CRÓNICA DEL SEGUNDO ENCUENTRO
Viernes 10 de Abril de 2015 en
Introducción El segundo encuentro del Club del Cuaderno España se realizó el viernes 10 de abril en el Museo ABC de Dibujo e Ilustración, en Madrid. Para los numerosos asistentes que acudieron al encuentro, ese viernes tenía un no-sé-qué: el fin de la pesada semana que siguió a las vacaciones de Semana Santa tenía que ser especial, y a la sazón del dibujo socializado, la colaboración mutua y la preciosa vista de las terracitas de Conde Duque desde la sala, dicha expectativa se cumplió ampliamente. Una vez dicho esto, los invitamos a compartir la experiencia vivida por más de 45 personas en aquel iluminado altillo en calle Amaniel.
La partida Como cualquier primer momento, a la hora señalada múltiples personas habían acudido puntualmente al encuentro y se presentaron con cierta timidez entre sí. Para ellos, la sala estaba provista de amplios mesones de trabajo sobre los cuáles Sofía y Leandro – organizadores del evento - dispusieron algunos materiales que buscaban asistir a aquellos participantes que no contaran con elementos para dibujar. Cada cual tomó su lugar y en pequeños grupos que progresivamente se hicieron mayores, proliferaron breves charlas acerca del motivo que los reunía. ¿Desde cuándo dibujas? / ¿Te gusta dibujar? ¿Dónde conseguiste esos lápices? / ¡Qué bonito color! Del mismo modo, muchos se tomaron unos minutos para leer el reglamento del Club del Cuaderno, guardar una copia y comentarlo con el resto. La mayor parte de los asistentes llevaron materiales propios, y las mesas se llenaron de lápices de colores, bolígrafos, marcadores, acuarelas, papeles, tijeras y pegamento. Tras algunos minutos la aprensión desaparecería, y los dibujos se poblarían de esta diversidad a la par que los materiales rodarían de mano en mano. Se propuso como punto de partida intercambiar los cuadernos lo más posible y dejarse sorprender.
El azar Como actividad inicial para “romper el hielo” con el ejercicio del dibujo, los organizadores propusieron la realización conjunta de una “tómbola de títulos”: cada participante podía tomar un papel con el título tentativo de su próximo dibujo, así como también agregar títulos para que otros desarrollaran los suyos. La consigna fue “entre más creativos, mejor.” Made in China / Argentina / Cabeza de brócoli Mordí a mi perro / Tarde en la playa El silencio apareció a momentos como señal ya no de distancia, sino que de concentración transversal. Los compañeros de mesa se transformaron tentativamente en críticos de dibujo, eran invitados a opinar y compartir del mismo modo su propio trabajo. Muchos posaron entusiastamente al registro fotográfico de la actividad realizado por Raquel Sayago: “Es una forma de acordarme de este dibujo, que estoy haciendo en un cuaderno que no es el mío”.
La comunicación es una relación Hasta bien entrada la actividad, seguían llegando personas a la sala y ocupando las escasas sillas que aún permanecían vacías. La propuesta fue que los asistentes que ya habían recibido instrucción acogieran a los recién llegados y les enseñaran las reglas, así algunos entusiastas se encargaron de ello. Por su parte, Sofía y Leandro visitaban diferentes grupos compartiendo su trabajo y contándole a los interesados el origen del Club del Cuaderno entre Córdoba y La Plata: dos geografías del otro lado del mar en las cuales el proyecto goza de buena salud y ganas de seguir creciendo.
La despedida La diversión de la tarde hizo pesada la despedida, pocos se querían ir. Cada uno recuperó su cuaderno y reunió sus materiales para partir. Se despidieron los improvisados nuevos amigos y se desearon un “hasta la próxima”, consultando con ímpetu acerca del siguiente punto de encuentro del Club del Cuaderno. Entre todos se puso orden a la sala y la autofelicitación colectiva fue honesta, pues el lugar estaba limpio y ordenado, tal y cómo fue prestado por el Museo ABC. Los diversos grupos fueron yendo a casa o a alguna terraza cercana a revisar sus cuadernos: a recibir con sorpresa y júbilo los dibujos realizados entre sus páginas por otros asistentes al encuentro, atento como quien escucha las historias de un amigo al regreso de un largo viaje. Carolina Olmedo Carrasco Madrid, abril de 2015
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