5- Sol de media noche

Page 115

~ 115 ~ Edward está componiendo otra vez? Pensó Rosalie, y sus dientes se apretaron juntos en un feroz resentimiento. En ese momento, ella se deslizo, y pude leer todo su subyacente indignación. VI porque ella estaba de tan mal temperamento conmigo. El porque matar a Isabella Swan no le molestaba para nada a su conciencia. Con Rosalie, se trataba siempre de Vanidad. La música paró abruptamente, y me reí antes de poder detenerme, una ladrido afilado de diversión que fue interrumpido rápidamente cuando lancé mi mano sobre mi boca. Rosalie se giró para mirarme rabia, sus ojos chispeando con furia contenida. Emmett y Jasper también se giraron a mirar, y escuché la confusión de Esme. Esme bajó las escaleras en un destello, deteniéndose para mirar entre Rosalie y yo. “No te detengas, Edward” Esme me animó después de un momento de tensión. Comencé a tocar de nuevo, dándole la espalda a Rosalie mientras intentaba arduamente controlar la sonrisa extendiéndose a través de mi cara. Se puso de pie y abandono el salón, más enfadada que avergonzada, pero ciertamente avergonzada. Si dices algo te daré caza como a un perro. Sofoqué otra risa. “Que va mal, Rose?” Llamó Emmett después de ella. Rosalie no se dio vuelta. Continuo rauda y fuertemente, hacia el garaje y entonces se retorció bajo su carro como si ella pudiera enterrarse a si misma allí. “De que se trata esto?” Emmett me preguntó. “No tengo ni la mas remota idea” Mentí. Emmett gruñó, frustrado. “Sigue tocando” Esme me impulsó. Mis manos se habían pausado otra vez. Hice lo que me pidió, y vino a pararse detrás de mi, poniendo sus manos en mis hombros. La canción era fascinante, pero incompleta. Jugué con un puente, pero no parecía el adecuado de ninguna manera. “Es encantadora. Tiene un nombre?” Preguntó Esme. “Aún no” “Hay una historia en ella?” Preguntó, una sonrisa en su voz. Esto le daba a ella un placer inmenso, y me sentí culpable por tener descuidada mi música por tanto tiempo. Eso había sido egoísta. “Es… una nana, supongo” Tuve el puente justo entonces. Se dirigió fácilmente al siguiente movimiento, tomando vida por si mismo. “Una nana” repitió ella para si misma. Había una historia en esta melodía, y una vez que lo ví, las piezas cayeron en su lugar sin mucho esfuerzo. La historia era una chica durmiente en una estrecha cama, oscuro y espeso cabello salvaje que serpenteaba como algas a través de la almohada. Alice dejó a Jasper a sus propios medios y vino a sentarse a mi lado en el banco. En su voz, como el titileo de una campana de viento, ella esbozó un sonido que era dos octavas por encima de la melodía. “Me gusta” murmuré “Pero que hay de este?”


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.