CÓMO CUIDAR A TU NIÑONGO
MICELIO
Así que, como te dije, el micelio al interior de este muñeco de tela es realmente quien soy y para poder acompañarte debes aprender cómo puedes cuidar de mí. Colaboremos en el camino que, como el micelio que soy, tejeremos en adelante. Soy un niñongo hecho de orellanas
¿QUIÉN SOY?
Un micelio feliz se extiende en el espacio y con ciertas condiciones puede llegar a fructificar
Como mi nombre lo dice, soy un hongo. Pero ser un hongo no es para nada fácil. Tampoco estoy “sólo, como un hongo”, como erróneamente dicen, pues de pendo de tí, tu empatía y tu cuidado.
Aunque por fuera me ves como un muñeco de tela, esa es solo mi apariencia. Seguramente recordarás alguna seta que has visto brotar del suelo. Bueno, pues como esa seta, esta forma de tela es realmente superficial: mi cuerpo verdadero es un tejido blanco de hilos del gadísimos que se esconden a la vista. Esa maraña de hilos se llama micelio. A veces confunden a mi cuerpo con raíces de plantas… pero que idea más equivocada, soy y somos todos los hongos nuestro propio reino de la vida. Aunque no lo creas, nosotros sostenemos gran parte de la carga de lo vivo, pues es gracias a nosotros que el suelo es nu tritivo y lo que comúnmente desechas lo convertimos en nutrientes que otros seres pueden tomar.
¿CÓMO CUIDARME? MANTENENME FELIZ
Como te dije, el micelio siempre está bajo la tierra o bajo los cuerpos de los árboles. Eso es porque a nosotros, los hongos, no nos gusta mucho la luz, pero sí nos encanta la oscuridad, el calor y la humedad. Para cuidarme bien, trata de asegurar esas condiciones. Puedes dejarme en el tarro que me acompaña, en algún lugar oscuro, pero siempre mantén la tapa libre de cosas; yo respiro también, y podría ahogarme si colocas algo sobre el tarro donde viviré. Asegúrate que el algodón en la tapa esté siempre despejado. Para traerme la lluvia, que me encanta, puedes rociarme agua con atomizador de vez en cuando o ponerme un humidificador cerquita.
Con el tiempo, si mantienes esas condicio nes, verás que mi sombrero se llenará de un manto blanco. ¡No te asustes, ese soy yo! Si ves que esa masa blanca se pone algodono sa, como una nube, significa que vas en buen camino, me estás cuidando bien. Me he es tado comiendo el café dentro del sombrero, ya lo he abrazado, y ahora voy hacia afuera. Entre más me dejes crecer con mayor faci lidad tomaré la forma del muñeco. Eso sig nifica que estoy feliz. Si me dejas abrazar a todo el muñeco, me verás como un niñongo vivo y contento. Aún así, hay otros cuidados que debes tener en cuenta…
Sé que humanos como ustedes tienen vidas agitadas y lle nas de imprevistos. Mientras me cuidas, pueden surgir viajes cortos o salidas urgentes que te apartarán de mí y no podrás cuidarme. En ese caso, puedes colocarme un par de días en tu nevera y seguiré viviendo pero en un estado más lento; estaré en latencia. Ten cuidado de no dejarme más de dos o tres días, pues eso puede terminar por dormirme para siem pre y tendrás que preparar mi despedida.
¿CÓMO PONERME A DORMIR?
QUÉ HACER CUÁNDO ESTOY TRISTE
Cuando no me gusta el lugar en el que estoy, porque no me permite crecer, me pongo muy triste. Eso te lo comunicaré con mi coloración, ya que empezaré a crear una capa protec tora más seca y amarillenta. Para ponerme contento de nuevo necesito nutrientes y más humedad, por lo que puedes dar me algo de suero fisiológico con una jeringa, atravesando mi costra exterior, para que llegue al centro de mi sombrero. Me estarás dando una proporción muy rica de nutrientes. Con 5ml de suero será más que suficiente. Si ves que el suero chorrea, dame una menor cantidad. Mientras me mantengas en luz y humedad moderadas, ese re medio me servirá muchísimo. A veces, puede que me visiten vecinos inesperados que también se nutrieron con esa vacuna. En la siguiente parte te contaré qué hacer cuando me visitan aquellos que me caen mal.
¿QUÉ HACER SI ME VISITA ALGUIEN QUE ME CAE MAL? ¡NO ME TIRES! AÚN PUEDES AYUDARME.
Es fácil darse cuenta cuando algún otro ser me visita y empieza a competir con tra mí, esto me quita mucha energía y no me deja crecer feliz. Puedes saberlo cuando alcanzas a percibir un olor fétido y ácido, o cuando empiezan a aparecer sobre mí manchas negras, verdes, incluso rosas, básicamente mohos. Aquí hay una pequeña guía visual de cómo se pueden llegar a manifestar estos visitantes:
Una vez hagas eso, te recomiendo no darme mucha hu medad, pues eso puede ayudar a que esos vecinos ma lacara sigan proliferando. Si ya han proliferado demasia do, es decir, abarcan la mitad de mi sombrero, tal vez ya sea hora de mi despedida.
TIP SALVAVIDAS
Si llego a tener visitantes inesperados basta con apli carme agua oxigenada (8 partes de agua normal con 2 partes de agua oxigenada) o vinagre (6 par tes de agua normal con 4 partes de vinagre) con un atomizador en el lugar donde veas las manchas.
Si me has mantenido muy contento y ya he abrazado todo mi sombrero, puedes dejarme en un sitio donde me llegue algo de luz indirecta, donde pueda respirar más libremente y hacerme un cambio drástico (déjame 1 noche en la nevera). Esto va a estresarme, pero si tolero ese estrés vas a ver que sobre el blanco micelio aparecen pequeños bultos como chichones. Esa es una señal de que deseo llegar más lejos y buscar un lugar que me guste; la señal de que estoy madurando. Pero esto no es del todo malo, sólo me llevará a buscar otra manera de reproducirme y dispersarme. Esos bultos indican que voy a
CÓMO CUANDOSOYMADURO
Si continúas brindándome un ambiente muuuy húmedo, con mucho aire y un poco de luz indirecta, puedes esperar a que las setas se pongan cada vez más anchas, como un gran abani co. Puedes cosecharlas cuando más te guste, pero si no están muy maduras mantendrán mis esporas (que tienen un sabor más fuerte). Cuando se estén secando, te darás cuenta que se “achi copalan” un poco, se empiezan a poner rugosas. Ese es el último instante para cosecharlas, así que trata de cortarlas desde la base (el inicio de ese tallito blanco que sale del micelio). seta (ese tallito blanco que sale del micelio).
PRIMORDIOS
Si el lugar en el que me encuentro es muy cómodo y realmente nada me estresa, no querré gastar mi energía en buscar otro sitio para dispersarme.
ORELLANAS LISTAS PARA COSECHAR
Para mi despedida, podrías desmenuzarme, si quieres, o simplemente enterrarme, así como suelen hacer con ustedes los humanos, bajo la tierra de tu jardín o de tu matera. Recuerda que mi cuerpo es de tela, pero lo que realmente soy está ahí dentro, enmarañando y comunicando.Puedes conservar mi cuerpo como recuerdo o para darle cabida a otro de mis hermanos fúngicos, ¡estoy seguro que no du darán de querer conocerte! Despídeme en ese entierro, con todos los recuerdos compartidos, e imagina como me fundo con la tierra y que este micelio que soy, va a darle más energía a tus matas, mientras me fundo con el gran cosmos del suelo.
Si lograron brotar las setas de mí, es probable que no vuelvan a crecer, pues he gastado toda la energía que podía. También puede ser que nunca hayan brotado, pero has visto que el micelio se ha endurecido en un cuero blanco; me has visto crecer y transformarme por tu cuidado, lo cual te dejará muchas enseñanzas y lecciones.. Podrías mantenerme así un par de meses más, pero ya habré concluido mi ciclo. En ese momento, tal vez sea hora de despedirme.
CÓMO DESPEDIRME
Si necesitas más consejos sobre mi cuidado, o surgen problemas inesperados, puedes consultarle a Colectivo Noctiluca escribiéndoles al correo co.noctiluca@gmail. com o al Instagram @co.noctiluca ¡Puedes enviarles fotos de cómo he ido creciendo también!