Juan Jardín desapareció completamente y desde hace unos años no se sabe más de él; averiguando sobre el personaje me encontré con el verdulero del barrio Hugo Lech (a) Lechugón quién me dijo; “Así como hay personas cuyo elemento compatible es el agua y se mueven muy bien en ese ambiente, son buenos nadadores... podemos decir que son anfibios; hay otros que están en sintonía con la tierra, hablando de Juan podemos afirmar que su ambiente era el aire, estaba siempre ensimismado, presente pero ausente, ojo, però no deprimido, no era autístico, era empático, transmitía buena onda pero era etéreo, vivía rn suspensión como sus pensamientos y de repente se esfumó”
Visité a su compañera Soledad quien tendencialmente confirmó cuanto me había dicho Hugo Lech, pero también me contó muchos particulares sobre su vida y su personalidad y que luego de entrevistar a la madre publiqué en el primer libro “Juan Jardin, el muchacho que estaba lleno de pensamientos” , cuando me estaba despidiendo viéndome tan curioso sobre las vivencias de Juan me entregò un diario que le pertenecía. Es el que aquí presento