RAZA DE BRONCE

Page 188

En el solar de la casa, los soldados, arma al brazo, formaban cuadro y yacían en actitud de fuerza confiada y de indomable serenidad, que en ellos resultaban cómicas porque casi todos ostentaban en el rostro cobrizo y en la áspera crin los signos de su procedencia genuinamente indígena, sin la menor gota de sangre extraña, diferenciándose de los otros únicamente en el uniforme militar, que en la imaginación de los indios despierta penosas remembranzas. Entraban al solar los indios temblando como bestias enfermas, con los ojos fugitivos, y poniéndose de rodillas besaban la mano del patrón con rendida humildad y ciega hipocresía. Se llenó pronto el patio. Entonces, Pantoja, con severo continente y acento de profundo rencor, increpó a la consternada servidumbre: —Malagradecidos, yo nunca les he ocasionado ningún mal y han intentado matarme… Son ustedes unos desalmados; no saben respetar al patrón, que es el representante de Dios en la tierra, después de los curas… ¿Qué motivos de queja les he dado para que no estén contentos conmigo? ¿Les obligo acaso a trabajar como otros patronos? Y dirigiéndose al viejo hilacata, que estaba allí, en primera fila, pálido y miedoso, le increpó: —Di, tú, Choquehuanka, que eres el más racional de estos asesinos, ¿de veras soy malo con ustedes?… El indio irguió la cabeza por un segundo y clavó sus ojos, cansados de contemplar la tristeza de esa tierra en los ojos del patrón. Luego abarcó el grupo tembloroso de sus iguales, y volviendo a humillar la cerviz, repuso con acento balbuciente: —No, tata, no eres malo. —¿Es que les pego sin motivo? El viejo guardó silencio; estaba grave, y su rostro, como los demás, permanecía rígido e inmóvil. Pantoja, ante el silencio del viejo, volvió a repetir su pregunta. Choquehuanka tornó a mirar a los suyos y contestó con el mismo tono: —No, tata; sólo nos pegas cuando tenemos culpa… —¿Y de qué están descontentos entonces? Tampoco habló el hilacata. Con los brazos cruzados sobre el pecho, en BIBLIOTECA AYACUCHO

125


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.