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MIÉRCOLES 23 MARZO DEL 2016
TRADICIÓN EN PUNTA KARAPA Y BUEN PASTOR
COMENTARIO
Compras y chipas marcan movida de Semana Santa
¿Qué recordamos esta Semana Santa? Pr. Emilio Agüero Esgaib comunicaciones@mqv.org.py twitter: @emilioaguero FERNANDO RIVEROS
El Agroshopping del Mariscal ofreció una gran variedad para las comidas típicas de los días santos.
AGUSTÍN ACOSTA
GENTILEZA
La elaboración de chipas es culturalmente comunitaria en Paraguay, sobre todo en los días santos.
El presidente Horacio Cartes recibió las chipas que hicieron las internas del Buen Pastor.
El Agroshopping Mariscal ofreció variados productos para la Semana Santa.
ran movimiento comercial se observó en Asunción y en todo el país por la Semana Santa. El Agroshopping del Mariscal desplegó ayer la venta de productos de las colonias para Semana Santa tales como: queso paraguay, maíz, choclo, huevos caseros, entre otras variedades.
perar algunas chipas en vías de extinción porque es parte de nuestra cultura y además de eso es una actividad recreativa que reúne a las familias, a las vecinas y a toda la comunidad para su elaboración”, mencionó Clemente Cáceres, mientras moldeaba la masa y comentaba que existen al menos 15 variedades de chipas.
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En tanto, la Secretaría de Acción Cultural de la Municipalidad de Asunción, presentó 8 variedades de chipas paraguayas; en tanto, Punta Karapa o Chacarita Alta fue sede de la 4º edición de “Chipa apo” que consistió en la demostración y elaboración de varie-
dades de este tradicional pan de almidón, con la colaboración del profesor Clemente Cáceres, promotor cultural de la Municipalidad de Asunción. En este sentido, presentaron a la concurrencia las distintas variedades como: chipa mburika, elaborado a base de locro; chipa kandói, con condimentos especiales como la miel y el maní; chipa avati, a base de maíz; chipa asador, se cocina a las brasas; chipa arapaho, elaborado con ingredientes de afrecho de maíz; y el chipa rora, que se prepara de la parte gruesa del maíz molido. “Cada año tratamos de recu-
Chipa del Buen Pastor La ministra de Justicia, Carla Bacigalupo, entregó ayer al presidente de la República Horacio Cartes un obsequio enviado por las internas del Buen Pastor, consistente en chipa elaborada por las
mujeres privadas de libertad durante el tradicional Chipa apo, que organizan cada Semana Santa. La entrega del presente se realizó durante la reunión que mantuvo la alta funcionaria del Estado en la residencia presidencial Mburuvicha Róga durante la audiencia con el mandatario. Por su parte, el presidente Cartes agradeció el gesto a través de la página web del Ministerio de Justicia. “Agradezco a las internas del Buen Pastor por las riquísimas chipas que me enviaron de obsequio. Les deseo muchas bendiciones en esta Semana Santa”, expresó el jefe de Estado.
Luego de que Dios hizo los cielos y la tierra, creó al hombre y a la mujer y les puso en el jardín del Edén, dándoles instrucciones y trabajo (Génesis 1 y 2). Eva fue tentada por la serpiente a comer del fruto prohibido y cayó en tentación. Luego, ella fue y logró convencer a su marido de que haga lo mismo (Gn 3.1-6). Dios los había puesto en medio de un huerto y les indicó que podían comer de todo árbol, todo lo que quisieran, pero menos de uno, el del “conocimiento del bien y del mal” porque el día que de él comiesen, morirían (Gn 2.1517). La serpiente contradijo a Dios diciendo que, en realidad, no morirían sino que serían como Dios conociendo todo (Gn 3.4, 5). El planteamiento de Satanás fue sencillo: ¿Por qué pudiendo ser como Dios te conformas con ser un simple ser humano?, ¿no te das cuenta que podrías ser mucho más de lo que eres?, ¿para qué vivir bajo la autoridad de Dios siendo que tú puedes ser autoridad para ti misma?, ¿acaso Dios no quiere que conozcan el bien y el mal?, ¿acaso teme que descubran algo que a Él no le conviene? Si tanto les ama, ¿por qué les prohíbe hacer cosas?, ¿acaso Dios no es un Dios de libertad? Y así plantando la duda sobre la bondad y el amor de su Creador en ella. El punto acá es que Eva cayó y luego dio a su marido (Gn 3.6) e inmediatamente vinieron las consecuencias: tuvieron vergüenza de su desnudez, se sintieron expuestos, avergonzados, sin cobertura, solos, se escondieron y tuvieron miedo. Vemos que una vez que descubren su desnudez (que no significa que el cuerpo humano sea malo en sí mismo, o que sea algo que debe de dar vergüenza, sino que al pecar estamos expuestos y todos los seres humanos tenemos vergüenza a la exposición
de nuestras limitaciones y errores o pecados. Eso es lo que simboliza esa desnudez), tejen con sus manos un delantal hecho con hojas de higuera para vestirse. Luego leemos que cuando Dios pregunta por ellos y qué hicieron, lejos de aceptar cada uno su propia responsabilidad, se acusan el uno al otro. Adán responsabiliza a Dios y a Eva. La mujer, por su parte, se justificó diciendo: “La serpiente me engañó, y comí” (3.13 RV). Es así como nos comportamos, todos tienen la culpa menos nosotros. Vemos cómo Dios ejerce juicio sobre este acto de desobediencia maldiciendo a la serpiente (verso 14) y a la tierra a causa de la desobediencia del hombre (verso 17) pero no maldice al hombre ni a la mujer porque tenía un plan de redención para ellos, aunque ninguno queda sin juicio. En el versículo 21 nos dice que Dios hizo al hombre y a la mujer túnicas de pieles para vestirlos. ¿Para qué?, ¿acaso ya no estaban cubiertos con hojas de higueras? Lo que podemos ver acá es que el hombre no podrá hacer nada por sí mismo para cubrir sus pecados, está imposibilitado. Si va a venir alguna ayuda, será externa a él, será de afuera ya que él estaba muerto en sus delitos y pecados (Ef 2.1). Entonces Dios les quitó sus túnicas (lo que simboliza sus “obras” o todo aquello que el hombre hace creyendo que así se ganaría el favor de Dios, sin tener en cuenta su provisión que es Cristo para perdón de sus pecados) y los viste con pieles de animales, pero para que hubiera pieles se tenía que matar a alguien, la sangre de alguien tenía que ser derramada y ahí aparece proféticamente Cristo, un inocente muriendo para cubrir el pecado de los culpables. Vemos ya ahí el proceso de redención del hombre y es eso lo que recordamos esta Semana Santa. (Del libro “La Resurrección” del Pr. Emilio Agüero Esgaib).