Historia y vida historia y vida 3

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gran PirÁMide

Nilo. Convertidos en seres casi divinos, se enterraron en un cementerio propio en Abidos, en tumbas compuestas por una cámara funeraria rodeada de almacenes para el ajuar. Sobre ellas se disponía una colina artificial que no sobresalía del sue­ lo, mientras que en el exterior, cubriendo toda la tumba, quizá hubiera una super­ estructura cuadrangular de un par de me­ tros de altura, que no sería sino una colina más, pero de la cual solo se han encontra­ do mínimos indicios. El conjunto venía acompañado, a un par de kilómetros de distancia, de un vasto recinto rectangular de adobes que se derruía al finalizar el enterramiento. En este “palacio funerario” se celebraban unos ritos de los que, por

v dinastía

abusir se convierte en la necrópolis principal de la dinastía (2494-2345 a. C.), y en ella se levantan pirámides más modestas (no sobrepasan los 70 m de altura) con sillares pequeños e incluso con núcleo de cascotes.

vi dinastía

Las pirámiDes de esta dinastía (2345-2181 a. C.) adquieren

desgracia, no sabemos nada. Apenas que­ daba ya una etapa por franquear para que apareciera la primera pirámide. El paso final lo dio el primer faraón de la III dinastía, Djoser (sus contemporáneos le conocían como Netjerkhet), con la ines­ timable ayuda del factótum de su reinado, el arquitecto y sacerdote Imhotep. Después de trasladar el cementerio real a Saqqara, Djoser decidió enterrarse en una mastaba como la de sus antecesores, pero de mayor tamaño y situada dentro de su palacio fu­ nerario. Para que fueran eternos, ambos edificios serían de piedra. No satisfecho con el resultado, mandó ampliar la masta­ ba unos metros hacia el este y, después, añadirle un revestimiento que no se com­

dimensiones estándares (150 codos de base x 100 de altura) y se elaboran con sillares pequeños.

reino Medio (2055-1650 a. c.) xii dinastía

tras Dos pirámiDes de piedra, las de Amenemhat I (1985-56 a. C.) y la de su hijo Se-

pletó. Y no llegó a hacerse porque Djoser e Imhotep tuvieron la idea genial de cubrir la mastaba original con una estructura de cuatro escalones. ¡Había nacido la prime­ ra pirámide! Un monumento que no tardó en ser ampliado a seis, hasta alcanzar una base de 121×109 m y una altura de 62 m. Ahora Djoser contaba con una colina pri­ migenia que, además, era una escalera por la que ascender al firmamento y reunirse con las estrellas circumpolares. Por si esto fuera poco, alrededor de la pirámide esta­ ban representados en piedra todos los edificios necesarios (capillas para las esta­ tuas de los dioses, patios ceremoniales...) para la celebración de la fiesta Sed, que devolvía la energía perdida al faraón. nuseret I (1956-11 a. C., a la izqda.), las demás de la dinastía se edificaron con ladrillo y se revistieron luego de piedra caliza. Senuseret II (1877-70 a. C.), además, cambió por primera vez la localización de la entrada de la pirámide, situándola al sur. Tras la reina Sobekneferu (1777-73 a. C.) ya no volvieron a construirse grandes pirámides reales en Egipto.

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