Tom Sawyer, Detective

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Mark Twain

el bosque como lo hicieron los demás. Pero muy pronto, pareció reponerse y dijo: –Tío Silas, no diga una palabra más. Es peligroso y no hay ni una pizca de verdad en esto. La tía Sally y Benny agradecieron escucharle decir esas palabras, y repitieron lo mismo; pero el anciano balanceaba su cabeza afligido y desesperado, y con lágrimas en los ojos, y dijo: –No… Yo lo hice, pobre Júpiter ¡yo lo hice! Fue espantoso oírle decir eso. Y continuó, y nos contó sobre lo sucedido, y dijo que sucedió el día en que yo y Tom llegamos… al atardecer. Dijo que Júpiter estaba molestándole y agraviándole hasta que se enojó y perdió los estribos y cogió un garrote y le golpeó en la cabeza con todas sus fuerzas, y Júpiter cayó. Y luego estaba asustado y arrepentido, y se arrodilló y levantó su cabeza, y rogó para que le hablara y dijera que estaba vivo; y el caído volvió en sí, y al ver quien le sostenía la cabeza se asustó como si estuviera enfrente de la muerte, y se levantó, saltó la cerca y corrió hacia el bosque, 116


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