ORCIP

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UNIVERSIDADE FEDERAL DA INTEGRAÇÃO LATINO-AMERICANA Reitor pro tempore Josué Modesto dos Passos Subrinho Vice-reitor pro tempore Nielsen de Paula Pires Pró-reitora de Extensão - PROEX Ângela Maria de Souza

Coordinador del Observatorio de la Realidad Campesino Indígena del Paraguay (ORCIP): Félix Pablo Friggeri Coordinador del Proyecto de Extensión “Reconstruyendo la memoria con las comunidades campesinas y de pueblos originarios de Paraguay en torno a los efectos de la concentración y extranjerización de la tierra”: Fernando Gabriel Romero

Revista del ORCIP Equipo Editorial Director: Fernando Gabriel Romero Integrantes: Felix Pablo Friggeri Paula Daniela Fernández Rafael Portillo Tatiana Tellez Bejarano Daniel Gordillo Valdemar Wesz Junior Alan Fretez Bobadilla Néstor Ariel Prieto Villalba Cynthia Resbani Projeto Gráfico e Diagramação: Departamento de culturas e comunicação - PROEX Sarah Scholz Dias Roger Dourado


Presentación del Proyecto de Extensión del ORCIP RECONSTRUYENDO LA MEMORIA CON LAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y DE PUEBLOS ORIGINARIOS EN PARAGUAY EN TORNO A LOS EFECTOS DE LA CONCENTRACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN DE LA TIERRA Fernando Gabriel Romero1

El proyecto consiste en la realización de actividades de construcción de la memoria y revalorización de la trayectoria histórica (a través del desarrollo de tareas de recopilación de imágenes, documentos y testimonios) de las comunidades campesinas y de pueblos originarios de los departamento de Alto Paraná y Canindeyú (Paraguay) afectados por la problemática de la concentración y extranjerización de la tierra. Más específicamente, el proyecto se propone efectuar, a partir del trabajo conjunto de varios actores sociales (estudiantes y profesores de la UNILA y las comunidades mencionadas), acciones de capacitación y participación que contribuyan al conocimiento, comprensión, la integración regional, revalorización multiculturalista e interpretación del proceso socioeconómico y político, en particular en torno a aquellas problemáticas vinculadas a los sectores subalternos locales afectados por los procesos de transnacionalización económica. Por medio de distintas instancias de talleres, cursos, charlas y elaboración de textos didácticos, muestras y exposiciones se promueve la participación integradora de integrantes de las comunidades. Fundamentación La elección de los Departamentos de Alto Paraná y Canindeyú (Paraguay) como área de extensión, responde a que el proceso de acaparamiento de tierras en este territorio presenta algunas características que lo diferencian del proceso más estudiado en otras partes del mundo, como los países africanos2 . Entre ellas, se encuentra el hecho de que la producción de cultivos “flexibles” o “comodín”


(aquellos que sirven tanto para alimento de humanos, de animales o combustible) que generó el acaparamiento de tierras en los países africanos a partir de la crisis del 2008, en América Latina comenzaron a acentuarse masivamente (y a demandarse por el mercado mundial) desde fines de la década de los 1990. Este hecho supone explicaciones de más largo plazo que tengan en cuenta las características de las últimas etapas de la evolución agrícola paraguaya. Otra particularidad del caso, que hace relevante el trabajo de extensión del área de Relaciones Internacionales e Integración, es la presencia de países como Brasil y Argentina que, además de ser acaparados por capitales extranjeros, son países que acaparan tierras en terceros (como Bolivia y Paraguay). Esta situaciones suponen procesos que involucran de desplazamiento y distinto tipo de afectación por parte de las comunidades campesinas y de pueblos originarios. Los integrantes de estas comunidades perciben los procesos socioeconómicos y políticos de manera distinta y resulta de interés contribuir a la integración y al diálogo intercultural a partir de una problemática común. Objetivos Objetivo General Promover entre la población de las comunidades campesinas y de pueblos originarios de la Región de la Triple Frontera (Paraguay, Brasil y Argentina) el conocimiento, comprensión, el diálogo intercultural, la revalorización multicultural, la interpretación de los procesos socioeconómicos, políticos e históricos y la integración regional, haciendo especial hincapié en (re)construcción de su memoria y su trayectoria histórica, como mecanismo de construcción de identidades socialmente integradas y participativas. Objetivos específicos 1 Diseñar instancias de inclusión social y revalorización multicultural mediante el acercamiento y la reflexión de los integrantes al pasado local por medio de encuentros, talleres y charlas. 2 Elaborar participativamente materiales de difusión de la historia local y las trayectorias sociales de las comunidades en referencia al proceso de concentración y extranjerización de la tierra con el involucramiento de alumnos y profesores de la UNILA y la población destinataria del proyecto.


3 Desarrollar actividades de difusión de la problemática de las comunidades a través de muestras y exposiciones de los materiales construidos participativamente. Síntesis del Plan de Trabajo del Proyecto de Extensión El proyecto procura acercar a las comunidades campesinas y de pueblos originarios de la Región Trinacional (Paraguay, Brasil y Argentina) herramientas para la construcción de la memoria y la trayectoria social fomentando el conocimiento y la comprensión las estructuras socioeconómicas, los aspectos culturales de actores que comparten su situación y la dinámica regional e internacional. Para la concreción exitosa del mismo realizaremos varias actividades que se agrupan de la siguiente manera: a Recopilación, análisis e interpretación de fotografías, imágenes, fuentes escritas y orales relacionadas con los procesos de concentración y extranjerización de la tierra. b Realización de talleres, cursos y charlas para la aproximación de las comunidades a la historia local, motivando la construcción de prácticas solidarias e identificadas con su territorio. c Elaboración de textos, pósters y murales que contribuyan a la difusión de la problemática a través de muestras, presentaciones y exposiciones con contenido participativo y articulación de los integrantes de las comunidades y los alumnos y profesores de la UNILA. 1

Fernando Gabriel Romero - Doctor en Historia. Profesor de la Carrera

de Relaciones Internacionales e Integración de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA), Brasil. Coordinador del Grupo Interdisciplinar de Estudos e Pesquisa sobre Capitais Transnacionais, Estado, classes dominantes e conflitividade na América Latina e Caribe (GIEPTALC); Miembro Titular de FLACSO-España. Investigador del Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO) y del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA) de la Universidad de Buenos Aires. Coordinador del Proyecto de Extensión “Reconstruyendo la memoria con las comunidades campesinas y de pueblos originarios en Paraguay en torno a los efectos de la concentración y extranjerización de la tierra” Correo electrónico: fernando.romero@unila.edu.br

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BORRAS, S.-KAY, C.- GÓMEZ, S. “Land grabbing and global capitalist

accumulation: key features in Latin America”, en: Canadian Journal of Development Studies/Revue canadienne d’études du developpement, 33(4), 2012, pp. 402–416.



Indice Editorial ¿QUÉ ES EL OBSERVATORIO DE LA REALIDAD CAMPESINA E INDÍGENA EN EL PARAGUAY (ORCIP)? Félix Pablo Friggeri .......................................................................................................................................... 11 PROYECTO DEL OBSERVATORIO DE LA REALIDAD CAMPESINA E INDÍGENA EN EL PARAGUAY (ORCIP) Félix Pablo Friggeri ......................................................................................................................................... 15 ARTIGOS / ARTICULOS LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE LA FORMACIÓN SOCIAL PARAGUAYA. Fernando Gabriel Romero ............................................................................................................................ 25 MOVIMIENTO AGRARIO DEL PARAGUAY (MOAPA): EXPERIENCIA DE LUCHA Y RESISTENCIA EN EL ASENTAMIENTO LOS COMUNEROS. Rafael Portillo ............................................................................................................................................... 33 A EXPANSÃO DA SOJA NO PARAGUAI. Valdemar João Wesz Junior ........................................................................................................................... 41 ¿POR QUÉ PRODUCIMOS LO QUE NO COMEMOS? Alan Fretez Bobadilla .................................................................................................................................... 47 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA PRODUCCIÓN RURAL PARAGUAYA. Fernando Gabriel Romero ............................................................................................................................ 53 INTERCAMBIOS INSOSPECHADOS ENTRE PARAGUAY Y COLOMBIA. Daniel Gordillo ............................................................................................................................................. 59 LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS Y LA CONFLICTIVIDAD EN TORNO A LA TIERRA. Fernando Gabriel Romero ............................................................................................................................ 65



Editorial ¿QUÉ ES EL OBSERVATORIO DE LA REALIDAD CAMPESINA E INDÍGENA EN EL PARAGUAY (ORCIP)? Félix Pablo Friggeri1

Después de la masacre de Curuguaty y del golpe de Estado de 2012, un grupo de estudiantes y profesores de la UNILA decidimos juntarnos para dialogar, reflexionar, estudiar y apoyar, con todos los límites que tenemos, la lucha de las comunidades campesinas e indígenas del Paraguay. Entendíamos que nuestra Universidad tiene que estar comprometida con los sufrimientos y con las esperanzas de nuestros pueblos y queríamos expresar ese compromiso de alguna forma más concreta. Acompañamos la protesta frente al golpe que se expresó, sobre todo, en el Puente de la Amistad; también la organización de una charla de dirigentes paraguayos de Asunción, Ciudad del Este y Minga Guasú en la UNILA para describir y analizar lo que estaba pasando; y empezamos a juntarnos a intercambiar ideas y proyectos. En ese grupo había una mayoría de paraguayos, pero también jóvenes y profesores de otros lugares de América Latina, como es la UNILA. Muchos de nosotros estábamos estudiando y trabajando temas relacionados a la problemática del Paraguay, especialmente a lo que tiene que ver con las comunidades campesinas e indígenas. Así, empezamos a hacer un doble trabajo. Por un lado, empezamos a visitar comunidades campesinas e indígenas sobre todo con la decisión de escuchar, de “poner la oreja” para aprender y para tratar de entender la situación que estaba pasando en Paraguay desde los que la protagonizan, la sufren y la luchan. Por otro lado, en la Universidad nos juntábamos a estudiar y analizar juntos temas de la historia paraguaya, a intercambiar información que teníamos y a tratar de aprender a estudiar esta realidad intercambiando las experiencias y las ideas que teníamos. No contábamos con ningún recurso económico, ni conseguimos ningún apoyo de la administración de la Universidad, pero seguimos adelante como pudimos.

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En los diálogos con los dirigentes campesinos surgió la idea de tratar de hacer algo por la educación en el campo. La idea era que los mismo hijos de los campesinos puedan estudiar para ser maestros y profesores en sus mismas comunidades, compartiendo el proyecto político, económico y cultural de las mismas comunidades. Así fue afirmándose una idea que hoy está cerca de empezar: un profesorado para docentes de campo pero con la condición de que los alumnos sean todos de las comunidades campesinas. En Brasil le dicen “Licenciatura em Educação do Campo”. Y está previsto empezar en muy poco tiempo con esa carrera en la UNILA con jóvenes de Paraguay, Brasil y Argentina surgidos y enviados por las comunidades campesinas. También se pudo ayudar a impulsar un profesorado de las comunidades indígenas en la Universidad, que lleva el nombre de “Licenciatura Intercultural Indígena” y también empezaría en poco tiempo. También conversamos sobre la necesidad de difundir la situación campesina e indígena en el Paraguay y de ayudar a fortalecer la comunicación popular, desde las necesidades e ideas surgidas en el movimiento campesino. Así surgió la idea de esta revista que hoy empieza a caminar, como uno de los aportes, aunque se piensa en poder ayudar con otras iniciativas también. En 2014 con la incorporación de algunos profesores nuevos que llegaron a UNILA, pudimos avanzar en la organización y logramos que nos aprueben un proyecto en la Universidad para contar con un poco más de facilidad para el transporte y para la comunicación. Eso nos fue dando la posibilidad de ir con más regularidad y llegar a algunas comunidades más. Así fuimos visitando varias comunidades: Comuneros y El Triunfo en Minga Guasu, Tavapy II, Santa Lucía en Itakyry, Santiago Martínez, Marina Kue y Yvypyta, y la comunidad guaraní de Kirito.

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También acompañamos la organización de un Seminario sobre los hechos de Curuguaty en la UNILA. Allí nos acompañaron familiares de las víctimas y algunos intelectuales y organizaciones que están acompañando este tema. Fue muy importante para nosotros y para que la Universidad se posicione frente a estos hechos tan dolorosos y fundamentales para toda la región latinoamericana. Fue clave la iniciativa y la organización que brindó la Pro-Rectoría de Relaciones Internacionales de la UNILA, que conduce nuestra querida compañera Gisele Ricobom.


En 2015 participamos en el Seminario del aniversario de Comuneros, en Minga Guasu, que se organizó junto a la Federación Sindical Mundial. Allí pudimos compartir con compañeros de distintos países y principalmente de muchas comunidades campesinas y organizaciones del Paraguay. Estamos caminando también para ir teniendo algunas iniciativas comunes con los compañeros de BASE-IS y de la Universidad Nacional de Misiones (UNAM). Así podemos armar un trabajo conjunto. También tenemos un lindo contacto con la Coordinación Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Paraguay (CONNATS) y visitamos algunas de sus actividades. Dos de los jóvenes que la integran pudieron entrar en nuestra Universidad en este año, lo cual nos enorgullece enormemente. También estamos en contacto con compañeros de las Universidades Nacionales de Asunción y del Este, y tenemos muchas esperanzas de ir encarando algunos trabajos juntos. También este año, junto a los compañeros del Movimento Sem Terra (MST) estamos comenzando dos cursos de posgrado en nuestra universidad relacionados a las comunidades y organizaciones que luchan por la Reforma Agraria. Uno es sobre Lengua Española y Cultura Latinoamericana y el otro sobre Cuestión Agraria Latinoamericana. Estamos esperanzados de que muchos compañeros paraguayos puedan participar de estas dos iniciativas. Más abajo les presentamos uno de los documentos con los cuales visibilizamos nuestro proyecto y nuestro trabajo en la Universidad.

Félix Pablo Friggeri - Director del Instituto Latino-Americano de Economia, Sociedade e Política (ILAESP) de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana. Coordinador del Observatorio de la Realidad Campesina e Indígena del Paraguay (ORCIP). Correo electrónico: fpfriggeri@hotmail.com

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Proyecto del Observatorio de la Realidad Campesina e Indígena en el Paraguay (ORCIP) Félix Pablo Friggeri1

Justificación La realidad del campo paraguayo representa una de las fuentes más ricas en América Latina para el análisis de los procesos agrarios latinoamericanos, sus configuraciones histórico-sociales, sus luchas sociales y políticas, sus posibilidades de proyección en una línea comunitaria y en comunión con el ambiente y el trasfondo político y económico de estos procesos. El crucial tema de la “descampesinización”, tema abordado de distintas maneras por autores de distintos signos ideológicos, es una problemática de fuerte importancia en el Paraguay. En este proceso, que va creciendo fuertemente, sobre todo de la mano de la brutal y creciente concentración de tierras y de la dinámica agresiva del agronegocio sobre el campesinado. Unido a esta temática está la necesidad del análisis de los procesos de colonización y/o reforma agraria que se han dado, el régimen de tenencia y propiedad de la tierra y sus bases jurídicas, las transformaciones culturales que vienen unidas a este proceso. El tema del campesinado como “sujeto político” es otro elemento relevante que se presenta en forma muy significativa en el Paraguay. De hecho, fue el campesinado paraguayo, el principal representante de las luchas sociales y políticas de las mayorías populares y la base social de los proyectos políticos históricos que propiciaron –con límites y ambigüedades- una proyección más igualitaria en sus procesos como Estado-nación. El abordaje de las raíces histórico-sociales de lo que se podría llamar Modo de Producción Campesino, su complementación con las posibilidades de trabajo extrapredial, el cooperativismo, los intentos y posibilidades reales de producción manufacturera en la misma región, configuran otro bloque temático relevante. Las posibilidades 15


de establecer un camino a la soberanía alimentaria que tiene como una de sus bases principales este tipo de vida y de producción es algo que debe ser analizado profundamente y que puede servir para revalorizar su vigencia profundamente afectada por los procesos agrarios actuales que se dan en el Paraguay, pero también en toda América Latina. La problemática de los derechos humanos del campesinado y los pueblos indígenas paraguayos será otro tema de relevante importancia. La continua situación de violencia que vienen sufriendo desde hace décadas sin interrupción hace que esta temática sea también, una de las prioridades de este centro. Para ello trataremos de coordinar el trabajo tanto con el Centro de Direitos Humanos de Foz do Iguaçu como con la Comisión de la Verdad del Paraguay en principio, y con otros organismos pertinentes en la medida de que se vayan dando conexiones fructíferas. De esta forma el Observatorio servirá también como auxilio en la comunicación necesaria de esta problemática en coordinación con las comunidades campesinas e indígenas. La inmensa riqueza cosmovisional de los pueblos indígenas y su decisiva influencia en la conformación cultural del país brinda elementos para reflexionar sobre la potencialidad de los mismos como fuente de inspiración alternativa hacia modelos políticos y económicos que aspiren a una transformación social en búsqueda de justicia e igualdad. Los saberes indígenas en algo cercano a lo que llamaríamos occidentalmente fitotecnia y agroecología (con la debida distancia que intrínsecamente tienen las conceptualizaciones occidentales con las concepciones indígenas), como los relativos a los principios ético-sociales de organización comunitaria y política, constituyen una fuente inigualable de reflexión y de generación de propuestas originales en la lucha por la sustentación y autodeterminación de estas comunidades y en su proyección epistémico-política a toda América Latina. En principio se privilegiará para el análisis la región este del Paraguay, por un lado por la mayor factibilidad de realizar allí un contacto profundo –tanto en los lazos humanos como en las posibilidades económicas-, por otro, por la importancia que esta región tiene para todas las temáticas que quieren abordarse. De todas formas, en la medida en que se puedan establecer conexiones con otras regiones –como la del Chaco- y haya posibilidades concretas de ir realizando allí algunos trabajos se tratará paulatinamente de ampliar los espacios de análisis. 16


Subyace a toda esta problemática que queremos abordar, una temática de fundamental relevancia para toda América Latina, que es la que se expresa como la disyuntiva y/o complementación de dos grandes principios: Desarrollo y/o Buen vivir. Por eso entendemos que, en las actuales condiciones en que se da el proceso paraguayo, su análisis será fecundo para una teorización y generación de propuestas que pueden ser fructíferas para todo nuestra Patria Grande. Objetivos • Realizar un proceso de investigación profunda sobre la realidad del campesinado paraguayo y sobre la situación de los pueblos indígenas, sus planteos, dificultades y aspiraciones. Estimular y acompañar la investigación sobre el tema del estudiantado y de los docentes-investigadores de nuestras universidades. Ser un instrumento complementario de la formación en la investigación, enriquecimiento teórico, capacidad de análisis y de producción científica de nuestros alumnos en un contexto de diálogo de saberes con las comunidades. Acrecentar los lazos personales e institucionales con el estudiantado y la academia paraguaya en la búsqueda de un crecimiento en la calidad y la extensión democrática de las capacidades de investigación y de formación. Servir como instrumento de concientización de las potencialidades y dificultades que tienen las comunidades campesinas e indígenas del Paraguay. Colaborar desde el análisis académico en la fundamentación de políticas adecuadas a nivel regional que posibiliten una respuesta a las luchas y aspiraciones de estas comunidades. Metodología de investigación • Quedando abiertos siempre los caminos de la creatividad y pluralidad investigativas, queremos comenzar 17


este trabajo basándonos en una fuerte participación estudiantil y en su contacto profundo con los ámbitos campesino e indígena. De esta forma se privilegiará, como impulso inicial, el trabajo de campo junto a estas comunidades y la elaboración conjunta de material de análisis y su proceso de categorización. La investigación participativa será una de los métodos que propiciaremos en un principio, en la línea de los planteos de Fals Borda. En esta etapa serán importantes además de la observación y el registro –principalmente a través de entrevistas semiestructuradas-, la producción de análisis y elaboraciones básicas que serán devueltas a las comunidades para su análisis. El trabajo de hacer comprensibles estas devoluciones y la evaluación de las mismas constituirá una importante etapa posterior –en la cual se haría necesario cierto financiamiento- nos daría la posibilidad de ir caminando hacia una investigación/ acción/participativa, en la medida que vayan madurando un análisis profundo de las realidades abordadas y una compenetración simbiótica con las comunidades con las cuales se trabaja. La implementación de este trabajo de campo se hará de la siguiente manera –por lo menos en una primera etapa en la cual no contaríamos con un financiamiento adecuado: 1) Un breve proceso de capacitación inicial para los estudiantes participantes en las técnicas de observación, registro y entrevistas; 2) Un doble camino de establecimiento del trabajo de campo: a través de los lazos sociales de los mismos estudiantes y a través del contacto con representantes de organizaciones campesinas y académicos del Paraguay, se aprovecharán en principios los viajes que los estudiantes realizan en visita a sus familias como también se organizarán en coordinación con los investigadores de la UNAM –en principio- viajes en los que puedan participar –por lo menos en algunas ocasiones- estudiantes de UNILA y de UNAM en conjunto, intercambiando los contactos y el material que producen. Se estimulará el trabajo de análisis del material y la elaboración de trabajos con vistas a su discusión conjunta, su presentación en eventos académicos y 18


eventual publicación por parte de estudiantes y docentesinvestigadores. Estos últimos acompañarán el proceso de análisis y elaboración de los estudiantes. Esto podrá proyectarse, de manera ampliada, en el acompañamiento de TCC, Tesis de posgrado, etc. Se tendrá siempre un manejo sumamente cuidadoso en la difusión de nombres y datos que puedan ser relevantes en cuanto a las organizaciones campesinas e indígenas, consensuándose con ellas cualquier tipo de difusión eventual. En la medida de lo posible se estimulará el intercambio estudiantil y docente entre universidades. Se hará un programa de formación teórico y de debate analítico de los progresos investigativos con la participación de los profesores involucrados y, eventualmente, de investigadores invitados externos. Este programa tendrá como objetivo la realización de un proceso formativo en los estudiantes involucrados y la generación de un debate académico entre estudiantes y docentes investigadores. Líneas de investigación • Modelo campesino en Paraguay: configuración histórica, realidad cultural, características, potencialidades y límites, su situación frente al avance del agronegocio, capacidades en la generación de alternativas de proyección. Luchas sociales y políticas del campesinado y de los pueblos indígenas. Aporte indígena a la integración latinoamericana: los indígenas en situación de frontera; naciones indígenas y estados-nación latinoamericanos; principios indígenas y legislación. Otras líneas posibles • Análisis comparado: realidades campesina e indígena en Paraguay y Colombia. 19


Archivo de la memoria campesina e indígena. • Se constituirá un archivo de la memoria oral y audiovisual constituido por los registros de este tipo en el trabajo de campo. Archivo de material de análisis sobre la realidad campesina e indígena en Paraguay. • Se construirá un blog o página web donde puedan ponerse a disposición algunos elementos del trabajo realizado. Se hará un relevamiento bibliográfico y digitalización de parte del mismo para su puesta a disposición en el blog. Proyecciones • Publicaciones. Organización de Congresos, seminarios, jornadas. Participación en eventos científicos organizados por otras instituciones con formación de Grupos de Trabajo. Trabajo audiovisual: producción documentales y/o de ficción en coordinación con el Curso de Cine de Unila y la Red de Comunicación Audivisual del Mercosur. Circuito turístico de la memoria de las luchas sociales y políticas en la Triple Frontera: en coordinación con la carrera de Turismo de la UNAM en Puerto Iguazú, la de Unioeste en Foz do Iguaçu y el Centro de Direitos Humanos de Foz do Iguaçu.

Félix Pablo Friggeri - Director del Instituto Latino-Americano de Economia, Sociedade e Política (ILAESP) de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana. Coordinador del Observatorio de la Realidad Campesina e Indígena del Paraguay (ORCIP). Correo electrónico:

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ARTIGOS / ARTICULOS



La construcción histórica de la formación social paraguaya Fernando Gabriel Romero1

El capitalismo ha operado en Paraguay como un sistema específico de relaciones sociales de producción. Es decir, la propia inserción dependiente en el mercado mundial capitalista del país sudamericano se realizó combinando de modo de peculiar distintas relaciones de producción que coexisten en una totalidad social determinada (actual y/o histórica). Por lo tanto, es necesario examinar la estructura económica y caracterizar en ella qué relaciones sociales de producción son dominantes y cuáles son subordinadas. Después de su derrota en la guerra de la Triple Alianza o Guerra Grande (1864-1970)2, Paraguay sufrió una profunda reestructuración de su economía. En ese contexto, buena parte del territorio paraguayo cayó en manos extranjeras –fundamentalmente de capital inglés aunque también de origen brasileño y argentino- que intervinieron en la explotación forestal, ganadera y de yerba mate. El Código Civil adoptado en 1876 vino a legalizar y proteger los derechos de los propietarios sobre las tierras. De todas formas, esta integración en el sistema capitalista internacional se registró aún en el marco del sostenimiento de relaciones sociales de producción caracterizadas por la coerción extraeconómica. En 1883, con el objetivo de cumplir con las compensaciones de guerra, se sancionó la Ley de Tierras, facilitando la venta del suelo paraguayo a bajo precio. Paralelamente, las comunidades campesinas criollas e indígenas resultaban marginalizadas de ese proceso, manteniéndose en los límites estrechos del autoconsumo. En 1886 se constituyó, sobre un extenso territorio de 5.000.000 de hectáreas, la mayor empresa yerbatera del Paraguay: la Industrial Paraguaya Sociedad Anónima (LIPSA). La firma –beneficiándose de ley de 1885 que permitía la venta de la tierra pública- reunía un puñado de hombres extranjeros (fundamentalmente ingleses) e influyentes políticos locales (como el general Bernardino Caballero, quien fuera presidente entre 1880-1886). La obra de Rafael Barret describió a principios de siglo XX el trabajo brutal de la fuerza de trabajo mensú3 en los yerbales. La explotación de la mano de obra era mantenida de forma forzosa mediante un continuo endeudamiento con la empresa y contaba con la complicidad del Estado. Hacia 1913, la mayor parte de las acciones de LIPSA pasaron a manos del Farquard Syndicate, un conglomerado de capital inglés. Además, el Farquard Syndicate pasó a controlar el ferrocarril y la energía eléctrica del país, a través de la Paraguayan Central Railways Co. y la Asunción Light Company Limited respectivamente. 25


Los debates legislativos en torno a la tierra del campesinado –que se iniciaron al comenzar la década de 1910 - permitieron la sanción en 1918 de la ley del Homestead. En la década de 1930, luego de la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay4, asumió la presidencia provisional -por medio de la llamada “revolución febrerista” 5 - el coronel Rafael Franco. Durante su gobierno, en mayo de 1936, se decretó la Ley de Reforma Agraria que promovía la creación de unidades productivas pequeñas y medianas que iban de 10 a 100 hectáreas. Este mecanismo se dispuso mediante la expropiación con indemnizaciones de 2.000.000 de hectáreas. Cuando Franco fue destituido, se habían concedido 200.000 hectáreas entre aproximadamente 10.000 familias. Ya hacia la década de 1960, durante la extensa dictadura militar dirigida por el general Alfredo Stroessner (1954-1989), cobró impulso el “Plan Trigo”, favoreciendo la agricultura tipo farmer en el marco de los avances de la llamada “revolución verde”6 y el apoyo norteamericano a través de la Alianza para el Progreso7. En paralelo, se registró un proceso de apropiación latifundiaria por parte de militares vinculados al régimen stroessnista y líderes del Partido Colorado y la venta de tierras a empresarios brasileños. Ante esta situación, el campesinado nucleado en las Ligas Agrarias Cristianas expresó su oposición a este proceso de expansión capitalista en la agricultura e impulsó la lucha por la reforma agraria. De todos modos, la dictadura de Stroessner también hizo uso del Estatuto Agrario creado en 1963, en el marco de las recomendaciones anticomunistas de la Alianza para el Progreso. A partir del mismo año, través del recientemente fundado Instituto de Bienestar Rural (IBR), el régimen actuó de forma prebendaria tejiendo una extensa red clientelar entre los habitantes rurales. Este mecanismo se complementaba con la represión selectiva del campesinado opositor al Partido Colorado. A partir de estas instancias, los campesinos han reconocido su posesión del suelo, principalmente, bajo tres formas: mejoras, derecheras y títulos. La primera consiste en la compra del derecho de uso sobre tierras que eran improductivas y que fueron adaptadas mediante la introducción de estructuras, pozos y huertas. Lo que se adquiere en este caso no es la tierra en sí, si no las mejoras introducidas, así como la posibilidad de seguir implantándolas. La situación contempla entonces la expropiación y la indemnización de los inmuebles improductivos y es regulada por los artículos 102 y 4 del Estatuto Agrario. Respecto a las tierras denominadas como derecheras, éstas han consistido en autorizaciones de ocupación intransferibles a los campesinos y han posibilitado el pago de cuotas por la tierra ante el IBR. Su denominación proviene de la cesión de derechos de ocupación de la tierra a los campesinos. Cada inmueble adquirido mediante este mecanismo corresponde a un área de 7 a 10 hectáreas . Los títulos son adquiridos por los campesinos mediante la finalización del pago de las derecheras y, por un período de 10 años, son intransferibles. 26


Según Hetherington, desde una perspectiva etnográfica, esta forma de tenencia no es identificada por los campesinos como “propiedad privada”. De esta forma, “Los campesinos se refiere a su tierra como cheyvy, chelote o chelote titulado, pero nunca chepropiedad” (HETHERINGTON, 2009: 191). Es decir, se expresan ideas de “mi tierra”, “mi lote” o “mi lote titulado” y no perspectivas de “mi propiedad”, asociada esta última al latifundio o a la propiedad empresarial. En la década de 1970, numerosos pequeños y medianos agricultores brasileños se instalaron como colonos en los territorios fronterizos del Paraguay. En ese marco, llegaron también grandes empresarios brasileños que impulsaron desmontes para la extensión del cultivo de soja. Esta leguminosa pasó significar el 5 % de las exportaciones del país en 1971 a representar el 33,75 % en 1979. Al mismo tiempo, este proceso permitió cumplir distintos objetivos. Según Palau y otros, “la instalación de colonos brasileños favoreció tanto la geopolítica brasileña como la Doctrina de Seguridad Nacional paraguaya, porque de esta manera se logró romper la resistencia campesina y se cumplieron los medios de contrainsurgencia” (PALAU et. al., 2009, p. 25). Como continuidad de estos procesos, en la década de 1980, la reconcentración de la tierra siguió su curso, en forma paralela al avance de la producción de soja y la mecanización del agro paraguayo. De este modo, el proceso de redistribución de la tierra quedó en manos de grandes propietarios que contraviniendo el Estatuto Agrario quedaron en posesión de las llamadas “tierras mal habidas”8. Al iniciarse el siglo XXI, la expansión sojera fue acompañada de la introducción de semillas transgénicas provenientes de Brasil y Argentina. Los territorios donde la soja alcanzó una mayor extensión son Alto Paraná, Itapuá, Canindeyú y Caaguazú (PALAU et. al., 2009: 36). En los últimos años, Paraguay se convirtió en el sexto productor mundial de soja (por detrás de Estados Unidos, Brasil, Argentina, China e India), séptimo en cuanto a la expansión de cultivos transgénicos (luego de Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, India y China) y el cuarto exportador de soja (siguiendo a Estados Unidos, Brasil y Argentina) (JAMES, 2012). Vale señalar que este proceso de concentración y extranjerización de la tierra fue profundizado a partir de la implementación de políticas neoliberales registradas desde mediados de los años 80. Estas situaciones se registraron aun en el marco de la vigencia del Estatuto Agrario (aunque revisado en 2002 por recomendaciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Interamericano de Desarrollo) y el funcionamiento del IBR (sustituido en 2002 por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra -INDERT-). Según el estudio efectuado por Glauser sobre la base del Censo Agropecuario Nacional 2008: “Por lo menos el 19,4% del territorio paraguayo está en manos de extranjeros (…) De la superficie total en manos extranjeras, 4.792.528 [hectáreas] pertenece a brasileños, y 3.096.600 a extranjeros de otras nacionalidades” (GLAUSER, 2009: 35). La presencia foránea se registra, además, a lo largo de todo el complejo agroindustrial paraguayo: desde el suministro de semillas, fertilizantes, 27


fitosanitarios, maquinarias agrícolas y créditos hasta la reducida industrialización y el comercio exterior. Así, 5 (cinco) grandes transnacionales controlan aproximadamente el 85% de la exportación de los granos (Cargill, ADM, Bunge, Dreyfus y Noble) en los últimos años (WESZ JUNIOR, 2014: 54). Además, un conjunto de empresas de capitales brasileños actúan como representantes de las grandes firmas proveedoras de insumos y maquinaria agrícola (Grupo Favero –con convenios con Nidera, Syngenta y New Holland-, Agrofértil –representante de Monsanto-, Agrotec –que opera con Pionner, Dupont, Basf y Mosaic-, Agro Santa Rosa –que actúa con Bayer y New Holland-, Agrosan –que representa a Syngenta). Asimismo, en 2012, el 60% de los frigoríficos habilitados para la exportación estaba controlado por firmas brasileñas, entre las que se destacan las subsidiarias de JBS y el Grupo Minerva (VELÁZQUEZ, 2012). Conjuntamente con la expulsión del campesinado por vía de la propia dinámica capitalista se ha verificado en este proceso la utilización de mecanismos judiciales. Sin embargo, son frecuentes los casos en la que los intentos de desalojo de las unidades campesinas son acompañados por actos de represión estatal, violencia paraestatal y el uso de la fumigación aérea sobre predios y viviendas.9 En el caso de las comunidades indígenas, éstas continuaron siendo desplazadas y, en ocasiones, han visto al campesinado como un competidor en el propio proceso de despojo de su territorio y de destrucción de los bosques nativos (REED, 1995; CLASTRES, 1998 [1972]). Así, estas circunstancias contribuyeron a una significativa transformación de la organización productiva y de las relaciones sociales de producción. Dichas condiciones tuvieron efectos desestructurantes del campesinado y las sociedades indígenas.

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Fernando Gabriel Romero - Doctor en Historia. Profesor de la Carrera de Relaciones Internacionales

e Integración de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA), Brasil. Coordinador del Grupo Interdisciplinar de Estudos e Pesquisa sobre Capitais Transnacionais, Estado, classes dominantes e conflitividade na América Latina e Caribe (GIEPTALC); Miembro Titular de FLACSO-España. Investigador del Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO) y del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA) de la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: fernando.romero@unila.edu.br

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El conflicto bélico se inició entre Paraguay y Brasil a fines de 1864. Al año siguiente, Paraguay

pasó a enfrentar a una coalición formada por el Imperio de Brasil, la República Argentina y Uruguay. Además de los intereses geopolíticos y económicos del Estado argentino y brasileño en territorio paraguayo, las ambiciones económicas de los capitales ingleses resultaron determinantes en el desarrollo de las hostilidades.

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Nombre que recibieron los trabajadores rurales de las haciendas del Paraguay y el noreste

argentino. El término fue acuñado en la lengua guaraní derivado de la palabra española “mensual”, vocablo que se utiliza para referirse al pago que se realiza mensualmente.

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La guerra del Chaco enfrentó militarmente a Paraguay y Bolivia entre 1932 y 1935. Las causas

de la guerra están relacionadas con el control del Chaco Boreal, las necesidades de Bolivia a salir al Océano Atlántico vía el río Paraguay y las supuestas posibilidades de explotación de petróleo en la región. Este último factor llevó a que la guerra entre las naciones sudamericanas fuera a su vez parte de la conflictividad interimperialista; mientras el Estado boliviano recibía el apoyo de los Estados Unidos y la Standard Oil, el Estado paraguayo se comprometía con los intereses de anglo-holandeses de la Royal Dutch Shell.

5

El gobierno de Franco se inició el 17 de febrero de 1936 y estuvo sustentado en una base política

heterogénea que incluía tanto elementos fascistizantes como progresistas. Fue derrocado el 13 de agosto de 1937.

6

La denominada Revolución Verde –desarrollada durante los últimos años de la década de

1960 y los primeros de la de 1970- designaba al significativo crecimiento de los grandes cultivos alimenticios en base a la utilización de semillas mejoradas, fitosanitarios y fertilizantes.

7

Fue un plan del gobierno de los Estados Unidos desde 1961 hasta 1970 con el objetivo

manifiesto de promover el desarrollo económico, social a través de inversiones y agencias de ayuda y financiamiento en América Latina. Dicho programa se realizó en el contexto posterior a la Revolución Cubana y su influencia en la radicalización de los movimientos populares y de izquierda latinoamericanos.

8

Se trata de tierras apropiadas ilegítimamente, las cuales originariamente estaban destinadas a

los campesinos sujetos de la reforma agraria que terminaron en manos de diferentes empresarios asociados al régimen del general Stroessner.

9

Diferentes autores y desde diferentes perspectivas han hecho referencia a la continuidad de

mecanismos violentos –similares a los de la acumulación originaria pero en un nuevo escenarioutilizados por la dinámica capitalista y el imperialismo. (HARVEY, 2004 a y 2004 b; FONTES, 2010: 60-61).

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Bibliografía citada -CLASTRES, Pierre, Crónica de los indios Guayakis. Lo que saben los aché, cazadores nómadas del Paraguay, Barcelona, Alta Fulla, 1998 [1972]. -GLAUSER, Marcos, Extranjerización del territorio paraguayo, Asunción, Base ISRosa Luxemburg Stiftung, 2009. -FONTES, Virginia, O Brasil e o capital-imperialismo. Teoria e história, Río de Janeiro, Editora UFRJ, 2010. -HARVEY, David, “El ¨nuevo¨ imperialismo: acumulación por desposesión”, en: PANITCH, Leo y LEYS, Colin (comp.), El nuevo desafío imperial, Buenos Aires, CLACSO-Socialist Register, 2004 a. -HARVEY, David, O novo imperialismo, São Paulo, Loyola, 2004 b. -HETHERINGTON, Kregg, “La contrarreforma agraria en Paraguay”, en: ALMEYRA, Guillermo, CONCHEIRO BÓRQUEZ, Luciano, MENDES PEREIRA, João Marcio, PORTO-GONÇALVES, Carlos Walter, Capitalismo: tierra y poder en América Latina (1982-2012). Buenos Aires, Continente, 2014. -JAMES, Clive (2012). Global Status of Commercialized Biotech/GM Crops: 2011, ISAAA Brief N° 44, Nueva York, ISAAA. -PALAU, Tomás, CABELLO, Daniel, MAEYENS, An, RULLI, Javiera, SEGOVIA, Diego, Los refugiados del modelo agroexportador. Impactos del monocultivo de soja en las comunidades campesinas paraguayas, Asunción, Base IS, 2009 [2007]. -REED, Richard, Prophets of agroforestry, guaraní communities and commercial gathering, Austin, University of Texas Press, 1995. -VELÁZQUEZ, Marcos, “El 60% de los frigoríficos exportadores son controlados por firmas brasileñas”, en: ABC Color, 27 de noviembre de 2012, en: http://www. abc.com.py/edicion-impresa/economia/el-60-de-frigorificos-exportadoresson-controlados-por-firmas-brasilenas-482655.html [Consultado: 12 de enero de 2014] -WESZ JUNIOR, Valdemar João, O mercado da soja e as relações de troca entre produtores rurais e empresas no Sudeste de Mato Grosso (Brasil), Tesis doctoral, 2014.

30



Manifestaci贸n del Movimiento Agrario del Paraguay (MOAPA). Fuente: Sitio de Facebook del MOAPA

Campesinos del MOAPA. Fuente: Sitio de Facebook del MOAPA.

J贸venes campesinos del MOAPA. Fuente: Sitio de Facebook del MOAPA.


MOVIMIENTO AGRARIO DEL PARAGUAY (MOAPA): Experiencia de lucha y resistencia en el asentamiento Los Comuneros Rafael Portillo1

Introducción El departamento del Alto Paraná es una de las zonas donde muchas comunidades fueron alcanzadas por el avance de la producción de soja a gran escala. El desplazamiento de comunidades campesinas tradicionales por el modelo agro exportador2, que tuvo sus inicios en los años 70, se consolidó pérdida de soberanía territorial, tal como indicaban algunos líderes del Movimiento Agrario del Paraguay (MOAPA). Sin embargo, en los años 90 se verá un nuevo sistema de ocupación y de resistencia organizado en asentamientos o comunidades de sin tierras. El trabajo busca un análisis del proceso histórico y sociológico de la situación social del campesinado paraguayo a partir de una observación de la comunidad ‘’Los Comuneros” (asentamiento modelo) de la Ciudad de Minga Guazú- Alto Paraná, ubicado a 30 km de Ciudad del Este, con una extensión total de 200 hectáreas aproximadamente. Es decir, comunidad que se ha planificado dentro del modelo de agricultura familiar3, sustentada por un programa de desarrollo rural, con programa de Reforma Agraria planteada por el movimiento agrario del Paraguay. Desarrollamos un análisis de la comunidad ‘’los Comuneros’’ por la peculiaridad de su modelo de asentamiento construido a partir de una organización estructurada sólidamente acorde a la realidad que enfrentan las familias campesinas. Más allá de la unificación de reivindicaciones genuinas como la Reforma Agraria a partir de la distribución de la tierra, donde también existen divergencias entre los movimientos con otros programas de reforma de la estructura fundiaria según Isidro Espínola, líder campesino y fundador del MOAPA, sostiene que los tres grandes movimientos campesinos de referencia, Federación Nacional Campesina (FNC), la Mesa Coordinadora de Organizaciones Campesinas (MCNOC) y la Coordinadora San Pedro Norte (CSN), cada uno de estos bloques plantean un modelo de reforma agraria. Es a partir de estas tres experiencias de reforma agraria, MOAPA se consolida con un modelo propio. PROCESO HISTORICO DE LUCHA Y FORTALECIMIENTO DE MOAPA El Paraguay pasó por diferentes proceso de reforma de la estructura agraria hasta llegar al modelo actual del capitalismo agrario introducido a partir de la promulgación de un decreto ley en 1885 que ordena la venta de la totalidad de las tierras de propiedad del Estado (Villagra, 2009), dando inicio a la precarización y despojo a los campesinos que usufructuaba las tierras de forma comunitaria. 33


Considerando de importancia el análisis de la acumulación por desposesión, ‘’la descripción que hace Marx de la acumulación originaria revela un rango amplio de procesos. Estos incluyen la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas’’ (Harvey, 2004). Sin duda, esto hace que las mayorías de las comunidades desplazadas sean sometidas forzadamente al modo de vida urbana. Perdiendo así totalmente la cultura campesina, el interés por volver al campo no solamente por falta de tierra, sino por la agudización de la violencia y criminalización de la lucha de organizaciones campesinas que empezaron a organizarse a principios del siglo XX. Evidentemente, existe una mala distribución de las tierras públicas que favoreció a grandes empresas trasnacionales. Según Palau (2012), hasta 1950 se entregaron 25 millones de hectáreas de tierra a grandes empresas. Esto se dio desde el Instituto de Reforma Agraria (IRA) y después desde el Instituto de bienestar Rural (IBR) actualmente transformado en el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT). Se repartieron aproximadamente alrededor de 11.883.000 has de tierras, de las cuales el 74% fue mal adjudicada, solo un 26% fue a manos de alrededor de 150 mil familias de pequeños productores. En las recientes investigaciones se demostró que 80% de las tierras cultivables está en manos del 1% de los propietarios, y solo 6% está en manos de pequeños agricultores con menos de 20 has., unos 260 mil familias en todo el país4. A partir de que se iba identificando los movimientos campesinos con la pérdida de territorios y el aumento considerable de campesinos que migra a las ciudades. Es decir, la unificación de ideas entre los movimientos de lucha por la tierra se iba buscando que los campesinos se movilizaran para defenderse partiendo de sus identidades territoriales y culturales (Glauser, 2009), como reacción a la pobreza y desolación generada por el modelo sojero, buscando así un nuevo proceso de producción con más sustentabilidad. Experiencias de lucha y resistencia MOAPA surgió a raíz de una situación concreta. En Paraguay tenemos tres organizaciones campesinas de referencias según Isidro Espínola. La Federación Nacional Campesina (FNC), Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MECNOC) y la Coordinadora San Pedro Norte. Cada uno de estos tres bloques de organizaciones campesinas plantea el tema de la Reforma Agraria. Y cada modelo que se presenta, representa también a una ideología concreta. La FNC plantea una Reforma Agraria basada en la industrialización de los productos agrícolas, pero no habla quien tiene que industrializar esos productos. Entonces deja, otra vez, a la burguesía nacional y, fundamentalmente, a las empresas multinacionales que vengan a industrializar esos productos. La MCNOC, que es ya de la línea más bien del MST, está por la CLOC y la vía campesina. Plantea el fortalecimiento de las familias campesinas y, entonces, eso 34


pues también conlleva a una situación bastante complicada para nosotros al menos el tema de fortalecimiento de la familia campesina, plantear de ese punto de vista la reforma agraria. La Coordinadora San Pedro Norte plantea la utilización de técnicas y ‘’tecnologías de punta’’ para entrar a competir en el mercado. A nosotros nos parece que el tema ese es más capitalista que cualquier otro, porque en realidad el capitalismo su base fundamental es la ‘’competencia’’ (entrevista a Isidro Espínola, realizado por Rafael Portillo. Minga Guasu, 28 de marzo de 2013. No publicada). A mediados de 1998 hubo conversaciones entre diferentes campesinos que no estaban de acuerdo de seguir con la línea de los principales movimientos y de constituir un nuevo movimiento agrario. Así, en 2000 se realizó la primera asamblea y se constituyó el Movimiento Agrario del Paraguay (MOAPA), con una línea política propia, de estrategia de luchas y resistencia en defensa de la soberanía territorial. En el 2005 se logró la primera conquista, la formación de un nuevo modelo de asentamiento (Los Comuneros)5 y a partir de ahí la organización se fue fortaleciendo tras la debilidad de las otras organizaciones. En tres años de resistencia, la comunidad logró su reconocimiento y muchas otras reivindicaciones, como vivienda, agua potable, energía eléctrica, etc. Esto condujo a que comunidades asentadas en forma precaria vuelvan a reivindicar la dignificación del campesinado, buscando unificar la lucha y las reivindicaciones inmediatas. Según Hugo Cabral, miembro de la dirección nacional del movimiento aclaro que la lucha por la tierra no es fácil. Estuvimos un año y medio bajo carpa, donde aprendimos mucho también ahí, con mucha formación llegamos a entender muchas cosas y a partir de ese momento llegamos a constituir esta comunidad (Los Comuneros). El primer asentamiento modelo que figura en Paraguay según algunas investigaciones. Nosotros creemos que, cuando estábamos en la carpa el modelo de asentamiento muchas veces no se quería cambiar, ese modelo viejo que se daba, donde te aíslan uno del otro. Eso dificultaba el trabajo en conjunto de la organización estando disperso sin poder llegar a conversar junto. Hay mucha necesidad. Entonces, para empezar, tenemos que trabajar en forma colectiva para buscar un modelo que nos beneficie a todos. Es así que nosotros vemos este modelo que nos da la ventaja de consultar uno al otro siempre. Acá no existe un solo líder, digamos que esta un gestor nada más que lleva adelante los trámites, pero todo se decide entre todos y no por uno solo, sino en conjunto para llevar adelante las reivindicaciones y que no haya un solo culpable si hay un fracaso, en ese caso fracasamos entre todos y si acertamos, es gracias a todos (Entrevista a Hugo Cabral, realizado por Rafael Portillo. Minga Guasu, 28 de marzo de 2013. No publicada). 35


Existe una extranjerización de la tierra y el territorio por la cual los campesinos pierden los derechos fundamentales, dando inicio a la lucha por la recuperación de la ‘’Soberanía Territorial’’ que se da generalmente en tres planos principales; en lo económico, lo territorial y lo alimentario (Glauser, 2009). Sin embargo, la utilización del espacio para estas comunidades es fundamental en el plano social, económico y político. Es decir, la ocupación territorial asegura a los/as campesinos/as su reproducción y satisfacción de sus necesidades vitales. Los movimientos campesinos pasaron a confrontar cada vez más con corporaciones transnacionales y cada vez menos con latifundios. Esta confrontación está asociada al proceso de globalización de la cuestión agraria con la territorialización de las corporaciones transnacionales para varios países y de la creación de una organización mundial de movimientos campesinos, la Via Campesina. La crisis alimentaria demostró el mito de que el agronegócio sería el grande productor de alimentos, destacando la participación del campesinado y la necesidad de política de soberanía alimentaria. El aumento del precio del petróleo y la ampliación de la producción de agrocombustibles transformaron el campo en territorio para la producción de agroenergia y no de alimentos (Fernandes, 2008). Línea política y programa de reforma agraria de MOAPA La reforma agraria no es solamente una cuestión de tierra. Según Isidro Espínola, MOAPA plantea la reforma agraria desde cuatro puntos de vista fundamentales: económico, político, social y cultural. En lo político, para hablar de reforma agraria, al menos tendríamos que analizar la estructura agraria del país para saber cuáles son los aspectos que se deben cambiar, reformar o debe ser eliminada definitivamente. En lo económico monopolio del comercio interno y externo. La comercialización de nuestros productos en las ciudades no se puede, sin que pase por los intermediarios. El pago final que uno recibe es menor del costo de producción, entonces cada día se va perdiendo y perdiendo. Hay muchos casos en donde los propios campesinos que tienen unas 5 o 6 hectáreas de tierra venden y se van en las ciudades, fundamentalmente porque no tienen como solventar los otros gastos, porque los técnicos te plantean que los campesinos se tienen que dedicar al autoconsumo. El tema social, tenemos 1 millones 250 mil jóvenes adultos analfabetos o semi- analfabeto. Y eso tiene mayor porcentaje aun en el campo. El tema de la salud, las mujeres tienen sus hijos en forma inhumana, principalmente en el campo. Donde existe una mortandad infantil que ni siquiera son anotados en los registros públicos. En lo cultural, hay una exclusión para acceder a espacios culturales y la pérdida de nuestra cultura agrícola tradicional (entrevista a Isidro Espínola, realizado por Rafael Portillo. Minga Guasu, 28 de marzo de 2013. No publicada). 36


Tratando de diferenciar la línea política del MOAPA de los movimientos tanto de Paraguay como de América Latina, donde Quijano apud Piñeiro (2004, p.31) define dos tipo de agrarismo, el agrarismo reformista con dos variantes. El primero trata de cambiar el aspecto negativo de la relación del trabajo utilizando la huelga y la segunda propone modificar las relaciones sociales de la sociedad agraria. El agrarismo revolucionario plantea la modificación de toda la estructura de poder, la redistribución de la autoridad y el prestigio social en la sub-sociedad campesina. Para Isidro Espínola, la estructura agraria tiene que pasar por un proceso hasta llegar a una revolución agraria. Desde una perspectiva no campesinista, sino como un dirigente campesino, el pequeño agricultor tiene que desaparecer y la propiedad privada de la tierra también, por la forma negativa en la que fueron considerados todo el tiempo. Consideraciones Finales Consecuentemente, el Movimiento Agrario del Paraguay presenta una experiencia muy reciente de movilización y resistencia constante contra los atropellos a los derechos negados, principalmente a la vida y al acceso a la tierra al pueblo trabajador rural. Por la cual, la sociedad construye unos estereotipos de campesinos/as Paraguayos/as sin tierra, como delincuentes, ocioso, invasores que guarda mediante la desinformación de los medios masivos de comunicación. Más allá del abandono del Estado, las medidas de presión siempre fueron las formas por las cuales eran escuchadas sus reivindicaciones inmediatas. Pero las ocupaciones de latifundios improductivos se organizaban en conjunto con otros movimientos campesinos para la Reforma Agraria. Sin embargo, no existe el interés de toda la población para la implementación de una reforma de la estructura agraria. La reforma agraria no es solamente una cuestión campesina, sino es problema de todos los paraguayos y las paraguayas.

1

Rafael Portillo - Alumno de graduación de ciencia política y sociología de la Universidad

Federal de Integración Latinoamérica (UNILA).

2

El agronegocio es el complejo de actividades empresariales realizada en

el sector agrícola

para obtener ganancias.

3

La cultura agrícola ha sido desplazada por el negocio agrícola, lo que ha provocado cuantiosos

cambios.

4

En 2008 La Comisión de Verdad y Justicia y el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra

presentaron un informe final sobre las tierras rurales malhabidas en Paraguay, con un listado de los que fueron beneficiados ilegalmente con 7,8 millones de hectáreas del Estado.

37


5

Los Comuneros es un Nuevo modelo de asentamiento urbanizado, asentada en el 2003 con 150

familias en una parcela de 200 hectáreas aproximadamente. Donde MOAPA puso en prácticas su programa de desarrollo, desde la formación-educación y producción.

Bibliografía citada -Entrevista a Isidro Espínola, realizado por Rafael Portillo. Minga Guasu, 28 de marzo de 2013. No publicada. -Entrevista a Hugo Cabral, realizado por Rafael Portillo. Minga Guasu, 28 de marzo de 2013. No publicada. -FERNANDES, Bernado Mançano (2008) O MST E AS REFORMAS AGRARIA DO BRASIL. In: Boletim DATALUTA-Artigo do mês: dezembro de 2008.ISSN 2177-4463. São Paulo, (p. 2.) -GLAUSER, Marcos (2009) EXTRANJERIZACION DEL PARAGUAYO. Asunción, BAASE IS, diciembre 2009 (p. 61-).

TERRITORIO

-HARVEY, David (2004) EL NUEVO IMPERIALISO: ACUMULACION POR DESPOSESION. (P. 112) -PALAU, Tomas (2012) Es lógico que una sociedad agredida se defienda. Recopilación de artículos 2008-2011. Asunción, BASE IS, junio 2012. (p. 113) PINEIRO, Diego E. (2004) En busca de la identidad. La acción colectiva en los conflictos agrarios de América Latina. Buenos Aires. CLACSO, 2004. (p. 31) disponibles en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/ becas/20110120045806/pineiro.pdf VILLAGRA, Luis Rojas (2009) ACTORES DEL AGRONEGOCIO EN PARAGUAY. ASUNCION, BASE IS/DIAKONIA, marzo 2009.

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A expansão da soja no Paraguai Valdemar João Wesz Junior1

Na década de 1960, o cultivo de soja já havia sido iniciado no Paraguai, mas ainda ocupava uma área abaixo de 15 mil hectares e detinha uma produção inferior a 40 mil toneladas (o que significa que o grão era plantado em menos de 2% do total das terras aráveis do país). Na década seguinte, a soja ganhou mais força, superando 350 mil hectares plantados e obtendo 550 mil toneladas colhidas em 1979 (Figura 1) (Faostat, 2015). Foi decisivo, para esta ampliação, o significativo aumento dos preços do grão no mercado internacional e o fortalecimento do modelo agroexportador estimulado pelo Governo Stroessner, principalmente com o Primeiro Programa Nacional de Soja, que foi lançado em 1972 e oferecia aos produtores facilidades para acessar o crédito rural. Entretanto, poderiam participar apenas aqueles agricultores que possuíam as escrituras das terras e com a produção “semimecanizada”, pois “esses estariam em condições melhores para aumentar a área cultivada bem como modernizar a produção, conforme almejava o governo ditatorial” (Klauck, 2011, p. 873/4). Além disso, a expansão do cultivo da soja no Paraguai está fortemente vinculada com o estabelecimento de um grande número de agricultores brasileiros que se instalaram na região oriental do país nas décadas de 1960 e 1970 e que ficaram conhecidos como “brasiguaios”. Foi o Governo Stroessner (1954-1989) que, buscando consolidar um modelo de agricultura para exportação, favoreceu a entrada de agricultores brasileiros para que aumentassem as áreas de lavouras – sobretudo soja – destinadas ao mercado internacional. Para tanto, aboliu a lei que proibia a compra de terras por estrangeiros na faixa de 150 quilômetros de suas fronteiras e ofereceu facilidades na concessão de terras e no financiamento das atividades agropecuárias. Os baixos preços da terra, a alta fertilidade, os elevados preços internacionais dos produtos para exportação e a inexistência de impostos sobre a produção agrícola também eram elementos atrativos para os agricultores brasileiros (Pappalardo, 1995). Na década de 1980 a superfície cultivada com soja continuou crescendo, ainda que em 1986 uma forte estiagem tenha provocado uma redução na área e na produção (Figuras 1 e 2). De 1990 a 1991 ocorre uma nova queda da soja no Paraguai, motivada principalmente pela baixa nos preços internacionais e por problemas climáticos. Entretanto, de 1991 a 2014 houve uma ampliação ininterrupta da área cultivada, passando de 550 mil ha para praticamente três milhões e meio de hectares (crescimento superior a seis vezes). A participação da soja sobre o total das terras aráveis no Paraguai passou de 25% para mais de 70% no mesmo período, demonstrando a grande concentração e a dependência da agricultura nacional neste grão (de cada três hectares plantados no país, duas são com a soja). Já a produção não teve o mesmo desempenho (Figura 2), com fortes oscilações entre as safras. Isso decorre, principalmente, das variações climáticas (excesso 41


ou falta de chuvas), que fizeram com que houvesse uma elevada redução na produtividade em alguns períodos específicos, com destaque a 2009 e a 2012, quando a queda na produção foi superior a 50%. Apesar disso, é evidente o crescimento do volume produzido, que saltou de 1,4 milhão em 1991 para praticamente 10 milhões em 2014 (MAG, 2015).

Figura 1 - Área cultivada com soja no Paraguai (1970 a 2014) em hectares. Fonte: Faostat (2015) e MAG (2015)

Figura 2 - Produção de soja no Paraguai (1970 a 2014) em toneladas. Fonte: Faostat (2015) e MAG (2015)

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É importante destacar que, na década de 1990, o algodão era o cultivo mais importante no país, muito difundido entre os pequenos produtores, mas começa a perder espaço para a soja. Além da expansão sobre os cultivos tradicionais (algodão e alimentos), o grão avançou sobre áreas de vegetação nativa, desmatando-as (como vem sendo divulgado por diferentes organizações, como WWF Paraguay, Fundação Rosa Luxemburgo, Amigos de la Tierra, Instituto Socioambiental del Sur, Fundación Vida Silvestre, Reporter Brasil, Organización de los Estados Americanos, entre outros). Além da incorporação de novas


áreas, foi importante para o crescimento da produção a incorporação de novas tecnologias (plantio direto, sementes transgênicas, corretivos químicos, equipamentos adaptados, etc.), que provocaram um aumento da produtividade por área plantada. A soja teve início no Departamento de Itapuá em 1970, expandindo-se para o Alto Paraná na década seguinte. Na safra 1990/91 estas duas regiões, localizadas na divisa com Brasil e Argentina, respondiam por 80% da superfície cultivada, mas ao longo dos anos ocorreu a abertura e a ampliação de zonas produtoras em outros departamentos, como Canindeyú, Caazapá, Misiones, San Pedro, Guairá, Concepción y Caaguazú (MAG, 2015). Como pode ser visto na Figura 3, a soja encontrava-se muito difundida no país em 1990/91, não estando presente em apenas dois departamentos paraguaios (Alto Paraguay e Boquerón). Apesar desta dispersão, havia uma concentração muito forte em Itapuá e Alto Paraná, os únicos com mais de 200 mil hectares cultivados. Na década seguinte houve uma redução no número de regiões produtoras (principalmente aquelas localizadas no oeste do país), com um fortalecimento das duas anteriores e de Canindeyú – regiões onde a presença de produtores brasileiros é majoritária. Em 2012/13 mantém-se a importância de Itapuá, Alto Paraná e Canindeyú, além de San Pedro e Caaguazú (todos com mais de 200 mil hectares cultivados com soja e respondendo por praticamente 90% da área plantada). Outra novidade é a inclusão de Alto Paraguay e Boquerón na produção de soja, pois nunca havia sido registrado o cultivo do grão nestes departamentos. Portanto, nos últimos anos tem havido a consolidações em algumas regiões (sobretudo na parte oriental), bem como o avanço da fronteira para outras áreas (com destaque ao Chaco).

Figura 3 - Área cultivada com soja por departamento no Paraguai. Fonte: MAG (2015). Elaboração do autor.

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Com o impressionante crescimento na produção, a soja tornou-se “la columna vertebral del agronegocio en Paraguay” (Rojas Villagra, 2009), sendo o maior cultivo em termos de valor bruto da produção, exportações e superfície (MAG, 2010). Enquanto que em 1995 o grão dominava 28,3% da área cultivada, 5,6% do PIB (Produto Interno Bruto) e aproximadamente 20% das exportações totais (Fogel e Riquelme, 2005; OEA, 2009), em 2011 ele passou a ocupar 72% das terras aráveis do país e a responder por 9,7% do PIB nacional e por 42% das exportações totais (Faostat, 2015; CIP, 2013). Se, por um lado, estes dados apontam para extrema importância do grão na economia paraguaia, por outro, destacam a fragilidade e a vulnerabilidade ao possuir grande dependência em um único produto, que na sua maioria é cultivado por brasiguaios, controlado por grandes empresas transnacionais e comercializado no comércio internacional sem nenhum valor agregado. Isso demonstra a velocidade, a intensidade e a dependência que a agricultura paraguaia passou a ter neste grão, o que é extremante preocupante para o país, sobretudo pelos impactos locais e pela nocividade que este modelo de agricultura causa para a sociedade e o meio ambiente.

Figura 4 - Produção de soja e armazém no Departamento de Alto Paraná (Paraguai). Fonte: Foto do autor.

1

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Valdemar João Wesz Junior - Professor do curso de Desenvolvimento Rural da UNILA.


Bibliografia -CIP – Centro de Importadores del Paraguay. Ranking de exportadores e importadores. 2013. Disponível em: < http://www.cip.org.py/> Acesso em: abr. 2013. -FAOSTAT – División de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Estadísticas generales. 2015. Disponível em: <http://faostat.fao.org/> Acesso em: mar. 2015. -FOGEL, R.; RIQUELME, M. Enclave sojero, merma de soberanía y pobreza. Asunción: CERI, 2005. -KLAUCK, R. C. A luta dos brasiguaios pelo acesso à terra no Paraguai (19701980). In: Congresso Internacional de História. Anais... 2001. Disponível em: <http://www.cih.uem.br/anais/2011/trabalhos/57.pdf> Acesso em: abr. 2013. -MAG – Ministerio de Agricultura y Ganaderia. Diagnóstico de rubros agrícolas. Asunción: MAG, 2010. ______. Series Históricas de Cultivos Temporales. 2015. Disponível em: <http:// www.mag.gov.py> Acesso em mar. 2015. -OEA – Organización de los Estados Americanos. Evaluación regional del impacto en la sustentabilidad de la cadena productiva de la soja: Argentina Paraguay – Uruguay. Departamento de Desarrollo Sostenible de la Organización de los Estados Americanos, 2009. -PAPPALARDO, C. Estrategias y políticas de desarrollo rural. Asunción: El Lector, 1995. -ROJAS VILLAGRA. L. Actores del agronegocio en Paraguay. BASE Investigaciones Sociales y Diakonia – Acción Ecuménica Sueca. Asunción: 2009.

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¿Por qué producimos lo que no comemos? Alan Fretez Bobadilla1

Representa un orgullo inmenso poder participar de esta revista, un emprendimiento que intenta discutir la realidad del campesinado latinoamericano. Esta humilde revista desea llevar enfrente la trabajosa tarea de interpretar los fenómenos sociales que afectan la vida del agricultor latinoamericano, desde la construcción de un dialogo de saberes entre la academia – profesores y alumnos de la Universidad Federal de la Integracion Latinoamericana2 y otras instituciones de enseñanza- y las comunidades campesinas e indígenas del Paraguay. Es necesario dejar bien en claro que el objetivo no es la de imponer interpretaciones a dichas comunidades, sino, construir juntos una interpretación de los fenómenos políticos, sociales e históricos que con trajín del día a día no olvidamos de cuestionarnos. Para ello es de suma importancia rescatar, reconstruir y darle valor a “los conocimientos de la calle”, aquellos producidos fuera de las universidades que desde los primordios de la ciencia como la conocemos fueron rechazados y subestimados. Los de la universidad tenemos mucho que aprender, pues en el deseo de entender nuestra realidad nos encerramos cada vez más en nuestras salas de clases hasta el punto de no darse cuenta que unos días conviviendo con el agricultor valen más que cien libros leídos sobre el campo. Es necesario reconocer que el uso de plantas para tratar enfermedades – herencia de nuestra raza indígena- o el canto de las cigarras anunciando la época de lluvias se constituyen también como conocimiento, por tanto nuestro deseo es construir interpretaciones a partir de la síntesis de todos estos conocimientos. A pesar del objetivo principal de la Revista ser la de pensar la realidad del campesinado latinoamericano, a lo largo de este ensayo nos centraremos en examinar una realidad específica, la del Paraguay. Paraguay que desde hace ya algunos años viene apareciendo bastante en la prensa internacional por cuenta de su “éxito económico”, registrando los mayores índices de crecimiento económico de la historia – según la Comisión Economica para América Latina (CEPAL)3 - 13% en 2010 y 14,2% en 2013 colocándolo entre los países que de mayor crecimiento del mundo. También para el año de 2013 –a partir de los datos del Ministerio de Agricultura- se registró la mayor producción de alimentos generado en el país con la producción de 25 millones de toneladas. A partir de estos datos y números podríamos fácilmente concluir sin más problemas de que realmente estamos ante un proceso de éxito económico sin precedentes, pero cuando nos rebuscamos por más informaciones nos encontramos con datos contradictorios. Por ejemplo al mismo tiempo que se registran los mayores picos de crecimiento de la historia paraguaya también nos consagramos campeones y levantamos la copa del país más pobre de 47


Sudamérica, en donde – también según la CEPAL- en 2013 el 40.7% de la población es pobre. Otro dato contradictorio, aun el país produciendo 25 millones de toneladas de alimentos - según los datos del programa mundial de alimentos de la ONU- Paraguay figura entre las naciones con mayor índice de desnutrición en el mundo. Esta situación nos obliga a investigar más sobre las causas de estas contradicciones de la economía paraguaya. Inicialmente revisamos los datos del Ministerio de Agricultura (MAG) a fin de encontrar respuestas, ¿Esos 25 millones de toneladas de alimentos, no serán suficientes para alimentar a los 30% de la población del Paraguay que sufre de desnutrición? y ¿Qué son y a dónde van los 25 millones de toneladas de alimentos?. Según el citado informe “el gran problema del Paraguay es la distribución”. Continuando en busca de alguna respuesta convincente profundizamos en las especificaciones del informe y no fijamos, que entre los productos agrícolas descriptos en el informe de MAG se encontraban el maíz, la soja, la caña de azúcar, la mandioca entre otros. De acuerdo a las cantidades de producción se destacan la soja con 9,35 millones de toneladas producidas, el maíz con 4,6 millones de toneladas, la mandioca con 3,11 millones de toneladas y la caña de azúcar con 5,8 millones de toneladas, nos dimos cuenta que de los cuatro principales productos producidos hoy en día por el Paraguay tan solo dos (2) – el maíz y la mandioca- pueden ser considerados alimentos si tenemos en cuenta los hábitos alimenticios de la sociedad paraguaya. A partir de estos datos nos cuestionamos que si tan solo dos de los principales productos producidos en el país no se comportan como alimentos básicos de la nutrición del paraguayo, el problema no está en la distribución sino en la producción, producimos cosas que no comemos. Existen varios elementos que no ayudan a entender del porque el Paraguay presenta este tipo de contradicciones, uno de ellos es la alta concentración de la tierra, la existencia de grandes latifundios – tanto de propietarios extranjeros como paraguayos- que concentran la renta e imposibilitan un proceso de diversificación de la producción, llevando a estos propietarios a preocuparse en cultivar lo que más se vende fuera del país y no lo que realmente el país consume. Otro elemento es la presencia de capitales extranjeros – principalmente en la forma de empresas transnacionales- que actúan de forma a beneficiar la reproducción de su capital a fin de generar cada vez más ganancia para transferir a sus países de origen, y todo esto sin importarles los efectos que esto represente para el país. Estas empresas controlan los extremos de una cadena, cadena que prácticamente representa el 19% de toda la economía del país (datos de la CEPAL). Esta cadena compuesta por un lado por el sector de insumos agrícolas (SECTOR I) –semillas, agroquímicos etc.- en donde empresas como Monsanto, Syngenta, Bayern entre otros controlan todo el sector. El segundo anillo de la cadena (SECTOR II) está compuesta por la producción agrícola misma, que como ya mencionamos está prácticamente compuesto por extensos latifundios. Y en una tercera parte de la cadena (SECTOR III) se encuentran – en el caso de la producción agrícola actual- las acopiadoras, grupos agroexportadores, supermercados e industrias que se ocupan de darle un destino a esos productos, ya sea exportando o dejando para el mercado interno. 48


Un elemento indispensable para entender la situación actual del Paraguay es el gobierno, que muchas veces (casi siempre) asociados con los intereses de las empresas privadas crean políticas que favorecen a la reproducción del capital. Por ejemplo, una de las explicaciones que los gobiernos dan para justificar la pobreza de los países latinoamericanos es el bajo nivel de inversión, y que para ello estos países deberían de tornarse más competitivos - es decir eliminando impuestos a las empresas, creando infraestructuras para que las empresas puedan exportar más rápidamente y con menores costos sus productos etc.- para atraer inversiones extranjeras. Pero como mostramos antes, el interés principal de las empresas extranjeras es reproducir sus capitales y generar ganancias que posteriormente transferirán para sus países de origen, este es ejemplo muestra de cómo las políticas de un gobierno al parecer se preocupan más en favorecer la reproducción del capital – y por ende los intereses de los dueños de esos capitales- antes de favorecer a las clases más bajas de la sociedad paraguaya. La producción de bienes agrícolas que no se constituyen en alimento para la población local – pensando en el caso de la soja- como ocurre en Paraguay no es un caso aislado. La creciente demanda mundial por alimentos – especialmente por el crecimiento poblacional de China - provoca un aumento en los precios internacionales – ya que al tener menos cantidad de soja en el mercado mundial los compradores están dispuestos a pagar más por cada tonelada- y el alza de los precios a su vez hace con que los ya productores de soja busquen producir cada vez más, y aquellos productores que estaban cultivando otros bienes pasen a producir soja teniendo en vista el aumento de los precios. El siguiente grafico elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) refleja el crecimiento de la producción mundial de soja desde inicios de los años de 1940, muestra claramente que el fenómeno de la llamada “sojización” no es un fenómeno solamente paraguayo y que se inicia en el país a partir de los años 1970.

Figura 1 - Evolução da produção de soja por país. Fonte: USDA

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Intentemos sistematizar mejor el raciocinio a partir de los elementos que tenemos. 1) El crecimiento de la demanda mundial por alimentos ejerce una presión en los precios que provoca la suba de los mismos, con la suba de los precios muchos más productores prefieren cultivar productos cuyos precios sean “buenos”, en este caso específico, la soja se ha constituido en el producto predominante ya este se torna viable para ser utilizada para la alimentación de animales que posteriormente serán transformados en alimento para la población. Por otro lado, la estructura agraria altamente concentrada (existencia de latifundios) torna el trabajo de expansión de los monocultivos mucho más fácil e rápido. 2) La suba de los precios de las materias primas lleva a que empresas del sector agroindustrial tengan la necesidad de expandirse e direccionar sus capitales hacia países en donde se reúnan las condiciones para la reproducción de sus capitales. Países que ofrecen incentivos a la inversión extrajera – eliminando impuestos exportación, donando tierras a las empresas extranjeras, en donde el gobierno no se entrometa en los asuntos del sector privado- con abundantes recursos naturales y con gobiernos “propensos a la corrupción” -como el caso de Paraguay- rápidamente se tornan atractivos para estas empresas. Una vez instaladas estas empresas en el país, rápidamente con la fuerza del capital consiguen controlar los dos extremos (sectores I y III) de la cadena que citamos más arriba. A partir de entonces el control que estas empresas tienen sobre gran parte de la cadena mercantil de las materias primas les posibilita que puedan ejercer presión sobre el sector productivo (sector II), el fenómeno puede verse más o menos así, Sector III: “ ya que soy el único que compra tus productos, yo te los compro con la condición de que sean producidos con este tipo (X) de semillas y con aquellos tipos de agroquímicos”, insumos los cuales son vendidos por las mismas empresas en el Sector I. Este movimiento fueron uno de los que llevaron a la rápida expansión de la utilización de las semillas transgénicas, al mismo tiempo que las empresas transnacionales presionaban a los gobiernos de turno para que aprobasen leyes que tornen obligatorio el uso de insumos agrícolas transgénicos. 3) El ciclo de suba de los precios de las materias primas, la existencia de extensos latifundios en las estructuras fundirías de los países latinoamericanos, la presencia de empresas transnacionales que consigan imponer sus intereses –con ayuda del estado- a los productores agrícolas locales a fin de garantizar la reproducción de sus capitales son los elementos que explican situaciones absurdas como producir alimentos que no comemos. Es en la conjunción de todos estos procesos que el Paraguay y los países latinoamericanos van siendo empujados a especializarse cada vez más en la producción de materias primas. Producimos cada vez más alimentos para el mundo, en cuanto lo que cultivamos ni siquiera obedecen a los hábitos alimenticios de la población local generando una especie de proceso de subsidio de los países latinoamericanos hacia las economías de los países 50


centrales, ya que al garantizar la provisión de alimentos a las clases trabajadoras de las economías centrales estamos sustentando la reproducción del capital en estos países.

1

Alan Fretez Bobadilla - Alumno del curso de Ciencias Económicas: Economía, Integracion y

Desarrollo de la Universidad Federal de la Integracion Latinoamericana (UNILA). Bolsista del proyecto extensión “Reconstruyendo la memoria con las comunidades campesinas y de pueblos originarios de Paraguay en torno a los efectos de la concentración y extranjerización de la tierra” de la UNILA.

2

Universidad Federal de la Integracion Latinoamericana, universidad radicada en la ciudad

de Foz de Iguaçu, Brasil. La UNILA fundada en agosto del 2010, tiene como objetivo principal discutir la integración latinoamericana a partir de la propia realidad latinoamericana. La propuesta de la UNILA es la de estudiar las particularidades de los países que componen el continente latinoamericano para producir un pensamiento propio del continente, oponiéndose aplicación de teorías importadas que se muestran insuficientes de explicar los fenómeno sociales particulares de los países latinoamericanos.

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La Comisión Economica para América Latina (CEPAL) es un órgano de la ONU fundado en

1948 cuyo principal objetivo era contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Posteriormente, su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social.

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Evolución de la población y características de la producción rural paraguaya Fernando Gabriel Romero1

En el marco de la promoción -por parte de la dictadura de Stroessner- de la colonización hacia el este iniciada en 1963 se estimuló a los campesinos de la zona central del país para se asentaran en el oriente paraguayo. De todos modos, el proceso desembocó en una redistribución inequitativa y concentrada; el 2,5% de los beneficiarios fueron adjudicatarios de un 74% de la tierras, mientras un 97,5% de los beneficiarios recibieron un 26% Pese a estas condiciones adversas, un rasgo saliente de las condiciones demográficas del Paraguay es el incremento cuantitativo en términos absolutos de la población rural. Lo cual ha arrojado –no obstante- un descenso gradual del porcentual de participación persistente en los últimos años, pasando del 64, 1 % al 43,2 % (cuadro 1). En el mismo contexto de la creación del Estatuto Agrario de 1963, se levantó la prohibición - establecida en el Estatuto Agrario de 1940- de vender tierras a extranjeros en una franja de hasta 150 kilómetros desde la línea fronteriza, situación que permitió una intensificación de la oleada migratoria brasileña fundamentalmente en la década de 1970. Los migrantes procuraban sobre todo suelos fértiles para la producción agrícola y bajo precio de la tierra. Con todo, se ha registrado modificaciones en las pautas culturales, verificándose desde entonces una fuerte difusión del idioma portugués y la identidad gaúcha2 en el territorio paraguayo a través –entre otras esferas- del comercio, la publicidad y las escuelas. En este sentido, un porcentaje de los productores agropecuarios del Paraguay registraba nacionalidad brasileña en 2008 (Cuadro 2).

Cuadro 1 - Población de la República del Praguay. Años: 1982, 1992 y 2002.

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Fuente: elaboración propria sobre la base de datos de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censo (DGEEC), 2002.

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Cuadro 2 - Nacionalidad de los producores agropecuarios en la Replública del Paraguay. Años: 1991 y 2008.

Fuente: MAG, 2009

Condiciones de las viviendas donde vive la población campesina. Distrito de Tavapy, Octubre de 2014. Fuente: Foto del autor.

De todas maneras, el proceso de concentración ha afectado a buena directamente a los colonos brasileños y otros extranjeros, dado que estos son los que manifiestan una mayor índice de salida de la actividad. Los productores de nacionalidad brasileña decrecen –entre 1991 y 2008- un 44 % y el resto de los extranjeros un 27%, mientras que la disminución de los productores paraguayos sólo decrece un 6% (Cuadro 2). No obstante, debe considerarse que el proceso de extranjerización de la tierra se mantiene verificándose continuas adquisiciones y centralizaciones por parte del capital foráneo. 54


Si se analizan los guarismos de los Censos 1991 y 2008, puede verse un proceso de incremento de la superficie promedio de fincas del 38% en el conjunto del país. Es de resaltar que este proceso se produce en paralelo con a una creciente expansión de la superficie agraria con concentración de la propiedad y disminución del número de fincas del orden 6% en el total de Paraguay (Cuadro 3).

Cuadro 3 - Cantidad (en unidades) y superficie (en hectáreas) de las fincas agropecuarias en la República del Paraguay). Años: 1991 y 2008.

Fuente: Ministerio de Agricultura y Ganaderia (MAG), 2009

El principal cultivo del país es la soja, cuya variación porcentual en términos de toneladas ascendió al 77,6% entre 2002 y 2008. En este período, sobresalen además los cultivos de caña de azúcar, maíz, y trigo, registrándose un incremento de la producción del 70,7 %, 165,3 % y 50,3 %. Asimismo, resultan notables la disminución de la importancia del algodón y el tabaco, registrando caídas de la producción del 48,5 % y 61,5 %. En materia pecuaria, se destaca la producción de ganado vacuno seguida de la de porcinos. Entre 20022 y 2008, se registró un descenso de la producción de estos últimos (del orden del 21,4 %) y de la de ovinos y equinos (11,1% y 21,5 % respectivamente) y un incremento del 11,9 % de las cabezas vacunas (Cuadro 4).

La extensión de la agricultura industrial en Paraguay y el posicionamiento estatal contra el campesinado y en defensa de la gran burguesía y los terratenientes. Fuente: Álbum sobre Paraguay del Sitio Facebook del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), Brasil.

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Cuadro 4 - Producción agrícola (en toneladas cosechadas) y ganadera (en miles de cabezas) de la República del Paraguay. Años: 1982, 1992, 2002 y 2008.

Fuente: Elaboración sobre la base de datos de la DGEEC, 2002 y MAG, 2009.

La expansión capitalista de la agricultura, unida a la tala indiscriminada y al inicio de las obras de la represa de Itaipú3 en 1975, significó una notable disminución del Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAP). Esta ecoregión se caracterizaba por una selva subtropical húmeda con una rica biodiversidad de especies animales y vegetales que cubría originariamente 10 departamentos de la parte este de la Región Oriental del Paraguay. Según un estudio de 2010, de las 8.000.000 de hectáreas en las que el BAAP se extendía en 1945 solo quedaban unas 700.000; es decir, menos del 10% (REPORTER BRASIL y BASE IS, 2010: 11-12).

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Fernando Gabriel Romero - Doctor en Historia. Profesor de la Carrera de Relaciones Internacionales

e Integración de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA), Brasil. Coordinador del Grupo Interdisciplinar de Estudos e Pesquisa sobre Capitais Transnacionais, Estado, classes dominantes e conflitividade na América Latina e Caribe (GIEPTALC); miembro

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Titular de FLACSO-España. Investigador del Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO) y del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA) de la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: fernando.romero@unila.edu.br

2

Se trata del gentilicio aplicado a la población del estado brasileño de Rio Grande do Sul.

3

La usina hidroeléctrica de Itaipú es considerada una de las mayores del mundo. Está ubicada

en el Rio Paraná, en la frontera entre Brasil y Paraguay. Para su realización, los gobiernos de los dos países firmaron acuerdos y establecieron una administración por vía de una empresa pública internacional brasileño-paraguaya.

Bibliografía citada -REPÓRTER BRASIL y BASE INVESTIGACIONES SOCIALES, Los impactos socioambientales de la soja en Paraguay-2010, São Paulo-Asunción, 2010. Fuentes estadísticas -DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS, ENCUESTAS Y CENSO (DGEEC), Atlas censal del Paraguay, Fernando de la Mora, DGEEC, 2002. -DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS, ENCUESTAS Y CENSO (DGEEC), Atlas de las comunidades indígenas del Paraguay, Fernando de la Mora, DGEEC, 2004. -DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICAS, ENCUESTAS Y CENSO (DGEEC), IIIº Censo Nacional de Población y Vivienda para Pueblos Indígenas 2012, Pueblos Indígenas en el Paraguay. Resultados Preliminares 2012, Lambaré, Julio de 2013. -MINISTERIO DE AGRICULTURA Y GANADERÍA (MAG), DIRECCIÓN DE CENSO Y ESTADÍSTICAS AGROPECUARIAS), Censo Nacional Agropecuario 2008, San Lorenzo, 2009, Volumen I.

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Intercambios insospechados entre Paraguay y Colombia Daniel Gordillo Sánchez1

Fuente: www.ultimahora.com

En septiembre de 2014 llegaron a Paraguay 72 soldados provenientes de Colombia, los cuales recibieron un entrenamiento de tres meses, en acciones que buscan luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. Se siguen estrechando los acercamientos entre las fuerzas armadas de ambos países, los cuales traen más preocupaciones que esperanzas. ¿Qué hay detrás de estos acuerdos? ¿Cuáles son los riesgos de capacitar y modernizar a las fuerzas militares del Estado paraguayo? ¿Qué otras relaciones, intercambios o transacciones hay entre Colombia y Paraguay? 59


Empezaré por la tercera pregunta, pues quizás es la más visible desde ‘abajo’. Debo confesar que cuando conocí Paraguay, en el año 2012, no sabía casi nada de este país. Claro, además de las hazañas deportivas de Salvador Cabañas y Roque Santa Cruz, que catapultaron al equipo guaraní a las primeras tres copas mundo del nuevo milenio. Este relativo desconocimiento sobre Paraguay es compartido por mis coterráneos más próximos, e incluso en el imaginario común colombiano hay cierta dificultad para diferenciar Paraguay de Uruguay. Sin embargo, tenemos muchísimas cosas en común. Después de ir en diversas oportunidades a algunas ciudades de Paraguay, de compartir algunos espacios académicos y de esparcimiento, y de tomar muchos tererés con amigos paraguayos, pude corroborar lo que será el punto de partida de la presente reflexión: hay una serie de apropiaciones culturales de los paraguayos hacia las producciones artísticas colombianas, lo cual es muy llamativo pues ofrecen datos empíricos para estudiar la dimensión cultural y económica de la integración entre estos dos países. Sin embargo, actualmente también se están gestando peligrosos acuerdos en materia de seguridad ciudadana, capacitación de las fuerzas armadas y cooperación militar. Dejaré para otra ocasión los vallenatos de Diomedez Díaz y Los Inquietos, las telenovelas Escobar, el patrón del mal y el Cartel de los Sapos, y las películas Rosario Tijeras y La Virgen de los Sicarios, y todo lo que esto influye en la generación de un imaginario sobre Colombia en Paraguay, para centrarme en los convenios militares que se están construyendo entre estos dos países, los cuales, dicho sea de paso, han sido escasamente difundidos por los medios de comunicación de ambas naciones. El escándalo de los falsos positivos y criminalización de los líderes sociales La primera consideración que debe realizarse frente a este panorama, es que la ‘guerra contra el terrorismo’ pregonada en Colombia, particularmente dentro del gobierno de Álvaro Uribe (2002 – 2010), es un discurso que se ha trasplantado desde Washington, especialmente después del atentado del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas. En este sentido, como afirmaba Bush en su momento, debía comenzarse una “cruzada contra el terrorismo”, en nombre de la paz y la libertad. Por tal motivo, era fundamental el despliegue de un arsenal de tecnologías, tácticas y estrategias militares para, irónicamente, garantizar un ambiente pacífico entre las naciones. En Colombia, la historia nos ha mostrado las graves consecuencias de este proceso. Primeramente, este interés por modernizar a las fuerzas armadas colombianas ha provocado que la mayoría del presupuesto nacional se haya desviado hacia la guerra. En otras palabras, el único y principal objetivo del Estado se convirtió en aniquilar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por encima de cualquier cosa. Por ello, sectores como la educación, la cultura o la salud, quedaron relegadas a un segundo plano. En este periodo, la universidad pública entró en su peor crisis administrativa-presupuestal, y junto con las entidades prestadoras de salud, fueron presa de la privatización. 60


Ahora bien, el afán por combatir a las guerrillas originó uno de los fenómenos más lúgubres de la historia reciente de Colombia, denominado el escándalo de los falsos positivos. Este proceso consistió en el asesinato de civiles inocentes por parte del Ejército de Colombia, los cuales posteriormente eran presentados como muertos dentro del conflicto armado. Los miembros de las fuerzas de seguridad colombiana debían mostrar ‘resultados’ a sus superiores y a los medios de comunicación, por lo cual manipulaban la escena del crimen, vestían los cuerpos de sus víctimas (generalmente jóvenes de escasos recursos) con camuflados, y los presentaban como bajas guerrilleras. El rol protagónico que suponía la guerra y la necesidad de combatirla se convirtió en el principal argumento político de los grupos de derecha que gobernaban el país, encabezados por el expresidente Uribe. Esto también provocó la persecución de líderes políticos de oposición, y la represión constante contra los movimientos sociales y populares. Como lo indica el Informe 2014 sobre Colombia de la Human Rights Watch, en el marco de conflicto armado agudizado por los enfrentamientos militares, es común que “defensores de derechos humanos, sindicalistas, periodistas, líderes indígenas y afrocolombianos, y líderes de desplazados sean víctimas de amenazas de muerte y otros abusos” (HRW, 2014). Estas son solo algunas consecuencias negativas del creciente proceso de militarización en Colombia. Todavía hay mucha tela por cortar. Existen otros fenómenos como la instalación de siete bases militares de Estados Unidos en el territorio nacional, o la llegada de las multinacionales extranjeras protegidas por grupos paramilitares. Dichos acontecimientos están estrechamente relacionados pues hacen parte de la misma estructura de poder. De cualquier forma, es importante resaltar que la salida militar al conflicto no dio resultado en Colombia. Si bien las guerrillas militarmente fueron debilitadas, el tejido social en Colombia sufrió los mayores impactos. La pobreza y desplazamiento interno se recrudeció, las desigualdades y la falta de oportunidades se convirtieron en el pan de cada día, y los grupos campesinos e indígenas fueron marginalizados por completo, incluso siendo víctimas del fuego cruzado. Consiente de la imposibilidad de seguir insistiendo por la vía militar, y ante el clamor de diversos sectores académicos, sociales y políticos, el actual gobierno del presidente Santos y las FARC están adelantando un proceso de paz, con el objetivo de que el conflicto pueda terminarse por vía de la negociación, y la paz sea alcanzada con justicia social. Todo un reto hacia el futuro. La experiencia histórica de Colombia debe servir de ejemplo a nuestros hermanos paraguayos. No se puede hablar de paz cuando la tierra está en manos del capital extranjero. No se puede hablar de paz cuando los movimientos sociales son perseguidos y desaparecidos, y lo más importante, no se debe resolver por la vía militar un conflicto, que por naturaleza es histórico y social. Persistir en la militarización, es prolongar sistemáticamente la guerra.

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Daniel Gordillo Sánchez - Estudiante de Antropología de la UNILA.

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BibliografĂ­a citada -Ultima Hora. Retornaron 72 soldados entrenados en Colombia para combatir al EPP. (Consultado el 10 de octubre de 2014). Disponible en: http://www.ultimahora. com/retornaron-72-soldados-entrenados-colombia-combatir-al-epp-n826579. html). -HUMAN RIGHTS WATCH. Informe Mundial 2014: Colombia. (Consultado el 11 de octubre de 2014). Disponible en: http://www.hrw.org/es/world-report/2014/ country-chapters/122015.

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Las organizaciones campesinas y la conflictividad en torno a la tierra Fernando Gabriel Romero1

En los últimos años, el campesinado paraguayo se ha nucleado en diferentes organizaciones siendo las principales: la Federación Nacional Campesina (FNC), la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), la Organización Nacional Campesina (ONAC), Movimiento Agrario del Paraguay (MOAPA), Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), Organización de Lucha por la Tierra (OLT) y Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI). En el caso de Alto Paraná está presente también una organización de tipo regional denominada Asociación de Agricultores de Alto Paraná (ASAGRAPA). Todas ellas tienen por objetivo principal la realización de una reforma agraria integral (que abarca la asistencia técnica, créditos, industrialización y comercialización de productos). La FNC surgió en 1991. Sus antecedentes se remontan a una reagrupación del campesinado que se produjo en 1986, sobre el fin de la dictadura de Stroessner: la Coordinadora Nacional de Productores Agrícolas (CONAPA). Su principal objetivo de lucha está dirigido contra el latifundio (por lo que sólo se ocupan propiedades de más de 3.000 hectáreas), reconociendo a este como requisito indispensable para romper con la dependencia del imperialismo y la expoliación de los monopolios transnacionales. En 1999, con una importante base de militantes de sus filas se formó el Partido Paraguay Pyahurá (PPP). Para la FNC, si bien conquistar la tierra se ubica como prioridad, el segundo paso es conseguir hacerla producir para autosostenimiento y defensa del lugar ocupado. En este sentido, los integrantes de la FNC han tenido, además, que enfrentar los intentos de desalojo por parte de la policía y matones contratados por los terratenientes. La organización ha ocupado unas 190.000 hectáreas improductivas, congrega unas 14.000 familias que contabilizan aproximadamente unas 60.000 personas (DELGADO: 2012). En 1996, luego de más de 30 campesinos asesinados en la lucha por la tierra desde la caída de la dictadura y en respuesta a la persecución del Estado y de sicarios de los terratenientes, acordaron la instrumentación de autodefensas armadas de las comunidades. La estructuración del campesinado en un área tan específica expresa tanto la capacidad organizativa de estos sujetos como su grado de confrontación con las clases dominantes. En 2014, ha sido la organización con mayor capacidad de movilización del Paraguay. Entre las principales actividades regionales realizadas pueden destacarse: las movilizaciones contra la sojización del asentamiento de Britez Cué (Canindeyú)1 y las realizadas en la ciudad de Curuguaty (Canindeyú). El 6 de octubre se produjo un enfrentamiento entre policías y una columna de la FNC frente a la fiscalía. Posteriormente, el 8 de octubre, la FNC organizó en la plaza de la ciudad una “Asamblea contra el modelo agroexportador y en repudio a la represión policial, fiscal y judicial”. En ese marco, la organización también

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repudiaba la imputación y orden de captura de un fiscal hacia 6 militantes de la FNC y por la liberación de otros dos encarcelados en Coronel Oviedo (departamento de Caaguazú) por resistir la sojización en Britez Cué. Entre el 6 y el 10 de febrero de 2015, la FNC organizó a nivel nacional una movilización denominada “la larga marcha” que finalizó en la ciudad de Asunción ante 10.000 personas.

Larga Marcha de la FNC contra la política de Horacio Cartes, Asunción, Febrero de 2015. Fuente: Álbum sobre Paraguay del Sitio Facebook del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), Brasil.

De espaldas, la dirigente Teodolina Villalba (FNC) en la XXII° Marcha del Campesinado Pobre, Asunción, 31 de marzo de 2015. Fuente: Sitio de Facebook de la FNC.

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La MCNOC coincide con la FNC en su lucha por la Reforma Agraria. Es una instancia que se caracteriza por reunir diferentes expresiones partidarias de izquierda en su seno (como el Partido de los Trabajadores –PT- y Convergencia Popular Socialista -CPS-) y una diversidad de otros agrupamientos campesinos (como MCP, OLT y ASAGRAPA). El MOAPA se inició en el año 2002 se define como una organización democrática, autónoma y clasista. Fundamentalmente, articula campesinos de los departamentos de Alto Paraná, Canindeyú, San Pedro, Itapúa y Caaguazú. Entre sus objetivos principales -además de la reforma agraria- promueve la unidad del campesinado con otras instancias gremiales urbanas. El Partido Comunista Paraguayo (PCP) actúa como principal impulsor de esta organización. Recientemente, en el departamento de Alto Paraná, distrito de Minga Guazú, la comunidad de Comuneros –orientada por el MOAPA- celebró su décimo aniversario con un seminario internacional bajo el lema “La tierra es para quien la trabaja”. Entre las conclusiones estuvieron presentes el rechazo al denominado “agronegocio” y el reconocimiento que el problema de la tierra y el despoblamiento rural no es sólo del campesino sino que es un problema de índole nacional (ÚLTIMA HORA, 2015a). El MCP tuvo su origen en diciembre de 1980, recuperando buena parte de la experiencia de las Ligas Agrarias Cristianas, organizando entre sus filas tanto a campesinos sin tierras como pequeños propietarios. Tiene entre sus principales objetivos la defensa de los derechos humanos en alianza con otros sectores campesinos, sindicales y populares. En su lucha contra el latifundio ha desarrollado numerosos asentamientos. Internamente ha contribuido a la autonomía organizativa de mujeres y jóvenes, promoviendo además el agrupamiento de sectores específicos (campesinos sin tierra, familiares de desaparecidos y asesinados, etc). Entre sus principales articulaciones puede mencionarse que el MCP ha sido fundador de la Central Única de Trabajadores (CUT) y de la MCNOC. Internacionalmente, también fue promotor de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC). Se declara democrático, clasista, solidario e independiente de los partidos políticos, el Estado y organizaciones religiosas. El MCP está presente en los departamentos de Alto Paraná, Caaguazú, Paraguarí, Cordillera, Canindeyú, Itapúa, San Pedro y Misiones. En 2006, en el distrito de Villa Ygatimí (Canindeyú), el MCP denunció ante la Secretaría Nacional del Ambiente (SEAM) la tala indiscriminada de bosques en unas 5.000 hectáreas de tierras del Ministerio de obras Públicas y Comunicaciones (MOPYC) (ABC COLOR, 2006). En 2009, algunos de sus integrantes participaron en la fundación del Partido Movimiento Patriótico Popular (PMPP). En noviembre de 2010, en la colonia Santa Catalina del distrito de Curuguaty (Canindeyú), fue asesinado el dirigente de MCP Mariano Roque Jara Báez. En 2011, campesinos del MCP instalados en 21 hectáreas del asentamiento de Limoy fueron desalojadas por la policía, el cual ocupaban desde 1986. En marzo de 2013, en Tavapy (Alto Paraná), campesinos del MCP fueron baleados por personas armadas y por la policía con el objetivo de amedrentarlos para que abandonen el lugar.

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La OLT surgió en el año 1993 y tiene como antecedente una división de la disuelta Coordinadora Nacional de Lucha por la Tierra y la vivienda (CNLTV) que había tenido su origen en 1989 y de cuyo seno se formó también la Coordinadora Interdepartamental de Sin Tierra (CIST). La OLT se autodefine como una organización clasista de campesinos y campesinas cuyo objetivo es la concreción de un proyecto de desarrollo que incluye la reforma agraria, la democracia participativa y la soberanía alimentaria, territorial y energética. Promueve la unidad de acción con las organizaciones populares democráticas, comunidades eclesiales de base, feministas y ecologistas (OLT, 2011). En 2011, en Joajú, distrito de Yvyra Rovana (Canindeyú), 300 familias de la OLT ocuparon 5.000 hectáreas de tierras mal habidas por parte del empresario alemán Rainer Bendlin. En agosto de 2013, la justicia desalojó a los campesinos con el objetivo de proteger la propiedad privada. En octubre del mismo año, luego que los campesinos reocuparan la hacienda, la policía los reprimió, registrándose detenciones y heridos de bala. La ONAC surgió en 1985, se trata de una organización socialcristiana, de carácter humanista. Sirvieron como antecedentes de esta organización la Juventud Obrera Católica (JOC) y las Ligas Agrarias Cristianas. Sus objetivos están dirigidos -además de una reforma agraria integral- a la industrialización y comercialización de la producción, la seguridad alimentaria y la concreción de servicios para las comunidades (caminos, educación, salud, agua potable, vivienda digna y electrificación). En 1990, en el distrito de Minga Guazú (Alto Paraná), víctima de torturas de la policía, falleció el campesino Francisco Báez, miembro de la ONAC. La ONAC forma parte de la Central Nacional de Trabajadores (CNT). La CONAMURI surgió en octubre de 1999 y se define como una organización clasista, étnica, de género, anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal que nuclea tanto mujeres campesinas como indígenas. En 2001, cobró mayor visibilidad pública luego de la primera marcha desde Caacupé hasta Asunción. Desde 2003, llevó adelante una campaña de exigencia de justicia y de denuncia por la muerte de Silvino Talavera, un niño que fue víctima de las fumigaciones de glifosato por parte de productores sojeros alemanes sobre terrenos aledaños a la vivienda de su familia, en el distrito de Edelira (departamento de Itapúa). En 2012, participaron de los campamentos organizados en Ciudad del Este contra la destitución de Fernando Lugo y se movilizaron al Puente de la Amistad que une Paraguay con Brasil. En 2014 han denunciado las situaciones de desalojo del campesinado del distrito de Minga Porã (Alto Paraná) La ASAGRAPA se formó en 1984 y nuclea unos 17 asentamientos en Alto Paraná, reuniendo unos 2.700 integrantes. Entre sus principales objetivos se encuentra la realización de una reforma agraria integral y la defensa de los derechos de las comunidades campesinas. En 2007, luego de la muerte del niño de 3 años Jesús Jiménez de la localidad de Leopoldo Perrier en octubre, esta organización lanzó en el mes de diciembre la campaña “Paren de fumigar. En defensa de las comunidades y de la vida”. Esta acción llevó a la imputación y orden de detención de Tomás Zayas -secretario general de la asociación y 68


militante del PT- y otros campesinos por “intento de homicidio y asociación criminal” (CASTILLO et. al, 2008). En marzo de 2014, en la colonia Santa Lucía del distrito de Itakyry (Alto Paraná), fue asesinado Eusebio Torres, dirigente de ASAGRAPA, quien había denunciado ante el INDERT la ilegitimidad de los títulos de la tierra ocupada por los latifundistas sojeros. El 15 de junio de 2012 ocurrió la masacre de Marina Kué en el distrito de Curuguaty (Canindeyú). Los acontecimientos tuvieron lugar en tierras consideradas mal habidas de la empresa Campos Morumbí SA, propiedad del empresario Blas Riquelme. En un oscuro episodio que incluyó la presencia de francotiradores, en medio de negociaciones por desalojo, se produjo el asesinato de 6 policías y 11 campesinos sin tierra. Lo sucedido sirvió de base para el posterior juicio político y destitución del presidente Fernando Lugo. Posteriormente, se han registrado testimonios de campesinos torturados y de que al menos 7 campesinos fueron ejecutados. Hasta la fecha existen campesinos inculpados y detenidos por el llamado “caso Curuguaty” sin registrarse policías imputados por estos hechos (MARTÍNEZ, 2012; CODEHUPY, 2012). Vale agregar también que, si bien la problemática es de vieja data (ZARZA, 1988; FOGEL, 1988; FOGEL, 2001), recientemente, numerosos campesinos de Tavapy (Alto Paraná) han sido desalojados en varias ocasiones de unas 1.795 hectáreas de tierras que demandan a la Fundación Francis Perrier y han reclamado su expropiación por parte del gobierno. Otros pobladores fueron desplazados del departamento de Ñacunday (Alto Paraná) y relocalizados en la colonia Santa Lucía del distrito de Itakyry (Alto Paraná), a la vez que campesinos sin tierra reclaman la función social de la propiedad en Itakyry y se denuncian actos de amedrentamientos, represión y asesinatos.

Viviendas precarias de campesinos desalojados de campos de soja que demandan tierras a la Fundación Francis Perrier. Distrito de Tavapy, Octubre de 2014. Fuente: Foto del autor.

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En los últmos años, organizaciones campesinas criticaron la militarización, los allanamientos nocturnos a las vivienda y la represión a las comunidades de los departamentos de Concepción, Amanbay, Canindeyú y San Pedro bajo la justificación de búsqueda de miembros del denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)3. En febrero de 2014, fortaleciendo esa línea de agresión al campesinado, se instalaron tropas estadounidenses en el Departamento de San Pedro a través del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) del Comando Sur (Acosta, 2014). Es de resaltar que al iniciarse del mes de marzo de este año, a través de un llamamiento denominado el Congreso Democrático del Pueblo, buena parte del campesinado, junto con diferentes partidos políticos, sindicatos y otras fuerzas democráticas, populares y de izquierda definió la necesidad de articular acciones contra la política proimperialista de Horacio Cartes. A la problemática se le ha sumado recientemente la operatoria de narcotráficantes que transversalmente operan en el emprasariado, los terratenientes y la política paraguaya. Esta situación ha sido denunciada por las organizaciones campesinas y, recientemente, los principales dirigentes de la FNC –Teodolina Villalba y Marcial Gómez- asociaron al presidente Cartes a la narcopolítica (ÙLTIMA HORA, 2015b). Por último, vale mencionar un elemento cultural propio del campesinado paraguayo (aunque compartido por otros pueblos latinoamericanos): la minga. Se trata de un trabajo grupal, solidario y en ayuda de la vecindad que promueve lazos de cooperación y organización colectiva a la vez que fortalece el sentimiento de pertenencia a una determinada comunidad. Este elemento de la vida cotidiana que facilita la construcción de alternativas de resolución de la cuestión agraria a partir de decisiones políticas comunitarias.

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XXII° Marcha del Campesinado Pobre. Asunción, 31 de marzo de 2015. Fuente: Fuente: Sitio de Facebook de la FNC.


A modo de cierre Las organizaciones campesinas confluyen en torno a sus preocupaciones por temas decisivos que atraviesan sus vidas cotidianas. Fundamentalmente, aquellos relativos a la defensa de las comunidades y la vida de sus integrantes; la enajenación de los bienes comunes y el impacto de la actividad económica sobre la naturaleza; el freno a la deforestación de su territorio por parte de las grandes empresas y terranientes; la lucha por la tierra y el territorio; y la estructura de organización y la representación colectiva. Así, las organizaciones campesinas proyectan la articulación de estas demandas y la unidad de acción entre sí y con distintas organizaciones populares de la sociedad paraguaya. El peso del poder terrateniente y de los capitales imperialistas en el conjunto de la estructura económica y en la vida política paraguaya lleva a estar organizaciones a resistir y enfrentar a éstos actores a través de vínculos colectivos y solidarios. La lucha por resolución del problema de la tierra a través de una reforma agraria integral, expresado con claridad por parte de las organizaciones campesinas, constituye un primer paso para las posibilidades de transformación social de un Paraguay que reduzca la desigualdad social, elimine la pobreza y se desarrolle su soberanía económica y política en beneficio de las mayorías populares.

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Fernando Gabriel Romero - Doctor en Historia. Profesor de la Carrera de Relaciones Internacionales

e Integración de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA), Brasil. Coordinador del Grupo Interdisciplinar de Estudos e Pesquisa sobre Capitais Transnacionais, Estado, classes dominantes e conflitividade na América Latina e Caribe (GIEPTALC); miembro Titular de FLACSO-España. Investigador del Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO) y del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA) de la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: fernando.romero@unila.edu.br

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Britez Cué, ubicado en el Departamento de Canindeyú, es un asentamiento de unas 16.000

hectáreas que fuera conquistado por la FNC. Los productores de soja consiguieron protección policial y defendieron las labranzas del lugar con civiles armados.

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El EPP es grupo guerrillero autodefinido como marxista-leninista que cobró notoriedad pública

a partir del año 2008, aun cuando estaría en discusión sus orígenes. En 2014, una fracción se habría separado del grupo para formar otra organización político-militar: la Asociación Campesina Armada (ACA). Algunos dirigentes de la izquierda paraguaya han criticado fuertemente a estos grupos a los que consideran funcionales “a la oligarquía narco-sojero-ganadera” (AMADO, 2015).

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Bibliografía citada -CASTILLO, Marco, KRETSHMER, Regina, RULLI, Javiera y SCHWARTZMANN, Gaby, “Paraguay: dirigente campesino imputado por hacer frente a la fumigación”, Asunción, 17 de marzo de 2008, en: www.lasojamata.org [Consultado: 23 de enero de 2015]. -COORDINADORA DE DERECHOS HUMANOS DEL PARAGUAY (CODEHUPY), Informe de derechos humanos sobre el caso Marina Kué, Asunción, CODEHUPY, 2012. -DELGADO, Víctor, Ñandekuera. Todos nosotros, Buenos Aires, Ágora, 2012. -FOGEL, Ramón, Las luchas campesinas: tierra y condiciones de producción. Asunción, Comité de Iglesias. Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencias, 2001. -FOGEL, Ramón. “Tierra y democracia. La lucha de los campesinos paraguayos.” Nueva Sociedad Nº 96, Caracas, 1988, pp. 163-173. -MARTÍNEZ, Aitor, Informe masacre de Curuguaty, Asunción, Plataforma de Estudio e Investigación para los Conflictos Campesinos (PEICC), octubre de 2012. -ZARZA, Olga María. “Las Ocupaciones de Tierras en Paraguay. El lado oscuro de la propiedad privada”, en: Revista paraguaya de sociología, v. 71, pp. 81-96, 1988. Fuente periodística electrónica -ÚLTIMA HORA (2015a), “Campesinos rechazan modelo de agronegocio en seminario”, en: Última hora, Asunción, 9 de enero de 2015. En: http:// w w w. u ltima h o ra . co m /c a m p e sin o s - r e chaza n - m o d e l o - a g r o n e g o ci o seminario-n862609.html [Consultado: 10 de enero de 2015] -ULTIMA HORA (2015b), “Con el actual gobierno se fortalece la narcopolítica, concluyen los campesinos”, en: Última hora, Asunción, 27 de marzo de 2015. En: http://m.ultimahora.com/con-el-actual-gobierno-se-fortalece-la-narcopoliticaconcluyen-campesinos-n883168.html[Consultado: 27 de marzo de 2015] Fuente periodística radial AMADO, Najeeb, “El EPP es funcional a la oligarquía narco-sojera-ganadera”, en: Ñanduti, AM 1020, 16 de marzo de 2015, en: http://www.nanduti.com. py/2015/03/16/najeeb-amado-el-epp-es-funcional-a-la-oligarquia-narcosojero-ganadera/ [Consultado: 27 de marzo de 2015]

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