La Hora de losPueblos

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3. — Decadencia imperialista Venimos sosteniendo que la situación actual de nuestros países no es un problema intrínseco que sólo a ellos les interese: es la situación del mundo. Desgraciadamente este mundo se debate en un clima de simulación e hipocresía impuesto por el ejemplo y la presión de los imperialismos que no pueden disimular de otra manera el estado de decadencia en que están cayendo. Este ―mundo occidental‖, que para mayor escarnio de la verdad se le ha llamado ―mundo libre‖, es sólo un cúmulo de simulaciones de valores inexistentes donde, la libertad que debía caracterizarlo se ha convertido en un sofisma insoportable. Nuestros pobres países, azotados por las arbitrariedades de este ―mundo libre‖, sufre de las ―democracias‖ creadas mediante un cuartelazo o asesinato de sus gobernantes, según la regla impuesta por la política imperialista desde el ―Pentágono‖, como si fuera posible la existencia de un pueblo o de un hombre libre en una nación esclava. Es que el mundo occidental esta enfermo de decadencia y lo amenaza una caducidad indetenible. Lo arrastra el imperialismo yanqui que está entrando en el período agudo de su caída en el que los síntomas se hacen más violentos e evidentes. Si el imperio Romano, en época de la carreta tardo sólo un siglo en decomponerse y desaparecer, los imperios actuales, en la época del los cohetes, sólo podrán tardar unos años. Sus valores ficticios los están ya carcomiendo y la destrucción imperialista se produce siempre por un proceso interno de descomposición porque, como el pescado, comienzan a podrirse por la cabeza. Y, mientras en occidente suceden cosas semejantes, un mundo oriental avanza con valores reales sin prisa pero sin pausa. Los hombrecillos que dicen conducir a occidente tiemblan pero no se corrigen. Los maquiavelismos, que hasta ahora han empleado con relativo éxito, comienzan a fallarles y amenazan con llevarlos al abismo. Ni la riqueza, que tampoco salvó a Cartago, ni la fuerza, que de poco sirvió a Roma, serán suficientes para salvarlos: el mundo nuevo ya no va a temer sino a los valores del espíritu que son los únicos permanentes. El mundo actual, aparentemente dividido en las dos tendencias ideológicas que encabezan ambos imperialismos, está tomando nuevas posiciones, porque hoy se lucha de la misma manera por la liberación tanto al Este como al Oeste de la Cortina de Hierro. Las ideologías han sido superadas y el dilema ha dejado de ser comunismo o capitalismo para pasar a ser liberación o neocolonialismo. Cuando los imperialismos capitalista y comunista se repartieron el mundo, nacía en el mundo el mismo germen de la liberación por la que hoy se lucha en todas partes. La lucha por la liberación es igual en Polonia, Hungría o Bulgaria que en la Argentina, Brasil o Francia, no interesa el signo bajo el cual se la realiza. 21


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