ROBERT FLUDD _______ ESTUDIO
DEL
MACROCOSMOS
Cápitulo X De Etruscología Cósmica
DE ASTROLOGIA Traducido del latín al castellano por: Conchita Morera (Apoyo de la traducción francesa de Pierre Piobb) Bajo la supervisión de: Mariano Aladrén _________
©Mariano Aladrén y Conchita Morera Primera edición: mayo de 2008
Printed in Spain Depósito legal: Z – 2937 - 2008 Impresión y encuadernación: Mariano Aladrén Diseño y composición: Mariano Aladrén
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INTRODUCCIÓN A LA TRADUCCIÓN EN CASTELLANO Ya no es el tiempo en el que la Ciencia Antigua, la de los autores renacentistas, los padres de nuestra cultura y ciencias occidentales, sea marginada de los estudios serios y objetivos. Releerlos de forma seria y objetiva, introduciéndonos en su modelo de pensamiento, no sólo aportará luz a la historia del pensamiento en occidente, sino que nos dará las claves de la decadencia de la ciencia actual, sujeta al economicismo reinante en las sociedades occidentales. Robert Fludd es un autor de los que se enfrenta al cambio de modelo científico que emerge en la sociedad renacentista y resiste con su obra, “Etruscología Cósmica”, a este cambio que será la consecuencia de la dispersión o fragmentación de la ciencia. Él, en su obra, trata de integrar la ciencia en los tres mundos: mente, espíritu y movimiento, al igual que la defienden los neoplatónicos y los herméticos, que se ven obligados posteriormente a la clandestinidad a través de sectas
y órdenes esotéricas con el fin de mantener su discurso en una sociedad claramente dirigida hacia el materialismo. El libro que presentamos es un capítulo en el que describe claramente el lenguaje del Macrocosmos, que es lo mismo que reconocer a la naturaleza y al cosmos un papel de vida plena, es decir, reconocer que piensa, siente y se mueve como lo hace el ser humano, y sobre todo, donde se percibe una consideración del cosmos como parte mental del sistema, y al que se le concede el papel armonizador del sistema. En el Universo se aprecia cómo piensa la naturaleza, y para entender este pensamiento se desarrolló un lenguaje que permitiera al hombre comprenderla. Este lenguaje es la Astrología, una disciplina que no busca sólo conocer la posición del pedrusco en el cielo, sino comprender mediante su observación, qué efectos o alteraciones se correlacionan en el hombre y en la naturaleza. Hay que entender siempre que en esta parte, sólo leemos la mente del sistema natural y habrá que traducirla e incorporarla al hombre para saber qué parte de este pensamiento, le afecta, ya que éste, vinculado dentro del sistema natural, se ve afectado de forma sincrónica pero no absoluta, puesto que no responde a todo el pensamiento del sistema al estar compuesto por elementos parciales de lo natural; esta peculiaridad del compuesto, que es el individuo, le permite mantenerse receptivo a cualquier estímulo del sistema exterior, véase cosmos como parte de la naturaleza. Si contemplamos el glifo resumen más abajo, en el que basa Fludd su modelo clásico, podemos observar cómo la LUZ es el fundamento, de ahí que se explique la acción armonizadora del cosmos, diferenciando claramente el efecto luminoso, que es externo, de la sensación del efecto manifestado como el calor.
Fludd nos desgrana de forma racional estos postulados que son observables y los incorpora a los tres planos básicos de los que se componen el hombre y la naturaleza:
Mente Espíritu Movimiento los cuales traducidos al microcosmos, que es el hombre, serán: Alma Espíritu Movilidad En el mundo de la mente están las ideas, en el espíritu las sensaciones y en el movimiento las acciones, que podríamos sintetizar en estas acciones humanas: Saber Querer Poder Este esquema no es nada mas que la formulación del modelo, lo que son por ejemplo, las estanterías con relación a una biblioteca. Todo esto debe rellenarse de armonía y proporción y para eso necesitamos extraer esa armonía del modelo general, que es el macrocosmos y traducirlo a nuestro modelo humano que es el microcosmos
Todo ello trataremos de hacerlo mediante las definiciones de tiempos. En cada uno de estos apartados parece que los tiempos se viven de forma diferente, esta es una de las claves de la importancia de la astrología que permite no solo conocer como piensa la máquina celeste, sino también en qué tiempos y dónde actúa en el microcosmos Fludd una vez más lo resuelve claramente, como sólo un maestro podría hacerlo, mediante una síntesis completa y alejada de los reduccionismos, dándonos de forma magistral este tratado de Astrología descarnado de retórica o comentarios vanos, ya que para él está claro, cuál es el método para entender lo que piensa el macrocosmos. La disciplina astrológica esta enmarcada y formulada, como toda la ciencia antigua desde los efectos y no desde las causas, que es el modelo de ciencia actual. No es por capricho sino por lógica racional, ya que sin medios tecnológicos formular de otra manera es irracional para estas épocas. El formato científico clásico formula sus técnicas desde la observación de efectos, y concluye mediante la confirmación de un axioma dado por el cúmulo de observaciones anteriores. Por ejemplo, un pensador clásico pensando en la resurrección solo necesita confirmarla con un solo resucitado que demuestre serlo. Hoy en día con nuestro sistema de estudiar la resurrección necesitaríamos un número de resurrecciones estadísticamente elevado, para reconocer la resurrección, dado que no contamos con una tradición de observaciones en el modelo científico actual, a diferencia del clásico que sí cuenta con él. Por esta razón, textos como éste, son necesarios para comprender la calidad del pensamiento clásico, y entender los paradigmas actuales, cargados de tópicos y difíciles de comprender en la mayoría de los casos por la mente moderna.
Mariano Aladrén Serrano
INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA ASTROLOGÍA _________
De todas las ciencias llamadas ocultas, la Astrología es una de las menos conocidas. Abordarla es tan difícil que ha necesitado más de un investigador y, muchas veces ha sido denodada por escépticos que no han sabido comprenderla, o bien, admirada ingenuamente por creyentes que no podían adentrarse en sus misterios. Unos y otros la dañaron inmensamente por sus exageraciones recíprocas alejando a los verdaderos sabios y retrasando su avance. Pero nuestra época siente curiosidad por todo lo que puede incrementar el dominio del Conocimiento y es, por esta razón, que la Astrología es actualmente, la preocupación de numerosos espíritus de élite. La Astrología es la ciencia que trata de los Astros en su propia vida y en su vida en grupo. Dicho de otro modo, considera los cuerpos celestes o Astros, como cuerpos vivos y sus grupos, o sistemas planetarios girando alrededor de un centro, como seres. Con relación a esto cabe destacar la hipótesis inmortal de Herschell: “En lugar de estar aisladas en el espacio infinito, dijo este astrónomo, todas las estrellas dependen unas de otras, forman parte de un amplio conjunto sometido a una ley determinada de condensación y cada una de ellas actúa sobre las demás al mismo tiempo que asume sus acciones, conjunto que, en consecuencia, cambia y evoluciona constituyendo en realidad algo vivo”. No podemos detenernos en buscar una definición de la vida tomando como base la organización, debemos admitir que esta vida se extiende hasta la menor molécula existente, debemos pues llegar al Hylozoismo. Y encontramos la prueba de esta nueva concepción en el cuarto estado de la materia, en el estado radiante.
La Astrología es, en consecuencia, una filosofía de la Naturaleza, pero una filosofía eminentemente concreta, una filosofía muy científica y positiva. Esta dividida pues en dos partes: 1.- La Astrología especulativa. 2.- La Astrología experimental. La primera investiga las leyes, la segunda las analiza y experimenta. La primera contiene la Cosmosofía o metafísica astral, y la Cosmología o psico-fisiología astral. La segunda contiene la Astrología práctica que trata de las influencias astrales sobre cada uno de los mundos planetarios en general, y el Horóscopo que estudia las determinaciones de cada individuo. En la Cosmología se ordena naturalmente la Astronomía especulativa o Mecánica celeste, que hay que poseer de la manera más completa posible cuando pretendemos abandonarnos provechosamente a los trabajos astrológicos, y en la Astrología práctica se incluirá La Astrología Social, esa rama todavía misteriosa que Robert Fludd no ha querido mostrar1. El campo es amplio, inmenso incluso; no tiene más límite que el infinito. La Ciencia de los Astros es la más sublime de todas las ciencias, es como la coronación de todo el saber positivo humano. El Horóscopo adquiere su nombre de este principio general en el que la acción de los astros, que está en armonía con su naturaleza y en proporción a su poder, se ejerce en el momento del nacimiento de un ser con tal intensidad que fija el destino. Esto se ha considerado a veces para toda la Astrología; ha intrigado enormemente a los hombres, y por esta razón, se ha practicado con frecuencia, por personas sin grandes conocimientos ni escrúpulos, que han buscado sacar provecho equivocando al público. Como resultado, estos falsos sabios han complicado esta ciencia y la han sobrecargado de prácticas inútiles, como la Onomancia2. 1
En su sesión del 6 de octubre de 1906, la Sociedad Astrológica (de París) hizo el honor al traductor de Robert Fludd de consagrar su división de la ciencia de los astros, adoptándola como plan para sus trabajos. 2 Hay que entender por este vocablo una forma popular de adivinación, procedente de la alteración de una ciencia muy superior, aunque muy misteriosa, que trata de las leyes del determinismo del Verbo Humano y que es propiamente dicha la Logosofía.
El Horóscopo nos permite visionar principalmente el estudio de los temas según los datos que nos proveen las otras tres ramas de la Astrología. Denominamos tema a un esquema celeste levantado a una hora determinada, sobre un punto específico del globo terrestre. El cálculo permite que no haya que transportarse, ni el tiempo, ni en el espacio, para resolver el problema: enseguida veremos cómo. Antes de nada conviene conocer con exactitud la hora del tema, lo cual es a menudo imposible sobretodo cuando se trata de un nacimiento, ya que los minutos e incluso los cuartos de hora se dejan de lado habitualmente. El error de este primer dato puede emborronar todo el trabajo y si, en la práctica, estamos obligados a contentarnos con una buena aproximación, en realidad para las experiencias deberíamos utilizar una rigurosa exactitud. Seguidamente hay que determinar con cuidado el lugar geográfico. Esto último es fácil: un mapa detallado nos da la longitud y la latitud terrestres. He aquí la teoría del esquema celeste. Por el punto del lugar geográfico considerado como centro, se hace pasar un círculo: será el círculo del horizonte. Sobre este plano del horizonte, en el lugar determinado, se eleva una perpendicular por encima, hacia el cielo superior y por debajo, hacia el cielo inferior, determinándose así el Cenit y el Nadir. A continuación se orienta su horizonte, es decir, se recupera el Sur y el Norte. Después, por los puntos Sur y Norte, tomados sobre la circunferencia del horizonte, y por los puntos Cenit y Nadir, tomados sobre la esfera celeste, se hace pasar un plano que formará, en consecuencia, un gran círculo: es el plano del Meridiano. Este Meridiano cortará naturalmente en sentido perpendicular, los círculos del Ecuador celeste y de la Eclíptica. Así el punto donde cortará la Eclíptica se denominará Medio Cielo.
Si elevamos una perpendicular al plano del Meridiano desde el lugar geográfico dado por el plano del horizonte, se determinarán los puntos Este y Oeste. Así la Eclíptica se dividirá, para este lugar dado y para la hora dada, en cuatro partes, en cuatro puntos cardinales. El Este o Ascendente, el Medio Cielo, el Oeste y el Fondo del Cielo en oposición al Medio Cielo. Se dividirán cada uno de los cuadrantes obtenidos del círculo, en dos partes. Para ello hay que servirse de los tiempos horarios. En efecto, la Eclíptica es el camino medio que siguen los planetas y del que no se separan nunca más de 8º en latitud; se recorre en movimiento diurno, o aparente por cualquier astro en 24 horas, 12 diurnas y 12 nocturnas. Ya sean 12 del Este hacia el Oeste por el Medio Cielo y 12 desde el Oeste al Este por el Fondo del Cielo. Estas horas son naturalmente desiguales, ya que la Eclíptica no está dividida por el horizonte en dos partes absolutamente iguales, a no ser en el minuto preciso de cada equinoccio, es decir, dos veces al año. Así el Ascendente distará del Medio Cielo 6 horas desiguales o tiempos horarios; la posición más cercana de las dos que se determinan entre el Medio Cielo y él, estará a 4 horas desiguales del citado Medio Cielo; y la más lejana, que está cerca del Medio Cielo, estará a dos horas desiguales de este punto. Lo mismo sucederá con las doce porciones de la Eclíptica de cara al Medio Cielo. Cada una de estas porciones es una Casa Astrológica. Se concibe así que son variables con relación al infinito, dado que cambian a cada instante en función de cada lugar específico y que la superficie de la Tierra contiene una infinidad de lugares semejantes. En la práctica, se hace lo siguiente para levantar el esquema celeste: