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Causas
Si pensamos en las causas tenemos que analizar el inicio de dicha guerra, como casi todas, la Segunda Guerra Mundial empezó con una mentira, por el lado Alemán, según las palabras del propio Adolf Hitler el 1 de septiembre de 1939 frente al Reichstag alemán: “Esta noche, soldados regulares polacos han disparado por primera vez contra nuestro territorio”. Al finalizar la Primera Guerra Mundial y tras la firma del Tratado de Versalles, el siglo XX será testigo del ascenso en Europa de regímenes totalitarios como el fascismo en Italia o el nazismo en Alemania

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Este fue un duro golpe para la delegación alemana Tanto los representantes del país vencido, así como los periódicos y la población general, entendían que se trataba de un acto de imposición más que de una negociación. Sin embargo, lo que acabó por irritar más a la sociedad alemana manipulada por la derecha fue la aceptación del artículo 231, el cual consideraron inaceptable y humillante. Este artículo era introductorio a la parte VIII del tratado, sobre las indemnizaciones, y lo introdujeron los negociadores estadounidenses. Sabían que los alemanes no podrían pagar (como querían principalmente franceses e ingleses) indemnizaciones que cubrieran todos los costes de la guerra
Destacados oficiales del Ejército y sectores conservadores de la sociedad alemana se mostraron reacios a firmar las condiciones impuestas por los vencedores, aun a sabiendas de que la alternativa era la reanudación de las hostilidades y la invasión del suelo alemán. Una humillación todavía mayor.
Dentro de este tratado existieron muchas imposiciones, como el establecer estrictas restricciones a las fuerzas armadas alemanas. Su ejército no podía tener más de siete divisiones de infantería y tres de caballería, un total de 100 000 soldados, y un máximo de 4000 oficiales. La conscripción fue prohibida, y no se permitía el entrenamiento militar de los civiles dedicados a la protección de bosques, de aduanas o de otras instituciones oficiales