Telar ´Número 47

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reunimos en la sede de Curiñanco donde estaban nuestras cosas, y, los más “abuelitos” buscaron sus frazadas para protegerse del clima fresco. Es decir, el ánimo y las ganas fueron más que el clima, ¿no? Sin lugar a dudas. Pasamos la jornada cantando, conversando y jugando a las cartas. Sabíamos que la lluvia en algún momento se dejaría caer, sin ser impedimento; más bien fue hermosa y nos ayudó para fortalecer las relaciones y dialogar entre todos. Recuerdo que al día siguiente, domingo 16, preparamos el equipo de misioneros que iría hasta el sector de San Bonifacio. De esta manera cumpliríamos el objetivo de dividir el equipo y así atender de mejor forma los diversos sectores. El equipo de Curiñanco inmediatamente comenzó las labores de cambio e instalación de un nuevo cerco para la capilla y afinar detalles para las actividades con niños y visita a los hogares, mientras el equipo de San Bonifacio iniciaba la marcha hacia su destino: la sede social del lugar. Allí las personas esperaban la llegada del grupo. Finalmente, despedimos al P. Mario Gutiérrez, quien regresó a Temuco para proseguir tareas en el Colegio. ¿Qué nos podrías decir en torno al “sentir de las personas del lugar”? De mucha alegría. Daba la impresión que nos esperaron durante todo el año. Muchos nos acogieron y nos trataban con cariño. En sus palabras las expresiones que más se repetían eran “gracias por venir”, “gracias por estar con nosotros”, y así. Por ejemplo, el lunes 17 fuimos a trabajar en el jardín Peewe Peuma, que significa “Mis Sueños”, y nos acogieron con los brazos abiertos. Allí jugamos, repartimos dulces y compartimos colores y cuentos con los más pequeños. El P. Mario 8

Bússolo estuvo todo el tiempo con nosotros; su espíritu misionero lo hizo estar presente en todos los frentes misioneros, sobre todo con el diseño y confección de la nueva cerca para la capilla de Curiñanco. Así fuimos concretando cada uno de los objetivos que nos establecimos.

decir que “mejor en otro momento”. Sabemos que las cosas en ocasiones no son fáciles o las más deseadas, pero el equipo quedó contento, pues logró llegar hasta un sector de difícil acceso por su topografía muy compleja. Es en ese contexto donde nace el término “curi-facio”.

Al parecer, la mateada fue una de las actividades más esperadas. Y es quizás el mejor signo para demostrar que las personas estaban contentas con nuestra presencia. Fue el miércoles 19. Entre sopaipillas, tortillas, mates dulces y amargos, comenzó a sonar la guitarra con valses y guarachas. Lo que en sus comienzos era algo más o menos tímido fue tomando cuerpo. Al final, la alegría, el compartir y las risas ayudaron a olvidar la lluvia que se dejaba caer con intensidad. Bueno, la obra de teatro que organizó el grupo de misioneros hizo reír a todos a carcajadas. Recuerdo que desde un comienzo, cuando asomó la idea de una mateada, el propósito era fortalecer lazos entre la comunidad y los misioneros, y ciertamente que lo conseguimos. Ver a la señora María o don Belisario reír, fue para nosotros un buen termómetro para tomar la temperatura a la misión.

¿Curi-Facio? Sí. Es la síntesis de Curiñanco y San Bonifacio. Ya no habrá más Proyecto Curiñanco, sino Curi-Facio, en el sentido de unificar y mejorar este servicio misionero en ambos sectores. Es como la suma de interacciones, de vivencias, entre los dos equipos de misioneros. Algo de ello se dejó entrever el jueves 20, penúltimo día del tiempo de misiones. Hubo una última actividad artística con los más pequeños, luego la eucaristía con la comunidad cristiana, que participó activamente. El tema fue el compartir. Sin embargo, nadie sospechó que al finalizar la celebración eucarística la comunidad prepararía una de las más lindas despedidas, con canapés, kuchen, sopaipillas, etc. Todos nos abrazamos y nos alentamos, y nos deseamos un buen año. Después nos congregamos ambos equipos misioneros en la sede de Curiñanco. La nostalgia se apoderó de nuestros corazones, y fuimos preparando los detalles para el retorno, que sería al día siguiente. Antes bien, a eso de las 23.00 hrs. tuvimos una entretenida velada, donde la soprendente participación del actor Che Mario (P. Mario Bússolo), fue creíble y bastante entretenida. Sin embargo, los detalles exquisitos y muy entretenidos los dejaremos para otro momento. t

Hasta el momento sólo nos das noticias de Curiñanco. ¿Qué nos puedes contar sobre San Bonifacio? En todo momento estuvimos en comunicación con el equipo que estaba en San Bonifacio. Ellos se impresionaron frente a la cantidad de hogares que hay en el sector. Un día lograron bajar a la caleta de pescadores llamada Pilocura, pero la acogida no fue la deseada. Algunas personas miraban con recelo la presencia de los misioneros, y en más de alguna visita se oyó PASTORAL JUVENIL

Kenita


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