2 åµ Mahou omo dice un amigo: “A mi me gustan las carreteras como las mujeres, malas y con curvas” Pues a eso nos dedicamos en la primera ruta ChopperON Clan Destino. Nos reunimos ocho motos, que es una cifra muy adecuada para un grupo. La salida desde Tielmes ya nos acercó al ambiente rural que atravesamos durante todo el trayecto. Pasamos por Carabaña, famoso por sus aguas y con un nuevo balneario en la misma carretera. Dirección Pastrana, pero en el último cruce hay que desviarse a la derecha.
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Sayatón y Sacedón se suceden. Comemos en Casa Goyo (muy recomendable pedir un churrasco de pantagruélicas dimensiones), un restaurante en Alcocer, donde se inicia una planicie considerable y se abre el paisaje. En Cañaveras hay que ir atento y desviarse hacia Priego y Cañavares, la Ruta del Mimbre. Un desvío poco señalizado indica Fuerteescusa y Poyatos. Ahí se acaba el asfalto bueno o decente para entrar en una carretera forestal que bordea el río Escavas. Unos arcos que atraviesan la rojiza
piedra parecen anteceden a un tramo aún mejor. Y lo es. Una espectacular carretera de sol y sombra, aromatizada por la abundante foresta. En una encrucijada donde hay un cubo metálico suspendido en el aire por cables, giramos por la izquierda, que aunque no está indicado, nos lleva a Tragacete. Antes de llegar a Huélamo giramos a la izquierda hacia Guadalaviar, recorriendo el revirado puerto de El Cubillo de 1.617 m, y el de El Portillo (1.790 m). El frío aprieta y en una pausa nicotínica lo solucionamos. Guadala-
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viar en un centro importante de la trashumancia (existe un museo temático). Se atraviesa el pueblo por unas callejas de piedra, torciendo las nucas de los lugareños. Hicimos noche en Tramacastilla, en un alojamiento que ya conocemos -El Batán-. Una antigua fábrica de mantas de lana. El sol de Albarracín nos da esperanzas mañaneras, su entorno es glorioso para rodar en moto, y más tarde llega la recta enorme que nos acerca a Teruel. Gasolina y a seguir por un tramo de la autovía mudéjar hasta el desvío de Puebla de Valverde, para adentrarnos en el Maestrazgo por Mora de Rubielos y Rubielos de Mora. ¡Qué cachondos! En Fuente de Rubielos bajamos hacia el pantano de Arenoso, por una carretera bien asfaltada, con poco tráfico y de deliciosos trazados y paisajes. ¡Qué no se acabe nunca! A la altura del monasterio de El Salvador, ya en Castellón, divisamos el mar y el paisaje pierde emoción. En Onda damos el trayecto por terminado, aunque una paella nos esperaba en Benicassim para poner la guinda a nuestra ruta.
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