Resurgir | Diciembre 2011

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PÁGINA Nº 9

ASOCIACIÓN RESURGIR

BOLETÍN Nº 22

los agricultores. Producen el 70% de todo lo que la humanidad consume. Por eso, deben ser oídos e incluidos en cualquier solución que sea tomada por el poder público, por las empresas, y por la sociedad, pues se Ya somos 7 mil millones de personas. ¿Habrá ali- trata de la supervivencia de todos. mentos suficientes para todos? Hay varias respuestas. Dada la superpoblación humana, cada pedazo de Escogemos una del grupo Agrimonde (véase Dévelop- suelo debe ser aprovechado pero dentro del alcance y pement et civilisations, septiembre 2011) con base en de los límites de su ecosistema; se deben utilizar o reciFrancia, que estudió la situación alimentaria de seis clar lo más posible todos los residuos orgánicos, econoregiones críticas del planeta. El grupo de científicos es mizar al máximo la energía, desarrollando las energías optimista, incluso para cuando seamos 9 mil millones alternativas, favorecer la agricultura familiar, las code habitantes. Propone dos caminos: profundizar la operativas medianas y pequeñas. Y finalmente, ir conocida revolución verde de los años 60 del siglo pasa- hacia una democracia alimentaria en la cual productodo y la llamada doble revolución verde. res y consumidores tomarán conciencia de las respecti-

¿Es posible alimentar a siete mil millones de personas?

La revolución verde tuvo el mérito de refutar la tesis de Malthus, según la cual ocurriría un desequilibrio entre el crecimiento poblacional de proporciones geométricas y el crecimiento de alimentos en proporciones aritméticas, produciendo un colapso de la humanidad. Comprobó que con las nuevas tecnologías, una mayor utilización de las áreas agrícolas cultivables y una masiva aplicación de tóxicos, antes destinados a la guerra y ahora a la agricultura, se podía producir mucho más de lo que la población demandaba. Tal previsión demostró ser acertada, pues hubo un salto significativo en la oferta de alimentos, aunque por causa de la falta de equidad del sistema neoliberal y capitalista, millones y millones de personas siguen teniendo una situación de hambre crónica y de miseria. Bien es verdad que ese crecimiento alimentario ha tenido un costo ecológico extremadamente alto: se envenenaron los suelos, se contaminaron las aguas, se empobreció la biodiversidad además de provocar erosión y desertificación en muchas regiones del mundo, especialmente en África.

vas responsabilidades, con conocimiento e información acerca de la situación real de sostenibilidad del planeta, consumiendo de forma diferente, solidaria, frugal y sin desperdicios. Tomando en cuenta tales datos, Agrimonde propone una doble revolución verde en el siguiente sentido: acepta prolongar la primera revolución verde con sus contradicciones ecológicas, pero simultáneamente propone una segunda revolución verde. Ésta implica que los consumidores incorporen hábitos cotidianos diferentes de los actuales, más conscientes de los impactos ambientales y abiertos a la solidaridad internacional para que el alimento sea de hecho un derecho accesible a todos.

Siendo optimistas, podemos decir que esta última propuesta es razonablemente sostenible. Se está organizando, de manera embrionaria en todas las partes del mundo, a través de la agricultura orgánica familiar, de pequeñas y medianas empresas, de la agricultura ecológica, de las ecovillas y otras formas más respetuosas con la naturaleza. Es viable y tal vez tenga Todo se agravó cuando los alimentos se volvieron que ser el camino obligatorio para la humanidad futuuna mercancía como cualquier otra en vez de ser consi- ra. derados como medios de vida que, por su naturaleza, Leonardo Boff jamás deberían estar sujetos a la especulación de los Publicada el 9/12/2011 mercados. La mesa está puesta con suficiente comida en www.servicioskoinoia.com para todos pero los pobres no tienen acceso a ella por falta de recursos monetarios. Continúan hambrientos, y su número crece. El sistema neoliberal imperante apuesta todavía por este modelo, pues no necesita cambiar de lógica, tolerando convivir cínicamente con millones de personas hambrientas, consideradas irrelevantes para la acumulación sin límites. Esta solución no sólo es miope, sino falsa, además de ser cruel y sin piedad. Los que todavía la defienden no toman en serio que la Tierra está innegablemente a la deriva y que el calentamiento global produce gran erosión de suelos, destrucción de cosechas y millones de emigrados climáticos. Para ellos la Tierra no pasa de ser un mero medio de producción, no la Casa Común, Gaia, que deber ser cuidada. A decir verdad, quienes entienden de alimentos son


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