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Dra. María Cristina Diez: El problema del agua ¿falta de agua o falta de ingenio?
El problema del agua ¿falta de agua o falta de ingenio?
Por Dra. María Cristina Diez Departamento de Ingeniería Química, CIBAMA-UFRO Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y Minería (CRHIAM)
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Es por todos conocido que el efecto del cambio climático trae enormes complicaciones al medio ambiente, siendo el recurso hídrico uno de los más afectados. Los datos estadísticos confirman que cada año tenemos menos lluvia, 15% menos que hace 50 años en algunas regiones, que ésta se concentra en pocos meses del año y que la distribución en las distintas regiones de nuestro país, es extremadamente heterogénea. Esto es un panorama desalentador, especialmente para nuestra actividad agrícola, la cual consume más de 70% del agua dulce disponible.
El agua es fundamental para la vida, la actividad económica, la producción de alimentos, los ecosistemas, la vida cotidiana en las comunidades, entre otras. Sin embargo, nada de lo anterior funcionará si no disponemos de la cantidad y de la calidad necesaria para el adecuado desarrollo de estas actividades de forma sustentable. Desde la antigüedad, los pueblos se han preocupado por cuidar y disponer de agua para sustentar la vida. El mejor ejemplo es el de los acueductos romanos, para canalizar el agua desde kilómetros de distancia muchos de los cuales se encuentran hasta la fecha en pie. Asociado a los acueductos, se encontraban las cisternas, dedicadas al almacenamiento y protección del recurso hídrico. La visión e ingenio de las civilizaciones antiguas fue fundamental para preservar la vida en el planeta.
En Chile, nuestra cordillera y sus glaciares nos dan la engañosa sensación de disponer de una enorme cantidad de agua dulce, sobretodo en invierno cuando vemos su color blanco brillante. Efectivamente, Chile tiene una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, tanto en la cordillera como en el territorio Antártico. Pero, ¿podemos aprovechar esta riqueza natural?, ¿qué hacemos para ello?, ¿gestionamos de forma eficiente el agua? Solo como un antecedente puedo mencionar que, obviamente dependiendo de la distancia, la topografía del terreno y la velocidad del agua, esta agua cristalina que desciende de la cordillera, se demora unas 24 horas en llegar al mar y por lo tanto pierde su calidad de agua dulce. Más del 80% del agua dulce a nivel nacional se vierte al mar sin uso, por falta de infraestructura adecuada para su conducción y acumulación, a través de macro y micro embalses, infiltración para recarga de acuíferos, u otras soluciones tecnológicas utilizadas desde hace muchos años por los países desarrollados.
En términos de disponibilidad de agua potable a nivel urbano, nuestro país presenta un elevado estándar, cercano al 100% de cobertura. Sin embargo, ¿cuál es la realidad a nivel rural? El cambio climático ha incrementado la desigualdad y a pesar de los enormes esfuerzos en implementación de APR en nuestra región, aún podemos observar la distribución de agua potable a través de camiones aljibes, con un costo elevadísimo y muy cuestionado en los municipios. Nuevamente nos encontramos con que la falta de infraestructura afecta la calidad de vida de las personas, aumentando las brechas entre el mundo rural y el urbano.
A través del proyecto ANID/ FONDAP/15130015, liderado por la Universidad de Concepción del cual la Universidad de La Frontera es Institución Asociada, nos encontramos estudiando el recurso hídrico incorporando la seguridad hídrica de forma transversal en todas las actividades para garantizar el desarrollo socioeconómico sostenible, evitar la contaminación y para la preservación de los ecosistemas.