos rescatará, el amigo que amaremos por sobre las otras cosas que también amamos; el amigo que, desde luego, no es más que uno mismo y por
1975
1976
1973
Es arrestado por sostener relaciones homosexuales.
1977
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Sale de la cárcel bajo fianza, pero es detenido nuevamente.Entra a El Morro por 2 años por actos lascivos.
1979
1980
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1976
Obtiene su libertad.
1983
1984
1980
Con una credencial falsa sale en el exilio de Mariel.
1985
1986
1987
Se contagia de SIDA.
1987
1988
1990
7 de diciembre Se suicida en Nueva York.
1989
1990
1980
Un grupo de cubanos toma la embajada de Perú y solicita asilo político. Fidel Castro deja salir a varios de los inconformes por el puerto de Mariel hacia Miami.
eso más lo compadecemos, lo amamos y muchas veces lo destruimos. Todo eso acontece en el mundo del niño. Pero la imaginación, ¿no es acaso un producto de la vida misma?; tiene que afianzarse en lo que los ojos han visto, en lo que la inteligencia ha tratado de interpretar, en lo que ha impresionado los sentidos y ha exaltado nuestros sentimientos, pues la imaginación es un producto de la vida misma; y siendo la vida del niño una mezcla de ternura y horror, y también de desconcierto, es lógico que lo terrible invada el mundo de la imaginación, y lo deforme. Y así, en aquellos momentos en que la inocencia parece rescatarnos a través del deslumbramiento de la belleza, surgirá lo terrible, contraponiéndose, interrumpiendo, reiterándose, buscando también un lugar que, desgraciadamente, le pertenece. Porque no creo que exista una sola realidad, sino que la realidad es múltiple, es infinita, y además varía de acuerdo con la interpretación que queramos darle. Y no creo tampoco que el novelista y el escritor en general, deba conformarse con expresar una realidad, sino que su máxima aspiración ha de ser la de poder expresar todas las realidades. Pues de lo contrario sería como si yo levantara una mano y hablara sólo de la posición que ocupa esa mano mientras permanece levantada, olvidando por qué se alzó, cuáles fueron los motivos que tuvieron lugar en el cerebro para que se produjese el hecho físico de que la mano se haya levantado; pero aún seríamos demasiado superficiales si solamente tratáramos de explicar el levantamiento de la mano a través de las causas acaecidas en el cerebro; habría que seguir profundizando e investigar el motivo de esas causas que influyeron al subconsciente para que incitara al cerebro y éste diera la orden a los nervios y éstos a los músculos para que esta mano pudiera levantarse; y a su vez esos motivos primarios tendrían otros motivos prima-
No creo que el escritor deba conformarse con expresar una realidad... sino todas las realidades”
rios, ya externos, que nuestros sentidos captaron y quedaron guardados; pero a la vez, esos motivos primarios también tendrían que ser originados por otras causas también primarias, y ya este levantamiento de la mano queda comprometido con los árboles, con el tiempo, con los astros y, en fin, con el universo infinito; de manera que, entonces, después de haber sondeado someramente en todos estos acontecimientos, ¿no resulta simplemente mezquino hablar solamente de la posición que ocupa esta mano levantada; de la forma en que a nuestros ojos, que ven tan poco, se nos ofrece? ¿No resultaría demasiado limitado, para un escritor honesto, expresar simplemente esta realidad elemental de una mano levantada cuando hay miles de realidades mucho más profundas que han determinado, en fin de cuentas, este hecho puramente mecánico? Ah, pero cuando tratamos de expresar las diferentes realidades que se esconden bajo una realidad aparente, los superficiales, que pululan en forma alarmante, los superficiales, a quienes hay que dárselo todo molido y masticado, pegarán el grito en el cielo y exclamarán satisfechos: “Ya se remite, porque vuelve otra vez a mencionar un hecho que ya describió”; ignorando que ese mismo hecho es infinito y se puede tratar también en forma infinita si en verdad queremos profundizar sobre el mismo, y queremos expresar todas las realidades. Desgraciadamente para nuestra literatura, a muchos de los novelistas pasados sólo les ha interesado esa mano levantada; sólo se han ocupado de brindarnos esa realidad elemental, esa realidad simple, que como transcurre frente a nuestra retina, resulta, desde luego, más fácil de manejar. Lo otro lo han olvidado o simplemente no les ha interesado. Pero lo triste de todo esto es que cuando alguien se preocupa por expresar las demás realidades, se molestan, o lo tachan
a uno de poco realista, como si la realidad se limitara a una mano levantada. Y así surge el esquema con el cual trabaja el 99 por ciento de nuestra crítica; y ese esquema dice más o menos lo siguiente: “Realismo, todo lo que sucede delante de nuestros ojos, o lo que tradicionalmente puede suceder, lo que palpamos, lo que acontece delante de nuestros sentidos; surrealismo todo lo demás”. Oh, horror; contra todo eso tenemos que enfrentarnos; modestamente no, porque la modestia se considera generalmente como un símbolo de la cobardía, sino que debemos ser simplemente intolerantes con los esquemas establecidos, que atrasan el desarrollo de nuestra literatura. Debemos, pues, argumentar con los ejemplos más formidables y recientes, que nos ofrece, por suerte, la vanguardia literaria contemporánea. A pesar de todas estas explicaciones que quizás resulten innecesarias, o insuficientes, me temo que a muchos lectores les puede resultar intolerable leer dos o tres páginas de esta novela, porque en ella no he tenido la más mínima intención de desarrollar un argumento con la tradicional trama, nudo y desenlace. Creo que las preocupaciones de un escritor actual deben ser otras, y el lector actual también debe exigir de un libro algo más que un argumento interesante. Logrado o no, y yo creo, desde luego, que la obra no ha sido lograda, mi intención ha ido más allá de contar tradicionalmente una historia determinada. Ni siquiera pretendo denunciar deliberadamente un determinado estrato social. La denuncia, desde luego, está dada en toda la obra, porque uno nace en una región determinada, se forma dentro de un ambiente determinado, y si se es honesto cuando se escribe, ese mundo, ese medio en el cual nos desarrollamos y surgimos, quedará indudablemente, expresado en la obra, con toda sus violencias, ternuras, defectos y bestialidades.
El abuelo de Celestino no estaba de acuerdo con que fuera autor y talaba los árboles en los que escribía.
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QUÉ MUNDO TUVO QUE VIVIR
Su obra Pentagonía
Celestino antes del alba (1967)
El palacio de las blanquísimas mofetas (1980)
Entrevista con Reinaldo Arenas
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El 7 de diciembre de 1990, un Reinaldo Arenas enfermo de sida se suicidó en Nueva York después de una vida en la que reivindicó la libertad y la disidencia. En su última entrevista, Arenas habló de su obra y del exilio. La Razón, reproduce este documento con valor histórico, y que debido a las circunstancias que todavía imperan en Cuba sigue siendo vigente.
o radicalmente opuesto a los comunistas de lujo (como Carpentier o García Márquez, “gente a veces brillante que trafica elegantemente con la carroña, pero a distancia”) fueron aquellos que como pudieron salieron por el puerto de Mariel, Reinaldo Arenas entre ellos. Ángel Rama y Emmanuel Carballo, ambos clandestinamente, habían sacado de Cuba en los años sesenta sus primeros manuscritos: Rama publicó en Uruguay Con los ojos cerrados y Carballo en México El mundo alucinante. Sólo pudo ver Reinaldo Arenas publicada en la isla Celestino antes del alba. En Nueva York, donde se instaló, escribió media docena de libros, innumerables artículos políticos, poemas y breves piezas para teatro. Reinaldo Arenas murió hace un año en el exilio. Se ha dicho que a diferencia de lo que ocurrió en la Unión Soviética y en la Europa secuestrada, en Cuba no se ha dado la disidencia heroica. Reinaldo Arenas desmiente ese equívoco. En sus artículo políticos y sus manifiestos anticastristas (reunidos en Necesidad de libertad, Editorial Kosmos, 1986), pero principalmente en sus novelas y cuentos optó siempre por una libertad espontánea y vital. En Cuba lo encerraron por ejercer su libertad sexual, le robaron cuantas veces pudieron sus manuscritos, lo obligaron, por acoso, a salir por Mariel. Salió de Cuba pero se quedó en Cuba, padeció en Nueva York la fiebre del exilio, la obsesión de recobrar, por la escritura, lo perdido. Huyó del infierno cubano para caer en otro infierno (“El infierno es esa sensación de no poder hacer nada. El estancamiento…”, le dijo a Nedda G. de Anbalt en una entrevista recogida en Rojo y naranja sobre rojo, La entrevista que ahora publicamos la concedió Reinaldo Arenas, pese a su precaria salud, pocos días antes de su muerte. Él sabía que aparecería póstumamente. Hacemos votos por poder ver muy pronto el retorno a su país de más de un millón de exiliados cubanos, pues parece que el in-
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El símbolo característico del paisaje cubano es el bohío. Este tipo de vivienda abunda en la parte rural de la isla y generalmente está construída con tablones y techos de palma, por lo que es fresca.
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Otra vez el mar (1982)
P O R P E R L A RO Z E N C VA I G vierno del patriarca está llegando a su fin.
donde la represión y la lucha por la libertad se entrelazan.
PERLA ROZENCVAIG: Reinaldo, hace diez años habías llegado de Cuba. Se te consideraba ya entonces una de las voces más interesantes de la nueva narrativa hispanoamericana por tus cuentos y novelas escritas en los 60 y 70. A esa producción hay que añadirle ahora varias novelas escritas o reescritas en Nueva York, un número impresionante de artículos de contenido político, obras de teatro, tu libro de poemas Libertad de vivir manifestándose y acaba de publicarse Viaje a La Habana ¿Qué ha significado para ti vivir en Nueva York? REINALDO ARENAS (RA): En Nueva York he podido casi terminar un ciclo narrativo que desde que tenía 18 años en Cuba soñaba con realizar. Sabía que allí era muy difícil debido a la censura, que no sólo impedía que se publicase la obra, sino que hacía casi imposible encontrar un lugar donde guardar el manuscrito; y a la falta de estímulo para trabajar en esas circunstancias. Cuando salí de Cuba sólo había publicado tres libros, El palacio de las blanquísimas mofetas, cuya publicación coincidió con mi salida del país, Celestino antes del alba, el único publicado en Cuba y El mundo alucinante que se publicó en México. PR: También tu volumen de cuentos Con los ojos cerrados había sido publicado en Uruguay. RA: Tienes razón y vale recordar que aquí escribí otro cuento, Termina el desfile que sirve de título a la reedición de ese libro. Pero volviendo a tu pregunta inicial, te diría que aquí he realizado lo que podríamos llamar, cayendo quizás en la cursilería, mi principal afán literario: terminar un ciclo de cinco novelas que abarca la realidad cubana desde una época anterior a la revolución hasta el final del castrismo, ya en un mundo verdaderamente alucinante
PR: En El color del verano hay varios personajes importantes, pero ¿dirías tú que la Tétrica Mofeta, ese escritor que se oculta detrás de distintas máscaras, es el que mejor sirve de enlace entre esta novela y las anteriores? RA: Hasta cierto punto sí porque la Tétrica Mofeta es un personaje que se transforma o se prolonga en varios personajes. La Tétrica Mofeta es un homosexual que vive en Cuba y es víctima de todo tipo de persecuciones; no obstante, intenta escribir una novela que el gobierno confisca para destruir. Este personaje tiene un doble en Estados Unidos, Gabriel un campesino que acaba de regresar de un viaje a la Habana, donde se quedó su madre. La Tétrica Mofeta se transforma también en un personaje que escribe incesantemente cartas a Cuba. Esos tres personajes al final de la novela se vuelven uno solo.
Para darescribí esta novela creería conveniente empezar por describirles un árbol que va creciendo a la vez que va transcurriendo mi infancia”
PR: ¿Te parece válido establecer relaciones entre El color del verano y la Sodoma y Gomorra de Proust? RA: Sí, salvando las distancias entre Proust y yo, ya que él fue un gran escritor y yo soy un ser casi desconocido. Creo que es válido en el sentido de que Proust quiere darnos la visión de un universo a través de un personaje que no llega a decir su verdad autobiográfica. Proust no se presenta en la novela como un personaje homosexual, sino como un conquistador de mujeres, el mundo de Sodoma se lo reserva a otros personajes. El error de alguna gente es pensar que en Sodoma y Gomorra el personaje de Proust es homosexual. El autor lo sería, pero no el personaje. Yo, por el contrario, siempre he sido muy irreverente, y hasta la última hora lo seré.
El asalto (1988)
El color del verano (1991)*
Otras novelas El mundo alucinante (1969)
La vieja rosa (1980)
Arturo, la estrella más brillante (1984)
La loma del ángel (1987)
El portero ((1989))
PR: Háblame un poco de tu participación en el documental titulado Habana.
“La casa se ha quedado pelada en mitad del potrero, sin otro árbol que no sea la mata de higuillos que abuela no dejó que se la tumbaran. ¡Qué fea es la casa sin ningún árbol!”
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Viaje a La Habana (1990)
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RA: Bueno, estaba yo en ParĂs para la presentaciĂłn de La Loma del Ă ngel en su versiĂłn francesa, cuando me encontrĂŠ con la cineasta checoslovaca Jana Bokova, exiliada desde hacĂa 20 aĂąos, quien me dijo que iba a ir a Cuba a hacer una pelĂcula.
Antes que anochezca (1992)
PR: La pelĂcula se concentra en mostrar la tremenda pobreza en la que viven los que supuestamente se han beneficiado con la revoluciĂłn. RA: Yo les dije a dĂłnde debĂan ir. QuerĂa que no se dejaran engaĂąar y que vieran los solares, que hablaran con algunos cubanos, sobre todo de raza negra, para que ellos mismos les mostraran sus condiciones de vida. AsĂ lo hicieron y utilizaron material literario, fragmentos de mis cuentos y de la obra de autores cubanos.
*
Narrativa breve Con los ojos cerrados (1972)
Termina el desfile (1981)
PR: ÂżAl escribir te diriges conscientemente a un tipo de lector en especial? RA: Primeramente me dirijo a un solo lector, que soy yo mismo. Leo los textos y si no me gustan los rompo. Ese lector, yo mismo, luego se desdobla en otro y asĂ sucesivamente hasta adquirir un carĂĄcter infinito. Toda obra es un acto de complicidad entre uno y el lector. Los lectores asimilan lo que pueden o quieren; por lo tanto el libro es un objeto cambiante. Es lo interesante, lo que hace que una obra de arte sea inagotable. Cada lector inventa su propia novela. Uno le da una serie de sĂmbolos, seĂąales, penas, esperanzas y terrores que despuĂŠs organiza segĂşn su sensibilidad.
Final de un cuento (1991)*
AdiĂłs a MamĂĄ (1995)*
Ensayo Necesidad de libertad (1986)
Teatro PersecuciĂłn (1986)
ILUSTRACIĂ“N basada en la icĂłnica foto de Reinaldo Arenas.
PoesĂa El central (1981) Voluntad de vivir manifestĂĄndose (1989) Inferno, poesĂa completa (2001)*
AquĂ he realizado lo que podrĂamos llamar mi principal afĂĄn literario: terminar un ciclo de cinco novelas que abarca la realidad cubana desde una ĂŠpoca anterior D OD UHYROXFLyQ KDVWD HO ÂŻQDO GHO FDVWLFLVPR \D HQ XQ PXQGR YHUGDGHUDPHQWH alucinante donde la represiĂłn y la lucha por la libertad se entrelazanâ€?
PR: De cada uno de tus personajes yo guardo un recuerdo muy especial, pero de todos tus personajes tĂş resultas ser el mĂĄs increĂble. RA: Gracias. Ese personaje lo he dejado en mis libros, que son el sentido de mi vida. Me siento muy feliz de haber podido terminar, o casi terminar, porque uno nunca termina, ni siquiera con la muerte, el ciclo literario que habĂa trazado. Tal vez un probable lector de mi obra diga: CuĂĄnto sufriĂł esta gente QuĂŠ mundo tuvieron que vivir. CuĂĄnta piedad sentimos por ellos.
Fragmentos o poesĂa cv onvjnxkcn kxvkx cvn nxc vmnxc vmn xcm
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Arenas anduvo de cárcel en cárcel: su delito ser escritor y homosexual. Sus irreverencias: miradas cómplices desde los arquetipos, incidentes procaces, cruces fantasmagóricos, divertimentos y transgresiones lo condenaron para siempre en Cuba. Su desenfado fue siempre una bofetada frente a tanta hipocresía y simulación. Su valentía una preocupación constante para el régimen de Castro. Los lectores cubanos pronto le harán justicia. Sus textos, legado de todos los terrores posibles.
Su retórica discursiva se proyecta a partir de una prosodia que grita la rabia y el desespero de toda una generación” POR CARLOS
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O L I VA R E S BA RÓ eer a un autor como Reinaldo Arenas Fuentes (Aguas Claras, Holguín, Cuba, 16 de julio de 1943 - Nueva York, 7 de diciembre de 1990) es siempre un desafío. Penetrar su mundo poblado de significados múltiples que reverberan en ambientaciones desgarradoras, festivas y alucinantes es, sin duda, una de las experiencias más reveladoras para cualquier lector que se acerque con ojo crítico, a la narrativa cubana de los últimos sesenta años. Arenas es un escritor que exige complicidad: su retórica discursiva se proyecta a partir de una prosodia que grita la rabia y el desespero de toda una generación. Desde su primera novela Celestino antes del alba (1967) hasta la póstuma autobiografía novelada Antes que anochezca (1992), un prodigioso despliegue de mutaciones sígnicas ha inquietado y sorprendido a más de un lector. El corpus de la narrativa cubana de los años 60 del siglo pasado, acorrala al joven narrador: el jurado del Premio Nacional de Novela Cirilo Villaverde
el dato Reinaldo Arenas fue el primer cubano exiliado en solicitar mediante una carta firmada por 10 premios Nobel un plebiscito en contra de la dictadura de Fidel Castro en 1988 .
del concurso anual de la UNEAC en el año 1965 no sabe qué hacer, frente a semejante furia prosística y le concede la primera mención por Celestino antes del alba: cualquiera que lea la novela premiada en esa convocatoria (Vivir en Candonga, de Ezequiel Vieta), notará la diferencias: mientras Arenas rompe con la estructura de la novela tradicional, el texto premiado no presenta un discurso narrativo novedoso: pronto los lectores lo olvidan. Lo primero que sorprende en la arenga (prefiero usar este término en vez de discurso) de Reinaldo Arenas son los gestos. La actitud del autor se multiplica y se proyecta infinitamente: más que una disposición para contar una historia, la postura de Arenas opera sin agazapamiento sobre la tradición y estruja, incita y azuza una nueva manera, casi esperpéntica, en el idiolecto, para estructurar una curiosa red de sintagmas que deviene en una de las más irreverentes hablas de la narrativa latinoamericana de los últimos 50 años. Basta recordar el inicio de El mundo alucinante (primera mención del Premio Nacional de Novela Cirilo Villaverde de la UNEAC del año 1966; nunca publicada en Cuba y editada en México por Editorial Diógenes gracias a las gestiones de Emmanuel Carballo, en 1969) para darnos cuenta que Arenas asume otro fraseo, otras inflexiones rítmicas: “Venimos del corojal. No venimos del corojal. Yo y las dos Josefas venimos del corojal. Vengo solo del corojal y ya casi se está haciendo de noche. Aquí se hace de noche antes de que amanezca. En todo Monterrey pasa así: se levanta uno y cuando viene a ver ya está oscureciendo. Por eso lo mejor es no levantarse”.
Si en Celestino... la voz del niñonarrador se convertía en un habla mítica deformadora de la realidad, en El mundo alucinante, Fray Servando-niño es, desde la iridiscencia discursiva que propone el autor, una especie de palpitación sinuosa que se descubre por la singular modulación acompasada y por las ambigüedades de la alocución en azagaya. Estas intensidades inflexivas se van a repetir con frecuencia en las novelas del cubano. En El palacio de las blanquísimas mofetas (1980) leemos: “La muerte está ahí en el patio, jugando con el aro de una bicicleta. En un tiempo esa bicicleta fue mía. En un tiempo eso que ahora no es más que un aro sin llanta fue una bicicleta nueva”. El recurso de la letanía no es más que una “intromisión” de la forma de la expresión en los dominios de la forma del contenido. La algarabía, el grito y la movilidad son los reversos simbólicos que reiteran las posibles marcas semánticas: florecimiento de múltiples semas insertados en infinitas redes de unidades culturales: “Y no puedes llorar. Y no puedes clamar. Y no poder aullar. Y no poder rezar. Y no poder palpar. Y no poder confiar. Y no poder renunciar. Y no poder fundirnos en un abrazo de furia, y perecer” (El Palacio de las blanquísimas mofetas). Repeticiones que configuran una retórica de lo agónico y un viaje al centro del lenguaje como posible salvación. Arenas, lector de Isidore Ducasse, Huidobro, Mallarmé, Cortázar y Lezama, lo sabe e insiste en ello. El Canto VII de Altazor no basta: si el poema “es una cosa que nunca es, pero que debería ser”, para el autor de Necesidad de libertad la novela es una cosa que será y que puede ser.
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Dedicatorias “A Carlos Olivares con mi cariño y recuerdo tan incesante y perenne con nuestro mar tropical siempre recomenzando. Un abrazo. Reinaldo Arenas Nueva York Nov 26/ 1985”
Ca C li li d d mi “A Carlitos Olivares desde infern palacio que aún vive infernal en la memoria como todo lo amad y terrible. Su hermano amado de su sueños y terrores. Rein Reinaldo Arenas”
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A través de paradojas estilísticas y temáticas aparece, en varios de sus libros, el personaje de la Madre. Invención obsesiva y, más que todo, recreación que nace en las orillas del desamparo y de la ironía. Si en Celestino antes del alba la madre es dominante y cariñosa, en El palacio de las blanquísimas mofetas, ésta es relatada como la provocadora de pensamientos incestuosos perturbadores desde una erótica que se hace progresiva en la novela. Fortunato, el protagonista, hijo sin padre, y Onérica, la madre, una especie de símbolo que se asoma como objeto del deseo en la masturbación del hijo: la madre es el sueño y también un sentimiento de pérdida, de frustración, de angustia e incluso de terror. Planteamiento muy singular de los mecanismos que mueven los sentimientos antagónicos de amor y odio. Madre amorosa, asimismo, madre odiada. Es, precisamente, en Celestino antes del alba donde se hace evidente esta contraposición: la madre es araña devoradora, culebra y también pájaro gigantesco, tierno y amenazador: “creo que voy a tener que matarte”, dice este espectro volador al hijo en uno de los cuentos de Termina el desfile. Fantasías zoomórficas que son, más que todo, irradiaciones del deseo infantil en el afán de destruir los objetos eróticos que impiden la posesión de la Madre, y, a la vez, un reflejo del temor por el abandono: los niños, o el personaje niño, en la obra de Arenas, siempre están situados en los extremos del desamparo: sueñan huyendo, más que todo, por orfandad y por falta de cariño/ternura. En el relato breve “El hijo y la madre”, uno de los textos de Arenas más intensos desde la perspectiva de la relación Madre-Hijo y de la configuración del personaje de la Madre, un hijo espera a un amigo, la madre prepara la comida. Ambos viven asfixiados en un pequeño apartamento. La vista del amigo es un atrevimiento. La madre da “salticos como un ratón mojado”.
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Arenas construye una atmósfera claustrofóbica y desesperante, el tiempo se multiplica y se anula en vértigos y relampagueos. La espera del amigo es una intromisión. La madre está muerta, pero su fantasma deambula por la habitación. Llega el amigo y la presencia de la madre es de acoso, aparece caminando por un costado del cielo. Retrato certero de la relación madre-hijo. Incesto, homosexualidad, represión y condena en elocuencia y tino sorprendentes. Es, sin embargo, en el texto “Adiós a mamá” donde Arenas apunta sus armas y —retomando algunos elementos de “La vieja Rosa” y “El hijo y la madre”—, construye uno de los relatos más profundamente trágicos, irónicos y profanadores de la narrativa cubana. Si en “El hijo y la madre” el personaje de la Madre es presencia fantasmal, en “Adiós a mamá” el cadáver de la madre es presencia nauseabunda que provoca la catarsis; el hijo huye (“Deseoso es aquel que huye de la madre”: Lezama) y se va al mar. El sacrificio de las hermanas no es compartido por él, y lo mejor es huir. La revolución de 1959 se levanta y se configura no sobre un padre muerto, sino en torno a un salvador que llega de las montañas; primero hijo que después se asume a sí mismo como padre redentor y representante de su revolución (Madre). Hijo y hacedor de la revolución y padre redentor/ líder. Incesto y represión. El cuento de Arenas es sugerente y certero. Reinaldo Arenas pudo publicar en su país un solo libro, Celestino antes del alba, que por estos días cumple 50 años de su aparición: ‘novela campesina’, como apunta Antón Arrufat, que constituye uno de los legajos literarios más axiomáticos de la narrativa cubana del siglo XX. Se ha reeditado muchas veces: el mejor tributo al autor de El portero es leerla. Lo demás es, quizás, una de las crónicas más terrible y tristes de la historia de la literatura cubana: Arenas anduvo de cárcel en cárcel: su delito ser escritor y homosexual. Sus irreverencias: miradas cómplices desde los arquetipos, incidentes procaces, cruces fantasmagóricos, divertimentos y transgresiones lo condenaron para siempre en Cuba. Su desenfado fue siempre una bofetada frente a tanta hipocresía y simulación. Su valentía una preocupación constante para el régimen de Castro. Los lectores cubanos pronto le harán justicia. Sus textos, legado de todos los terrores posibles y de toda la congoja que agobia al hombre desde siempre.
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MIÉRCOLES 02.08.2017
CONMOVEDORA Y POTENTE INTERPRETACIÓN DEL POETA
Schnabel logra un retrato humano de Reinaldo Arenas HQ HO ¯OPH Before night falls VLQ WLQWHV SDQ°HWDULRV anticastristas el actor Javier Bardem consigue meterse en la piel del escritor perseguido por su homosexualidad POR GILDA CRUZ
Creería conveniente empezar por describirles un árbol que va creciendo a la vez que va transcurriendo mi infancia, un árbol cualquiera” Fotos>Especial
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ara 1990, año en el que se suicidó, Reinaldo Arenas ya había conseguido el reconocimiento internacional, sin embargo, gran parte de los lectores conoció su obra diez años después, luego de la adaptación al cine de su novela Antes de que anocheza, discurso autobiográfico contra la censura y los totalitarismos, en un filme dirigido por el pintor Julian Schnable. Before night falls (2000) presenta dos Reinaldos. Uno, el niño-adolescente pobre con un don para la poesía, quien, entusiasmado por un deseo de cambio huye de su madre y de la marginación para unirse a los rebeldes de Castro contra Fulgencio Batista. El otro, el joven-hombre poeta, sensible, rebelde, artista... y perseguido. El filme del neoyorquino, quien se inició en la realización con Basquiat (1996), se pierde en la estructura cuasi episódica de su guión y su ritmo, pero tiene dos grandes aciertos: 1) Schnabel evita los tintes panfletarios anticastristas para reflejar la vida y obra del autor desde un punto intimista y humano; 2) la interpretación que el español Javier Bardem hace de Reinaldo Arenas es magistral, potente y a la vez conmovedora, la columna vertebral que auxilia al filme de sus baches y de las limitaciones que su creador impone al personaje central. El que Scnhabel no se apegue 100 por ciento al libro es un punto a favor y al mismo tiempo en contra. A favor porque echa mano de otras fuentes sobre Arenas como la entrevista del cubano para la BBC de Londres del documental Havana (1990). Y malo porque la parte fundamental en la vida del escritor es su homosexualidad, y la cinta
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despoja de la sordidez o lo escabroso del tema y que sí se lee en la novela, para inyectarle encuentros esporádicos propios de una historia de Hollywood. Porque Reinaldo Arenas fue un perseguido por ser intelectual, sí, pero sobre todo por su orientación sexual, por ser un “marica”, un “desviado del sistema”, un “paria” autorizado al éxo-s, 1985. o Arenas, en Parí do desde el Puerto de Mariel; Reinald pero Bardem hace que las fallas se soporten. Como si fuera la segunda piel de Arenas el actor logra transmitir la dualidad entre el artista y el humano, entre el inteDurante los sesenta los cubanos lectual y el marginal. homosexuales fueron recluidos Secuencia clave de la película es en la que en los UMAP, campos de trabajo Reinaldo-Bardem sale del cuarto de castiforzoso del gobierno castrista para su “cura”; documentos revelan go cuando su madre lo visita en la cárcel. que eran sitios insalubres con Le pide que abandone cualquier dejo de
el dato agua y comida en mal estado.
»COORDINADOR Javier Chávez
»DISEÑO Iolani Ferráez
»ILUSTRACIÓN Ernesto Meneses Diaz
»RETOQUE DIGITAL Luis De la Fuente Zeus Gomezmont
rebeldía. No, no lo hará, da la espalda a los ruegos de su madre y se aleja, metáfora de lo que decide vivir, porque tiene dos opciones y al final vivió como quiso y hasta ssu muerte la definió en tiempo y hora. Pero Before night falls no sólo es la re recreación de la vida y obra del poeta, ta también de la Cuba de añoranza. Imp posibilitado por el sistema para rodar aahí, la película está filmada en México. E El Malecón fue recreado en Veracruz; l playa Guanabo, en Progreso, Yula c catán; el famoso Castillo del Morro, d donde Arenas fue encarcelado, en San Juan de Ulúa... Pero un exilio como el de Reinaldo Arenas nunca termina. La imagen del barco saliendo del Puerto Mariel llevando a los indeseables, desde los delincuentes hasta los homosexuales, emula la marginación que lo perseguirá siempre. Si en Cuba es perseguido por ser homosexual e intelectual, en Estados Unidos será un stateless, un sin patria, sin derechos médicos ni sociales, aunque con un bien anhelado por muchos años, la libertad: “La diferencia entre el sistema comunista y el sistema capitalista, es que cuando te pegan una patada por el culo, en el sistema comunista tienes que aplaudir, en el sistema capitalista puedes gritar”.
»CORRECCIÓN Carlos Olivares Baró Raúl Chávez Sánchez
»VENTAS Ileana Salinas
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