Correo Mayor vol. 8

Vol. 8 Ciudad de México Marzo, 2019

¡Dos años!

Santiago Arau Paterson El Dr. Merolico Museo Espacios zurcidos

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Portada: Nabor Barrio Chino Fotografía digital

Correo Mayor | Literatura | 02

Un paseo en tren por EU de principios del siglo XX Carlos Priego

Beggars of Life: A Hobo Autobiography se publi-

se oponen a todo aquel que los ataca y los

có por primera vez en Nueva York, Estados Uni-

condiciona.

dos, en el año 1924, con el sello de la editorial

En forma emotiva, el libro narra la historia

Albert&Charles Boni. Desde entonces se ha con-

de Jim, sujeto que a la edad de 12 años cono-

vertido en uno de los libros más leídos en dicha

ció y aceptó la influencia de un vagabundo, el

nación. Con técnicas tomadas de la novela, al lado

cual logró seducirlo con los maravillosos rela-

de la precisión que puede ofrecer la autobiografía

tos de la vida en los caminos. Por ende, el mo-

y la agilidad de la crónica periodística, el escritor

zalbete decidió abandonar su hogar, con el

Jim Tully reconstruye ahí pasajes fundamentales

propósito de conocer el mundo. Unas sema-

de la historia del país en cuestión, en específico

nas después partió rumbo a Muncie, Indiana,

los concernientes a los primeros años del siglo "",

en un tren de carga donde pagó su billete con

caracterizados por el auge de la construcción de

trabajo, ayudando en la descarga de cajas. A

vías de comunicación ferrocarrilera.

partir de ese instante inició su vida errante,

De estilo preciso y prosa sencilla, el texto nos

inmerso en múltiples oficios y afanes, sea en

lleva hasta las entrañas de la narrativa trotamun-

algún circo, sea en determinado cuadrilátero,

da, misma que tiene por intención describir los

sea incluso en el contrabando de alcohol. La

enigmas de la vida errante y de la migración, dan-

cárcel, las prostitutas, el bajo mundo político

do voz a las personas que vivieron de tren en tren:

y social, fueron elementos cotidianos en su

los vagabundos de principios del siglo "". Aunque

periplo.

Tully presenta una visión matizada respecto a una

A casi una centuria de su publicación,

amplia gama de temas socioeconómicos de Es-

el texto que nos ocupa guarda una vigencia

tados Unidos, no deja de arrojar una valoración

extraordinaria, toda vez que nos permite viajar

crítica -a veces sutil y a veces despiadada-, sobre

en el tiempo a través de historias entrecruza-

los considerandos de la sociedad del momento en

das, a través de geografías espléndidas, pero

torno al protagonista a que se alude: el vagabundo

también llenas de desencanto, de manera que

es un parásito que está lejos de ser admitido en el

los lectores no son meros observantes o tes-

mundo de las personas “decentes”.

tigos mudos, sino participantes directos en la

No obstante, semejante consideración no

emoción, en el sueño, en la ironía y en la des-

le impide buscar la vida, ni tampoco le incapacita

ilusión por la vida de un hurgador de caminos.

para ser parte activa del supuesto desarrollo del

Celebremos entonces que la editorial

mundo. Me atrevo a decir, incluso, que Tully apro-

Jus acerque esta obra a los lectores en idio-

vecha tal personaje para demostrar que hasta los

ma español, impreso que circula desde 2017

miembros de las clases menos favorecidas tienen

con el título de Buscavidas: Recuerdos de un

una voz disidente, un lenguaje mordaz con el que

vagabundo.

Correo Mayor | Literatura | 03

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Entrada al laberinto: El caos no se improvisa Los muchos modos de una ciudad Juan Villoro

[Fragmento de El vértigo horizontal, pp. 32-34. Agradecemos a Editorial Almadía el permiso correspondiente para la publicación de este apartado.]

Cuando el escritor venezolano Adriano González

Moctezuma, lo interesante es que la historia es

León visitó la ciudad de México se sorprendió al

posterior a la llegada de los peregrinos. Los fun-

ver este letrero: “Materialistas: Prohibido estacio-

dadores de Tenochtitlan se asentaron a orillas del

narse en lo absoluto”. El autor de País Portátil tar-

lago, pero les faltaba la explicación que los justi-

dó en entender que había llegado a un sitio donde

ficara.

el materialismo no es una corriente filosófica, sino

Pueblo advenedizo, el mexica o azteca carecía

un trabajo de carga y descarga. La mención al ab-

de una tradición que lo realzara. Para dotarse a

soluto indicaba que los camiones no debían es-

sí mismo de una epopeya fundadora, se asignó

tacionarse ni un ratito. Aquel letrero era en reali-

pasados míticos ajenos, el de los toltecas y el de

dad una profecía del estancamiento urbano: hoy

los teotihuacanos. En el siglo xv, los mexicas in-

en día los materialistas se han estacionado en lo

ventaron a posteriori la leyenda de su grandeza.

absoluto.

Desde entonces, México-Tenochtitlan sólo ad-

Después de veinte años de escribir sobre la

quiere lógica hacia atrás. Los planes no son para

ciudad, busqué una noción de límite y la encon-

nosotros; nuestra tarea consiste en descifrar un

tré en el paisaje. Retrato el último medio siglo de

misterio que ya ocurrió.

una inmensa ciudad baja. Cada ladrillo que gana

El vértigo horizontal se inscribe en esa di-

altura, reclama el término de este trabajo. Por lo

latada tradición, pero depende de un enfoque rigu-

demás, el hecho que en 2016 haya dejado de ser

rosamente personal. Martin Scorsese ha elogiado

Distrito Federal para convertirse en Ciudad de

la visión que Woody Allen tiene de Nueva York,

México también representa el fin de una era.

entre otras cosas porque es muy distinta a la suya.

Kierkegaard señaló que la vida ocurre hacia delante, pero se entiende hacia atrás. Las expli-

Propongo una lectura entre millones de lecturas posibles.

caciones siempre son retrospectivas. De acuerdo

Para Carlos Fuentes, “la Ciudad de México es

con la mitología prehispánica, los primeros pobla-

un fenómeno donde caben todas las imaginacio-

dores del Valle de Anáhuac perseguían una ima-

nes. Estoy seguro de que la ciudad de Moctezuma

gen profética: el águila devorando una serpiente.

vive latente, en conflicto y confusión perpetuos

Esta conjunción simbólica del aire y la tierra fue

con las ciudades del virrey Mendoza, la empera-

avistada a orillas del lago de Texcoco. El sentido

triz Carlota, de Porfirio Díaz, de Uruchurtu y del

visionario de llegar ahí se había cumplido. Sin em-

terremoto del 85. ¿A quién puede pedírsele una

bargo, como señala el arqueólogo Eduardo Matos

sola versión, ortodoxa, de este espectro urbano?

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La ciudad varía con la percepción que de ella

En “El inmortal”, Borges describe una urbe

tiene cada uno de sus habitantes. A lo largo de

desorientadora, que confunde sin un fin preciso:

sesenta años he vivido en unas doce direcciones

“Abundan el corredor sin salida, la alta ventana

diferentes. Todas ellas están al sur del Viaducto y

inalcanzable, la aparatosa puerta que daba a una

esto define mi mirada. He recorrido parcialmente

celda o a un pozo, las increíbles escaletas inver-

el laberinto.

sas, con los peldaños y la balaustrada hacia aba-

¿Cómo representar una ciudad que creció alre-

jo”. Esa edificación demencial se debe al ocio de

dedor del templo dual de los aztecas y hace unos

los inmortales, que desperdician el tiempo e igno-

años sirvió de escenario natural para el apocalip-

ran los propósitos finitos. Por momentos, la Ciu-

sis futurista de la película Elysium?

dad de México suscita un pasmo similar. Escribir sobre ella significa inventarle explicaciones.

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Petra Ediciones Ya se encuentra en La Increíble Librería Jalapa 129, colonia Roma.

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HERIDA Verónica Edith González Cantú

La fe es el pájaro que canta cuando el amanecer todavía es oscuro.

Tagore.

Te quise tanto que cuando me rompiste el corazón te saqué de ahí para que no te hicieras daño.

Mario Benedetti.

Aves poderosas, de alas con la fuerza de un hura-

otro acerca de las nubes, del sol, de todo lo visto.

cán. Igual mueren por una helada, una lluvia, que

¡vaya, compartir, cantando, la libertad vivida!

La sangre brotaba de su pecho; gotas que em-

por otra ave.

El árbol en el que eligieron vivir pesaba en

papaban sus plumas, que las teñían y endurecían

esperanza. Cada uno de los nidos en las ramas

en mechones secos color marrón. Con fuerza, se

estaba hecho con cabellos, hilos y hojas. La cons-

recargó en las paredes del nido, tratando de impe-

trucción del sueño. Su nido, aunque distinto al

dir desangrarse. Fue una herida en el corazón, no

resto en colores y materiales, era hermoso. Es-

había duda. El papel amarillento se tiñó, mientras

taba hecho de una partitura musical que había

la armonía se convertía en un tono menor y los

sido abandonada en la banca del parque. Las no-

arreglos de flores se deshacían.

tas tapizaban sus paredes. Armonías con arreglos

Ella presionó su suave y agitado pecho al

de flores después de cada cuatro tiempos, eran

piso, para detener el sangrado. Sentía que el aire

su piso. Eligieron estar cerca de la cima, indepen-

se le escapaba del cuerpo. Sus pulmones se re-

dientes al resto; debido a ello su hogar era un

ducían como higos en invierno, pero luego volvían

poco frío, pero la vista del atardecer -desde ahí-,

a crecer palpitantes, en la desesperación. Em-

era inigualable.

pezó a ver las cosas poco claras, cada vez más

La pareja salía a volar fuera del nido en

confusas. Parecía que la rama, el árbol, el viento

tiempos distintos, procurando cuidar su lugar. En

y las nubes la atacaban. Así se mira todo cuando

forma alternada, uno de los dos se quedaba siem-

falta el aire, cuando el corazón está roto, cuan-

pre de vigía. A veces, el que salía pensaba en la

do se sangra y se presiona lo más posible para

delicia que sería el compartir el viento, el cielo y

sobrevivir. Se mira mal, se juzga malo lo bueno,

su paleta multicolor. ¡Era el aire rabioso que em-

y lo bueno desaparece. Se tiene que levantar un

pujaba hasta liberar las alas! ¡era romper el aire

escudo y una espada imaginaria, y comenzar la

a contrasentido, eso que se logra al volar! Luego,

defensa permanente.

al volver a casa, había motivos para cantar al

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Apenas empezaba a recobrar ánimos, cuan-

texto de psicología, de otro de oraciones, más un

do miró un agujero al fondo del nido. El pequeño

canto al universo y el papel en blanco, este último

charco que se formó con su sangre había hecho

por si algún día se animaba a escribir otra vez.

un hoyo. El nido frío y hermoso no volvería a ser el

Voló de vuelta a casa, a toda prisa. No im-

mismo. Ya tenía un hueco. Pensó que era su culpa

portaba su terrible dolor, sus cansadas alas, su

por sangrar, pero ¿cómo no hacerlo si había sido

corazón roto, sus ojos llorosos, su culpa... Su

herida en el corazón?, ¿qué corazón no sangra

amor podía contra todo –pensaba-. Debía reparar,

cuando se rompe?, ¿qué herida en ella no mer-

debía volver a tener ese hermoso nido que tanto

maría en su nido?

le había costado. Ni siquiera quería detenerse a

Ahora tenía dos cosas que resolver sola.

Su herida, que empeoraba a cada segundo, y su nido, que de continuar roto se volvería inseguro e inútil para vivir, pues terminaría por romperse.

pensar, a tratar de entender qué cosa le había perforado el pecho de forma tan profunda.

Finalmente, llegó, procurando acomodar los pedazos de poemas y oraciones; enseguida cantó

Decidió atender lo segundo y abrió las alas,

con sumo cuidado y delicadeza. Sabía lo difícil

valientemente. Tuvo una idea y voló rauda hacia

que había sido su viaje, y no quería desperdiciar

la banca del parque, pero no había más partituras.

ni un solo pedazo de lo recolectado.

Ya las había usado todas, aunque se quedó con la

Cuando al fin vio todo rehecho, y casi como

idea de que siempre encontraría más música que

estaba antes, sintió un duro golpe por la espalda,

la salvara.

justo en medio de sus alas. Algo la atravesaba, en

Voló más lejos, a pesar del profundo dolor en

el mismo sitio donde estaba la herida en su pecho,

el pecho, de la falta de aire y del miedo. Superó

pero esta vez desde atrás. La pájara no entendía

el tremendo pavor de haber dejado su nido solo,

lo sucedido. No podía ver claramente quién o qué

con el riesgo de que al volver quizá se encontrara

la hería, ni por qué lo hacía. Sólo sintió que su

con el hecho de que ya no era suyo. Sintió que

corazón se rompía una vez más, aunque ahora

volaba más lejos de lo que debería, mas no paró.

de manera fatal. Bajó sus ojos y alcanzó a ver la

Incluso, de pronto se halló cara a cara con una

punta de un pico. No podía creer que un ave se-

gentil y desconocida ave, la cual con un virtuoso

mejante a ella, fuera capaz de herirla así. ¿Qué

canto en rima la incitó a continuar el vuelo. Con

pájaro mutila para siempre el vuelo de otro?, ¿qué

el canto hecho poesía de aquella hermosa ave,

pájara hiere a otra en su propio nido?

sintió que se recuperaba un poco, volviéndole la

En medio de un insoportable e inmerecido

esperanza. Agradeció el aliento, aunque al mismo

dolor, el ave se rindió y dejó que su corazón al

tiempo sintió culpa por haber escuchado el canto

fin descansara; que la herida sangrara libremente,

de otra ave, un pájaro que no era el suyo. Lealtad.

vaciando su pecho hasta pintar sus plumas de

A lo lejos, vio una pila de libros y de hojas en

un rojo tan intenso y fuerte que parecía fuego, el

blanco en la banqueta, era como ver oro en me-

fuego que purifica todo lo malo. El ave ahora roja

dio de su pobreza. Cansada, llorosa, triste, deses-

fue víctima de un ave sin nido, sin pareja, sin es-

perada y en evidente agonía, tomó lo necesario.

crúpulos ni valores, sueños, empatía, respeto o

Llenó sus uñas delgadas, alargadas y translúci-

canto.

das, con páginas propias de un poemario, de un Correo Mayor | Literatura | 10

Hundida en su sufrimiento, la pájara miró hacia arriba, en busca de la parte más alta del árbol... No murió por la sangre perdida, la cual entintó maravillosamente su plumaje; no murió por las terribles heridas recibidas de frente y por la espalda; no murió por la infame traición de alguien de su misma condición; no murió por nada de ello. Murió, sí, cuando se desprendió, emotivo, el último pedazo de músculo en su corazón. Murió cuando vio a lo lejos a su pareja, el cual estaba parado en la cima de la rama: ese bello y libre pájaro, por el que ella daba todo, por quien voló tan lejos; ese pájaro por quien ella cantaba, a pesar de no poseer la mejor voz; ese pájaro que había sido su compañero; ese pájaro estaba inmóvil, insensible, inmutable, soberbio.

De pie sobre esa rama, la miraba morir con desdén. No hizo algo para salvarla, para evitarle tanto dolor, para cuidarla tal como le había prometido, tal como ella le había creído...

El atardecer pintó de rojo las hojas y las nubes, logrando que se confundiera el día con la noche..., fría noche que anunciaba la primera helada del año.

FB: Doña Clito Tw: Doña Clito @veroglezcan Wattpad: Lectolagnia, Doña Clito

Ilustraciones: Zoé Contreras González

@zoe.cg.ka

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Correo Mayor | Historiando | 12

Una aproximación más al doctor Merolico Jesús Guzmán Urióstegui

[Texto leído en octubre de 2018, en el café literario del Jekemir] Seis cosas ha de tener quien dichoso quiera ser; leña vieja que quemar, viejo libro que estudiar, hembra joven que querer, potro joven que montar, y lo mejor a mi ver, joven o vieja, a escoger, la plata que ha de gastar.

Así decía un verso anhelante, ansioso y apetecido

demás era un asunto de supervivencia. Francia,

como realidad. Eran los últimos años de la sépti-

Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, eran de los

ma década del siglo décimo nono –cuando llegó el

primeros, y se desgarraban unos y otros, pese a

Merolico-, esa centuria XIX de nuestra era, donde

sus múltiples acuerdos de paz. Las guerras mun-

se creía que la electricidad resolvería muchos de

diales del siglo XX tienen su base en esos pleitos.

los problemas del mundo, incluido el de la muerte,

México era de los segundos, de los débiles

como bien lo señalaba la novela Frankenstein, de

aunque empeñosos por figurar en la categoría

Mary Shelley. Ya no se pensaba como un siglo an-

de nación civilizada. ¿Por qué no lo lograba? La

tes, que se podía revivir a los difuntos, pero sí que

explicación era sencilla: por revoltoso, por desor-

se podía lograr la inmortalidad para los humanos,

ganizado, por desordenado. No en vano, los re-

lo cual no era moco de pavo, como decían.

gionalismos que en la época colonial se habían

Los escépticos aseguraban que ello era impo-

logrado contener con las disposiciones de los

sible, pero no dudaban en que la energía eléctrica

reyes de España, se desbordaron después con

podía ser una eficaz fuente de calor para tener

los múltiples jefes militares de cada zona del

otra vez seres animales y vegetales gigantes, lo

México independiente, cada uno de ellos avezado

que sin duda sería otra revolución en la ciencia.

y merecedor, argüían.

Dicho siglo fue también el de los nacionalismos

Sobre esta base, el progreso tan necesario

y el progreso, tan de la mano ambos porque en-

implicaba, casi nada, tres factores fundamenta-

tre los países industriales implicaba una cuestión

les; paz, industria y educación. Respecto a la paz

de dominio y superioridad, mientras que para los

-madre mía-:

Correo Mayor | Historiando | 13

En esta feliz nación

materna se impone. Se llama al médico, quien re-

donde todo es pura bola,

visa a la paciente y dialoga con la madre:

hay una ley, una sola: guardar la Constitución.

--¡Señora, aquí entre los dos ahora, el mal es

Mas, por ¡Cristo o Barrabás!

de gravedad!

todos los de la carnada,

--¡Dios mío!

la tienen tan bien guardada,

--¡Yo soy muy viejo y muy práctico!

que no la observan jamás.

--¡Ya lo sé!

--Y como la aprecio a usted me permito este

Para revertir tan triste negocio, en 1879 se le

consejo: ¡Abra usted mucho los ojos. La niña,

pidió al presidente Díaz que se convirtiera en el

a mi plan me aferró, necesita mucho hierro!

hombre necesario, en el hombre fuerte con poder

--¿En píldoras?

permanente, justo y comprometido con los intere-

--No, ¡¡en cerrojos!!

ses de la patria. ¿Qué le costaba? Nada, porque hasta la Constitución se modificaría para que la

Más allá de la broma pasional, en esos días causa-

respetara, tal como pregonó en sus campañas

ba revuelo la lucha de las mujeres por su derecho

revolucionarias.

al voto. Las féminas de Londres, Berlín y Chicago

Respecto a la industria, los primeros funda-

iban a la cabeza, y eso generaba inquietud en los

mentos ser implementarían en torno a las vías de

lares aztecas. La cuestión no era menor, adujo

comunicación, sentándose las bases de la aper-

un periodista del Monitor Republicano, pues así

tura ferrocarrilera y las inversiones extranjeras,

como había que dudar de los hombres que em-

dándole la prioridad a los préstamos externos y

pezaban a usar faja, polvos de arroz y perfumes,

no a los internos. Motores, tractores, ferrocarriles,

también había que tener cuidado de las mujeres

máquinas de coser, era lo del momento. El mun-

levantiscas, dado que con sus derechos y con el

do del hierro como fundamento de avance tec-

uso particular del teléfono, las labores domésticas

nológico, medicinal y hasta resguardo de la moral

no tardarían en quedar en segundo plano. Los

familiar, de la virtud personal y hasta de la salud,

hombres fuertes, amos y señores del terreno, no

como fue el caso de cierta jovencita, muchacha

tenían sino que aguantar, apechugar y disimular.

doncella que se negó a ir a misa de siete porque

Sobre esta base, el diálogo con la esposa levan-

tenía calenturas diversas. De manera que la pia-

tisca y paseadora se dio en estos términos, como

dosa madre se fue sola a los deberes sagrados, lo

se adujo en la prensa de la época:

que aprovechó el novio para entrar a la casa, con discreción, eso sí; en lo interior, puro arrumaco y

--¿Va usted a salir, señora?

juego de manos –no de villanos-, hasta que la se-

--Sí, señor, así parece.

ñora regresa, con premura y antes de lo acostum-

--Y, … ¿como a qué hora piensa usted volver,

brado, pues le brotaba la preocupación. Vuela el

señora?

novio por la ventana, y la niña, con calenturas aún,

--A la que me dé la gana.

se niega a la revisión médica, pero la autoridad

--Está bien, pero no más tarde, ¿estamos?

Correo Mayor | Historiando | 14

A su vez, con la mujer y la hija iría así, al volver

usos y costumbres? ¿Qué era eso de mantener

del trabajo y ver que la casa estaba hecha un de-

tierras ociosas y en propiedad colectiva, comu-

sastre:

nal, cuando lo mejor era la propiedad individual, por productiva? Había que integrarlos mediante la

--¡Mujer, mujer!

educación y el trabajo. Si se negaban, entonces

--¿Qué quiere usted, mi señor?

se podrían tomar medidas más drásticas. Y las to-

--¿Qué estás haciendo ahora?

maron en algunos casos.

--Yo nada, absolutamente nada.

Educación, entonces, como panacea, pero

--¿Y tú, hija?

educación seria y acorde a nuestro ser, para sal-

--Yo, le estoy ayudando a mi mamá.

var la institución familiar y no caer en el trágico destino de países como Inglaterra y Estados Uni-

En fin, volvamos a lo serio. La educación tenía

dos, donde prevalecía ya el divorcio. En suma,

que ser fundamento y soporte del cambio; cambio

educación impartida por profesionales –algo se

sosegado, no abrupto, porque no se debía alterar

ganaría con ello-, aunque eso tampoco era ga-

el curso tradicional del entorno familiar. Adiós a los

rantía si tomamos en cuenta un rumor que corría

indígenas, sí, pregonaban muchos, por su poco

en torno a un profesor con fama de sabedor:

aporte a la producción, por su arraigo a la tierra, por su desacato a las leyes municipales, estatales y federales. ¿Qué era eso de gobernarse por sus Correo Mayor | Historiando | 15

--Maestro, maestro, ¿hace usted el favor de

entonaba valses y óperas al menor gesto-, y sa-

decirme qué se entiende por obra póstuma?

caba muelas y dientes gratis, al ritmo de un habla

--Se llama así –respondió el maestro-, aquella

prodigiosa, aparte de que se atravesaba cuchillos

obra que escribe un autor después de muerto.

en la garganta y en los brazos.

Los pícaros, la leperada, no tardaron en endil-

En fin, tal era el ambiente mexicano cuando

garle el siguiente estribillo:

arribó al país el suizo Rafael Juan de Meraulyok, profesor y doctor de muchos afanes, en especial

¡Merolico, Merolico!

como vendedor de menjurjes y como sacamuelas.

¿quién te dio

Tras recorrer medio mundo, llegó al puerto de Ve-

tan grande pico?

racruz el 21 de agosto de 1879, y un mes y días después ya estaba en la ciudad de México, pa-

La palabra Merolico no era nueva, se usaba

seando por todos lados, haciendo gala del espec-

por lo menos desde mediados del siglo $%&&&, pero

táculo y la curiosidad. Así, se le veía en los teatros,

sólo definía al hablador, al platicador, al chismo-

en las cantinas, los cafés París y La Concordia, los

so sin ton ni son. La coincidencia del apellido del

parques y las plazas. En estos dos últimos sitios

suizo con esta voz es extraordinaria, mas así su-

repartía propaganda y cartelones con su imagen;

cede en la historia.

en los demás conquistaba artistas, departía con

Hablaba de tal manera, vendía con tanto éxito

los tunantes y bebedores, prometiéndoles ilusio-

sus elíxires curalotodo, sacaba dientes y muelas

nes futuras y conocimientos extraordinarios. Unos

con el beneplácito popular, que no tardó en ser

lo tomaban a broma, pues ¿cómo creerle a un

atacado por muchos periodistas, por los científi-

tipo que se vestía con bota federica, sombrero de

cos, por la policía y por los políticos de cortas mi-

copa blanco, pantalón de ante amarillo, una levita

ras. ¿Médico? No, señor. ¿Sabio? Menos. ¡Char-

de terciopelo azul, más una buena cantidad de

latán, embaucador, bribón, estafador, farsante,

medallas que relucían en su pecho?

engañabobos! Eso sí. Sin embargo, el pueblo lo

Era un sujeto alto, flaco, de lente oscuro con

amaba, lo aclamaba, lo cargaba y le hacía cara-

el que dizque escondía el hecho de tener un ojo

vanas. ¿Que su bálsamo era inofensivo? Tal vez,

inservible, perdido en una batalla en la guerra de

pero lo vendía porque llevaba aquello tan nece-

Plevna de 1877, cuando peleaban los turcos con-

sario para la cura de cualquier mal: ofrecía espe-

tra los eslovenos.

ranza, prometía alivio en habla pródiga cual voz

Gustaba del espectáculo –ya dije-, pero no

de profeta. Ofrecía felicidad, de hecho, ilusión y

era tonto, y por eso no cumplió sus promesas sino

emoción tan necesaria en un país que, según Me-

hasta conseguir avales académicos de la Escuela

raulyok, carecía de ella.

de Medicina de México, en la medianía de octu-

¿Se podía ser feliz en un país de salvajes,

bre. Logrado esto, ahora sí, a fines de ese mismo

país donde se perseguía a los opositores, donde

mes, el día 24, se instaló en la Plaza de Armas, en

se podía asesinar a los disidentes, como ocurrió

el Zócalo, para montar su exhibición. Llevaba po-

en Veracruz en junio de 1879? ¿Se podía ser feliz

madas y ungüentos maravillosos; se hacía acom-

en una ciudad de México en la que prevalecía el

pañar de una murga –una pequeña orquesta que Correo Mayor | Historiando | 16

tifo, debido a la suciedad de las calles y a los mias-

llévatelo bien ceñido

mas de cloacas y atarjeas? ¿Se podía ser feliz en

de rondón al cementerio.

una ciudad con problemas de desagüe y con inundaciones recurrentes ante el menor exceso de lluvia?

De acuerdo con Merolico, México era un sitio especial, no privilegiado, carente de personas con

No, no se podía. ¡Qué diferencia con la culta

congruencia en su ser y su estar, con la única ex-

Europa! No obstante, aquí digo yo que todo es

cepción de Joaquín de la Cantolla y Rico, el hom-

cuestión de enfoques. Tal vez era cierto que los

bre de los globos del mismo apelativo, quien pese

mexicanos no eran felices, como dijo Merolico,

a las burlas y las pedradas no dudaba en elevarse

pero de que muchos intentaban serlo por algún

por los cielos para tomar sus datos científicos, o

momento, sin duda. Ahí está el ejemplo de los car-

tan sólo para celebrar alguna festividad especial;

gadores que dejaban caer a las guapas cuando,

sujeto que tampoco dudaba en entrarle al alcohol

en una inundación, las llevaban de una calle a

sin miedos, temores ni pretextos.

otra. Ni qué decir de la esposa que pedía a Dios un favor muy especial:

¿Amor pasional en México? No existía sin trabas. ¿Sabios en México? Ni por equivocación.

Farsantes sí. ¿Políticos conscientes y legisladores

Señor, ya que te has servido

a favor del pueblo? Jamás. ¿Artistas de calidad?

dar un tifo a mi marido,

Nunca, por más que se exaltaran las argentinas

acaba mi cautiverio, Correo Mayor | Historiando | 17

voces de Rosa Palacios y de Ángela Peralta, esta última también empresaria de altos vuelos.

Nada valía, y por eso Merolico estaba seguro de que su presencia causaría revuelo y revolucionaría el entorno. O por lo menos les daría algún consuelo. El problema consistía en saber si el remedio resultaba peor que la enfermedad, como le pasó a aquella esposa amante y preocupada del bienestar de su marido: De parto Antonia se hallaba y era el trance tan cuitado, que su esposo, acongojado e inquieto se lamentaba.

Ella al verle así molesto por consolarlo le dijo: no te apures tanto, hijo, que no tienes culpa de esto. los de la fecundia parlanchina (hablas como MeroNos queda una certeza: diversión sí fue. An-

lico, pareces Merolico); con él, se definió un oficio

duvo por Puebla, y llamó la atención; ciudad de

(el del vendedor de menjurjes y elíxires maravi-

México, ni se diga; Estado de México, ¡vaya juga-

llosos); y él, obligó a las autoridades mexicanas y

dor!; Veracruz, puso en alerta a todos, en espe-

al poder legislativo para que definieran si el oficio

cial a sus colegas, quienes aquí sí lo metieron a

de sacamuelas necesitaba de regulación y de es-

la cárcel, aprovechando las aventuras femeniles a

tudios y prácticas profesionales, es decir, de per-

las que era afecto. Finalmente, a fines de noviem-

miso oficial. Lo que finalmente ocurrió.

bre de 1880 Merolico desapareció de la escena mexicana.

Cerremos con otro chiste de la época, sólo por gusto:

Estuvo en nuestra República quince meses, en los que provocó poemas satíricos, calaveras,

Un individuo no puede pagar al casero los

inocentadas, artículos de fondo, charlotadas, far-

muchos meses de alquiler que le debe.

sas, sainetes, juguetes cómicos, piezas musicales

--Para que vea usted si soy generoso y con-

y hasta periódicos. ¿Quieren enterarse de esto a

siderado –dice el casero-, echo al olvido la mi-

detalle? Los invito a leer el libro de sus Memorias

tad de la deuda.

(ya publicado), así como la crónica de sus ava-

--Yo no quiero ser menos que usted –replica el

tares, texto que estará en circulación en unos me-

deudor- y olvido la otra mitad.

ses más, si todo sale como lo pensamos.

Merolico nos dejó con muchos gustos. Con él, se popularizó la definición de los pico de oro,

Y aquí termino este evento. Muchas gracias por su atención.

Correo Mayor | Historiando | 18

Con Jesús Guzmán Urióstegui y Nabor

Liborio Villagómez Guzmán ¿Cómo hablar de un hombre como el que nos

comentaremos nosotros, pronombre en el que

ocupa, sin caer en la voz común? Sus críticos

cabemos Alberto Partida, Carlos Cervantes, Da-

dirán que era vanidoso, creído, que ni sabía tanto,

lia Hernández, Dalmacio Rodríguez, Luis Olivera,

que no pasaba de ser autodidacta, aparte de que

Guadalupe Landa, más mi persona, por referir a

estaba demasiado sujeto al cigarro. Reconocen,

varios de los que nos congregamos con él durante

no obstante, que nunca dejó de ayudarlos, y muy

años, a veces en el café, quizá en la comida, o

en el fondo saben que se aprovechaban de él.

a la salida del trabajo, de la investigación o de la

Sus amigos diremos en cambio que era gente

simple consulta.

de sapiencia, calma y generosidad extrema no

Algo semejante señalaba Linda Arnold, per-

sólo en lo académico, sino en lo cotidiano, en ese

sona con autoridad en el mundo de los archivos

ir y venir de la charla sobre política, archivos, li-

y en el tema de la Justicia, quien cuando estaba

bros, libros y más libros. “¡Huy, qué aburrido!”

en México no dejaba pasar la oportunidad de ir a

–comentó al respecto una de sus colegas de la Bi-

platicar y fumar con Liborio, degustando proyectos

blioteca Nacional–. “¡Qué entrañable y extrañable!,

y compartiendo información múltiple concerniente

Correo Mayor | Historiando | 20

a sus temas de interés. “Este hombre es de con-

Lustrador de zapatos (bolero), carnicero, ven-

fianza, siempre dispuesto al sacrificio”, aseguró

dedor de discos, cargador en La Merced, a esas

ella cierta vez, ahí en el jardín de la otrora casa

actividades se dedicó durante dos años y meses

de María Conesa, “la gatita blanca”, sede en su

nuestro personaje, hasta que alrededor de 1966

momento de la Academia Mexicana de la Lengua;

el ••• le abrió sus puertas gracias a la interme-

sitio éste donde “don Libo” se refugió tras su jubi-

diación de Sofía Reyes, al parecer secretaria del

lación en 2008, después de casi cuarenta años de

lugar y con el tiempo su cuñada. En propia ver-

servicio.

sión, lo mandaron a trabajar con la “Georgina”,

Bibliotecólogo, paleógrafo, bibliófilo, historiador, cuidador, conservador, eso y más era el

apelativo que le daban los de intendencia a la famosa jerga con que hacían la limpieza.1

señor Villagómez, avalado no en todos los casos

Sujeto curioso, Liborio no se dedicó sólo a

por un título académico o un curso especial, sino

la limpieza de los espacios que tenía asignados,

por años y años de conocimiento y de experien-

sino que también se puso a inquirir sobre los acer-

cia sobre los acervos en los que tejió su oficio y

vos sitos ahí, lo que llamó la atención de diver-

su quehacer: el Archivo General de la Nación y

sos investigadores. Uno de ellos, conocido y con

la Biblioteca Nacional, esta última no de la ••••,

amigos suficientes, lo recomendó en 1969 con el

pero sí resguardada por nuestra insigne y máxima

doctor Ernesto de la Torre Villar, encargado en ese

Casa de Estudios, vía el Instituto de Investigacio-

entonces de la Biblioteca Nacional en su calidad

nes Bibliográficas.

de titular del recién creado Instituto de Investiga-

Nació en Uriangato, Guanajuato, un día 2

ciones Bibliográficas. Había que fortalecer esta

de marzo de 1952, en el seno de la familia for-

nueva instancia académica con buenos emplea-

mada por don Vicente Villagómez y doña Carmen

dos, y aquel joven demostraba los méritos necesa-

Guzmán. Sin embargo no vivió mucho el ámbito

rios al respecto. Aceptó la invitación del maestro,

rural, pues para principios de la década de 1960

por supuesto, destinándosele igual una plaza en

ya estaba en contacto con la geografía de los pa-

el área de Intendencia, turno vespertino. Ambos

peles viejos, gracias a que su progenitor trabajaba

trabajos le quedaban a la mano, toda vez que el

en el Archivo referido. El abandono del terruño fue

Archivo y la Biblioteca Nacional ocupaban sendos

difícil, mas eran tiempos de ilusión laboral debido

edificios del Centro Histórico.

a ese fenómeno de crecimiento económico llamado “el milagro mexicano”, el cual nos duró de 1950 a 1970, no más.

Como la vida tiene sus misterios, a los doce años Liborio sufrió la pérdida de su padre, obligán-

1

Testimonio proporcionado por Liborio Villagómez a Car-

los Cervantes.

dolo a replantear sus perspectivas. La escuela ya no fue una opción inmediata, pues había que ayudar en la manutención del hogar, asunto obligado ya que era el segundo de siete hijos, de los cuales los tres primeros fueron varones, completando la suma cuatro mujeres.

Correo Mayor | Historiando | 21

En realidad ya no duró en el cargo de la trapeada por mucho tiempo. Sus afanes, sus es-

el siglo "#$, siempre sirve de mucho a quienes la frecuentan para leer.

fuerzos y sus pesquisas pronto lo recompensaron

Que Liborio centrara todas las inquietudes

una vez más, ahora al ascender a la categoría de

dichas en los principales acervos con que cuenta

bibliotecario, primero en la Biblioteca Nacional en

México: el Archivo General de la Nación y la Bi-

1972, y un año después en el •••. ¡Qué no vieron

blioteca Nacional, no tiene nada de extraordinario

sus ojos a partir de esos momentos! ¡Qué de a-

ni de curioso. Le quedaban a la mano, pues labo-

prender en forma, tamaño y contenido! Texto, tex-

raba en ellos. En estos repositorios encontraría un

tura, hilo y trama, el poder de la palabra impresa,

par, igual de generoso y afable con los usuarios

el inquietante deslizar de la mano en el manuscri-

y los interesados: Roberto Beristáin. Bromistas

to. Espacios y tiempos antiguos, conformaciones

como eran, y mal hablados entre ellos, aprendie-

y lapsos modernos, nada quedó fuera de su in-

ron de colecciones raras, de incunables, manus-

terés, lo que, a su vez, le permitió definir sus ma-

critos en náhuatl, de testimonios en latín, de

yores afinidades y gustos. Lo de ayer, sí; lo del

coros, fondo de origen, sermones, cantos y can-

mes pasado, sí; pero mejor lo de cuño de antaño,

tares, mapas, códices, archivos públicos o priva-

fuese manuscrito o impreso. Esto en una primera

dos, papeles y libros comunes, libros y papeles

valoración y en lo general, lo que le hacía placen-

especiales, los que registraban en su memoria

tera cualquier lectura, aunque en lo particular no

sagaz y en las consabidas fichas, ya que no sin

tardó en encaminar sus pasos hacia la historia del

motivo se adentraron también en los recovecos

libro, su porqué y su para qué, más el entorno en

de la definición, organización y clasificación de los

que se definía y se justificaba.

materiales referidos.

No fue un teórico del asunto, pero sí inquirió,

Cabe precisar no obstante que, en esta década

preguntó y entendió sobre el tema, con sus ante-

de 1970, no sólo los libros y los archivos le llena-

cedentes y sus consecuentes, lo que nos remite al

ron el ojo a Liborio. Igual lo hizo Gloria Bahena

origen y desarrollo de la imprenta, al análisis del

Albarrán, estudiante de Bibliotecología de la Fa-

propio papel y de la escritura, marcas de agua,

cultad de Filosofía y Letras (%••&), quien hacía

tintas, tipografía, autores, censores, editores y

sus pininos de consulta en el •••, ayudándole a

libreros, hasta llegar a la propia conformación y

un investigador. Después de la ineludible cotidia-

funcionamiento de las bibliotecas. No digo que

nidad de la charla sentimental, contrajeron nup-

fuera un especialista en todo esto, nada más afir-

cias el 17 de diciembre de 1977, matrimonio del

mo que le interesaba, y que algo sabía de ello. No

que resultaron dos hijos: Vicente David e Israel,

en vano, cuando en 1985 se publicó en México

profesionistas universitarios ya.

la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco,

1986 fue un año coyuntural en la vida de Li-

la gozó, la asimiló y la consideró tan semejante a

borio. Decidió ir a visitar a uno de sus hermanos,

sus emociones, que no dudó en convertirla en su

quien residía en Estados Unidos y que lo animaba

texto favorito. El libro y sus encantos; el pasado

para cambiar de fortuna. Con esa perspectiva, se

que nos mueve y nos conforma; la biblioteca que,

atrevió a solicitar las licencias laborales corres-

como señaló Francisco Cervantes de Salazar en

pondientes y se lanzó al país de los gringos. Se quedó un año por aquellos lares, desempeñando

Correo Mayor | Historiando | 22

funciones de atención a migrantes en la oficina

Ocurrió en ese tiempo mi primera visita a San

del Consulado Mexicano en Nogales, Arizona. Al

Agustín. Ahí los vi trabajar juntos, en el área de la

parecer no se cumplieron sus expectativas emo-

cúpula del antiguo templo colonial, alrededor de

cionales, que no económicas, y en 1987 prefirió

las seis y las siete de la tarde-noche. Eso en lo

regresar a la otrora ciudad de los palacios, para

que a mí corresponde, aunque ya sabía yo de sus

retomar sus afanes en tiempo y forma.

afanes en ese esfuerzo colectivo que devino en la

En esta segunda faceta entraría de lleno en el

Guía General del •••, publicada en 1990 y que

rubro de la investigación y de las funciones admi-

marcó su impronta pues se convirtió en el modelo

nistrativas, con gusto y con convicción, sabiendo

a seguir para Liborio, el cual soñaba con realizar

que sin importar condiciones ni reconocimientos,

algún día un texto parecido para la gran Biblio-

su labor tenía dos objetivos fundamentales: servir

teca, en su sección del Fondo Reservado, claro

a los usuarios y engrandecer sus dos centros de

está. Según palabras de Vicente Villagómez, otro

trabajo.

texto trascendente en la colaboración de su papá

Finalmente, después de fungir como delegado

con Beristáin, fue la antología documental titulada

sindical en 1988 y de ganar un año más tarde la

Sobre Rusos y Rusia, coordinada por Enrique A-

plaza de Jefe de Servicios al Público en la ••, en

rriola Woog y publicada por el Instituto Nacional

1990 recibió la invitación de Ignacio Osorio para

de Antropología y la Lotería Nacional en el año de

coordinar –junto con Beristáin-, el material del

1994.

Fondo reservado que había quedado en el local

Osorio no tuvo tiempo para consolidar sus

de San Agustín, mismo que se esperaba no tar-

planes en torno al Instituto de Investigaciones

daría en enviarse a las instalaciones ubicadas en

Bibliográficas; la muerte se lo quitó. En 1991 se

la zona cultural de Ciudad Universitaria, donde se

designó como nuevo titular al doctor José Guada-

le reuniría con sus semejantes en un edificio ex

lupe Moreno de Alba, quien no aceptó la renuncia

profeso que se proyectaba al respecto.

que le presentó Liborio Villagómez Guzmán, rati-

En opinión de la maestra Andrea Sánchez

ficándolo en las funciones que tenía asignadas,

Quintanar, el sabio Ignacio Osorio era un hombre

mismas que se cumplimentaron en 1993, una vez

que parecía haberse preparado desde siempre

que se concluyó y entregó el nuevo repositorio

con el propósito de ser el titular de la ••, hasta que

en diciembre de 1992. Este trabajo, realizado a

lo logró, para beneplácito de sus amigos. Sencillo

conciencia, implicó muchos cambios, entre ellos

de trato y con la cortesía a flor de piel, este profe-

el del ajuste laboral del “chavo” Beristáin, que optó

sor de la Facultad de Filosofía y Letras tenía la

por el •••, nada más. Liborio ya había roto lanzas

virtud de saber escuchar y elegir. En efecto, llegó,

tres años antes, en 1990, sólo que a favor de la

preguntó y decidió. ¿Eran capaces Liborio y Beris-

!••". Supongo que, en ambos casos, la decisión

táin de tamaña responsabilidad? Me cuenta María

no tuvo que ver únicamente con la cuestión de los

Rosa Ávila que fue el grato de Roberto Moreno de

traslados entre uno y otro lugar –los acervos cam-

los Arcos quien lo impulsó para que les diera la

biaron de sede, nada cercanas, por cierto-, sino

tarea señalada, seguro de que no quedarían mal

también con las responsabilidades y gustos que

en lo absoluto. Sabía lo que hacían, aparte de que

los dos asumieron en el trajín diario.

los estimaba.

Correo Mayor | Historiando | 23

Al concluir el traslado de los materiales, Liborio

en ciertos casos colaboró con determinado artícu-

dejó la coordinación referida para entrar al Depar-

lo individual o en coautoría. Citemos los de mayor

tamento de Difusión Cultural, a cuyo frente estaba

resonancia, por rubro y por secuencia cronológi-

la “resuelta, terrible y aventada” Margarita Bosque

ca, para “goce” de los incrédulos y confirmación

Lastra, quien no paraba en mientes cuando se tra-

de los conocedores.

taba de conseguir objetos para las exhibiciones que proyectaba, como un cuadro referente a Sor

1.- Investigación iconográfica, bibliográfica,

Juana Inés de la Cruz que engalanaba las pare-

o ambas: Memoria de México y el mundo. El

des interiores de Rectoría.

Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional,

De los trabajos que llevaron a cabo, desta-

!"#$, 2001; Casa de la primera imprenta

can los títulos y las exhibiciones siguientes, de

de América, !#$/Casa de la Imprenta/Se-

las que se cuenta con el catálogo concerniente:

cretaría de Cultura del Gobierno del Distrito

50 aniversario de la Hemeroteca Nacional. Ex-

Federal, 2004; La Biblioteca Nacional. Triun-

posición de caricatura. Humor y política 1821-

fo de la República, !"#$. 2006.

1994 (!"#$, 1994); Kalendario mexicano, latino

2.- Autoría y coautoría: junto con Rosa María

y castellano (!"#$, 1995); Logros del cardenismo

Fernández de Zamora, “Los impresos mexi-

(!"#$, 1996). Cabe decir que durante su estan-

canos del siglo XVI en la Biblioteca Nacional”,

cia en Difusión, consolidó lazos de amistad con

en Nueva Gaceta Bibliográfica, !"#$-&&', ju-

el ingeniero Ricardo Jiménez, colaborador asiduo

lio-diciembre de 2003; artículo individual, “El

de dicha área, aunque pertenecía a otra trinchera

Fondo de Origen”, en La Biblioteca Nacional.

laboral. Con la maestra Bosque ni se diga, pues la

Triunfo de la República, !"#$, 2006; junto

respetaba y la quería.

con Ascensión Hernández de León-Portilla,

Los vientos de 1996 le trajeron un nuevo reco-

“Estudio codicológico del manuscrito”, en

nocimiento. En su segundo periodo de gestión al

Cantares

frente de Bibliográficas, el doctor Moreno de Alba

Teixidor, 2011.

lo designó Jefe del Fondo Reservado, cargo que

3.- Diplomado sobre el libro antiguo y las

también le ratificaría en dos ocasiones el director

bibliotecas, celebrado del 17 de agosto de

próximo inmediato, Vicente Quirarte. Contrario a

2001 al 23 de febrero de 2002, con los auspi-

los deseos de algunos, Liborio no deslució en su

cios de la Universidad de Granada, España,

labor, antes la intensificó con la organización de

y la Benemérita Universidad Autónoma de

visitas guiadas, con la búsqueda metódica de “li-

Puebla, México. Con la calificación de so-

bros extraviados”, con su participación en semi-

bresaliente, el 27 de noviembre de 2002 la

narios, congresos, encuentros y diplomados, así

Universidad de Granada le otorgó el título

como con su apoyo en la confección de varios li-

de Experto Universitario en Gestión del Li-

bros de edición especial, para los cuales hizo la

bro Antiguo en las Bibliotecas: conservación,

investigación ya iconográfica, ya bibliográfica, e

protección y difusión.

incluso ambas; sin dejar de lado el hecho de que

Correo Mayor | Historiando | 24

mexicanos,

!"#$/Fideicomiso

En suma, su labor no resultó “moco de pavo”,

Conviene precisar que con todo y el gusto por

como se decía en el siglo •••, y eso que no hemos

la circulación de esta obra en el sello del Consejo

hecho hincapié en los múltiples empeños que

Nacional para la Cultura y las Artes (2012), no dejó

ponía en los temas de cualquiera de los intere-

de manifestar su enojo por el garrafal descuido en

sados que se acercaran a él, a los que nunca de-

que incurrieron los encargados de la edición, pues

jaba “en el aire” y sí les facilitaba su proceso de

en la cuarta de forros pusieron mal la fecha de

investigación. No en balde contó con el aprecio

muerte del conde, 1823 en lugar de 1812. Corrigió

de Miguel León-Portilla, Gloria Villegas, Roberto

a mano y con tinta negra este error, eso al menos

Moreno de los Arcos, Bárbara Cifuentes, Stella Ci-

en el ejemplar que me obsequió.

cero, Isabel Granuén, por referir una lista mínima.

Así era Liborio. Extrovertido y parlanchín si

Parafraseando una canción famosa, Liborio

de libros se trataba; discreto y huidizo cuando de

tampoco se sabía monedita de oro, y por ello, des-

méritos personales se hablaba. Eso le da mayor

de diciembre de 2007, anunció que se retiraba de

crédito aún a la distinción que le otorgó Fomento

la insigne ••. No lo dijo de manera abierta, pero

Cultural Banamex igual en ese pródigo 2012: el

entiendo que prefirió irse a otros lares, antes que

premio Atanasio G. Saravia de Historia Regional

sufrir un desaire por no encajar en planes. Así, se

Mexicana, en la categoría especial de Salvaguar-

jubiló de la ••!" y aceptó la invitación de Vicente

da y Organización de Archivos.

Quirarte y de José Guadalupe Moreno de Alba,

¿Cómo hablar de una persona como el ama-

para encargarse de la Biblioteca de la Academia

ble colega Villagómez Guzmán, sin caer en la voz

Mexicana de la Lengua, en la que inició su desem-

común? No se puede, quizá porque aquí está la

peño en marzo de 2008. Le dijeron que con tres o

palabra más tajante, de tan simple que es. Liborio

cuatro horas de trabajo, durante dos o tres días a

falleció el 1 de julio de 2014, a las siete de la ma-

la semana, sería suficiente, pero nunca hizo caso.

ñana, víctima de un aneurisma abdominal. Que su

No podía ser de otra manera. Cada quien

recuerdo nos acompañe siempre.

tiene sus métodos y sus costumbres, y él era de presencia diaria y de jornada extensa. No es extraño por lo mismo que en poco tiempo orga-

Jesús Guzmán Urióstegui

nizara e incrementara el acervo en forma sustan-

En el lugar de los coyotes, en la nublada tarde del

cial, prestando también un apoyo invaluable a los

11 de agosto de 2017.

miembros y al personal administrativo de dicha instancia académica; aparte de que se dio tiempo para emocionarse con la preparación meticulosa del prólogo, estudio y trascripción de los documentos que conformarían su primer libro en pleno sentido: Diego Rul. Aventuras y desventuras de un noble realista, donde nos ofrece una selección de la correspondencia de este militar y comerciante español, referente a sus andanzas por la zona centro de la Nueva España.

Correo Mayor | Historiando | 25

La Viga

Correo Mayor | Historiando | 26

Un hondureño muy mexicano Ludmilla Valadez Valderrábano

III de III [Apuntes que realizó Rafael Heliodoro Valle sobre

México que ya se va. Trátase en el primer caso del

la ciudad de México. Año de 1939.]

nefasto Mr. Joel R. Poinsett, el primer representante diplomático de los Estados Unidos en Méxi-

El hechizo del Canal de la Viga

co, y en segundo de un buen fotógrafo de su época, el siempre leído don Antonio García Cubas.

Casi todos los viajeros descriptores de México se

Poinsett publicó en 1824, con el seudónimo de

detienen a contarnos lo que les llamó la atención

“An American Citizen” un libro en que compiló sus

en la vida del pueblo. Es una literatura tan exten-

notas diarias del primer viaje que hizo a este país

sa, que basta revisar su bibliografía para que se

en el otoño de 1822, cuando tuvo ocasión de en-

llegue a comprender no sólo su número, sino tam-

trevistar a don Agustín de Iturbide. Esas notas iba

bién su encanto retenedor. Desde el relato del via-

escribiéndolas en cartas a un amigo y más tarde

je del padre Ponce hasta los que nos han dejado

creyó conveniente publicarlas en forma, como si

el ruso Constantino Balmont y el norteamericano

ya previera la importancia que él tendría en una

Beals, los libros de andanzas por estas tierras for-

historia de tantas desventuras. Y como en estos

man un anaquel bien nutrido de la Biblioteca Mexi-

días se ha recordado la labor maléfica del grande

cana.

y buen amigo de don Vicente Guerrero, no sólo en Y lo notorio del caso es que la gran mayo-

México sino en Chile, me parece que será bien-

ría de esas obras son conocidas fuera del círculo

venida la parte que al Canal de la Viga le toca en

de los estudiosos, por la circunstancia de que se

el libro curioso:

hallan escritas en diferentes idiomas al nuestro; los ejemplares son en extremo raros y la tarea de

Por la tarde (7 de noviembre de 1822, dice

una traducción anotada y elegante sería ímproba.

el diario) fuimos al paseo de las Vigas (sic),

La Sociedad de Bibliófilos Mexicanos se ha dado

una calzada toda sembrada de árboles, pero

cuenta del problema y por eso no debemos es-

poco frecuentada; corre un canal a lo largo

catimarle nuestros parabienes –a más de nuestra

de dicho paseo, que va hacia los lagos de

pecunia para que siga enriqueciéndonos nuestra

Xochimilco y de Chalco, el cual encontramos

curiosidad-.

lleno de botes planos (trajineras debió haber

Se me ocurre todo esto ahora que procuro

dicho) y de canoas que regresaban del mer-

de la Viga y

cado. Entramos en una de éstas y dos indios

su famoso Viernes de Dolores. No trato de dar

nos llevaron rápidamente junto a las már-

una somera antología, porque no ha sido tal mi

genes de las praderas bajas que rodean al

propósito sino presentar dos aspectos con la dife-

canal. De pronto estábamos en la aldea de

rencia que señalan las fechas 1822 y 1904, para

Santa Anita, que consiste en unas cuantas

que se vea cómo vieron dos observadores del

chozas de techos de paja, una iglesia y una

estilizar informes sobre el Canal

Correo Mayor | Historiando | 27

pulquería. Allí dejamos de ver las chinampas,

hilera de botes que se movían con toda rapi-

que son unos jardines de tierra aluvial, que

dez en ambas direcciones. Era un espec-

cultivan los indios para abastecer el merca-

táculo alegre y placentero.

do. La tierra está dividida en paralelogramos, rodeándola zanjas angostas. Cada paralelo-

“Paseo de la Viga” se llama la colorida página

gramo tiene de cuatro a quinientos pies de

de El libro de mis recuerdos, de García Cubas.

largo y de veinte a treinta de ancho y se al-

Es éste uno de los libros clásicos mexicanos; vale

zan unos cuatro sobre la superficie del agua.

decir, de indispensable consulta para quienes tra-

La tierra que sacan de las zanjas sirve para

bajan en labores de retrospectiva histórica. Sin

hacer el jardín y para abonarlo. Vimos que

tener la agilidad y la travesura de la prosa de “Fi-

los trabajadores estaban limpiando las zan-

del”, ni la imaginación de Cuéllar de la Linterna

jas y desparramando las malas yerbas sobre

Mágica, sabe García Cubas entretener a sus

los camellones. Otros podaban la tierra. Pa-

lectores y logra llevarlos de la mano por parajes

ra ello se valen de una ancha hoz, que pesa

recónditos como un amable cicerone:

cuatro veces más que las nuestras y que tiene un mango más o menos de dos pies y

Hallábase –escribe-, la calzada del Paseo

medio de largo. En esas chinampas cultivan

de la Viga compartida en tres como Bucareli,

frijol y chícharos, chile, coliflores, alcacho-

por hileras de sauces que por su follaje y di-

fas y una gran variedad de legumbres y de

mensiones no desdecían de su calidad de

flores. El suelo es tierra con mucho mantillo,

árboles, pero como en todo eran contrarios

parecida a la de nuestros campos de arroza-

ambos lugares, en el primero existía abun-

les, y como es fácil regar las angostas parce-

dancia de agua y ninguna fuente, y en el se-

las, de allí sus rendimientos sean de abun-

gundo varias fuentes sin agua. Por la parte

dancia. Una gran parte de la tierra baja que

occidental del expresado Paseo de la Viga

está entre el lago de Texcoco y el de Chalco,

extendíanse verdes campiñas interrumpidas

pertenece a estos jardines y se halla culti-

por las arboledas de las calzadas de Santo

vada por los indios.

Abad, Niño Perdido y la Piedad, y remataban al pie de las lomas de Tacubaya. En primer término y a orillas del mismo paseo se veían

En su relato Mr. Poinsett añade:

pequeñas granjas en que se apacentaba alTemprano de la mañana salimos a andar

gún ganado, y perdidas en la espesura de

rumbo a las márgenes del Canal de la Viga,

los bosquecillos, casas de campo a las que

contemplando los botes y las canoas, carga-

acudía la gente para saborear el atole de

das de legumbres y decoradas con flores,

leche y los buenos tamales cernidos que en

las cuales iban a todo escape, procurando

ellas se expendían, a la vez que entre los

los indios ser cada uno el primero en llegar

árboles se observaba el constante vaivén de

al mercado. Nos detuvimos en un puenteci-

los columpios, las rápidas vueltas del vola-

llo que atraviesa el canal y vimos una larga

dor y el pausado movimiento del sube y baja,

Correo Mayor | Historiando | 28

juegos todos que no cesaban un momento

de vidrio; y hubo también un sitio para las comidi-

de estar en acción.

llas mexicanas regionales, con sus ollas rojas, las aguas de chía, las ánforas de barro con “trigales”

Ya muchas de estas cosas no están. Pero seguimos yendo el Viernes de Dolores a engolosinar-

en botón y las banderitas de papel áureo, a usanza de otros días.

nos con las comidillas –esas gloriosas trincheras

La mínima feria fue inaugurada el Viernes de

de la tradición-, y a comprar canciones por cinco

Dolores, que es cuando en el Canal de la Viga hay

centavos, mientras El–Hombre-Que-Come-Fuego

música de bandolones, se baila el jarabe tapatío y

nos invita a entrar en la carpa. El verso de Salva-

los paseantes canoeros se coronan de amapolitas

dor Escudero está bien: no escuche quien no sepa

moradas. La orquesta de los “mariachi” de Cocula

de estas cosas.

y las canciones de Conchita Michel, invitaron a los paseantes para que siquiera se acercaran a ver.

En este mapa de la producción manual y

Feria del México Antañón

artística del “mero” México, aprendimos alguYa no se ven los puestos de Semana Santa que

nas lecciones de geografía, tanto como en “Las

Guillermo Prieto en sus páginas de oro volador y

Artes Populares” del Doctor Atl o en las “Semanas

García Cubas en su breviario de añoranzas, nos

Alegres” de Micrós. Se ha querido que los indios

dicen cómo fueron. Para esta vez la feria popu-

que vienen desde sus pueblos a vender cosas

lar tiene el colorido de aquellos días que están

que hilan o labran, vean cómo es fácil decorar el

presos, como flores marchitas, en los libros donde

mostrador al estilo de sus abuelos. Pues tienen el

las antiguas estampas –las de Decaen-, hacen re-

admirable don de imitar –los misioneros cronistas

vivir los tipos y costumbres de otrora, y al conjuro

del siglo #$% lo advirtieron bien-, y esas sugestio-

de los adoradores del folklore y del pasado mu-

nes les servirán para arreglar el escenario de sus

chas cosas de ayer surgen con pátina de olvido.

ventas.

El prodigio se hizo una vez por obra y gracia

Y como los hermanos de cierta cofradía

de la Secretaría de Educación Pública que reunió

que hacen su desayuno y pintan los telones de

varios artistas que entienden al México tradicio-

sus teatros nocturnos, harán los indios que en

nal, para que en la Rinconada de San Diego le-

la Semana Santa las ferias iluminen el aire con

vantaran seis “puestos” en que cada región de la

la magia de la novedad. El buen gusto es inna-

economía artística mexicana tuviera su sitio: la

to –dijo Henríquez Ureña-; pero hay que librarlo

del sarape y la cerámica, la de los juguetes y las

de la intromisión de quienes no lo tienen. Carlos

lacas. Del pintor Carlos González fueron los boce-

González ha recorrido las mejores comarcas de

tos de cada decoración. Michoacán envió baúles

México en que la tradición está íntegra y en esos

que son joya de la mueblería vernácula; Oaxaca

apuntes que ha preparado con el propósito de que

los sarapes en que el león es el símbolo de la mi-

sirvan de modelo para decorar los “puestos”, es-

tología heráldica; Guadalajara con sus palmas y

tán vibrantes de sencillez, el color y la greca que

las torres de su catedral mandó las finuras de sus

prestigian el arcón y la batea, el deshilado y la jí-

ceramistas; Texcoco sus botellones y sus vasos

cara. Ha de sosegarse el estrépito de la “Noche

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Mexicana” de Best Maugard, en que el cohete y la

bullanguería de fruteros y canoeros, y ya la tarde

guitarra invitan a detenerse. Los azulejos tendrán

se iba marchitando al par de las amapolas …

un brillo en calma y los charros que Luis Hidalgo

Los viajeros han escrito libros sobre México y

hace revivir en cera recordarán que descienden

consagran páginas de una indudable hermosura

del que está en la litografía a colores del libro de

al católico y profano festival. Charles J. Latrobe,

viajes de Lafond.

por ejemplo, en The Rambler in Mexico publicado

Solamente los patos, porque son orgullosos,

en 1834, decía:

mantendrán una estatura igual a la de las casas de tres pisos, en el magnífico laqueado del baúl

La superficie de los canales de Chalco a

de Olinalá.

Ixtacalco, que entran a la ciudad desde el Paseo de las Vigas, estaba diariamente po-

Viernes de Dolores en la Viga

blado de canoas, cargadas con las flores más bellas que producen las chinampas o

En estos días devotos de la primavera cuaresmal,

jardines flotantes indios, a la margen de los

el paseo de la Viga dice su sermón desde el púl-

lagos. El gran mercado central se llenaba de

pito enflorado de la leyenda. Allí renunció Mocte-

palmas, y todos los altares y templos de la

zuma un año antes de la llegada de Cortés la flor

ciudad, estaban perfumados con la dulce fra-

innata de su nobleza, para celebrar las fiestas del

gancia de los ramilletes que los adornaban.

fuego sagrado, allí paseó, latiéndole el corazón

Los puestos de fruta, bajo los portales, y en

de alegría desenfrenada el rey Cuitláhuac, poco

las plazas, y las innumerables “pulquerías”

después de la noche triste, festejando una regata

hallábanse decoradas de idéntico modo. El

de canoas empavesadas la hazaña de los caba-

amor que a las flores tienen los indios era

lleros-tigres, y desde doña Marina la morena hasta

en este día tan grande como el que por ellas

doña Catalina la Mal-querida, hasta la Emperatriz

sintieron antes de la conquista.

Carlota pasearon por ese pasaje de ensueño y de jolgorio su júbilo en esplendidez. Paseo de la Viga,

El autor de Promenado de Amerique, a media-

para el virrey Gálvez y los bailadores coronados

dos del siglo pasado, describía la fiesta con estos

de apios y rosas, al son del arpa y el bandolón …

colores:

Santa Anita de las meriendas de pato y de tamales en casa de la “Tía Martina” cuando su Alteza

He presenciado uno de los espectáculos de

Serenísima echaba monedas de oro a la chusma.

la antigua vida azteca. Después de haber

Ixtacalco del Viernes de Dolores y los trajes es-

recorrido una gran calzada, aunque desierta,

trepitosos, mientras el jarabe y el palomo hacían la

llegué al final del paseo “Las Vigas”. Allí vi de

felicidad … El niño subía y bajaba, tal como en el

improviso y sobre el canal que une a dicho

libro de Mantilla, se bebía agua de limón, se can-

pueblo con el lago de Chalco, barcas llenas

taba el “artillero” –que ya no sabemos cómo es-,

de indios que en su mayoría lucían flores

y desde el miércoles de Ceniza hasta el jueves

rojas entre el negror de sus caballos, sobre

de la Ascensión, se iba en carruaje, o a pie, o en caballo brioso, a ver aplaudir el fandango, entre la Correo Mayor | Historiando | 30

todo el clavel mexicano que antes emplea-

melancolía. A lo lejos se veían las cimas

ban para adornar los sepulcros. En las ca-

nevadas del Ixtacíhuatl y el Popocatépetl.

noas se bailaba y tocaba el arpa. Y así es to-

Más tarde entré en un canal estrecho, a las

dos los domingos. Ése es quizás un recuerdo

“chinampas” que son parcelas de tierra sem-

de la antigua festividad nacional cuyo origen

bradas de amapolas y encuadradas por altos

se ha olvidado. El canal en que se halla

sauces mexicanos que se parecen mucho

este paseo tradicional, bordea una calzada

a nuestro álamo piramidal. Se encuentran

de árboles en donde, a las mismas horas,

aquí, delante de las tiendas, ciertas caras

se reúne la gente aristocrática. La muche-

con ojos negros que están llenos de una de-

dumbre civilizada tiene también su fisonomía

mencia hipnótica. Estas miradas se vuelven

algo salvaje al lado de las calesas elegantes

hacia el pasado, hacia la leyenda. El crepús-

o de los coches que manejan los burgueses

culo descendía rápidamente. Una melancolía

de México, galopan jinetes con apariencia

aérea se apoderaba del alma, tan bella como

y traje de bandidos, pero hay su contraste

las luces aéreas de la puesta de sol.

entre el Longohamps mexicano y el canal cubierto de barcos en que va la vieja gente

En otro tiempo la fiesta de las flores se cele-

del país con sus trajes, sus danzas al son del

braba en el Puente de la Leña, hoy calle de la

arpa y las canciones. Se dice que en estos

Corregidora. Hasta allí entraban las canoas, a lo

cantos deploran todavía la caída del impe-

largo de la famosa Acequia. Y el 25 de marzo de

rio de Moctezuma. Las mujeres llevan ropas

1874 se dispuso que el tradicional festejo fuera

menos subidas sobre el manto azul que las

desde ese año en la Viga. Tiempos aquellos –dice

envuelve, de modo que al menor movimiento

la abuela suspirando-, cuando no era pretensión

se les nota gran parte del cuerpo bruno.

decirlo, pero del Viernes de Dolores al Domingo de Pascua sólo en flores se gastaban como

Y si así se expresaba Ampere en 1852, véa-

quince mil pesos. Aún se oye la voz que llama a

se ahora cómo en 1905, el ruso Constantino Bel-

los transeúntes botaratos: “Pastelitos calientes”.

mont, que ha llamado la atención por su libro Vi-

Y bailando, comiendo, remando, se pasaba así lo

sione Solaires, en que habla de México, vierte sus

triste que pudieran tener los días grandes.

palpitantes emociones: La fiesta del Corpus Repito que los alrededores de la ciudad son el verdadero México. He ido a la Viga e Ixta-

De las fiestas tradicionales mexicanas, pocas han

calco, he bogado en canoa sobre los cana-

sido tan espléndidas como la de Corpus. Había

les, entre los indios que celebran el carnaval,

procesión en las calles de Tacuba y la Avenida

era tan extraño ver muchachas aztecas coro-

Madero; se llevaban a la escenas comedias que

nadas de amapolas, charlando con hombres

eran la comidilla del buen gusto popular, y se

morenos que hacían andar la barca plana

ponían danzas en las que tomaban parte gigantes

con ayuda de un largo remo y cuya mirada

vestidos de raso de China, con flores y cifras de

estaba llena de una íntima, de una secular

oro y plata, a más músicas y pólvora, adornos en

Correo Mayor | Historiando | 31

los balcones, capas pluviales que todavía, como

dos faroles de plata blanca en mil quinientos pe-

en la fiesta de la Catedral de Puebla, sacan a relu-

sos. Y el señor Guijo se hace lenguas hablando

cir el brillo maravilloso del siglo "#$.

de la multa de 12.000 ducados que se impuso al

Y los cronistas cuentan que en la procesión

virrey Mancera por haber obligado a la procesión

sobresalían por lo pintoresco de sus grupos las

a que pasara frente al Real Palacio. Por esos días

clases obreras, como que en el séquito de se-

sor Juana había protestado por el poco respeto de

ñores empingorotados, de munícipes devotos, de

representar comedias frente al Santísimo.

virrey y oidores, de monjas y de caballeros, iban

Andando el tiempo el virrey Revillagigedo dis-

los sastres, los plateros, los carpinteros, los hor-

puso que en el caso de los carruajes que pasaran

telanos, los caldereros y los barberos.

por las calles donde iba la procesión, se castigaría

Remontándose a los orígenes de la festividad,

con multa de diez pesos al dueño y con cincuenta

se encuentran en las Actas del Cabildo Municipal

al cochero. La Audiencia y el Ayuntamiento pelea-

de esta ciudad muchos datos que se presentan

ban por llevar las varas del palio y a la postre el

para cincelar recuerdos. Fue en 1526 la primera

segundo ganó el litigio, y se mandaron ponerle

procesión y tres años después ya había disputas

doce varas para que todos los regidores tuvieran

de los gremios por el sitio más próximo al Santo

ese privilegio.

Sacramento que se llevaba a la sombra de un

Se perdió aquella encantadora costumbre

palio. Los hombres deberían portar velas encen-

colonial de usar quitasoles de cartón que libraban

didas, so pena de castigo, y aquellos que se que-

de la inclemencia del sol, pero quedan en la plaza

daran en las ventanas para curiosear a su antojo,

y en el atrio de la catedral los vendedores de muli-

eran consignados a los alguaciles para que ape-

tas cargadas de corolas. Las crónicas no dejan de

chugaran por tamaña descortesía.

noticiar que en tiempos de su Alteza Serenísima,

Se bailaba el baile de la tarasca, y el de los

aquel gran jugador de gallos y bribonazo número

gigantes, se ponían en escena algunas comedias.

uno, enviaba a la procesión de ocho a doce mil

Y en 1599 a los gitanos que tomaban parte en las

hombres de gala.

farsas les eran pagados cuarenta pesos, a los ne-

Un templo hermoso queda como trofeo de la

gros que llevaban los gigantes, veintinueve y a los

magna devoción eucarística; el de Corpus Christi,

villanos treinta. Y al autor de las comedias nuevas,

frente a la Alameda Central, que hasta el 13 de

que se estrenaron en la fiesta, en la octava y para

febrero de 1868 fue la casa de las Religiosas Des-

el Día de San Hipólito –patrón de la ciudad-, fue

calzas de San Francisco, bajo la primera regla de

una vez el bachiller Arias de Villalobos, quien en

Santa Clara, y que fundó el Marqués de Ayamonte

1529 exigió la suma de mil pesos machacantes,

y Alenquer. Y aún se evoca el nombre del arqui-

que por más rebaja que se le pidió fue imposible

tecto don Pedro Arrieta, quien por cuarenta mil pe-

lograrlo.

sos hizo la fábrica.

A la fiesta de la octava de 1653 se dignó acudir

En el convento vivieron monjas tan distin-

la Virgen de los Remedios. En 1729 se compró

guidas, indias cacicas, como lo fue una nieta de

estufa, carroza de gala para llevar al Santísimo,

Moctezuma. Más tarde fue preciso reconstruir el

en la suma de dos mil quinientos pesos; y en 1730

templo y la casa con cien mil pesos, y ponerle un jardín que fue bien cultivado, y como el tráfico de

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Garita de la Viga.

coches y carros era abrumador se hizo necesario

Pero la Leyenda toma también su rica par-

cambiar las cañerías de barro, que se rompían con

te. Aún se ve en la cornisa de la casa que fue la

frecuencia, y tomar el agua de la alcantarilla de la

número 4 de la calle de Chavarría (hoy la 6ª de

fuente próxima –aquella fuente que un día estuvo

Donceles), una mano de piedra sosteniendo en lo

por ver si escapaba para seguir siendo adorno de

alto una custodia. Relata el cronista que la noche

la ciudad-, hasta que en tiempos del presidente

del 11 de diciembre de 1676, celebrándose en la

Lerdo se presentó lo que Marroquí llama “el vér-

iglesia de San Agustín la aparición de la Virgen

tigo de la novedad contra las fuentes”.

de Guadalupe, el templo se envolvió en llamas.

Las monjas llegaron a ser 175 y vivieron allí

Entre el gentío se hallaba el arzobispo fray Payo

137 años, hasta que en una noche tremenda, al

Enríquez de Rivera. Y de pronto un hombre de

toque de maitines, se presentaron los agentes del

50 años, jugándose la vida, el señor capitán don

gobierno a exclaustrarlas, obligándolas a trasla-

Juan de Chavarría, hombre rico y piadoso, se fue

darse al convento de Capuchinas de la Villa de

brevemente hasta el altar mayor y salvó del incen-

Guadalupe. Poco tiempo después el presidente

dio a la custodia expuesta, en medio del pánico

Juárez instaló en Corpus Christi una escuela de

general. Por eso en la casa del héroe fue puesto

sordo-mudos, que dirigió el ingeniero don Ramón

el trofeo votivo, que aún se yergue para atestiguar

I. Alcaraz.

la hazaña.

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Un México reinterpretado Dzununi Sac Nictée Guzmán May

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Santiago Arau

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Santiago Arau: cronista visual Nabor

Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás.

Robert Frank

Santiago Arau es un cronista visual de la Ciudad

En entrevista realizada en su estudio, ubicado

de México en tercera dimensión, a todo color y en

en el Centro Histórico en un edificio de fines del

tiempo real. Cada día está pendiente de lo que su-

siglo "#", nos habló de las posibilidades de la foto-

cede en esta ciudad inabarcable -como él la des-

grafía, haciendo énfasis en su labor y en su mun-

cribe-, pero con su drone logra cubrir la mayor dis-

do. Sin duda, el lado humano y creativo de Arau

tancia y los mejores ángulos posibles. Se le puede

está muy ligado a la sensibilidad, para “convertir

encontrar en eventos masivos de toda índole, y

en algo mágico las situaciones cotidianas”.

en cualquier punto de este mar de concreto. El año pasado participó en la Bienal de Arquitectura

El año pasado, varias de tus fotografías gene-

de Venecia; luego se estrenó su documental 19

raron polémica al evidenciar la desigualdad

de septiembre, mismo que dirigió junto con Diego

entre Los Pinos (ahora convertido en un es-

Rabasa; aparte de que diversas fotografías suyas

pacio de cultura) y la zona de barrancas, sita

aparecieron en varios medios. En suma, es un

ésta a escasos kilómetros. ¿Cómo defines tu

fotógrafo joven con una carrera en ascenso, cuyo

trabajo, cuáles son las ventajas y las desven-

trabajo no ceja de hacerse cada vez más visible.

tajas de hacer fotografía aérea?

Cabe referir que sus fotografías no pasan desapercibidas, sea porque cautivan por su belleza

Me defino como un observador, como un testigo.

y su fuerza, o porque generan polémica. Esta va-

Un fotógrafo que está intentando descubrir de

riedad de opiniones e interpretaciones es lo que

manera personal muchas cosas. Una persona in-

enriquece su labor. Los temas que le fascinan son

quieta, hiperactiva, curiosa, alegre, que le gusta

múltiples: la naturaleza (el mar, los volcanes, el

disfrutar las circunstancias. Alguien que por medio

bosque, los ríos, el desierto); el ámbito urbano

de su trabajo logre redescubrir muchas situacio-

(calles, personajes, edificios, fronteras); y hasta

nes y muchos lugares. Desde el Centro Históri-

elementos celestes, como la luna. Todos los temas

co he aprendido a ver, a darme un panorama de

son relevantes y se complementan, intentando es-

lo que es la Ciudad de México desde arriba, de

tablecer el lado interesante de cada situación, de

poder reinterpretar la ciudad a su manera, de en-

cada objeto.

tender por qué se aprende a amar esta ciudad y a la vez odiarla, a partes iguales.

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Vivir en varias partes me llevó a redescubrir

más de las razones por la que los chilangos la

la ciudad, explorando lugares que desde niño me

amamos y la odiamos al mismo tiempo. De hecho,

llamaron la atención, por ejemplo la imposición de

recientemente participé en una exposición que tra-

los volcanes y de las montañas que tenemos al-

taba sobre eso, el odio y el amor que se le tiene a

rededor de la ciudad: el Cerro del Chiquihuite, la

una cosa. Supongo que eso es lo que nos agarra

Sierra de Guadalupe, la Sierra de Santa Catarina,

y nos empuja a seguir aquí, con dos sentimientos

el Teutli, el Ajusco, el Iztacíhuatl, el Popocatépetl.

opuestos. Y sí, la ciudad sigue en movimiento, y

En suma, todo lo que me gustaba desde niño ad-

creciendo; no sé si como nos gustaría, pero sigue

quiere ahora otro valor, y lo estoy entendiendo.

creciendo.

Así, estas montañas tienen una razón de ser, y las

Sobre esta base estoy haciendo mi trabajo.

Me encuentro en un momento de mi carrera en el

estoy explorando.

Por su parte, Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac,

cual estoy descubriendo de una manera personal

Xochimilco, Polanco, San Ángel, Nezahualcóyotl,

la ciudad, hecho que estoy compartiendo con los

Ecatepec, Atizapán, nos enseñan que todas las

demás, enseñando por ende lo que estoy viendo

cosas grandes que uno no entiende, pueden abru-

y cómo lo estoy viendo. Mis técnicas, entonces,

marnos, hasta el momento en que uno les empie-

parten justo de las premisas siguientes: qué voy

za a poner orden. Con ello, el caos es más fácil de

a contar, para qué lo quiero contar, y en qué mo-

comprender.

mento del día lo quiero hacer.

La Ciudad de México es un abanico de posibilidades, es un abanico de contar diversas

¿Cómo y en qué momento comenzaste a regis-

cosas que incluyen tanto la gente que la habita,

trar la ciudad desde arriba, a vista de pájaro?

como la geografía que la configura. Es un espacio muy particular, con una historia amplísima en to-

Antes de los drones, me gustaba subir a la Torre

dos sentidos: geológico, social, político, etcétera.

Latino y tomar fotografías; también al World Trade

Todos estos elementos se conjugan y dan como

Center. Siempre me han gustado los edificios al-

resultado el hecho de llamarnos chilangos. Es

tos, estar arriba y observar lo que pasa. En los a-

una diversidad riquísima. ¿Qué es ser chilango?

viones, siempre que viajo pido ventanilla, pues me

Hay que ser chilango para saber qué es ser chi-

gusta esa mezcla de sensaciones entre vértigo y

lango. Supongo que el hecho de que nos guste el

la emoción de ver desde arriba. Todo lo que vaya

pan, por citar algo, que nos gusten las tortas de

para arriba me gusta. Así comenzó este afán, esta

tamal y muchas cosas particulares de este lugar.

manera de explorar las cosas.

Nos dan coherencia y contenido. No en vano las

La fotografía aérea no es una técnica nueva,

panaderías tenían en sus cristales las efemérides,

ya que tiene casi el mismo tiempo de vida desde

y eso, el cambio de los dibujos referentes a la tem-

que se inventó la cámara, por allá de la primera

porada que se festeje, nos muestra que el territo-

mitad del siglo "#". La gente volaba en globos con

rio y la cotidianidad son interesantísimos.

fines científicos. La fotografía se volvió popular

Comprender el espacio, tratar de tener una

porque está al alcance de la gente. Para todo el

armonía en esta ciudad que parece conjugar tanto

trabajo que he estado realizando durante los úl-

desorden, que es todo caos, es por sí misma una

timos años, en otra época hubiera necesitado

Correo Mayor | Fotografía | 40

contar con un patrocinio, seguramente; en cam-

en la historia de la humanidad, es que somos el

bio, ahora, justo en el momento en que me parece

resultado de culturas prehispánicas: Aridoamérica

adecuado, pues salgo a volar. Por eso decidí estar

y Mesoamérica, luego viene una segunda etapa

en el centro -es más fácil entender la ciudad par-

que es la Colonia, misma que da como resulta-

tiendo del centro-, donde tiene uno muchas cosas

do lo que ahora conocemos como México. ¿Qué

a la mano.

compartimos? Compartimos las fronteras, el idioma, la gastronomía, claro, con sus respectivas

Hace poco realizaste un recorrido por las fron-

diferencias. Para mí, ser mexicano lo puedo definir

teras Norte y Sur del país, ¿cuál fue el objetivo

con dos términos que me gustan mucho: ser chin-

de estos ejercicios, y qué diferencias, simili-

gón y ser culero. Son dos palabras mexicanas

tudes y percepciones notaste?

que tal vez alguien desde afuera no las entiende, pero creo que nos describen a la perfección. So-

Viajé para tomar distancia y ver las percepciones

mos las dos cosas a la vez, somos chingones para

que se tienen, buscando, en la convivencia con

muchas cosas; y somos culeros los unos con los

otras personas, definir los elementos de historia

otros. Siento que este juego de palabras define

común que nos unen. Es difícil definir México como

muy bien la mexicanidad.

país, porque hay diferencias sustanciales entre ciudades como Tijuana o alguna de la península de Yucatán. Lo que nos hace que coincidamos Correo Mayor | Fotografía | 41

Correo Mayor | FotografĂ­a | 42

El trabajo de fotografiar las fronteras lo hice

Ésta es la ventaja que nos ofrece la tecnología:

porque estoy realizando un proyecto de fotografía

nos permite mostrar rápidamente los procesos, los

aérea. Gracias a la técnica de trabajar con drones,

lugares que uno visita. Lo que sí sé es que este

he podido visualizar las barreras desde otro ángu-

registro que estoy haciendo puede dar mucho,

lo poco visto. ¿Cómo se conoce al país a vista de

toda vez que lograré dejar un legado histórico que

pájaro con drone? Esto me ha permitido realizar

dará testimonio del estado de las cosas que es-

un mapeo de lo que quiero ver y lo que quiero con-

tamos viviendo. En este sentido, mi trabajo no es

tar; reconozco que es muy difícil, porque México

sólo un trabajo de protesta, ni pretende mostrar

es enorme, pero algo se logra.

únicamente las cosas negativas. En última instancia, la gente decidirá si le gusta o no mi trabajo; en

En 2018 participaste en la Bienal de Venecia,

cuanto a mí, ya es bastante satisfactorio el saber

¿qué proyecto te llevó por allá?

si les despertó alguna emoción.

Sí, fue en la Bienal de Arquitectura de Venecia.

Junto con Diego Rabasa dirigiste el documen-

La idea de este proyecto era mostrar el territorio

tal 19 de septiembre. En lo personal, me pa-

mexicano desde el aire. Surgió con la interrogante

rece impactante, pues contiene imágenes muy

siguiente: ¿qué es el territorio mexicano? Por ello

fuertes que se contrarrestan con otras que

decidí presentar un panorama de lo que México

muestran el apoyo solidario. ¿Qué nos dices

significa para nosotros, describiéndole al extranje-

del proceso de filmación?

ro ese significado. No es novedad el decir que tenemos un volcán con una altura de 5,500 m.s.n.m.,

No sabía que el registro que realicé iba a terminar

o que en los alrededores de la Ciudad de México

en un documental. Voy haciendo registros, ordeno

tenemos glaciares a 60 kilómetros en línea recta

y luego defino para qué sirve. Soy como un pesca-

-que se están extinguiendo, sí, pero de momento

dor, de manera que me voy con mi herramienta y

ahí siguen-, sin olvidar tampoco que tenemos de-

hay días en que tengo buena pesca. Trato de ser

siertos y selvas; pero sí resulta trascendente el

imparcial en la mayoría de los casos, para que la

dar la perspectiva de cómo se ven desde arriba.

gente decida y se forme un criterio. No obstante,

De alguna manera, pretendía yo cambiar la ima-

este hecho nos ofrece a veces resultados sorpren-

gen estereotipada de lugares como el puerto de

dentes. Por ejemplo, en forma reciente publiqué

Acapulco, así como de monumentos como el del

algunas fotografías que se han hecho virales, en

Ángel y el de la Revolución; mostrando ahora un

especial la de una retroexcavadora hundiéndose

mar de concreto con un fondo de una cordillera

en los terrenos del nuevo aeropuerto. La imagen

volcánica.

es muy poderosa, ya que nos traslada a los pro-

Eso es parte de un proyecto de fronteras in-

blemas latentes de semejante construcción, como

ternas físicas, sociales y culturales. Aún no sé

la cuestión ambiental, en primer lugar, y la corrup-

cómo vaya a terminar, porque es enorme. Si te

ción. En México, como país, antes que un nuevo

das cuenta, en estos momentos han cambiado los

aeropuerto, necesitamos invertir en educación y

flujos del trabajo de los fotógrafos, pues podemos

en salud.

mostrar en lo inmediato lo que estamos viendo.

Correo Mayor | Fotografía | 43

En el documental hay escenas muy podero-

Ciudad y naturaleza, ¿qué prefieres?

sas. Lo padre es que la gente se organizó; pero lo malo es que todo el dinero que se envió como

Me encantan las dos. La ciudad es como una

ayuda nunca se supo dónde quedó. En suma, se-

biblioteca gigante. Me encantan los volcanes,

guimos viendo personas afectadas que todavía

poder subirlos, sentirlos, pero también me gusta

viven en las calles, y continuamos con edificios a

ir al Museo y que me expliquen lo que estoy vien-

los que no les llega el momento de la demolición,

do, o ir al mar, caminar, nadar y sentir el calor.

aunque estén a punto de caerse.

Además, me encanta contemplar los puentes, los edificios, las calles; observar cómo se mueve la

Tu trabajo tiene mucho de diversión, ¿qué es

gente, aparte de descubrir todas las posibilidades

lo que más disfrutas?

que da una ciudad. Comprendo por lo mismo que tenemos que aprender historia, leer, viajar y co-

Puedo comunicar emociones a través de una ima-

nocer, porque eso nos ayudará a saber cómo fun-

gen. Busco hacer algo coherente que demuestre

ciona cada elemento de la ciudad y del campo,

que me encanta conocer, aprender, ver, estar, to-

todo como parte de la naturaleza.

car y convivir con la gente; es decir, que se haga patente la sensación de haber estado en el lugar,

Visto desde arriba, ¿qué espacio de la ciudad

de haber sentido la energía que emanan tanto las

te ha impactado más?

personas como los lugares. Así, me gusta sentir el agua tibia, la sensación del desierto, meterme

Yo creo que los cráteres en las montañas. Normal-

al agua congelada, la brisa de una cascada; en

mente no los vemos, no estamos acostumbrados

resumen, me gusta todo aquello que despierta mis

a verlos, sin embargo es impactante ver un hoyo

cinco sentidos. No tengo duda, me siento afortu-

en la tierra. Desde abajo, pareciera que la mon-

nado de hacer lo que me gusta, y de transmitir

taña no tiene nada, que se llega a la cima y ahí

esta emoción.

termina todo, pero no. Ella nos habla de la geo-

Entiendo sin embargo que en mi trabajo com-

grafía de una ciudad, de la historia, de paisajes

parto sentimientos mezclados, ya que hay hechos

combinados donde lagos y montañas pueden con-

terribles que no se pueden obviar, como el que

vertirse en imágenes futuristas: mirar lagos, gla-

refería una señorita en un blog escrito no hace

ciares, bosques, una mancha gigante de concreto

mucho: “Me gustaría caminar sola de noche”. ¿A

y luego una capa inmensa de una nata de smog,

tanto hemos llegado con el miedo? ¿Acaso es

es algo casi inconcebible.

válido vivir sujetos a horarios específicos, por el temor a la inseguridad? Qué terrible que ya no se

@Santiago_Arau

pueda caminar a la hora en que a uno le place.

Fotografías: cortesía de Santiago Arau.

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Paterson: el poeta antes de la reificación del rayo @betistofeles Lo disruptivo en este filme radica en el hecho de que invierte la visión estereotipada que se tiene sobre aquellas personas consideradas “grandes”, y aquellas otras consideradas como “pequeñas o mediocres”.

El diccionario de la Real Academia Española

bien, llena de sinsabores, pues el sufrimiento pa-

(RAE) dice que un poeta es aquel que escribe

rece dimanar de ellos. Al final, es a los poetas a

poesía. Por sí misma, esta definición en poco o

quienes se les permite amar alocada y dolorosa-

nada ayuda para clarificar el papel de tan disímil

mente.

personaje en la sociedad; de hecho, entender de

No obstante, Jim Jarmusch, el director de la

esa manera a un poeta, nos limitaría a llamar así

película, los ve de otra manera. Donde uno pue-

a cualquier persona que escriba versos, dejando

de buscar una vida llena de excesos y excentrici-

de lado la discusión sobre qué y cómo es la poe-

dades, Paterson nos muestra cómo la vida de un

sía. Ante definición tan llana, podríamos ahondar

trovador posmoderno no es distinta a una vida

en el asunto si inquirimos sobre la actividad que

convencional;1 es más, podríamos decir que la re-

realiza un poeta. Ya ahí, nuestro abanico de res-

creación cinematográfica hecha por Jarmusch so-

puestas se multiplicaría, porque el poeta puede

bre la vida de un poeta, resultaría hasta aburrida

hacer de todo, pero también puede no hacer nada.

de no ser por los textos que escribe de manera co-

En suma, la palabra poesía abarca tanto y sin

tidiana el personaje en cuestión –obra en realidad

embargo es tan poco clara al definirse, que deja

de Ron Padgett-, mismos que se nos presentan en

finalmente exinanido y en desventaja a quien la

oraciones inscritas en la pantalla. ¿Podemos su-

practica.

poner entonces que mediante la poesía, Paterson

Eso ocurre por ejemplo en la película Pa-

llena de belleza sus rutinas y hace un paréntesis

terson (2017). Interpretado por Adam Driver, sí,

en su realidad? ¿Insinúa además que la poesía y

el mismísimo Kaylo Rent de Star Wars, un poeta

la belleza en sí sólo se encuentran en las cosas

conduce un autobús por la ruta 23 Paterson, en la

más simples, comunes y sencillas?

localidad del mismo nombre en New Jersey; título

Los días de Paterson transcurren sin grandes

además que alude al famoso poema de William

cambios, pues él hace lo mismo casi siempre: an-

Carlos Williams que sirvió como inspiración para

tes de salir con el autobús para cubrir su ruta, es-

dar origen a todo este largometraje.

cribe algunos minutos; después del trabajo, da un

Maximizando cualquier especulación, uno es-

paseo nocturno con su perro, para luego irse a un

pera que la vida de un poeta sea de determinada

bar donde bebe cerveza y saluda a su reducido

manera: que vivan una vida llena de aventuras, o

grupo de amigos. Aparte, no debemos olvidar que

Correo Mayor | Cine | 47

vive con una mujer hermosa y comprensiva, Lau-

en verdad ocurrió dicho suceso? ¿Entonces, todo

ra (Golshifteh Farahani), quien actúa en un nivel

aquello que no oímos no existe, acaso?

personal y cotidiano como una artista anónima,

Bien podríamos contestar a esta pregunta

en el entendido de que decora de forma creativa

parafraseando a Wittgenstein, quien afirmó esto:

su casa, tiene su propio negocio de cupcakes,

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi

aprende a tocar la guitarra, y sueña con que algún

mundo.” Es decir, en opinión de este filósofo, si

día llegará a ser una famosa cantante de música

algo era nombrado, existía. Con base en esto,

country, pero, sobre todo, comprende al hombre

el hecho de que no exista una recopilación de

con el que vive y lo incita a que publique su obra.

nuestro poeta anónimo, no quiere decir que no

Para ella, Paterson es un gran poeta.

haya existido, y menos cuando el cuento da tes-

Lo disruptivo en este filme radica en el hecho

timonio de su vida supuesta, aunque lo arrincone

de que invierte la visión estereotipada que se tiene

en un limbo raro llamado ficción. Pero ¿acaso ahí

sobre aquellas personas consideradas “grandes”,

se salvaría de una parábola quizá estremecedo-

y aquellas otras consideradas como “pequeñas o

ra? No necesariamente. Es más, tal vez por de-

mediocres”. Las pretensiones de sus personajes

cisión propia, ese poeta no quiere salir a la luz, lo

son menores, pero a la vez resultan totales. Pater-

que lo convierte de alguna manera en un espíritu

son es un poeta al que no le importa el anonimato,

enfrentado al utilitarismo de su propia actividad, a

pues vive sólo en y no para la poesía. Sin un fin, y

un outsider contra la reificación.

gracias a ello, no puede ser cosificado, porque no juzga, inventa.

Pero veamos, ¿qué es la reificación? Este concepto proviene de la jerga marxista, y trata básica-

Al respecto, recuerdo un cuento titulado El den-

mente de “considerar a un ser humano consciente

tista, del escritor chileno Roberto Bolaño (1953-

y libre como si fuera un objeto o cosa no conscien-

2003). Por azares del destino, Arturo Belano -alter

te ni libre”. Como en nuestra sociedad moderna

ego de Bolaño-, va a visitar a un amigo odontólogo

todo debe ser utilizado para un fin económico, se

a Irapuato. Salen de juerga y el anfitrión le presen-

hace valer la vieja sentencia de que quien no tiene

ta a un adolescente con rasgos indígenas, el cual

un precio o un valor, entonces no sirve. En esta

al segundo o tercer encuentro les recita varios

lógica, las relaciones entre los individuos y entre

poemas, mismos que Belano considera entre los

éstos con sus propias actividades, deben redituar

más bellos que ha escuchado en su vida. Como

y ser convertibles y asimiladas por una operación

el muchacho desaparece poco después, Bolaño

simple: oferta y demanda, misma que deviene en

insinúa que ese genio irrepetible estaría perdido

dinero. Si por algún error un producto o un esfuer-

para la humanidad, si es que no hubiera quedado

zo escapan a esta relación, entonces la actividad

suscrito al cuento. Tal suceso podría remitirnos

no es más que un absurdo, una perdedera de tiem-

al recuerdo de aquel Koan del budismo zen, que

po, e incluso, ya en el extremo, será considerada

se planteaba lo siguiente: “Si un árbol cae en un

como parte de un robo a la sociedad.

bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún

Esto es precisamente lo que explora Jar-

sonido?”. Las preguntas inmediatas son altamente

musch con su largometraje, dándonos a conocer a

capciosas: ¿Y si nadie escuchó ese sonido, acaso

un hombre que actúa en forma rebelde. ¿Cómo es

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posible que este sujeto, concentrado en la belleza que lo rodea, se dedique a exaltar ésta sin ningún afán de lucro, sin el mínimo interés en la fama o en el reconocimiento? Extraño, pero ocurre, convirtiendo a la poesía en un acto de humildad.

Por último, y como conclusión meramente temporal, podríamos volver a preguntarnos aquí: ¿si un rayo parte un árbol en medio del bosque, pero nadie escucha o ve este hecho, podemos dudar de su existencia? La respuesta no admite réplica: el acontecimiento existe, porque ese árbol no está ahí para ser visto o escuchado, sino para retransmitir centellas durante su ardor.

Rober Díaz. @betistofeles

1

Trovador posmoderno: Se dice que es aquel cantautor

salido de un viejo, sucio y olvidado suburbio, con ilusiones variopintas que van desde cantar, tocar la guitarra y, además, hacer poesía. No existe en lo colectivo, y no pretende nada más la fama de palabra, sino que busca trascender hasta ganar cualquier premio, como un Grammy, un Oscar y, por qué no, hasta un Nobel de Literatura.

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Correo Mayor | Cine | 50

Museo. El robo del siglo Artemio Stiglitz Sí, el Arte, que vive en la misma calle que la Vida, aunque en un sitio diferente, el Arte que alivia la vida sin aliviar el vivir, que es tan monótono como la vida misma, pero sólo en un sitio diferente.

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego.

Museo, de Alonso Ruizpalacios y con las actuacio-

Sin duda, la recuperación de las piezas dio

nes de Gael García Bernal y Leonardo Ortizgris,

motivo para nuevas conjeturas en torno al go-

es un filme basado en el robo de piezas arqueo-

bierno. ¿Se trataba de otro distractor, para evitar

lógicas que ocurrió en el Museo Nacional de

preguntas incómodas sobre cuestiones de políti-

Antropología en la Nochebuena de 1985. Seme-

ca interna como lo era el caso del líder petrolero

jante suceso generó mucha confusión en la vida

Joaquín Hernández Galicia, alias La Quina?

nacional, tal como se plasma en la película, dando

En lo que corresponde a la obra motivo de

pie a la especulación incluso dentro de las propias

estas palabras, cabe decir que no se mete en hon-

instituciones abocadas al caso.

duras y ofrece una trama sencilla, despolitizada

En su momento se manejaron varias hipótesis.

y sin lenguaje retórico ni recovecos filosóficos o

Una de ellas era la de que se trataba de un posible

morales. Así, centra la historia en los “motivos

distractor, para que el presidente en turno no tuvie-

simples” de dos sujetos comunes y corrientes,

ra problemas por el cambio económico al neolibe-

dueños de una idea que les permitiera un juego

ralismo, que ése sí era un tema espinoso. No faltó

diferente en la vida, haciendo prevalecer sus fi-

tampoco quien pensara, por supuesto, que todo

lias y sus fobias de habitantes de un país tercer-

se debía a un contubernio entre los ladrones y los

mundista, en vías de desarrollo y corrupto como

vigilantes, ansiosos todos ellos de hacerse millo-

pocos, tropicalizado, eso sí. Quijotes y Sanchos

narios con la venta de los objetos en cuestión.

modernos –valga la comparación-, el robo los in-

Curiosamente, el asunto se resolvió como

volucra en una vorágine en lo absoluto fasta, toda

cuatro años después, ya con Salinas de Gortari

vez que les hace comprender que su momento de

como encargado del Ejecutivo. Durante las pes-

mayor reconocimiento tendrá que ver con su pro-

quisas, las autoridades detuvieron a varios mexi-

pia caída. No hay redención posible, entonces: el

canos y a diversos extranjeros en calidad de cóm-

anonimato y el olvido, por un lado; la cárcel y la

plices, entre ellos a una vedette que respondía al

gloria efímera -pero gloria al fin-, por el otro.

nombre de Princesa Yamal. Respecto a las piezas, se recuperaron casi todas, pues no se habían vendido en ningún lado, pese a su valor artístico y cultural. De los dos ladrones principales, únicamente atraparon a uno, mientras que del otro no se sabe aún si lo localizaron o no, aunque lo tenían bien identificado.

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El comienzo de los espacios zurcidos Alberto González Pérez y Malinalli González Dávila

Espacios zurcidos. Con este título, pretendemos

En este sentido subrayamos el respeto por la

compartir una nueva mirada hacia aquellos es-

receptividad estética individual, la que atañe

pacios con los cuales nos identificamos, ya sea

a cada persona y a su mundo propio. De ahí

porque nos evocan algún recuerdo agradable o

las diferentes valoraciones que el espectador

quizá una desilusión: un primer beso, una confe-

puede hacer del hecho artístico, pues es ine-

sión, un rompimiento amoroso. Cotidianos o no,

vitable que en sus observaciones personales

son muchos los lugares que nos permiten contar

comprometa sus propias experiencias vita-

un sin fin de historias, tanto individuales como co-

les. Además, la experiencia estética pone en

lectivas.

juego la imaginación y recoge la disposición,

En esta ocasión haremos una introspección

el orden, la medida, elementos compositivos

teórica hacia algo que nos mueve en el ámbito de

de un todo cargado de expresividad y sentido

lo académico: la experiencia de apropiación de un

para el sujeto que percibe la belleza.

recinto cultural como lo es el museo, haciendo énfasis en el papel que debe jugar ahí la mediación

Sobre esta base, es la mediación pedagógica

pedagógica cultural. Sin duda, el arte cumple una

la que nos permite impulsar un diálogo único con

función relevante en la creación de espacios y

las obras y los espacios, lo que a su vez crea en

experiencias estéticas, toda vez que posibilita re-

el observador otras maneras de ver el mundo y

educar y resignificar la percepción, la experiencia

de apreciar el entorno, enriqueciendo todas las di-

y el goce de los interesados, motivándolos para

mensiones de lo humano, conformando incluso un

interactuar de una manera diferente con las obras

auto patrimonio que lo dota de identidad, tal como

y los contenidos.

sugiere Wenger (2001, p. 260): “Visto como una

Al respecto, Sánchez (2010, p. 21) afirma lo

experiencia de identidad, el aprendizaje supone tanto un proceso como un lugar. Supone un pro-

siguiente:

ceso de transformación de conocimientos además La dimensión estética nos conduce al recono-

de un contexto en el que definir una identidad de

cimiento del valor de la percepción, del darse

participación.”

cuenta sobre las impresiones recibidas, sean

De acuerdo con lo anterior, el espectador

gozosas o no, procedan éstas del arte, de la

encuentra una correspondencia entre él mismo

naturaleza o de las propias emociones. Habla-

y su cultura, participando en forma dinámica en

mos entonces de la experiencia estética como

ésta a partir del arte. Así, un proceso esencial-

resultado de la impregnación total del ser,

mente comunicativo desencadenaría una fuerte

de su grado de asimilación de lo sensitivo,

presencia de valores culturales, encaminados

de su compromiso espiritual con lo que ve,

hacia la sustentabilidad de los espacios, lo que a

lo que escucha, lo que siente y lo que vive.

su vez comprendería una libertad para apropiarse

Correo Mayor | Arte | 53

del contexto. De hecho, esta propuesta es la base

a partir de ella se puede pensar en el porvenir

para hablar de una educación patrimonial, de

desde el desafío de lo nuevo, desde la incertidum-

acuerdo a lo que sugiere Sánchez (2010, p. 31),

bre como una forma de desarrollar la curiosidad y

quien nos dice que en la cultura “son ingredientes

el criterio propio. Además, les permitiría reafirmar

básicos tanto las tradiciones como las rupturas,

que la apropiación de espacios –entre ellos la de

las costumbres como las novedades, puesto que

un museo-, es una alternativa fundamental para

la atmósfera cultural se construye diariamente en

la construcción de conocimientos. En este caso,

la interrelación constante de todos los elementos

no olvidemos que muchos contenidos que se en-

que configuran el espacio social”.

cuentran en un espacio institucional, no están vin-

Queda claro, entonces, que cuando se integra

culados en lo absoluto con su contexto social.

uno a determinada comunidad educativa, compar-

Por esta razón, los museos requieren de

timos con ella nuestros conocimientos previos, lo

renovaciones constantes, donde se les incorpo-

que a su vez genera una nueva riqueza mediante

ren los acontecimientos actuales y la tecnología,

la interrelación de experiencias. De esta forma, al

hasta lograr espacios que puedan ser habitados

apropiarnos de más valores y hábitos culturales,

y abordados desde diferentes disciplinas, artis-

día con día gestamos otra visión del mundo, en

tas y públicos. No olvidemos por lo tanto que el

donde la experiencia estética nos ayuda siempre

enriquecimiento de los aprendizajes formales, el

para adquirir una sensibilidad particular en torno

desarrollo de habilidades y el goce estético, no

de la realidad, lo cual impacta en la manera en

tienen por qué conformar entes aislados, ni con-

que nos apropiamos de determinados espacios.

siderarse como independientes entre sí.

Es aquí donde tiene que incidir la Pedagogía, la cual debe guiar al ser humano en la formación de

Referencias bibliográficas

aprendizajes significativos.

En suma, considerar que la experiencia

D"#"$, J. (2008), El arte como experiencia, Barcelona,

es uno de los pilares de la educación, constituye

España, Paidós.

una de las mejores alternativas para lograr un

N%&'%*+/679, D. (2016), La construcción colectiva de la

proceso formativo amplio y enriquecedor. Con-

experiencia 1. El mito de la objetividad, Argentina, Biblos.

viene resaltar que una experiencia estética puede

S<*79"=, G. (2010), Educación estética y educación

ser definida como un encuentro y un reencuentro

artística. Reflexiones para una enseñanza creativa, Uni-

con el mundo, situación en la que la Pedagogía

versidad de Salamanca, España. Versión electrónica.

tendría que apostar, por ende, en la formación

Véase en: http://revistas.usal.es/index.php/0214-3402/ar-

de actitudes vitales para los seres humanos; acti-

ticle/view/7429/8474

tudes en donde el caminar, leer, conocer, apren-

W"*H"I, E. (2001), Comunidades en práctica. Aprendiza-

der y descubrir lo que nos rodea, va mucho más

je, significado e identidad, Barcelona, España, Paidós.

allá de los contenidos de un currículum.

Z"K"L%, N. (2018), Estrategias y recursos. QUESTs, pre-

En conclusión, consideramos que la expe-

guntas para entender, explorar, ver y pensar, NodoCul-

riencia estética debe ser un proceso que acom-

tura. Versión electrónica. Véase en:

pañe a los seres humanos en toda su trayectoria

com/2015/02/quests-preguntas-para-entender-explorar-

de vida, tanto académica como personal, ya que

ver-y-pensar/

Correo Mayor | Arte | 54

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