!No a la violencia fundamentalista, si a la vida!- Nov 2007

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Unión entre mujer y salud El miércoles 25 de julio, en la sesión de vistas públicas del Congreso Nacional para tratar la perspectiva legal del tema del aborto, se produjo una alianza elemental. El gremio médico, representado por las máximas autoridades del Colegio Médico Dominicano y de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología, hicieron sinergia con el amplio grupo de mujeres que desde hace décadas luchan por los derechos sexuales y los derechos reproductivos.

Con la presencia del doctor Enrriquillo Matos, presidente del Colegio Médico Dominicano, el representante de la comisión de dicha institución, doctor José Figueroa leyó la propuesta del gremio médico. A continuación cito: “No se sanciona a la persona o la mujer que se realice un aborto de un embarazo fruto de una violación o un incesto, o cuando la continuación del embarazo pone en peligro la vida de la mujer, por la presencia de

Quehaceres 10 alguna enfermedad mórbida grava, o en los casos de embarazo con feto portador de malformaciones congénitas incompatible con la vida, demostradas científicamente”. El doctor Ángel Terrero, presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología, leyó una declaración de la reunión conjunta de las Sociedades de Ginecología y Obstetricia y Asociaciones de Planificación Familiar de Centroamérica, y República Dominicana, efectuada en Panamá en mayo del 2007. En dicho texto se exponen tres acápites importantes: Prevenir el aborto, asegurar que las decisiones médicas, éticas y necesarias para salvar la vida de las mujeres embarazadas puedan ser tomadas sin temor a persecución criminal, a tra-

vés de la adopción de legislación y políticas públicas, que garanticen que las mujeres puedan y deban acceder a un aborto como intervención terapéutica y, por último, reafirmar su intención de colaborar con los gobiernos para que cumplan con su obligación de proveer y garantizar acceso adecuado a los servicios de salud reproductiva. Un gran número de mujeres, a título de ciudadanas y diferentes grupos e instituciones defensoras de los derechos de las mujeres, se manifestó solicitando despenalizar el aborto dentro de los 90 días de gestación cuando es resultado de una violación sexual, incesto, cuando pone en peligro la vida de la mujer o el embarazo es el resultado de una fecundación humana no consentida. En República Dominicana, el aborto provocado está prohibido por ley, sin distinción alguna. A pesar de esta ley, en el 2006 en el país se registraron

aproximadamente 100,000 abortos inducidos, según datos del Alan Guttmacher Institute, una organización mundial que estudia la problemática del aborto en países del primer mundo y en vías de desarrollo. Definitivamente, el prohibir los abortos no ha funcionado, pero sí promueve a que los mismos se realicen en condiciones inseguras, clandestinos, aumentando la morbi mortalidad materna. Es oportuno recordar que nuestro Estado está invirtiendo muchos millones de dólares para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y dentro de ellos está disminuir la mortalidad materna, que es de las más altas de América Latina, 178 por cada 100,000 nacimientos. Es necesario hacer inclusiones al Código Penal para encaminarnos a evitar la alta tasa de abortos inseguros. Definitivamente ha habido una sinergia positiva. LILLIAM FONDEUR

La legitimidad de una ley está directamente relacionada con su aceptación por parte de la sociedad y pareciera que nuestra población, mayoritariamente católica, no considera el aborto como la privación de la vida de una persona pues, de lo contrario, esta práctica no tendría tanta incidencia. La doble moral únicamente beneficia los intereses económicos de quienes se lucran con la sanción penal. Alina Ramírez/En vista pública

¿Por qué castigar, por qué penalizar la suspensión voluntaria del embarazo en circunstancias generadoras de muerte e infelicidad? ¿Por qué negarle a la mujer embarazada y/o a la pareja el derecho a decidirse por el aborto terapéutico? ¿Acaso esa interrupción salvadora es condenable? ¿Acaso es algo virtuoso y humano aceptar pasivamente la infelicidad y la muerte? La defensa de una vida física y mentalmente saludable, la prevención de la muerte física y espiritual, o de trastornos y sufrimientos mayores es lo que aconseja el aborto terapéutico. Y más aún, la despenalización de toda interrupción de los embarazos no deseados o clínicamente necesarios. Penalizarla es parte de la cultura de la muerte. Oponerse a la despenalización del aborto equivale a la negación de un derecho humano fundamental y muy especialmente conduce a la violación de la soberanía de la mujer sobre su propio cuerpo y al atropello de su propia vida. Narciso Isa Conde, El Nacional


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