Urgencias Cardiovasculares
3. Diagnóstico incorrecto, principalmente en pacientes con síntomas atípicos. Las troponinas cardíacas, en conjunto con la prueba de esfuerzo, han sido previamente validadas en la estratificación de riesgo y pronóstico del paciente con DTA. Aunque métodos más sofisticados como las imágenes de perfusión miocárdica o estrés ecocardiográfico podrían ser más sensibles en identificar pacientes con isquemia miocárdica, la prueba de esfuerzo es barata, está disponible en muchos hospitales y no requiere entrenamientos tan especializados del personal que las realiza como las anteriores. La prueba de esfuerzo, en presencia de valoración clínica, electrocardiográfica y marcadores enzimáticos, eleva su sensibilidad del 60% al 90%. La intervención médica temprana mejora la supervivencia en aquellos pacientes con dolor torácico asociado a enfermedades amenazantes de la vida. Los síndromes coronarios agudos son la principal causa de muerte en adultos norteamericanos y la segunda en Colombia. La supervivencia de éstos pacientes va a depender del tiempo que nos demoremos en instaurar una terapia adecuada, el área y la extensión del daño miocárdico y la presencia de factores de riesgo asociados. La rápida disponibilidad de terapias de reperfusión con drogas y con procedimientos invasivos se ha asociado con una reducción de la mortalidad en un 53%. Los factores más importantes relacionados con la supervivencia después de un SCA son la función ventricular izquierda, la severidad de la enfermedad coronaria, la edad y los factores de riesgo comórbidos. La insuficiencia renal, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la enfermedad cerebrovascular y otras enfermedades sistémicas disminuyen la probabilidad de supervivencia de los pacientes con SCA. En la disección aórtica es esencial lograr un tratamiento rápido. El 20% de los pacientes que reciben tratamiento médico sin cirugía, fallecen, y la mortalidad en los sometidos a cirugía es del 7%. En el TEP, aún con tratamiento oportuno, una de cada diez personas morirá dentro de la primera hora; una tercera parte serán diagnosticados y tratados con buenos resultados; dos terceras partes no serán diagnosticados y una tercera parte de ellos morirá. En el neumotórax espontáneo, el 95% se recuperarán completamente. Otras enfermedades que causan neumotórax y complicaciones de la colocación del tubo a tórax prolongarán o empeorarán la evolución de los pacientes. Para vísceras perforadas, con diagnóstico e intervención tempranas, el pronóstico es bueno. En la pericarditis aguda, la evolución es variable; un 60% remiten completamente en la primera semana, otro 20% se recuperan en tres semanas; solamente un 3% de la población tendrán síntomas más allá de tres semanas
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