Vencer recorte del editor: La adversidad al margen del apego

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r e c o r t e d e l e d i t o r

LA ADVERSIDAD AL MARGEN

DEL APEGO

“Todo el mundo anhela ser amado. Y lo más grande que podemos hacer es que la gente sepa que es amada y capaz de amar.”

Fred Rogers

Lucas tenía tres años cuando su madre, quien era una alcohólica, se suicidó. Su padre había desaparecido, así que él y su hermano de un año fueron quienes la encontraron. Hicieron todo lo posible por despertarla, sin comprender que ella se había ido. Al final, su hermano mayor volvió del colegio y se lo contó a un vecino quien llamó a la policía. Lucas y sus hermanos fueron de casa en casa de

acogimiento temporal, pasando por cinco colocaciones diferentes en solo dos años. Se negaba a comer y estaba gravemente desnutrido. No hablaba en el colegio ni participaba en las actividades de clase. A menudo tenía ataques de ira y tiraba cosas. Su trabajadora social no tenía idea de cómo cuidar mejor a Lucas.

Lucas y sus hermanos no son los únicos. En todo el mundo, millones de niños han sido separados de sus padres. Las cifras son asombrosas:

● Unicef estimates that there are around 15 million double orphans, or children who have lost both parents.1

● A 2020 study estimated that there were between three and nine million children living in residential care.2 Of those, a majority have living parents but are separated from them.3, 4

● The International Foster Care Organization estimates more than 169,000 are in foster care around the world.5,6

● The UN Refugee Agency estimates there are more than 150,000 child refugees and asylum seekers who are separated from their parents.7

Los niños que han sido separados de sus padres no sólo han experimentado la adversidad de la separación, sino también las adversidades que llevaron a la separación y las que vienen como resultado de la separación. Pensemos en Abel. Tenía seis años cuando su madre murió al dar a luz.

Su padre no sabía cómo ayudar a Abel a procesar su duelo y se volvió muy distante. Finalmente, el padre decidió que no podía cuidar de Abel y de su hermanita, así que los llevó a un orfanato. Abel y su hermana fueron separados en distintas zonas del orfanato. Antes, Abel la había amado y adorado, pasando horas cuidándola mientras su padre lloraba a su madre. Ahora, sólo la veía una vez al día. Abel experimentó una pérdida tras otra.

Apego y Adversidad

Un apego sano puede ayudar a un niño a superar la adversidad. Por desgracia, también parece que los niños que han sido separados de sus padres (sus figuras de apego) también tienen más probabilidades de sufrir adversidades. En un estudio de 529 adultos con experiencia de cuidado (por ejemplo, cuidado residencial o acogimiento) durante la infancia, el 100% de ellos de ellos declararon haber sufrido al menos una ACE (por sus siglas en Inglés: +Experiencia Adversa en la Infancia), y el 57%, cuatro o más.8 Esta cifra es muy superior a la observada en el público en general, donde las tasas de cuatro o más ACE oscilan entre el 1% y el 38%. Esta cifra es muy superior a la observada en el público en general, donde los índices de cuatro o más ECA varían entre el 1% y el 38%.9 Evidentemente, las ACE son una consideración importante a la hora de cuidar a los niños vulnerables. Además, estas experiencias a menudo están en capas y entrelazadas, lo

que añade una gran complejidad al desarrollo de los niños para convertirse en adultos sanos y prósperos. La experiencia de múltiples adversidades, especialmente tras la separación del cuidado parental, puede repercutir de por vida en el bienestar de los niños y en su desarrollo físico, emocional y cerebral.10

Resiliencia en Niños Separados de sus Padres

La exposición a traumas interpersonales en la infancia, como el maltrato, el abandono o la pérdida de un cuidador, se asocia a niveles más bajos de resiliencia.3, 11 Además, los niños que han sufrido estas experiencias suelen carecer del apoyo y los factores de protección necesarios para desarrollar una resiliencia saludable. Sin embargo, la investigación ha descubierto que muchos niños con antecedentes de adversidad pueden mostrar altos niveles de resiliencia, especialmente una vez que se les retira de las circunstancias de adversidad continua y se les coloca en un entorno familiar estable y de apoyo.12

De hecho, la crianza con apoyo13 y las relaciones continuas y estables con los cuidadores14 se encuentran entre los factores más importantes asociados a los resultados positivos tras la separación del cuidado parental. Cuando se desarrolla un apego sano, la investigación sugiere que puede contribuir a que los niños vulnerables demuestren resiliencia.5 Los cuidadores pueden aprender a mejorar la calidad del apego de sus hijos y las formas de apoyar la

resiliencia a través de pequeños cambios constantes que pueden realizarse a diario.

La Familia Ofrece Sanidad

¿Qué significa todo esto para los niños separados de sus padres? ¿Qué esperanza tienen? Curiosamente, los estudios demuestran que los niños pueden desarrollar vínculos afectivos con padres no biológicos, como padres adoptivos, de acogimiento temporal o familiares, con gran éxito. Una revisión de 270 estudios con más de 230.000 niños adoptados de centros residenciales y niños que permanecieron en centros residenciales reveló que los niños trasladados al cuidado de una familia tenían más probabilidades de mejorar en los hitos del desarrollo en comparación a los niños que permanecieron en centros residenciales.15 Estos niños mejoraron en crecimiento, estatura, apego a sus cuidadores y rendimiento escolar. A pesar de experimentar los efectos negativos de una ruptura en su relación de apego, la mayoría de los niños del estudio pudieron empezar a reconstruir su relación de apego y recuperar gran parte del desarrollo que habían perdido. Entonces, ¿Cómo lo hacemos? Para que los niños que han sufrido adversidades tempranas obtengan mejores resultados, debemos proporcionarles, en la medida de lo posible, relaciones de cuidado seguras. Tanto las Escrituras como la ciencia sugieren claramente que los niños se desarrollan mejor en familia.4, 16, 17, 18 Idealmente, los niños

serán criados por padres biológicos sanos que cuidan e invierten en el bienestar de sus hijos. Sin embargo, vivimos en un mundo roto, y no todos los padres biológicos están dispuestos o son capaces de cuidar de sus hijos. En esos casos, los padres pueden necesitar apoyo para tener éxito, o puede ser necesario retirar al niño del cuidado parental por su seguridad y bienestar. En estos casos, queremos encontrar un acogimiento para el niño de acuerdo con su interés superior. Puede tratarse de un acogimiento por familia extensa, una adopción o un acogimiento temporal. Sea cual sea el entorno, tener un adulto dedicado que lo ame es importante para los niños. Cuando los niños ven que a una persona se le iluminan los ojos cuando ellos entran en la habitación, saben que son bienvenidos y queridos. A menudo, ése es el primer paso en la construcción del apego.

Lo fue para Lucas. Él y sus hermanos se encontraron con una nueva familia de acogimiento temporal. Esta familia tenía mucha experiencia con niños diferentes, y no les sorprendió los comportamientos de Lucas. Estaban contentos de que estuviera con ellos y se lo decían a menudo. Por primera vez, oyó un «te amo». Le encantaban las rutinas del hogar: los tiempos de comidas, la iglesia los domingos y la lectura de libros en el sofá a la hora de acostarse. Su madre adoptiva era una buena cocinera; él comía bien y subió de peso rápidamente. Jugaba al aire libre y tenía deberes diarios en casa. Fue a terapia con su hermano y sus padres de acogimiento para aprender a regular sus emociones. Sus arrebatos disminuyeron

drásticamente. Finalmente, Lucas y sus hermanos fueron adoptados por una familia que los supo amar bien. Se convirtió en un adulto de éxito con un trabajo que le encantaba y con un gran grupo de amigos.

Lucas prosperó en sus relaciones de apego seguro con su familia de acogimiento temporal, un testimonio del poder transformador de estas relaciones de apoyo en el desarrollo de la resiliencia y el bienestar general, una travesía de la que se han hecho eco innumerables personas en circunstancias similares.

REFERENC IAS

1. UNICEF (2016). For every child, end AIDS: Seventh stocktaking report, 2016. UNICEF. https://www.unicef.org/reports/every-child-end-aids-seventh-stocktaking-report-2016

2. Desmond, C., Watt, K., Saha, A., Huang, J., & Lu, C. (2020). Prevalence and number of children living in institutional care: global, regional, and country estimates. The Lancet Child & Adolescent Health, 4(5), 370-377. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(20)30022-5

3. Wilke, N. G., Howard, A. H., Todorov, S., Bautista, J., & Medefind, J. (2022). Antecedents to child placement in residential care: A systematic review. Institutionalised Children Explorations and Beyond, 9(2), 188-201. https://doi.org/10.1177/23493003221082333

4. van IJzendoorn, M. H., Bakermans-Kranenburg, M. J., Duschinsky, R., Fox, N. A., Goldman, P. S., Gunnar, M. R., Johnson, D. E., Nelson, C. A., Reijman, S., Skinner, G. C. M., Zeanah, C. H., & Sonuga-Barke, E. J. (2020). Institutionalisation and deinstitutionalisation of children 1: A systematic and integrative review of evidence regarding effects on development. The Lancet Psychiatry, 7(8), 703-720. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(19)30399-2

5. IFCO (n.d.). Foster care around the world. IFCO. https://www.ifco.info/about-foster-and-kinship-care/foster-carearound-the-world/

6. Petrowski, N., Cappa, C., & Gross, P. (2017). Estimating the number of children in formal alternative care: Challenges and results. Child Abuse & Neglect, 70, 388-398. https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2016.11.026

7. UNHCR Hong Kong (n.d.). Fleeing Unaccompanied: Healing the suffering of children who’ve lost everything. UNHCR Hong Kong. https://www.unhcr.org/hk/en/unaccompanied-children

8. Howard, A. H., Gwenzi, G. D., Taylor, T., & Wilke, N. G. (2023). The relationship between adverse childhood experiences, health and life satisfaction in adults with care experience: The mediating role of attachment. Child & Family Social Work, 28(3), 809-821. https://doi.org/10.1111/cfs.13006

9. Hughes, K., Bellis, M. A., Hardcastle, K. A., Sethi, D., Butchart, A., Mikton, C., Jones, L., & Dunne, M. P. (2017). The effect of multiple adverse childhood experiences on health: A systematic review and meta-analysis. The Lancet Public Health, 2(8), e356-e366. https://doi.org/10.1016/S2468-2667(17)30118-4

10. Herzog, J. I., & Schmahl, C. (2018). Adverse childhood experiences and the consequences on neurobiological, psychosocial, and somatic conditions across the lifespan. Frontiers in Psychiatry, 9. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2018.00420

11. Simeon, D., Yehuda, R., Cunill, R., Knutelska, M., Putnam, F. W., & Smith, L. M. (2007). Factors associated with resilience in healthy adults. Psychoneuroendocrinology, 32 (8-10), 1149–1152. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2007.08.005

12. Fisher, P. A. (2015). Adoption, fostering, and the needs of looked-after and adopted children. Child and Adolescent Mental Health, 20(1), 5-12. https://doi.org/10.1111/camh.12084

13. DeGarmo, D. S., & Forgatch, M. S. (1999). Contexts as predictors of changing maternal parenting practices in diverse family structures: A social interactional perspective of risk and resilience. In E. M. Hetherington (Ed.), Coping with divorce, single parenting, and remarriage: A risk and resiliency perspective (pp. 227–252). Lawrence Erlbaum.

14. Flores, E., Cicchetti, D., & Rogosch, F. A. (2005). Predictors of resilience in maltreated and nonmaltreated Latino children. Developmental Psychology, 41(2), 338–351. https://doi.org/10.1037/0012-1649.41.2.338

15. Van IJzendoorn, M. H., & Juffer, F. (2006). The Emanuel Miller Memorial Lecture 2006: Adoption as intervention. Metaanalytic evidence for massive catch-up and plasticity in physical, socio-emotional, and cognitive development. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 47(12), 1228-1245. https://doi.org/10.1111/j.1469-7610.2006.01675.x

16. Ijzendoorn, M. H., Bakermans-Kranenburg, M. J., Coughlan, B., & Reijman, S. (2019). Annual research review: Umbrella synthesis of meta-analyses on child maltreatment antecedents and interventions: Differential susceptibility perspective on risk and resilience. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 61(3), 272-290. https://doi.org/10.1111/jcpp.13147

17. Ferrara, P., Cutrona, C., Guadagno, C., Amodeo, M. E., Del-Vescovo, E., Ianniello, F., & Petitti, T. (2018). Changes in trajectories of physical growth in a domestic adoptees sample: A preliminary study. The Turkish Journal of Pediatrics, 60(4), 464-466. https://doi.org/10.24953/turkjped.2018.04.021

18. Wade, M., Fox, N. A., Zeanah, C. H., & Nelson, C. A. (2019). Long-term effects of institutional rearing, foster care, and brain activity on memory and executive functioning. Proceedings of the National Academy of Sciences, 116(5), 1808–1813. https://doi.org/10.1073/pnas.1809145116

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