IX
Veo tu cuerpo alzarse ante la línea que separa los tiempos que vivimos. Pero sé que no estás. Que es espejismo todo cuanto a ti me remite. Vienes a mí ofreciendo -aunque ya sabes que cada sueño nace a un plomo atadolas migajas de toda una existencia. Acaso ésta ilusión, que dura un pestañeo y hace del tiempo un círculo cerrado, es todo lo que abarca la anchura de mi frente. Los radios que me unen desde el centro hasta el borde de tu vida son agujas que siegan mientras giran.
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