Mariana García Benítez
Arte en la ruina
Guardias civiles borrachos, en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. -Federico García Lorca
A
ún con su tronco ahuecado por las quemaduras, un árbol de nombre kaki sobrevivió la bomba atómica detonada sobre Nagasaki en 1945. En 1994, el botánico japonés Masayuqui Ebinuma descubre y atiende el arbolito con un tratamiento sanador hasta lograr semillas. Las semillas fueron sembradas en diferentes escuelas de Japón convirtiendo a la progenie de este árbol en un símbolo de la fuerza de sobrevivencia de un país. En 1996 el artista Tatsuo Miyajima crea el proyecto Revive Time: Kaki Tree Project con el propósito de que artistas o maestros de escuela de distintas ciudades adquieran semillas de este árbol sobreviviente y lleven a cabo, junto con la comunidad, una ceremonia de siembra. Esta iniciativa logra internacionalizar la plantación del kaki y con ello llevar un mensaje en contra de la guerra mas allá de las cosas japonesas. Al 2009, se han sembrado árboles kaki en más de trescientas ciudades del mundo. San Juan es una de estas ciudades. Gracias a la gestión del artista Elías Adasme, el 11 de septiembre del 2006 Puerto Rico se unió a esta cadena de siembras. Dos árboles son plantados en la isla; uno de ellos en el Museo de Arte Contemporáneo y el otro en la Fundación Luís Muñoz Marín.
Fotos Suministradas
fuera de la sombra
La dinámica de Revive Time permite que un artista que no es Miyajima retome el proyecto y lo lleve a cabo en el país en el que reside. El artista interesado, en este caso Elías Adasme, funge como el coordinador. El objetivo es que en el encuentro de la comunidad se fomenten las tres ideas base del proyecto: la activación de una conciencia de paz, motivar a los participantes a que determinen sus ideales y convertir al participante en el protagonista de la obra. Por ejemplo, las escuelas, los científicos, el personal del museo y el público general que asistieron al evento de la siembra en la isla se convirtieron en los protagonistas de esta “edición” del árbol kaki. Con esta obra, Adasme logra compartir sus preocupaciones ecológicas, sociales y políticas. Pero su rol como artista cambia, entre otras cosas, al ceder su lugar protagónico. En el arte contemporáneo el artista no es solamente aquel que produce un objeto con sus manos y con su intelecto sino quien genera el espacio para concienciar al público teniendo este último una participación directa en la elaboración de la obra. Por otro lado, este tipo de trabajo se aleja de la noción de que la obra de arte es un objeto al que hay que proteger del deterioro del tiempo. Este trabajo tiene características del llamado “Process Art” concepto con el que se nombra este tipo de obras a mediados de los años 60. Como indica su nombre, este arte pretende que la ejecución de la pieza y los cambios que experimentan los materiales que la contienen sean la obra de arte. La pieza estará hecha de materia perecedera, animales sin vida y todo tipo de vegetación, que son manipulados en escena o dejados en ella para que muestren los cambios físicos que experimentan. Unido al performance, los rituales y la participación de la comunidad, este género artístico busca crear un ambiente donde el espectador sea consciente o recuerde los procesos de vida y muerte. En el caso de Revive Time, la obra tendrá tanta extensión de tiempo como todo lo que le tome al árbol crecer y luego morir. Mientras tanto, como explica el artista, lo importante es que se ventilen temas a los que las generaciones que no vivieron el bombardeo atómico deben acercarse. Explicar a niños y jóvenes adultos que los seres humanos acaban con otros seres humanos por distintas razones no
Niños plantan un árbol de kaki en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico.
Diálogo / Desafío/ marzo - abril 2009 17
Al lado, Kaki moribundo a consecuencia del uso bélico de la energía atómica en Japón. Arriba, el mismo árbol, pero reavivado de las cenizas del holocausto nuclear.
es sencillo. Este proyecto les deja saber a los jóvenes que muchos adultos alrededor del mundo han decidido estar en contra de este tipo de violencia. Podemos pensar que sembrar un árbol es un gesto menor frente a la devastación creada por una bomba atómica. Pero lo que pretende este tipo de iniciativa es promover la educación de la historia y la formación de ideales políticos y sociales que promuevan la paz, no competir con el horror. A través de la siembra del árbol, los participantes entienden que la paz se trata de actos, no de posibilidades. La esperanza puede ser etérea, un vocablo que repiten sin entender demasiado bien. Pero el arbolito que sobrevivió (casi imposiblemente) y que ahora pueden tocar mientras le dan vida no es etéreo. Con sus manos los niños también ayudan a sanar las heridas del pueblo de Nagasaki. El árbol kaki sembrado en la isla es de la tercera generación del árbol sobreviviente. Quienes sembraron el árbol son también de la tercera o cuarta generación luego de la bomba atómica. Al sembrar el árbol se crea una relación directa, viva, entre los sobrevivientes del ataque atómico y la juventud que no experimentó la calamidad. Hay muchas ideas que flotan sin palabras al llevarse a cabo este tipo de proyectos. Revive Time es una reacción contundente y bien pensada ante las ideas en las que se apoyan y que alientan nuestros impulsos guerreros. _____ La autora es periodista de cultura.