CuadrantePhi No.35 (2020)

Page 52

Identificación y regímenes de sensibilidad en Jacques Rancière

Introducción En El maestro ignorante se evidencia cómo funciona un régimen de sensibilidad o un reparto de lo sensible. Hay papeles, roles e identidades que se adhieren a los sujetos en el aula, de este modo se limitan las posibilidades por medio de la adhesión de significados inmodificables. El maestro funciona como representante de la estructura policial. Establece una estructura jerárquica y es responsable de transmitir el código u ordenamiento simbólico. Por tanto, es uno de los primeros eslabones en la formación desigual de la identidad —a saber, la inoculación de una lógica que organiza jerárquicamente el conocimiento y la adquisición de la experiencia—. Esta comunicación, más allá del contenido, se da en la forma, a través de la manera en que se transmiten los contenidos el presupuesto de la desigualdad se filtra en los estudiantes. Los cuales se comienzan a percibir como quien usa unas gafas y se encuentra con el mundo filtrado por las determinaciones lingüísticas que le fueron dadas en su proceso de aprendizaje. Surge entonces el aprendizaje de la gramática como un factor clave en la identificación, pues a estos signos planos se le adhieren reglas de uso que limitan el horizonte de lo decible y, por tanto, de lo pensable, imaginable y sensible. De este modo, la configuración del espectro intelectivo del estudiante se organiza de acuerdo con reglas que le son anteriores cronológica y ontológicamente, disponiéndolo a aceptarlas sin más. Así, los límites preparan el terreno para que sean aceptadas jerarquías en las cuales él es inferior respecto del maestro que le transmite los contenidos; y más allá del aula, inferior respecto de órdenes y funciones establecidas. Otras jerarquías son también presentadas en el aula. Como se ha visto, inicialmente hay dos actores en la obra; quien enseña y quien aprende, sin embargo, en este último se presentan nuevamente divisiones: el buen estudiante y el mal estudiante. La frágil noción de igualdad que pudiera tener uno de estos sujetos se rompe aún más, dado que, si antes era inferior respecto de un maestro, ahora es también inferior respecto de otro alumno. Hay una segunda preparación del terreno en el que se inocula el orden policial, ya que hay sujetos que parecen tener unas capacidades superiores a la del resto, estos serán los que están destinados a gobernar, mientras que el resto está destinado a ser gobernado. Acá aparece otra 52

noción a problematizar, la del resto. Quienes obedecen tienen dentro de sí el fin de pertenecer a una fracción de la comunidad que se establece como un exceso, algo de lo que es fácil prescindir; pues un individuo que per tenece a ese resto es indiferente respecto de la colectividad, sin embargo, ese resto debe continuar existiendo.

La política, lo político y el régimen de sensibilidad policial Lo político, responde Rancière (2006), es entendido como el escenario donde se enfrentan los procesos de la política y la policía. Esto es importante, ya que este campo de choque se despliega en las diferentes esferas de lo común. También es preciso resaltar que, aunque no siempre hay un proceso de política o emancipación, siempre aparece este como potencia de distorsión. La posibilidad de alterar el régimen está presente siempre que haya un reparto, un régimen de sensibilidad, por tanto, el terreno de lo político siempre se encuentra a la espera de que surja un movimiento emancipatorio. Respecto de lo común, pueden encontrarse en la obra del filósofo francés como mínimo dos acepciones: el lenguaje y la sensibilidad. Gracias a ello, se establece un diálogo con la tradición filosófica occidental que lo precede, haciendo una referencia directa al pensamiento aristotélico. Aristóteles en el De anima establece tres tipos de almas o grupos dentro de los cuales ubicar a todos los vivientes: la nutritiva, la sensitiva y la intelectiva. La nutritiva es el tipo de alma que pertenece a las plantas, pero también funciona como un conjunto que incluye dentro de sí a todos los vivientes; pues la reproducción y la nutrición son comunes a todos los seres que poseen alma. La sensitiva es común a todos los animales, esto implica que el hombre comparta con el resto de los vivientes al menos la sensibilidad. La discursiva refiere al logos que poseen los hombres: “el hombre es el único animal que tiene palabra” (Política I, 1253a 10). Dicho esto, parece ser más claro por qué Rancière parte de esta definición de lo común Logos (palabra) y Aisthesis (sensación) son lo común compartido. En El desacuerdo se refiere también a Aristóteles para mencionar que el esclavo participa del logos, pero no lo posee 1. Esto hace que el mínimo común entre hombres y esclavos sea la percepción


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.